domingo, 28 de noviembre de 2010

Hallaron oxígeno en una de las lunas de Saturno


La atmósfera es increíblemente tenue. La densidad del oxígeno probablemente es unos 5 billones de veces menor que la de la Tierra.

BBC Mundo
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Rea, uno de los satélites naturales de Saturno (http://www.astronoo.com/images/images_Lunes/rhea.jpg)

Rea, la segunda luna más grande de Saturno, tiene una atmósfera de oxígeno y dióxido de carbono, afirman científicos. Pero es una atmósfera increíblemente tenue. La densidad del oxígeno probablemente es unos 5 billones de veces menor que la de la Tierra.

La presencia de una exósfera, como se le conoce a este tipo de atmósfera, fue confirmada por los instrumentos de la sonda Cassini, que orbita al planeta anillado y sus satélites. Los detalles del hallazgo aparecen publicados en la revista Science.

Las exósferas de oxígeno ya se habían visto en las lunas de Júpiter, Europa y Ganímedes, pero ésta es la primera vez que se detecta en el sistema saturnino.

El doctor Ben Teolis y sus colegas del Instituto de Investigación del Suroeste, en San Antonio, Estados Unidos, explican que la capa tenue que rodea a Rea se mantiene gracias a partículas de alta energía que constantemente bombardean la superficie helada de la luna.

"Cuando el campo magnético rota alrededor de Saturno, las partículas que transporta ese campo golpean en el hemisferio de Rea ubicado frente a ese flujo", explica el científico a la BBC. "Al golpear al hemisferio descomponen las moléculas de agua en la superficie. Después los átomos se vuelven a acomodar para convertirse en moléculas de O2, que a su vez son detonadas desde la superficie por otras partículas que están chocando".

Es un proceso continuo. En cuanto se crea el oxígeno, los procesos energéticos que ocurren alrededor de Rea lanzan las moléculas de O2 hacia el espacio. Pero los mecanismos que controlan la producción de dióxido de carbono son menos obvios, dicen los astrónomos.
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Así se vería Saturno desde su luna Rea (http://1.bp.blogspot.com/_8xwT5QKJ_8w/TEjPqaHJjxI/AAAAAAAAeTY/UO6qoPDcPGQ/s400/Saturno+desde+Rea.jpg)


Producción de CO2 

Se cree que Rea está compuesta de una mezcla de hielo y roca. Se piensa que el CO2 pudo haber sido producido por los procesos que se llevan a cabo en la profundidad de la superficie y que el CO2 se esté escapando lentamente del cuerpo de la luna.

Estudios previos para tratar de identificar una exósfera en Rea utilizando telescopios terrestres e incluso los instrumentos de sensibilidad remota en Cassini han fracasado. Sólo acercándose más a Rea la sonda podrá llevar a cabo una detección positiva.

"Lo que hemos logrado hasta ahora con Cassini es volar por esta atmósfera y medirla in situ, 'oliéndola' y 'probándola' y descubrir de qué está hecha", expresa el profesor Andrew Coates, coautor del estudio del Laboratorio Mullard de Ciencia Espacial de la Universidad de Londres.

Los instrumentos de la sonda midieron densidades máximas de oxígeno de cerca de 50.000 millones de moléculas por metro cúbico. Detectaron densidades máximas de dióxido de carbono de cerca de 20.000 millones de moléculas por metro cúbico.

"Todo esto sugiere que este tipo de exósferas son comunes", dice el doctor Teolis. "Existen diferentes tipos de lunas en Saturno y Urano, por ejemplo, que deberían ser suficientemente grandes para poder mantener una atmósfera", agrega. "Y se supone que esto se repite miles de millones de veces a lo largo de galaxia. Es algo que debería estar ocurriendo en todas partes".

Otras buenas candidatas podrían ser las lunas saturninas Dione y Tetis. Aunque no se espera que Cassini se acerque a Tetis. En los años que restan de la misión Cassini, la sonda podría llegar suficientemente cerca de Dione en diciembre de 2011 para tratar de llevar a cabo una detección directa de una exósfera. 
http://www.diariouno.com.ar/contenidos/2010/11/27/Hallaron-oxigeno-en-una-de-las-lunas-de-Saturno-0019.html

sábado, 27 de noviembre de 2010

NASA informa que ya se conocen 500 planetas descubiertos fuera del Sistema Solar

NASA informa que ya se conocen 500 planetas descubiertos fuera del Sistema Solar
Ya son 500 los planetas descubiertos por astrónomos fuera del Sistema Solar, llamados extrasolares o exoplanetas, informó hoy el sitio web Planet Quest de la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de EEUU (NASA).

Según datos reunidos hasta la fecha, 421 estrellas tienen planetas, incluidas 55 estrellas que poseen sistemas planetarios compuestos de dos o más planetas.

El último exoplaneta detectado es HD 218566 b, que se encuentra a 97 años luz de la Tierra.

El primer planeta fue descubierto fuera del Sistema Solar en 1989. Es PSR 1257+12 b que orbita alrededor de un pulsar, estrella de neutrones que gira con gran rapidez.

La mayoría de los planetas extrasolares - unos 400 - son de la categoría de Júpiteres calientes, gigantes gaseosos que se ubican muy cerca de las respectivas estrellas.

Los actuales métodos de detección de exoplanetas permiten encontrar con mayor facilidad sólo planetas grandes y pesados.

El número de  las “supertierras” descubiertas, planetas de superficie firme y masa comparable con la de la Tierra, es un poco mayor de una decena.

Fuente: RIA Novosti

jueves, 25 de noviembre de 2010

Algo de historia 
El caso Bariloche (Sexta parte)



Juan Pablo Gómez
Oscar Adolfo Uriondo
Buenos Aires - Argentina


Conclusiones del caso Bariloche

La clase de certeza a que es posible arribar mediante el análisis como el implementado en el Informe Preliminar sobre el Caso Bariloche, se asemeja más al que se puede adquirir en el ámbito de las investigaciones de tipo jurídico. Tal restricción es lógica consecuencia de la metodología que nos impone la naturaleza de los datos con que debemos manejarnos en el campo de la indagación ufológica. No hay aquí, y más precisamente no la hay en los incidentes anómalos de Bariloche, datos objetivos permanentes, sino evidencias de muy diferente relevancia probatoria, a las cuales es menester evaluar minuciosamente, eludiendo en lo posible cualquier tendencia prejuiciosa y parcializada.

Dentro de ese marco limitativo, el estudio analítico de los hechos, circunstancias y testimonios concernientes a los fenómenos aéreos presuntamente anómalos sobre la zona de Bariloche, reportados la noche del 31 de julio de 1995, nos permite arribar a varias conclusiones en las cuales se dan elementos de certeza, juntamente con dudas y conjeturas.

En primer término, la contrastación de las hipótesis convencionales con los datos recopilados durante la investigación y evaluados de modo objetivo y racional, revela que ninguna de aquellas posee la suficiente entidad probatoria para ser calificadas como medianamente plausibles. Resumiremos aquí lo ya expresado en el artículo anterior:

En virtud de su configuración, los fenómenos aéreos observados no corresponden a ninguna expresión de la aerotecnología contemporánea, lo cual permite descartar como factores de identificación a todo tipo de aviones, helicópteros, globos sondas, dirigibles, etc. Y tampoco el comportamiento cinemático de tales fenómenos se compatibiliza con los de cualquier ingenio volador convencional y excluyen, por tanto, soluciones que involucren estímulos aeronáuticos y astronáuticos. Agreguemos a lo expuesto que durante la noche del 31 de julio, no hubo en el área de Bariloche ningún lanzamiento de globos sondas y tampoco se reportaron vuelos de aeronaves militares, civiles o comerciales, ya fueran éstos programados o no.

Con respecto a las explicaciones astronómicas, el intento de reducir las observaciones de Bariloche a cuerpos celestes, ya fueran planetas, estrellas, o a meteoritos erróneamente percibidos es absolutamente inconsistente. Así lo demuestran los datos obtenidos mediante la implementación de softwares astronómicos, como el Expert Astronomer for Windows y el Ez Cosmos 3.0. Reiteramos que en los eventos de Bariloche las posiciones de los fenómenos luminosos insólitos no coinciden con la de ninguno de los astros. Y en cuanto a los meteoritos, ellos de manifiestan -como ya explicáramos en un capítulo anterior- dentro de muy limitadas condiciones de movilidad y duración que en nada semejan a las que caracterizan el comportamiento de los fenómenos reportados.

En relación a las hipótesis óptico-atmosféricas que pretenden reducir las observaciones a meros fenómenos de reflejos o de refracciones lumínicas, proyectadas desde tierra, subrayemos que las circunstancias meteorológicas existentes la noche de ese 31 de julio no fueron apropiadas para que ocurrieran efectos ópticos de alguna importancia. Y como ya expresáramos, mientras que las capas nubosa aparecían desplazadas hacia la Cordillera, al Oeste, las manifestaciones insólitas avistadas se dieron precisamente en los sectores despejados del cielo.

Finalmente, respecto a las hipótesis psicologistas, al término de una investigación y análisis minuciosos, la conclusión que alcanzamos es de que las probabilidades de que una solución de ese tipo tenga algún viso de razonabilidad y sensatez son enteramente remotas.

A luz de todo lo expuesto hasta ahora en este Informe, surgen los siguientes interrogantes:

¿Hubo en realidad un solo OVNI sobre Bariloche y las desemejanzas en las descripciones obedecen a dispares condiciones y perspectivas de observación por parte de los testigos?

¿O quizá el fenómeno percibido, aunque único, posea cualidades "proteiformes", esto es, posea la aptitud de modificar, en diferentes instancias, tanto su apariencia, como sus patrones lumínicos?

¿O bien su estructura es ambigua, como un modelo geométrico equívoco, en el cual surgen diversidad de figuras, cambios en el aspecto sensible de su imagen, disímiles, pero todos ellos igualmente valederos y reales?

¿Podría argumentarse, tal vez, que el llamado caso Bariloche no se limite al avistaje de un solo OVNI -como a nivel periodístico y popular se ha creído hasta ahora- sino que se trate de una pluralidad de fenómenos insólitos (al menos dos), cuyo comportamiento muestra evidente intencionalidad?

Nos inclinamos a rescatar como más viable esta última presunción, aunque sin desechar una posible incidencia secundaria por parte de las otras tres opciones, al menos en una fase preliminar y con los elementos de convicción reunidos hasta hoy.

Hay un aspecto relevante del fenómeno OVNI, al que hemos mencionado con alguna frecuencia: la intencionalidad, sin duda el más desusado de los ítems de extrañeza y que merece un párrafo especial. Adviértase que en ningún momento aplicamos el concepto de inteligencia para designar tal modalidad en las manifestaciones OVNI. Hay una razón de peso para esta elección: el término inteligencia resulta equívoco, habida cuenta de que por él se entienden realidades distintas, y que una precisa definición teórica plantea problemas, no habiendo sido aceptada por unanimidad desde el punto de vista psicológico.

En cambio, el concepto de intencionalidad es menos comprometido. Recordemos a este propósito que, como señala el filósofo Franz Brentano, todo acto psíquico participa de esa cualidad. Es decir que los entes psíquicos que la ejercen son capaces de percibir estímulos externos y reaccionar con relación a ellos. En muchos casos los OVNIs dan la clara impresión de que advirtieran dichas presencias y orientaran su comportamiento en función directa de las mismas.

En el caso Bariloche, se aprecian varias fases que sugieren actitudes y movimientos intencionales por parte de los fenómenos luminosos observados. Como los ejemplos que citamos a continuación:

    1. El desplazamiento evasivo (en ángulo de 90 grados), cuando el Boeing realiza su viraje a los 6.400 pies de altura.
    2. La configuración triangular que lo acompaña -en vuelo formado- durante 3 minutos en su descenso hacia el aeropuerto.
    3. Las maniobras totalmente insólitas para un fenómeno natural y conocido que efectúa luego de sobrepasar en vuelo al GN-705, de la Gendarmería.
    4. La "espera" a 10.000 pies de altitud y el nuevo acompañamiento al avión de línea.
    5. Son también dignas de mención las expresiones del comandante Cipuzak acerca de la "sensación" que el comportamiento de la extraña luz le produjera, en el sentido que no parecía errática, sino como el de un objeto controlado inteligentemente.
    6. Notemos, además, que los dos niveles mencionados -6.400 y 10.000 pies- son precisamente los preestablecidos en la carta de vuelo nº 1 para el procedimiento de aterrizaje en el Aeropuerto de San Carlos de Bariloche. La circunstancia de que las detenciones en "espera" del fenómeno luminoso ocurrieran precisamente en ambos niveles, no deja de ser intrigante.

Como conclusión, creemos que es posible vislumbrar en los incidentes de Bariloche una intrincada estructura fáctica de insospechada complejidad; una sucesión de eventos anómalos -no siempre asociados entre sí con claridad- y de no fácil integración en un panorama general. Precisamente, es debido a la antedicha complejidad que se torna difícil ensayar una valoración global de extrañeza en términos cuantitativos para todos los avistamientos involucrados.

Por último, en lo que concierne a la naturaleza de estos extraños fenómenos (OVNIs o anomalías aéreas), sólo podemos movernos por ahora en un terreno conjetural y especulativo, donde por el momento no se avizoran respuestas categóricas. Este es, sin lugar a dudas, el gran desafío pendiente.

Una acotación final que ubica el incidente de Bariloche dentro de un contexto más amplio: estos encuentros de aviones con OVNIs no son excepcionales y por supuesto no se limitan a los sucesos considerados en el presente informe (existen al respecto valiosos catálogos mundiales que recogen una nutrida casuística [*]). En la mayoría de estos eventos se alude con mucha frecuencia a un manifiesto comportamiento intencional por parte de los fenómenos anómalos. Incluso la calificación de maniobras inteligentes es explícitamente aplicada. Estos llamados casos aeronáuticos han ocurrido desde el inicio de la historia contemporánea de los OVNIs y siguen ocurriendo en distintas latitudes y épocas.

Notas
[*] Un caso de notable similitud al incidente de Bariloche, por nosotros analizado, se dio en la vecina República del Uruguay. Fue exhaustivamente investigado por CRIDOVNI, organismo oficial de la Fuerza Aérea de ese país y lleva el número de registro 316.

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Representación gráfica de un Vickers Viscount de la aerolínea PLUNA (http://www.vickersviscount.net/images/Paintings/Jorge%20Cobas%20PLUNA%20CX-BIY%20special.jpg)


La noche del 25 de agosto de 1975, un avión Vickers Viscount de Pluna sobrevolaba Tacuarembó proveniente de Asunción del Paraguay. "La tripulación y alguno de los pasajeros pudieron observar una luz blanca a la izquierda y un poco más abajo del avión. El comandante, suponiendo que tenía en las cercanías otra aeronave, se comunica con la torre de control para corregir las trayectorias. Desde la torre le dicen que ningún otro vuelo estaba registrado allí. Pensando que podría tratarse de una pequeña avioneta (incluso podía ser un avión contrabandista) y en la prevención de un accidente, hozo notar su presencia encendiendo y apagando las luces de sus avión. Para sorpresa y temor de todos los observadores, al encenderse los faros de aterrizaje, aquella luz se acercó vertiginosa y peligrosamente al avión, para enseguida e inmediatamente retornar a sus posición original con la misma velocidad. Esta maniobra, imposible para una aeronave normal, ocurrió un par de veces... La luz acompañó al avión durante algunos minutos, hasta que empezó a alejarse hacia el este. Dato complementario: el comandante del vuelo, asegura que durante toda la ocurrencia sintió, pese a un lógico recelo, la extraña sensación (se podría decir la seguridad) de que nada iba a ocurrir. Como que algo le decía que no debía sentir miedo".

Anexos al caso Bariloche

A continuación se transcribe el Informe que el Comandante Jorge Polanco elaboró y dejó en la Jefatura del Aeropuerto:

DE : CDTE. JORGE POLANCO
A : JEFATURA DEL AEROPUERTO
TEMA: AVISTAMIENTO DE OBJETO NO IDENTIFICADO EN BAR.

Habiendo iniciado alejamiento en PROCE N° 1 y en descenso hacia 6400 ft. observamos en trayectoria opuesta el acercamiento de luces con fuerte intensidad, a requerimiento nuestro se notifica y la torre confirma que no se trata de ninguna aeronave identificada. Al efectuar el viraje de procedimiento, dicho objeto se aproxima desde el sur quedando a nuestra derecha y acercándose en forma continua, verificando luces verdes en sus extremos y una fuerte luz naranja en el centro de las luces. Próximos a los 5500 ft. y con el objeto a nuestro lado se produce el corte de todas las radio ayudas del aeropuerto en el preciso instante en que dicho objeto se aleja bruscamente en dirección sudeste a velocidad imposible de determinar. Procedemos al escape para 10.000 ft. para posterior procedimiento sin novedad.

Nota: La torre informa que todos sus instrumentos se descontrolaron durante el corte de energía. 
Nota: Avión de gendarmería confirma haber avistado el objeto. Dicho avión estaba por encima de nuestro avión.
JORGE NESTOR POLANCO . CDTE.
CARLOS DORTONA . PILOTO
JORGE ALLENDE . ING. DE VUELO
674902 - 4912471 - 7018

Los informes del personal de la Fuerza Aérea

Por todo lo que conlleva a los investigadores OVNI el obtener información proveniente de un organismo militar, en este caso la Fuerza Aérea Argentina, sobre un incidente ocurrido en jurisdicción que le pertenece, como es el aeropuerto de San Carlos de Bariloche, el reunir la documentación que se muestra en este artículo no fue tarea fácil. Sin embargo, lo más difícil que se nos presentó fue, sin lugar a dudas, el análisis de los testimonios del personal aeronáutico, ya que en éstos las contradicciones fueron numerosas. En gran medida porque a la fecha de nuestra entrevista muchos pasajes y detalles ya no podían ser recordados con exactitud, cayendo en el olvido. Por consiguiente, algunos de los testigos (a causa de la influencia que ejercieron los relatos, comentarios y descripciones que, a posteriori, entre ellos realizaron) recurrieron al llenado de sus "lagunas" con información errónea, basándose no en lo que ellos vieron, sino, en las versiones que habrían escuchado de otros involucrados. En honor a la verdad, debemos reconocer que, al día de hoy, no está del todo claro como se sucedieron los hechos en el aeropuerto.

En el mes de septiembre de 1996, uno de los autores (J. P. Gómez) viajó -en la que sería la primera de dos visitas- a la ciudad de Bariloche para realizar la investigación "in situ" del caso. Para ser sinceros, no teníamos demasiadas expectativas en lograr obtener el testimonio del personal del aeropuerto debido a que, al día siguiente de la difusión de los hechos, recibieron la orden de no hacer declaraciones públicas sobre lo acontecido esa noche. Pero suponemos que el tiempo transcurrido jugó a nuestro favor, pues, para dicha fecha, la orden de mantener el silencio, se había levantado. Los miembros de la Fuerza Aérea -según nos explicó durante nuestra entrevista el Suboficial Principal Machado- tenían "luz verde" para contar lo sucedido. No obstante ello, algunos, a la hora de hablar, seguían haciéndolo con ciertas reservas. Incluso, quién se negó rotundamente a darnos su testimonio aduciendo un pedido de "gente de la fuerza que investigó el suceso" fue el Suboficial Auxiliar Andrada, que también esa noche se encontraba con Enrique Bressa a cargo del equipo electrógeno.

Como mencionamos a lo largo del artículo, entre el personal aeronáutico que la noche del 31 de Julio desempeñaban sus tareas y fueron partícipes directos o indirectos de los hechos se encontraban: el Suboficial Principal Daniel Alberto García, de operaciones, cumpliendo el turno de "jefe del aeropuerto"; el Suboficial Ayudante Alfredo Ramón Blanco, en la Torre de Control; el Cabo Principal Julio Cesar Cantero, en plan de vuelo; el Suboficial Auxiliar Andrada y el Sr. Enrique Bressa, a cargo del equipo electrógeno y Sr. Nicolás Araya, en Meteorología. De los mencionados solamente tres realizaron informes escritos.

A continuación éstos se transcriben completos, siendo fieles transcripciones de los originales y, por ende, ninguno de los errores gramaticales que existen fueron modificados:

Documento elaborado por el Suboficial Principal Daniel Alberto García.
Declaración.
S.P. GARCIA DANIEL ALBERTO
P.V. 14957

Siendo aproximadamente, las 23:15 UTC encontrándome en la jefatura de Operaciones, observo hacia el sector de plataforma de estacionamiento de aeronaves menores, un reflejo similar a un flash (color blanco azulado), produciéndose un pestañeo en la iluminación del aeropuerto cosa que produce el apagado inicialmente de las torres de alumbrado del sector estacionamiento de vehículos.

Transcurrido unos segundos/minutos el corte de la energía eléctrica se hace general quedando a oscuras toda la zona (ciudad-aeropuerto).

El observador meteorológico, se dirige hacia el campo meteorológico, cuando observo al mismo totalmente iluminado por las luces descriptas y mirando hacia el edificio/ TWR.

Al mirar por la ventana situada en sección central observo una luz blanca/ámbar desplazándose hacia el sur donde pierdo de vista lo mencionado (aparentemente detiene el movimiento a una altura con respecto al horizonte de treinta a sesenta metros). En el ínterin se restablece el suministro de energía por parte de la usina local lo que produce que el vuelo de aerolíneas (ARG 674) inicie la aproximación instrumental normalizado.

Cuando esto ocurre me dirijo hacia la oficina de la jefatura de aeropuerto a efecto de mantener buen enlace con el personal de usina mientras observo el paso del ARG 674 cuando abandona la vertical en alejamiento, y comienza el viraje de procedimiento... Observo nuevamente la luz muy brillante en sentido opuesto al vuelo, ubicándose el mismo a la derecha del B 727 (no puedo precisar la distancia entre el ARG674 y la luz/objeto) aunque si se aprecia relativamente cerca.

El ARG674 continua la aproximación, siempre "acompañado" por la luz, observo el mismo color (blanco/ámbar), cuando el ARG 674 se encontraba ya en App Final, el personal de usina (S. Aux. Andrada y Tec. Bressa) este ultimo con voz alarmada, por medio del HT informa "se me muere el grupo" produciéndose el apagado de luces de pista, lo que hace que el comandante del ARG674, inicie el procedimiento de escape, siempre con la (Luz/Objeto) siguiendo su mismo curso.

Al producirse el escape, dejo de observar lo descripto para abocarme a solucionar el inconveniente de falta de energía.

Lo sucedido en el sector opuesto (zona ciudad lago Nahuel Huapí) no lo puedo ver, dado que había abandonado la oficina de jefatura...

Cuando se reestablece la energía eléctrica con el suministro de la cooperativa elect. Bariloche, el vuelo de Aerol. Arg. reinicia la aproximación en forma normal.

Una vez arribado y ya en la plataforma y posteriormente de efectuado el descenso del pasaje subo a la cabina de la ACTF donde le requiero dirigirnos a la oficina de operaciones de la empresa para conversar sobre lo sucedido.

Lo expuesto de ahora en más (conversaciones) es presenciado por personal de la empresa Sr. Gustavo Bianchi, Sr. Ezquerra, quien oficia de transportista de la empresa.

El Cdte. del vuelo Sr. Polanco, relató lo sucedido y concordando en todo momento a lo por mi observado, agregándose a la charla el Sr. Ezquerra quien afirma lo dicho ya que el mismo, se encontraba llegando al aeropuerto por la ruta de acceso, quien corrobora lo sucedido estando el vuelo "acompañado" por la luz u objeto.

Solicito al Comandante del vuelo mencionado, si desea hacer un informe escrito, accediendo sin inconveniente.

Mientras el mencionado, redacta su informe, bajo de la oficina hacia el hall del aeropuerto a efectos de solicitarle al Cdte. del GN705, si podía explicar lo visto, mientras se encontraba en aproximación a la vertical (ya en la oficina de la empresa) relata y corrobora lo ya expresado, con la salvedad que estando en espera y observando el vuelo de aerolíneas cuando efectúa el viraje de acercamiento desde el sector del lago hacia el aeropuerto el objeto/luz efectuó un ascenso casi adelante y ligeramente a un costado de su aeronave a velocidad imposible de determinar perdiéndose WSW.

Una vez llegado a la oficina de ARO-AIS, se encontraba el personal de Gendarmería (enfermero) que también explican lo por ellos visto cuando se aproximan en su vehículo al aeropuerto.

Posteriormente cuando se producen los despegues del ARG y de la aeronave de Gendarmería, el personal de usina / técnica me relatan lo sucedido con el grupo electrógeno, que inicialmente la causa del apagado del mismo se debía a una falla mecánica en el grupo, pero que habían efectuado un chequeo del mencionado grupo, procediendo a ponerlo en marcha nuevamente cosa que ocurre sin inconveniente.

Informo al Sr. Jefe que no puedo identificar en momento alguno, silueta, forma u otra cosa extraña a lo relatado.

Informe del operador de Torre de Control, Suboficial Ayudante Ramón Alfredo Blanco:
DECLARACION
S.A. Blanco Ramón Alfredo
P.V. 16634

Siendo las 23 :15 UTC se produce corte de energía eléctrica total..23 :20 UTC se restablece energía eléctrica AUX. Equipo electrógeno 1 (uno), en esta hora ingresa al TMA en comunicación con TWR BAR el Arg. 674. Informándole este control Las novedades del AD; quien notifica, posterior al abandono del fijo (IAC Nº 1 pista 28) de procedimiento, tener tránsito en sentido convergente.

Se le informa que la única aeronave que está a cuarenta NM ingresando al TMA, y que no constituye transito esencial.

Estando en viraje de procedimiento (previa coordinación con el auxiliar de operaciones y técnico usina) notifica dicha aeronave tener transito en su trayectoria con luz muy fuerte; nuevamente se le informa que la aeronave que se encuentra en zona de control esta aproximadamente a 15 NM a las tres de su aeronave con nivel de vuelo 110.

23 :47 este control le comunica al Arg. 674 que efectué el escape correspondiente por corte de iluminación en RWY.

Sobre la vertical del aeródromo este control ve a la aeronave en cuestión alejándose proa al lago, como así también a la otra aeronave GN 705 próximo a la vertical en ese instante corroboro lo que informo el Arg. 674 acerca de la luz que había visto ; ahora le informo al comandante que la luz esta detrás de su aeronave como así también informa el GN 705 que ve dicha luz entre el lago y el Arg. 674.

Informo que en todo momento estaba en comunicación por HT con el S.P. García y el técnico Bressa y le pido que escuche la frecuencia principal, contestándome que estaba en el despacho del jefe de aeropuerto viendo lo que acontecía, viendo además la luz, subiendo en ese instante el C.P. Cantero quien también corrobora lo acontecido.

Asiendo notar a la jefatura por este medio que en el preciso corte de iluminación de la RWY veo que : anemómetro fuera de servicio, VOR en servicio normal, ILS en servicio normal, luz plataforma sector norte serv. Normal, estufas en torre fuera de serv. Luz pupitre torre fuera de serv.

Restableciendo después la energía de la cooperativa, arribando Arg.674 y GN 705, sin novedad.

Por último el informe del observador meteorológico Sr. Nicolás Enoe Araya (Recuerde el lector que en éste se detectó la alteración de los horarios).

DECLARACION
SPVI ARAYA NICOLAS ENOE
OSFA 43245

Paso de la siguiente manera: siendo las 19.30 hs. se produjo una baja en la energía y haciendo fuerte ruido en los tableros generales de la luz del pasillo y el taller de radio, al observar el ruido verifique que se había apagado las luces de la playa de estacionamiento, avisando al suboficial de turno Garcia dicha novedad. Habiendo transcurrido aproximadamente 20 minutos, salí a tomar la temperatura al campo, de regreso a la mitad de la plataforma fui enceguecido por una fuerte luz amarilla observando hacia la torre de control pensando que estarían iluminando con algún reflector, comprobando que no era así, observando que dicha luz se desplazaba a gran altura en dirección Oeste - Este por detrás de la torre. Al arribar a la oficina, comencé a realizar el meterro cuando se produjo un corte de energía, estando el suboficial García de operaciones en inmediaciones de la escalera, bajando a gran velocidad y entró en la oficina de meteorología, para comunicarse con la torre, por la luz observada anteriormente, creyendo que eran dos aeronaves que se cruzaban. Siendo las 20.30 hs. se produjo un descalibre del barómetro, subía y bajaba en forma continua, pasados 15 minutos volvía a la normalidad. Esto es todo.

La opinión de la Fuerza Aérea Argentina

El Comandante de Regiones Aéreas, en ese entonces Brigadier Mayor Horacio Ernesto Genolet, en carta fechada el 5/09/95 y dirigida al señor Heriberto Janosch (1) hizo pública la opinión de la Fuerza Aérea Argentina sobre lo acontecido la noche en cuestión. En el segundo párrafo de la misma dice: "Al respecto le informo que el Comando de Regiones Aérea, a través del Jefe del Aeropuerto, tomó las declaraciones pertinentes a las personas involucradas en el hecho. Las mismas sirvieron de base para un análisis posterior de los sucedido, descartándose a priori una posible confusión con objetos aéreos convencionales, aunque no se elimina la posibilidad de que pueda haber ocurrido una confusión con objetos naturales, o reflejos de luces sobre la base nubosa o algún otro fenómeno óptico de explicación no inmediata".

Agregando en el párrafo siguiente: "La investigación por parte de la Fuerza Aérea fue finalizada en el momento que se determinó que no hubo invasión del espacio aéreo de jurisdicción por parte de objetos aéreos convencionales conocidos".

Esta respuesta merece algunos comentarios: Las "declaraciones pertinentes" a la que hace mención el Brigadier Mayor Genolet son los informes escritos que tenemos en nuestro poder; y creemos, sinceramente, que no es correcto basarse únicamente en ellos, pues los mismos son ciertamente confusos e, incluso, contradictorios. Indudablemente con estos, por si solos, no se puede arribar a conclusión valida alguna.

¿Y a qué conclusión llega la Fuerza Aérea Argentina?... Bueno, a ninguna. Pues la respuesta es ciertamente ambigua. Descartan a priori la posibilidad de confusión con "objetos aéreos convencionales conocidos" (entiéndase cualquier tipo de avión) aunque no eliminan la posibilidad de "confusión con objetos naturales o reflejos de luces sobre la base nubosa o algún otro fenómeno óptico de explicación no inmediata". De esta manera matan dos pájaros de un tiro. Por un lado, se desligan de la obligación -y todo lo que ello implica- de investigar qué o quién violó el espacio aéreo argentino. Y no solo eso, en una zona de vuelo restringida como es la de un aeropuerto y, más grave aún, poniendo en peligro (con su sola presencia) el aterrizaje de dos aviones. Por otro lado, con la hipótesis de confusión con un "fenómeno óptico de explicación no inmediata" (descartado según nuestra investigación) no se ven en la necesidad de reconocer que los llamados O.V.N.I.s pusieron en evidencia lo indefenso que está nuestro espacio aéreo y, por consiguiente, los habitantes de éste país.

Quién no tuvo inconvenientes en contradecir la versión oficial fue el propio Mayor Jorge Oviedo, a la sazón Jefe del Aeropuerto.

Al día siguiente del avistamiento, él se encargó de avalar y respaldar los testimonios de su personal a cargo, confirmando la presencia de un Objeto Volador No Identificado en espacio aéreo barilochense. Y, como si eso fuera poco, hizo pública su opinión de que ese "tránsito" nada tenía que ver con una aeronave terrestre, expresando a una radio local, lo siguiente: "...Tenemos que ser conscientes de que en una galaxia tan inmensa debemos suponer que, evidentemente, no somos los únicos seres vivientes... no soy tan egoísta de pensar de que sólo existe el ser humano..." Una conclusión, por cierto, muy parecida a la que el comandante de Aerolíneas Argentinas, Jorge Polanco, brindaría a la prensa.

(1) Comunicación a través de e-mail del Sr. Heriberto Janosch, en respuesta a una solicitud de información a la Fundación Anomalía.

http://fuego.dragoninvisible.com.ar/boletin3/dragon121.htm

miércoles, 17 de noviembre de 2010

ASTRONOMIA

Busca extraterrestres tú mismo

Cómo dar con aliens en 10 pasos




Los primeros astrobiólogos eran considerados marginales

El interés por la astrobiología comenzó con la carrera espacial. Hasta ese momento, los científicos que incluían la palabra “extraterrestre” en sus trabajos eran considerados fringe (o marginales). Uno de los primeros trabajos científicos publicados en este recién nacido campo de la ciencia iba firmado por Carl Sagan, además de por Joshua Lederberg. Se titulaba Microambientes para la vida en Marte, y se publicó en 1962 en la revista PNAS.



Exoplaneta GJ 1214b, un posible candidato para albergar vida

El desarrollo de métodos de detección de exoplanetas ha permitido a los astrónomos encontrar casi 500 cuerpos extrasolares orbitando a estrellas vecinas durante los últimos años. Los últimos exoplanetas descubiertos, como GJ 1214b, son mundos más livianos y rocosos. El citado cuenta incluso con agua y atmósfera, como la Tierra.



Marte y Europa. ¿Vida subsuperficial?

Para Nathalie Cabroll, (geóloga planetaria de la NASA y experta en ambientes extremos), en Marte existen bolsas de agua subterráneas, cuya presencia conocemos por las fotografías tomadas a algunos afloramientos de líquido que se congela al llegar a la superficie. Estas masas de agua ocultas a la radiación podrían tal vez ser el último reducto de vida que quedase en el Planeta Rojo. En nuestro Sistema Solar existen otros cuatro puntos calientes con posibilidades de albergar vida extraterrestre. Se trata de cuatro lunas que orbitan a los dos gigantes gaseosos de nuestro “patio trasero”: Encélado y Titán (en Saturno), y Europa e Ío (en Júpiter). Especialmente esperanzadores son los casos de Encélado y Europa, cuyas superficies están cubiertas por hielo de agua. Se especula con la presencia de mares de agua líquida bajo los casquetes perpetuos. Y donde hay agua líquida puede existir alguna forma de vida.



¿Y si nosotros fuéramos los marcianos?

El astrobiólogo británico Paul Davies cree que es factible que la vida en la Tierra se haya originado en Marte. En su opinión, el Planeta Rojo se enfrió primero por ser más pequeño que la Tierra, por lo que el agua líquida y las condiciones para que surgiera la vida se dieron allí antes que en nuestro mundo. Más tarde, el impacto de un meteorito pudo levantar un trozo de superficie marciana cargado de vida, el cual, tras atravesar el espacio que separa nuestros mundos, pudo caer en la Tierra sembrando las semillas de la vida. La Panspermia no suele agradar a los científicos que estudian el origen de la vida, puesto que no ofrece una solución a cómo surgió esta, sino que simplemente cambia el lugar de origen.



Criaturas que regresaron vivas del espacio abierto

En 2007, el orbitador de la ESA Foton-M3 llevó a bordo unos pequeños tripulantes, tardígrados. Se los expuso a condiciones de espacio abierto en órbita baja, y para sorpresa de los investigadores, no solo sobrevivieron, sino que una vez de regreso continuaron reproduciéndose. Recientemente, científicos británicos de la Open University recolectaron una muestra de roca cargada con múltiple variedad de bacterias en los acantilados de Beer y la enviaron a la ISS para ver cuánto eran de resistentes a las exigentes condiciones del espacio abierto. De vuelta a la Tierra, descubrieron que ciertas cianobacterias habían regresado vivas. Los astrobiólogos se preguntan si estos duros organismos terrestres lograrían sobrevivir en Marte. Para David Morrison, de la NASA, la respuesta podría ser “sí”, siempre que se evitase la superficie marciana, asolada por las radiaciones solares.


Meteorito ALH 840001. ¿Los primeros extraterrestres?

En 1996, un meteorito hallado en la Antártida saltó a la fama cuando la NASA y la Casa Blanca anunciaron que en la piedra, de origen marciano, aparecían posibles huellas fosilizadas de vida extraterrestre. Aquel meteoro, llamado Allan Hills 840001, suscitó un debate que aún perdura. La presencia de altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos y el hallazgo de cristales alineados de magnetita, similares a los excretados por ciertas bacterias subterráneas, hicieron pensar que este trozo de Marte podría contener restos de vida.



Extraterrestres inteligentes. ¿Hay alguien ahí?

Hasta el momento, todos los proyectos SETI (siglas para búsqueda de vida extraterrestre) emprendidos con la intención de comunicarse con otros hipotéticos seres de la galaxia han arrojado resultados decepcionantes. Si de verdad existen, están muy lejos del alcance de nuestros instrumentos, o prefieren guardar silencio. Desafortunadamente, desconocemos los valores de muchas de las variables implicadas en la famosa ecuación que Frank Drake creó para calcular el número de potenciales civilizaciones extraterrestres presentes en la Vía Láctea, por lo que el resultado real puede variar entre “una” (solo nosotros) y “muchas”, en función del optimismo o pesimismo de las estimaciones. Sea como fuere, las recientes mejoras en la tecnología, que han hecho posibles la detección de varios cientos de exoplanetas, han llevado a Seth Shostak, veterano astrónomo del Instituto SETI, a afirmar que el contacto con ET podría producirse tan pronto como en 2025. Algo que, en su opinión, confirmaría su propio cálculo de la ecuación de Drake, cuyo resultado arroja 10.000 civilizaciones capaces de crear transmisores de radio solamente en la Vía Láctea.



¿Conoces el cuento de los tres osos?

Los astrobiólogos se refieren a la estrecha zona de habitabilidad circunestelar como zona Ricitos de Oro. Igual que en el cuento de Los tres osos, la Tierra se encuentra en un lugar especial, ni demasiado frío ni demasiado caliente (como el tazón de gachas), de modo que el agua líquida puede existir. Si hubiera estado un poco más cerca del Sol, la temperatura sería asfixiante, y de haber estado un poco más lejos, nuestro clima sería gélido.



Muerte en el espacio

Si en un futuro viaje a Marte un tripulante falleciese, no se le enterraría allí, para no causar un desembarco bacteriano terrestre. De hecho, se ha propuesto un método alternativo llamado Promession, consistente en congelar y pulverizar el cuerpo del astronauta para convertirlo en 25 kilos de compost transportables de vuelta a la Tierra.



Gliese 518G. El planeta que podría ser la nueva Tierra

Quizá ha sido el descubrimiento más colosal del año. Situado a veinte años luz de la Tierra, este exoplaneta cumple con las condiciones de temperatura y gravedad para ser considerado potencialmente habitable. Te descubrimos sus secretos. 

lunes, 15 de noviembre de 2010

Actividad OVNI sobre Francia Central


Imágenes de OVNIS descendiendo y desplazándose sobre Saint-Martin-d´Auxigny, Francia, a las 3.40 hs de la madrugada del 10 de noviembre de 2010.

http://www.dailymotion.com/video/xfm410_yann-presente-visite-ovni-nov-2010_news#from=embed

http://www.ufosonearth.com/site/10th-nov-ufo-activity-over-central-france/

Modificado por orbitaceromendoza

sábado, 13 de noviembre de 2010

Algo de historia

El caso Bariloche (Quinta parte)


Juan Pablo Gómez
Oscar Adolfo Uriondo
Buenos Aires - Argentina


http://2.bp.blogspot.com/_j7QdsfOHT5Y/Sd86OhXm-FI/AAAAAAAAAJE/AAr5-8V39Vg/s320/El+B727+MIKE+INDIA+OSCAR,+o+el+LV-MIO.jpg
Boeing 727 de Aerolíneas Argentinas (http://2.bp.blogspot.com/_j7QdsfOHT5Y/Sd86OhXm-FI/AAAAAAAAAJE/AAr5-8V39Vg/s320/El+B727+MIKE+INDIA+OSCAR,+o+el+LV-MIO.jpg)


Análisis general del caso Bariloche

 
II) Análisis crítico de las hipótesis reduccionistas


Una etapa fundamental en la investigación ufológica consiste en la búsqueda de correlaciones significativas entre los datos compilados en el curso de la misma, con fenómenos naturales o ingenios tecnológicos conocidos.

La hipótesis convencionales que puedan formularse sobre la base de las coincidencias surgidas al cabo de tal estudio comparado, hacen posible la identificación de lo presuntamente desconocido con lo ya conocido. Por ello, se trata en realidad de una reducción y no de una explicación en sentido estricto, que explica lo desconocido por medio de nuevas conjeturas o hipótesis. De ah la rotulación que hemos utilizado para nominar este segmento del Informe.

Examinaremos sucesivamente tres clases de interpretaciones reduccionistas:

Hipótesis psicologistas
Son aquellas que no admiten la realidad de un estímulo objetivo como generador de la experiencia OVNI, vale decir, que no aceptan la realidad física y específica de un fenómeno anómalo, aduciendo que tan sólo se trata del resultado de fraudes conscientes o inconscientes, o de alteraciones cualitativas o cuantitativas de la percepción humana.

Con referencia a los acontecimientos de San Carlos de Bariloche, al cabo de una investigación prolija, arribamos a la conclusión de que cualquier solución psicologista aporte una respuesta lógicamente satisfactoria, son remotas, sino nulas.

Actitudes fraudulentas
Por de pronto, un eventual fraude o un comportamiento de mendacidad generalizada queda descartada, a poco que se repare en el elevado número de testigos independientes comprometidos en el caso, y de que la mayoría de ellos no se conocían entre sí con anterioridad a los avistamientos, o bien mantenían vínculos estrictamente laborales. Agreguemos que las entrevistas personales que se efectuaron a muchos de ellos permitieron ratificar en detalle las circunstancias arriba mencionadas y, a la vez, adquirir conocimientos directos y de primera mano sobre el cual fundar responsablemente nuestros juicios valorativos acerca de sus cualidades de seriedad y honestidad.

Alteraciones en la percepción
Sobre las posibilidades de que, por situaciones particulares, los testigos sufrieran alguna perturbación de sus capacidades perceptivas a punto tal que su sano juicio hubiera sido anulado, y llevarlos a confundir objetos ordinarios con fenómenos extraños y alarmantes, sólo cabe reiterar lo que ya expresáramos respecto a la presunción de eventuales fraudes.

Por otra parte, la hipótesis de las confusiones sensoperceptivas se hace más improbable aún, cuando como en el caso de Bariloche, hubo una convalidación intersubjetiva de los hechos.

La primera, mientras el ARG-674 volaba en formación con el tránsito desconocido. Durante 3 ó 4 minutos, de descenso hacia la vertical del BAR. En esa instancia, fue percibido por la tripulación de la aerolínea y desde el aeropuerto por el suboficial principal Daniel García, quien en ese momento se desempeñaba como jefe de turno (y también por otro testigo en tierra, como el señor Ezquerra). Acotemos que el mencionado operador divisó, acompañando el vuelo del Boeing a escasa distancia (20 ó 30 m, según una estimación aproximada) y a babor de la aerolínea, una luz blanco-azulada muy potente y mucho más grande que el faro de aterrizaje de cualquier aeronave. No se trataba del avión de la Gendarmería -como algún escéptico ha sugerido livianamente- pues en ese instante, cuando el ARG-674 se hallaba interceptando el ILS y con la pista a la vista, a 5.500 pies de altura, descendiendo y a menos de 10 millas de la vertical de BAR, el GN-705 recién se notificaba a 22 millas afuera.

Con algunas dudas, cabría añadir la observación del comandante Cipuzak, quien, de manera fugaz (2 segundos a lo sumo) creyó divisar al lado de la máquina de Aerolíneas Argentinas una luz ámbar y otra verde hacia la cola del avión.

Otra visualización simultánea ocurrió con el ARG-674, completando su viraje, a 10.000 pies de altura y, reencontrándose con el fenómeno luminoso, lo cual fue claramente observado desde el GN-705, que por entonces volaba a 11.000 pies de altitud y a unas 5 ó 6 millas de distancia, y también por los operadores del aeropuerto (suboficial ayudante Alfredo Blanco y cabo primero Julio C. Cantero), según lo asentado en la cinta magnetofónica grabada con las conversaciones entre los pilotos de las aeronaves y la torre de control; y por supuesto por el testimonio directo del mencionado personal técnico.

Descontrol emocional
Las actitudes de los testigos confrontados con fenómenos prima facie inusuales, son de gran importancia para definir la verosimilitud de una hipótesis psicologista en un caso particular. Situaciones tales como histeria, temor o estrés, bien pueden inducir percepciones confusas e ilusorias. De igual modo, suele ocurrir que ciertos testigos, guiados por diversas motivaciones más o menos inconscientes, por deseos y necesidades profundas de tipo místico, esotérico o salvacionista, vean lo que quieren ver y distorsionen así una realidad ordinaria.

Precisamente, a partir de este enfoque y desde una postura de extremado escepticismo se ha intentado dar una solución convencional a los avistamientos de Bariloche, aduciendo un supuesto estrés o conmoción emocional por parte de los testigos. Esta opinión puede exponerse del siguiente modo:

El vuelo sobre áreas montañosas, aunado al recuerdo de "terribles accidentes" ?? ocurridos en el aeropuerto de Bariloche, provocaron un intenso estrés en el piloto del ARG-674, comandante Jorge Polanco, hasta el punto de hacerlo suponer que una luz "ambigua", aparecida, en el horizonte Este, era un tránsito aéreo desconocido. Esta perturbada impresión de Polanco se trasmitió a los demás miembros de su tripulación, a los operadores de la torre de control y a los pilotos del avión de la Gendarmería, quienes comenzaron a manejar la hipótesis de que "hay un tránsito no identificado en la zona". Las restantes visualizaciones del caso fueron tan sólo consecuencia de esta situación de estrés compartido.

Según nuestro criterio, la hipótesis que acabamos de exponer, adolece de graves falencias lógicas y no se ajusta en modo alguno a los datos de primera mano obtenidos en el curso de la presente investigación.

Por de pronto, la ruta aérea de Buenos Aires a Bariloche no atraviesa zonas de alta montaña; los primeros cordones de relevancia de la Cordillera Austral aparecen más hacia el Oeste, como es fácil de apreciar consultando cualquier carta geográfica, aún cuando no se conozca la región personalmente. La presunción de una situación estresante no condice en modo alguno con la realidad del paisaje geomórfico de la zona. Recordemos que el aeropuerto de Bariloche está emplazado en un área amesetada, a unos 800 m de altitud sobre el nivel del mar, denominada la Pampa de Nahuel Huapi. Pero tampoco habría motivos de estrés severo si en verdad (que no lo es) las aerolíneas se desplazaran sobre regiones montañosas, pues de trata de pilotos habituados a ese tipo de vuelos, que son ya parte de su rutina.

En segundo término, no fue el comandante Polanco el primero en divisar la "luz" a las 11, sino su copiloto Dortona (y casi simultáneamente el ingeniero de vuelo Jorge Allende) quienes la observaron y llamaron la atención respecto a su presencia. Fue también Dortona quien se comunicó con la torre de Bariloche, interrogando acerca de la naturaleza del fenómeno luminoso y recibiendo una respuesta negativa: no se trataba de un avión ni de un helicóptero. Vale decir, que la idea de una "tránsito desconocido" no surgió de la mente supuestamente perturbada del comandante Polanco, sino que existió un dato objetivo, conforme lo demuestran los registros técnicos de los operadores del aeropuerto.

Además, no es exacto que la configuración de luces verdes y anaranjadas, acompañantes en el descenso del ARG-674, sin modificar sus posiciones relativas -como una gestalt- fuera vista solamente por el comandante Polanco. Por el contrario, los restantes miembros de la tripulación del Boeing tuvieron percepciones, no idénticas, pero sí semejantes en esencia. Luego, es erróneo e injusto focalizar en Polanco y en sus hipotéticos desarreglos psicológicos como vía para "explicar" los fenómenos inusuales de Bariloche.

Estudiando en detalle las actitudes de los protagonistas del incidente, advertimos que la intensidad de las respuestas emocionales de aquellos se halla en estrecha relación con el nivel de extrañeza del fenómeno aéreo que visualizaron en cada caso.

En las circunstancias del vuelo GN-705, sus tripulantes, al comenzar a sintonizar las comunicaciones de radio entre la aerolínea y la torre de control, concernientes al tránsito desconocido, se sintieron inquietos y preocupados pues, al ignorar la altitud del fenómeno, así como su imprevisible actividad, temieron una eventual colisión. Al avistar efectivamente la luz ámbar, la sensación de inseguridad fue reemplazada casi en forma instantánea por una gran tranquilidad; quizás porque los movimientos del fenómeno no parecían azarosos, sino controlados. Por fin, una vez concluida la observación y alejada la "luz", los pilotos no se ocuparon más del tema y volcaron toda su atención hacia la tarea de emergencia sanitaria que debían cumplir. Recién al día siguiente, al ver y escuchar al comandante el comandante Cipuzack por ATC, una entrevista que le efectuaban al piloto Polanco, comenzaron los requerimientos periodísticos.

En cuanto a los tripulantes del Boeing 727, de una actitud inicial de intriga, por el tránsito no identificado, pasan de cierta alarma ante lo que pensaron era una eventual posibilidad de colisión. Pero a posteriori, la irrupción dentro de su campo visual de un fenómeno luminoso extraño, provoca en los testigos una evidente inquietud, aunque de distinto grado conforme a la personalidad de cada uno de ellos. No obstante (y pese al hecho de que en ese mismo instante se suma el imprevisto apagón de las luces del aeropuerto) los pilotos dominan sus emociones y, actuando con serenidad y profesionalidad, conducen la aeronave sin problemas a buen término.

Para los testigos de Dina Huapi -el matrimonio Cabral- los sentimientos predominantes suscitados por el avistamiento de las manifestaciones luminosas, fueron de curiosidad y sorpresa, pero en momento alguno de temor. Y algo muy similar aconteció con los operadores y técnicos del aeropuerto.

La escalada de hipótesis
Otro aspecto relevante que notamos, casi como denominador común, es que todos los protagonistas principales han experimentado el bien conocido proceso psicológico de asimilación: es decir que los testigos, en primera instancia, procuran equiparar sus observaciones a lo ya aceptado como usual y convencional. Pero, a renglón seguido, el propio observador se ve forzado, mediante una actitud crítica, a rectificar sus juicios iniciales, tras ensayar y descartar sucesivamente diversas interpretaciones y concluir admitiendo la existencia de un hecho misterioso, de algo nunca visto anteriormente.

A propósito de este aspecto recurrente, revistaremos ahora la secuencia de eventos reportados la noche del 31 de julio de 1995, en el área de Bariloche.

Dina Huapi: Los dos testigos observan desde su automóvil una luz de gran intensidad, suspendida sobre el lago Nahuel Huapi. Inicialmente pensaron que se trataba de un avión. "¡Pará, pará, mirá que luz rara tiene ese avión!" le advierte el Sr. Silverio Cabral a su esposa Berta. Luego, la inmovilidad, el silencio y ciertos caracteres lumínicos del fenómeno los lleva a desechar esa primera impresión. "¡Ay, Dios mío! ¿Qué es eso?" exclama la Sra. Berta. Recién a la mañana siguiente, al sintonizar una radio local, ambos testigos conectan su experiencia con la aparición de un OVNI.

Vuelo ARG-674: Los tripulantes divisan un tránsito hacia el SE ( a las 11) con aparente rumbo de colisión. Al principio pensaron que la luz en cuestión era un avión con problemas de radio, por lo cual no respondía a los llamados de la torre. Después, a medida que se sucedían los acontecimientos comenzaron a dudar de esa suposición inicial, a sospechar sobre su verdadera naturaleza y a preocuparse por la actividad del objeto desconocido. La palabra plato volador recién fue expresamente mencionada cuando el objeto (aparentemente el mismo) surge al lado derecho de la aeronave de línea. Antes de ver personalmente el fenómeno, el comandante Polanco supone una broma del copiloto -quien fue el primero en advertir su presencia y comunicárselo al resto de la tripulación- y luego, aún con el OVNI a la vista, con su anómala conformación de luces, le resulta difícil aceptar su existencia real.

Vuelo GN-705: La primera impresión de los pilotos, al ser sobrepasados en vuelo horizontal por una luz ámbar destellante, es la de estar frente a un jet de combate, pero cuando la luz efectúa una serie de maniobras físicamente imposibles, la idea de un OVNI en el sentido estricto del vocablo, termina por prevalecer.

El panorama que acabamos de mostrar, confirma que, en todos los casos, los testigos han pretendido, como reacción primaria, buscar una respuesta convencional para sus experiencias y que luego, mediante la llamada "escalada de hipótesis" (Hynek), es decir: ascendiendo paso a paso hacia una mayor complejidad conceptual, aceptar por fin que no se enfrentaban a un estímulo ordinario, sino a un fenómeno marcadamente anómalo.

No estamos pues, en presencia de contactistas que anhelan el encuentro con los Hermanos del espacio, ni de personas que movidas por oscuros impulsos se dirigen a determinados sitios, desde los cuales perciben la llegada de naves del espacio exterior, ni de grupos sectarios que mediante "mantreos" u otras vías de purificación espiritual invocan la aparición artefactos extraterrestres, luces inteligentes o seres cuasiangélicos. En cambio, sí advertimos que los testigos del caso Bariloche son gente normal, que sin preverlo ni desearlo se vieron de pronto inmersos en sucesos extraños y perturbadores, mientras desarrollaban actividades habituales y cotidianas.

Hipótesis aerotecnológicas
Según los datos aportados por el Project Blue Book, sobre una base de 1.593 informes reportados, entre junio de 1947 a diciembre de 1952, algo más de un 30% de ellos, eran susceptibles de ser identificados como globos meteorológicos, aviones y helicópteros, y habían sido confundidos como OVNIs por los ocasionales testigos.

Con respecto a esta segunda hipótesis alternativa, analizando los elementos de extrañeza en los avistamientos de Bariloche, es viable inferir varias conclusiones que refutan dicha interpretación.

En primer término, por sus rasgos de configuración, los fenómenos observados no corresponden a ninguna expresión de la aerotecnología contemporánea. Tal aserto surge claramente del análisis que se expone a continuación.

En su momento de máxima cercanía, el fenómeno es detectado por todos los pilotos del Boeing 727. Sin embargo, -y esta circunstancia merece ser remarcada- sus respectivas descripciones no son idénticas.

Según el testimonio del comandante Polanco, el objeto (*) se mostraba como una entidad de consistencia aparentemente sólida, morfología lenticular, con presunta convexidad y tres fuentes luminosas: dos luces verdes en los extremos y otra en el supuesto ápice del OVNI. En cambio, tanto el copiloto Dortona, como el ingeniero de vuelo Allende refieren un panorama algo diferente: ellos ven una configuración de tres luces, del mismo color y muy similar disposición que las referidas por Polanco; incluso advierten la pulsación de la luz anaranjada central, mas no distinguen ningún cuerpo sólido que las sustente (Dortona ve la luz ámbar pulsante, con forma de copa, algo más elevada con respecto a las otras dos fuentes de luz verde). Por su parte, el primer oficial Benavente, que viajaba accidentalmente en el vuelo ARG-674, a pesar de estar ubicado detrás del asiento del piloto Polanco y no disponer de una buena visión de los fenómenos, coincidió con la descripción de Dortona, pero su interpretación es más escéptica, porque no descarta que las luces acompañantes no fueran las de un jet de combate. Sin embargo, se sabe por informes técnicos del personal del aeropuerto que ningún avión de tales características voló esa noche en el área de Bariloche; y tampoco se informaron vuelos de aeronaves militares, civiles o comerciales, ya fueran éstos programados o no. Pero, paradójicamente, la opinión de Benavente ratifica la impresión de que se estuvo en presencia de un objeto estructurado y no de simples juegos de luces.

De todos modos, al margen de sus disimilitudes, todos los testimonios coinciden en afirmar la irrupción de un fenómeno inusual, capaz de intrigar a los pilotos, no obstante su prolongada experiencia profesional.

Para ensayar una posible explicación válida a las divergencias que se notan en las narraciones de los tripulantes, no es irrazonable argumentar que como las luces mantenían entre sí una exacta posición fija, a pesar de acompañar la trayectoria descendente de la aerolínea durante un lapso prolongado, conformando así una especie de grupo geométrico, bien podrían haber creado la impresión de fenómenos con estructura sólida.

En sentido inverso, experiencias visuales, muy fáciles de corroborar, nos indican que en cielos nocturnos sólo son visibles las luces de posición de las aeronaves, y esto no sucede en cambio con el cuerpo (fuselaje y alas) de las mismas.

Aunque sin duda existen numerosos incidentes semejantes que involucran la percepción de configuraciones luminosas, sin sustento sólido aparente, recordaremos aquí un valioso caso, que es ya un clásico de la ufología mundial.

La noche del 20 de agosto de 1949, el Dr. Clyde Tombaugh, renombrado astrónomo estadounidense -descubridor en 1930 del planeta Plutón- se hallaba en el patio trasero de su casa en Las Cruces, Nuevo México. Aproximadamente a las 22 horas, el Dr. Tombaugh y dos miembros de su familia observaron, atravesando rápidamente el cenit del cielo, una extraña hilera de luces verde-azuladas, un conjunto geométrico de rectángulos, cuya visualización duró unos 3 segundos. "Los rectángulos iluminados mantenían -decía el astrónomo- una exacta posición fija entre sí, lo cual tendía a sustentar la impresión de solidez".

En segundo término, el comportamiento de los fenómenos avistados sobre la zona de Bariloche, es incompatible con los de cualquier ingenio volador convencional y excluyen soluciones que involucren estímulos aeronáuticos. Subrayemos que el factor movimiento es uno de los elementos diagnósticos pro-OVNI más específicos y definitorios.

En el incidente de Bariloche, comportamientos cinemáticos claramente anómalos fueron percibidos tanto por los pilotos del ARG-674, como por los del GN-705. En el primer caso se detectaron maniobras de vuelo en formación cercana, en abierta contravención a las estrictas regulaciones del tránsito aéreo que prohíbe la aproximación no prevista entre dos aeronaves, a menos de 150 m. Además -y según testimonio del copiloto Dortona- la luz no identificada efectuó también, en cierto momento, un repentino cambio de posición, moviéndose hacia su derecha (a la izquierda del Boeing) con un ángulo de 90 grados "como evadiéndonos... lo que no es normal en un helicóptero o un avión, o algo que nosotros conocemos..."

Con respecto al aparato de la Gendarmería, durante 15 segundos sus tripulantes presenciaron con toda claridad las evoluciones de una luz peculiar, no irradiante, que destellaba, ejecutando movimientos discontinuos, con alternancia de fases estáticas y de movilidad. Se percibieron giros cerrados en ángulo recto, en ascensión vertical, detenciones súbitas y aceleraciones insólitas con altas velocidades. Todas ellas, traslaciones en evidente violación a las leyes físicas de inercia y gravedad actualmente reconocidas por la ciencia. Acotemos que el brusco ascenso de la luz destellante, vista desde el GN-705 es descrito como "explosivo" o "casi instantáneo".

Las estimaciones de velocidad resultan sólo aproximadas y dependen de la altura en que se calcule el vuelo horizontal del fenómeno luminoso, antes de la trepada vertical. Si se le otorga un valor intermedio de 1.300 m y el fenómeno -que se desplazaba a 600 o 700 km/h- ciertamente llegó y se detuvo a un nivel de 3.000 m, en 1 segundo, se obtendría una velocidad de 5 Mach, (el comandante Gaitán habla de 3 Mach) por lo menos. Pasar de 700 km/h a más de 6.000 km/h, significa una enorme aceleración, incompatible con lo que podría soportar cualquier aeronave convencional.

Coincidentemente con lo expuesto, el informe aportado por el matrimonio Cabral, testigos afincados en Dina Huapi, adiciona otros elementos concordantes en cuanto a la cualidad de los movimientos del extraño fenómeno luminoso por ellos percibido; desde una posición estática, aquel se alejó a una velocidad impresionante que "no pudo ser seguida por la vista".

Por fin, para concluir este examen crítico de la hipótesis aerotecnológica aplicada a los eventos de Bariloche, reproducimos textualmente un informe del Comando de Regiones Aéreas de la Fuerza Aérea Argentina, con fecha 5 de setiembre de 1995:

"La investigación por parte de la Fuerza Aérea fue finalizada en el momento que se determinó que no hubo invasión del espacio aéreo de jurisdicción por parte de objetos aéreos convencionales conocidos".

Hipótesis astronómicas
Siempre de acuerdo con las mismas fuentes citadas de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y para igual período histórico, cerca del 15% de las confusiones de los testigos fueron causadas por objetos astronómicos, primordialmente por meteoritos, planetas (Venus, Júpiter y Marte) y algunas estrellas de 1era. Magnitud, como Sirio, Canopus, etc.

Pero los meteoritos se manifiestan dentro de muy limitadas condiciones de movilidad (no efectúan cambios bruscos de dirección, ni detenciones) y de duración (normalmente son fugaces, con duraciones típicas de 1 a 15 segundos, 30 segundos como máximo.

En cuanto a los planetas y estrellas, se trata de cuerpos astronómicos caracterizados por su inmovilidad aparente, salvo el poco menos imperceptible movimiento (15º por hora) con que acompañan el de la esfera celeste. Además, todos ellos son fáciles de localizar en el cielo, mediante los sistemas de coordenadas, y en el caso de los sucesos de Bariloche las posiciones de todos los fenómenos luminosos observados no coinciden con las de ninguno de los astros.

Recordemos que algunos medios gráficos dieron cabida a una explicación astronómica para las observaciones efectuadas por los pilotos del Boeing 727. Según la misma, las luces percibidas a babor de la aeronave, durante el descenso hacia la vertical del aeropuerto, sólo habrían sido el resultado de una confusión con la Luna y el planeta Marte, que por entonces aparecía muy próximo al satélite natural.

Con el fin de evaluar objetivamente la verosimilitud de esta especulación convencionalista, expondremos a continuación las ubicaciones respectivas de ambos cuerpos celestes, vistos desde las coordenadas geográficas de San Carlos de Bariloche (Latitud: 41º 09 Sur; Longitud: 71º 10 Oeste).

Datos generados y corroborados mediante la implementación de dos software astronómicos: el Expert Astronomer for Windows, y el EZ Cosmos 3.0.

Horizonte occidental, para la hora 20:30.

Luna
Az. 295º 07' 44" (en fase 0.18)
Alt. 27º 53' 49"
Marte
Az. 301º 50' 23"
Alt. 34º 12' 102"

Horizonte occidental, para la hora 20:40.:.

Luna
Az. 293º 07' 17"
Alt. 26º 14' 17''
Marte
Az. 299º 33' 37"
Alt. 32º 34' 48"

La conclusión que se desprende de los datos mostrados, es insoslayable: la Luna y Marte nunca estuvieron a la derecha y atrás del ARG-674 (hacia el E o NE) donde se percibieron los fenómenos luminosos, sino al frente (horizonte occidental) de la aeronave. Ambos se ubicaban próximos a los 300º de Azimut (O-NO) y a una altura de 30º aproximadamente respecto al horizonte. De este modo, la solución convencional queda absolutamente descartada. El intento por reducir las observaciones de Bariloche a cuerpos astronómicos erróneamente percibidos, aparece frágil e inconsistente.

Hipótesis óptico-atmosféricas
Otra de las interpretaciones escépticas más remanidas es aquella que se esfuerza por diluir las manifestaciones OVNI como meros procesos ópticos de refracción y reflexión en las capas atmosféricas, de luces emitidas por fuentes convencionales, v.g. faros de automotores, reflectores varios, etc.

Tal solución (de la más pura tradición "menzeliana") es la expuesta por ejemplo, a los medios periodístico por el Dr. Horacio Ghielmetti, físico del CONICET, a propósito del caso Bariloche. "En esta época del año -señala el profesional- la ciudad de San Carlos de Bariloche siempre está cubierta de nubes y eso ayuda a que se produzcan efectos inusuales muy importante, producto del reflejo de las luces, y las ilusiones ópticas suelen ser muy desconcertantes". 

Más cauto, el Dr. Ernesto Crivelli, de la Universidad del Comahue, admitió que el extraño fenómeno observado en Bariloche "no tiene una explicación concreta" desde su óptica. Aunque aclaró que la nieve puede jugar un papel preponderante en ese contexto. "Con las actuales condiciones meteorológicas -expresó el científico- un láser como el que tienen las discotecas locales puede rebotar muchísimas veces hasta desaparecer". (Fuente: Río Negro, jueves 3 de agosto de 1995).

Por supuesto que en el momento de sus declaraciones a los medios, ambos científicos no habían investigado los detalles del caso, ocurrido 4 días antes.

¿Qué puede inferirse acerca de la verosimilitud de las hipótesis óptico-atmosféricas, a partir de los procesos de análisis y evaluación a que hemos sometido los hechos de Bariloche? ¿Es razonable admitir que un simple fenómeno de reflexión óptica pueda generar en testigos calificados la sensación de hallarse en presencia de configuraciones luminosas, definidas y permanentes? Tal es el caso del fenómeno formado con el ARG-674, en el que los tripulantes concuerdan esencialmente en haber visto una conformación de tres luces, que mantenían sus distancias relativas y que, como una gestalt, siguió por un lapso de 3 minutos el descenso de la aerolínea.

Lo propio cabe afirmar con relación a la "luz" percibida desde el GN-705. Se trataba de una fuente luminosa no puntual, con rasgos peculiares: pulsaba, se prendía y apagaba alternativamente; tampoco irradiaba, era opaca, semejante a una "perla". Parecía, en los primeros instantes, el beacon de una aeronave militar y no la proyección de algún reflector con base terrestre. Recordemos también que el fenómeno se desplazaba por debajo del GN-705, en un área del cielo carente de nubosidad.

En el avistamiento previo de Dina Huapi, los dos testigos relatan la aparición de haces de luces verde-azuladas, que se proyectaban a partir de una especie de arco luminoso anaranjado, muy intenso, estático en el cielo. Las luces se irradiaban siempre hacia abajo, sin llegar al suelo, "como el agua que surge de una ducha" -según la descripción del matrimonio Cabral. Y en esos momentos, toda la región carecía de energía eléctrica a causa del primer apagón.

Complementando los argumentos expuestos, subrayemos que las condiciones meteorológicas prevalecientes en esa noche no fueron adecuadas para la producción de efectos ópticos de alguna relevancia. El cielo, en esas instancias atmosféricas estaba despejado, con una delgada capa de estratos dispersos con dos octas (dos octavas partes del cielo), a unos 30º de altura sobre el horizonte Oeste; la nubosidad aparecía recostada, como es habitual en esa región, hacia las montañas. La mayor parte de las manifestaciones aéreas insólitas denunciadas se dieron precisamente en los sectores despejados, de modo que no hubo una especie de pantalla natural, como lo sería la base de las capas nubosas, donde se proyectaran los haces luminosos (que por otra parte no se vieron en momento alguno) provenientes de las supuestas fuentes de rayos láser o de reflectores de cualquier tipo.

Conclusiones generales

La contrastación de las hipótesis convencionales con los datos existentes, evaluados de modo objetivo y racional, revela que ninguna de aquellas posee la suficiente entidad lógica como para ser aceptadas como medianamente plausibles.

Conforme a lo antedicho, podemos afirmar con aceptable grado de certitud, que los fenómenos avistados en el área geográfica circundante al aeropuerto de Bariloche la noche del 31 de julio de 1995, constituyen auténticas expresiones anómalas; vale decir, que no admiten ser integradas en el cuerpo de conocimientos científicos reconocidos al presente como válidos.

NOTA (*)
El vocablo "objeto", para designar ciertas manifestaciones OVNI, predominantemente lumínicas, ha sido, con frecuencia, cuestionado. Sin embargo, ateniéndonos a su raíz etimológica, el término significa "lo que se echa delante" , y también "lo que se presenta u ofrece a los ojos". En consecuencia, no implica necesariamente la característica de solidez y, en tal sentido, una configuración de luces -como las que refieren los testimonios- puede calificarse, sin incorrecciones semánticas, como un auténtico objeto.

http://fuego.dragoninvisible.com.ar/boletin2/dragon120.htm