Protocolo de contacto con equipos extraterrestres
Encontrar equipo enviado por otras civilizaciones requeriría un nuevo protocolo para un compromiso inmediato. A diferencia de las señales de radio, queremos actuar rápido.
por Avi Loeb
Los protocolos anteriores para un posible contacto con inteligencias extraterrestres se inspiraron principalmente en la posibilidad de detectar señales de radio de sistemas planetarios alrededor de estrellas distantes. Dado que el sistema estelar más cercano, Alpha Centauri, está a 4,4 años luz de distancia, tales señales requerirían una década o más para una conversación de ida y vuelta. Como resultado, no tienen consecuencias para nuestro futuro inmediato.
Pero un tipo diferente de contacto podría generar un impacto inmediato. Se trata de objetos físicos de otra civilización que ya se encuentran dentro del sistema solar. El hardware que llega no tiene por qué ser inerte, pero podría poseer inteligencia artificial (IA), que busca información sobre la región habitable alrededor del Sol, nuestro patio trasero.
El recientemente anunciado Proyecto Galileo empleará telescopios en la búsqueda de equipos extraterrestres cerca de la Tierra. Un encuentro con objetos relacionados permitiría un contacto instantáneo sin un retraso significativo en el tiempo de comunicación. La posibilidad de un compromiso inmediato cambia el protocolo de respuesta en relación con una señal de radio retrasada, al igual que lo hace para una reunión en persona en comparación con una carta que se retrasa por correo de superficie.
Actualmente, no existe un acuerdo internacional sobre cómo la humanidad debe interactuar con un objeto visitante de origen extraterrestre. Sería prudente formular directrices antes de que sean necesarias, por ejemplo, como resultado del descubrimiento del proyecto Galileo de astronautas con IA. Cualquier compromiso podría tener implicaciones para el futuro de la humanidad y no debe dejarse a los caprichos espontáneos de un pequeño equipo de investigadores. Dado que se trata de un asunto internacional, las Naciones Unidas tienen la responsabilidad de formular el protocolo de contacto.
El curso de acción más seguro sería utilizar instrumentación pasiva para recopilar la mayor cantidad de datos posible sobre los objetos de interés. Esto incluiría monitorear su respuesta a actividades humanas no relacionadas.
Dada esta información, debemos sopesar los riesgos y beneficios que resultarán de diferentes compromisos. El árbol de decisiones sobre cómo proceder tendrá ramas que dependerán de las propiedades y el comportamiento de los objetos. Dado que es difícil pronosticar estas incógnitas de antemano, las decisiones deberán tomarse en tiempo real.
Para evitar malas interpretaciones catastróficas como en la historia del “Caballo de Troya” de la mitología griega antigua, los datos deben analizarse cuidadosamente dentro de la mentalidad más amplia posible. Descifrar la intención de un equipo extraterrestre inteligente puede parecerse al desafío de descifrar el código de un dispositivo de cifrado, como se describe en la excelente película "Llegada" (Arrival). Esto requeriría un equipo de lingüistas e informáticos, parecido al trabajo pionero dirigido por Alan Turing hace un siglo para descifrar el código Enigma. Es posible que debamos confiar en nuestros sistemas de inteligencia artificial para descubrir la intención de los sistemas de inteligencia artificial extraterrestres.
Una interpretación adecuada del contacto rápido con tecnologías extraterrestres podría generar el avance más significativo en nuestra comprensión de la realidad que nos rodea en toda la historia de los humanos. Este nuevo entendimiento podría tener importantes consecuencias para nuestras futuras aspiraciones en el espacio.
Nuestra migración histórica fuera de África comenzó hace unos cien mil años, pero nuestra futura migración fuera de la Tierra puede ser provocada por un diálogo con un mensajero desde lejos que no se parece a nada que hayamos visto antes.
Avi Loeb es el director fundador de la Iniciativa Agujero Negro de la Universidad de Harvard, director del Instituto de Teoría y Computación del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica y ex presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard (2011-2020). Es el autor más vendido de "Extraterrestrial: The First Sign of Intelligent Life Beyond Earth" y coautor del libro de texto "Life in the Cosmos".
Modificado por orbitaceromendoza
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