viernes, 5 de diciembre de 2014

¿Hay vida en Marte? Un nuevo meteorito reabre el debate

¿Hay vida en Marte? Un nuevo meteorito reabre el debate
Un equipo de investigadores que ha analizado la roca sugiere que la vida marciana es mucho más probable de lo que se creía
por José Manuel Nieves


El meteorito Tissint fue arrancado de la superficie de Marte hace unos 700.000 años (Crédito: Alain Herzog)

¿Hubo alguna vez vida en Marte? O mejor, ¿es posible que alguna forma de vida exista aún allí?. El análisis de un nuevo meteorito procedente del Planeta Rojo ha reabierto el debate. Un equipo internacional de investigadores, en efecto, acaba de publicar un estudio en la revista Meteoritics and Planetary Sciences en el que se demuestra que la vida marciana es mucho más probable de lo que se creía.

"Es más -explica Philippe Gillet, director del Laboratorio de Ciencias Planetarias de la Escuela Politécnica federal de Lausana (EPFL)- no existe otra teoría que nos resulte más convincente". Gillet y sus colegas de China, Japón y Alemania llevaron a cabo un detallado análisis de restos de carbono en un meteorito marciano y llegaron a la conclusión de que, con total seguridad, su origen es biológico. Los investigadores argumentan que el carbono se depositó en las fisuras de la roca cuando ésta aún estaba en Marte, por medio de la filtración de líquidos que eran ricos en materia orgánica.

El meteorito, llamado Tissint, fue arrancado de la superficie de Marte hace unos 700.000 años, seguramente debido al impacto de otra roca contra el suelo marciano. Tras su larguísimo vuelo, Tissint cayó finalmente en el desierto de Marruecos, en la región de Guelmin-Es Semara, el 18 de julio de 2011. Su trayectoria de impacto fue seguida por numerosos testigos. El meteorito, tras su entrada en la atmósfera, se rompió en numerosos fragmentos de los que hasta ahora se han recuperado varios, con un peso total de unos 7 kg.

Bajo el microscopio, puede verse que la roca tiene un gran número de pequeñas fisuras o grietas, que están rellenas de un material muy rico en carbono. Varios equipos independientes de investigadores han llegado a la conclusión, tras sus análisis, de que el origen de ese carbono es inequívocamente orgánico. Es decir, que procede directamente de una actividad biológica. Lo que aún no se sabe con certeza es si esa actividad biológica tuvo lugar, o no, en el propio Marte.

Los análisis químicos, microscópicos y de isótopos llevados a cabo hasta el momento han llevado a los investigadores a sugerir varios posibles orígenes para ese carbono. El origen terrestre (es decir, que se trate de una contaminación producida después de que el meteorito cayera en Marruecos) queda completamente descartado. Ese carbono se depositó en la roca, sin duda alguna, antes de que ésta abandonara Marte.

Y el equipo dirigido por Gillet desafía también algunas investigaciones previas (como la publicada por Steele en Science en 2012) que sugieren que el carbono pudo originarse durante la cristalización, a muy altas temperaturas, del magma. Según el nuevo estudio, sin embargo, la explicación más probable es que un líquido muy rico en componentes orgánicos de origen biológico se infiltrara en las rocas, a bajas temperaturas y muy cerca de la superficie de Marte.  

Phoenix y Curiosity

Esta conclusión se apoya en varias propiedades intrínsecas del carbono hallado dentro de Tissint, como por ejemplo la proporción existente entre carbono 13 y carbono 12, significativamente menor que la proporción que se da en el carbono presente en el CO2 de la atmósfera marciana, medida por la sonda Phoenix y la misión Curiosity. Más aún, la diferencia entre esas dos proporciones de carbono se corresponde a la perfección con las que se observan en la Tierra entre un trozo de carbón de origen biológico y el carbono atmosférico.

Pero también podría ser que el carbono en cuestión no tuviera su origen en Marte. Los investigadores apuntan, en efecto, que toda esa materia orgánica podría haber sido llevada a Marte por otros meteoritos que se estrellaron contra su superficie en el pasado. Un escenario digno de tener en consideración, aunque poco probable, dada la escasa concentración de materia orgánica encontrada en otros meteoritos del mismo tipo.

"Insistir en aclarar el origen de este carbono es lo más prudente -afirma Gillet- especialmente cuando se trata de un tema tan sensible. Estoy completamente abierto a la posibilidad de que otros estudios puedan contradecir nuestros hallazgos. Sin embargo, nuestras conclusiones son de tal alcance que reavivarán sin duda la posible existencia de actividad biológica en Marte, por lo menos en el pasado". 


http://www.abc.es/ciencia/20141203/abci-vida-marte-nuevo-meteorito-201412031036.html

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