martes, 5 de julio de 2011

Opinión
¿Dios o extraterrestre? Usted decide
¿Cuál es la diferencia entre Dios y un ser extraterrestre? Ninguna, dice el agnóstico y escéptico Michael Shermer.



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Michael Shermer.
La mayoría de los teístas creen que Dios creó el universo y todo lo que hay en él, incluyendo las estrellas, los planetas y la vida. Mi pregunta es: ¿cómo podemos distinguir entre un Dios omnipotente y omnisciente o diseñador inteligente (DI) de una inteligencia extraterrestre extremadamente poderosa y muy inteligente (IET).

Es decir, si vamos en busca de un ser -tanto teístas como ateos dicen estar haciéndolo- nos encontramos con un problema que yo llamo la última ley de Shermer: cualquier inteligencia extraterrestre que sea lo suficientemente avanzada es indistinguible de Dios. 

Mi planteo (ET = DI = Dios) surge de una integración de la teoría de la evolución, del creacionismo de diseño inteligente, y del programa SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), y se puede derivar de las siguientes observaciones y deducciones:

Observación 1: La evolución biológica es sumamente lenta en comparación con la evolución tecnológica. 

Observación 2: El universo es muy grande y el espacio está muy vacío, por lo que la probabilidad de hacer contacto con una inteligencia extraterrestre es muy remota. 

Deducción 1: La probabilidad de hacer contacto con una inteligencia extraterrestre que sea sólo un poco más avanzada que nosotros es prácticamente nula. Cualquier IET se encontrará por detrás de nosotros (en cuyo caso sólo podría ser encontrada al aterrizar en su planeta) o por delante de nosotros (en cuyo caso las encontraremos a través de telecomunicaciones o de su aterrizaje en nuestro planeta). ¿A qué distancia por delante de nosotros estará probablemente una IET? 

Una cuestión de habilidad tecnológica
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El Ojo de Dios para algunos y la nebulosa Helix para otros. (Fuente: NASA / JPL-Caltech / K.Su (Univ. Arizona))

Observación 3: La ciencia y la tecnología han cambiado el mundo más en el siglo pasado que lo que cambió en los últimos cien siglos -tomó diez mil años para llegar desde el carro hasta el avión, pero sólo sesenta y seis años para llegar del vuelo con motor al aterrizaje lunar. La ley de Moore acerca de la duplicación de la potencia de los ordenadores cada dieciocho meses no ha disminuido y se ha reducido a alrededor de un año. 

Los científicos informáticos calculan que han habido treinta y dos duplicaciones desde la Segunda Guerra Mundial y que para 2030 podemos encontrar la singularidad, el punto en que la potencia total de cálculo se elevará a niveles que hasta ahora están más allá de lo que podemos imaginar y que parecerá ser casi infinita y por lo tanto, relativamente hablando, ser indistinguible de la omnisciencia. Cuando esto suceda, el mundo va a cambiar más en una década, de lo que lo hizo en las últimas mil décadas. 

Deducción 2: Extrapolemos estas líneas de tendencia a decenas de miles, cientos de miles o incluso millones de años -un mero parpadeo del ojo en una escala de tiempo evolutivo- y llegaremos a una estimación realista de cuán avanzada será una IET. 

Considere la posibilidad de algo tan relativamente simple como el ADN. Ya podemos manipular genes después de tan sólo cincuenta años de ciencia genética. Una IET que esté cincuenta mil años por delante de nosotros seguramente sería capaz de construir todo el genoma, las células, la vida multicelular y complejos ecosistemas. 

El diseño de la vida, después de todo, es sólo un problema técnico en la manipulación molecular. Para nuestros descendientes no muy lejanos, o para una inteligencia extraterrestre que podamos encontrar, la capacidad de crear vida será una simple cuestión de habilidad tecnológica.

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Deducción 3: Si hoy podemos manipular genes, clonar mamíferos y manipular las células madre con la ciencia y la tecnología desarrolladas en el último medio siglo, pensemos en lo que una IET podría hacer con cincuenta mil años de poder equivalente de progreso en la ciencia y la tecnología. Para una IET que esté un millón de años más avanzada que nosotros, la ingeniería para la creación de los planetas y las estrellas podría ser totalmente posible. Y si los universos son creados a partir del colapso de los agujeros negros - lo que algunos cosmólogos piensan que es probable - no es inconcebible que una lo suficientemente avanzada IET podría incluso crear un universo desencadenando el colapso de una estrella en un agujero negro. 

¿Cómo llamaríamos al ser inteligente capaz de manipular la vida, los planetas, estrellas y universos? Si supiéramos acerca de la ciencia subyacente y de la tecnología utilizada para hacer esta ingeniería, lo llamaríamos una inteligencia extraterrestre, si no conociéramos sobre la ciencia y la tecnología subyacente, la llamaríamos Dios. 

Este es un extracto editado del último libro de Michael Shermer The Believing Brain, publicado por Henry Holt and Company.  

http://www.abc.net.au/science/articles/2011/06/29/3255755.htm 

Modificado por orbitaceromendoza

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