miércoles, 22 de octubre de 2025

¿Qué hacer en caso de contacto con extraterrestres?: científicos renuevan su plan

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¿Qué hacer en caso de contacto con extraterrestres?: científicos renuevan su plan
El documento actualizado marca el mayor cambio en 36 años.


Imagen ilustrativa. Michael Macor/The San Francisco Chronicle / Gettyimages.ru

La Academia Internacional de Astronáutica (IAA) ha elaborado el borrador de una versión actualizada del protocolo en caso de la potencial detección de una señal de civilizaciones extraterrestres, como parte del programa de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence, en inglés), por primera vez en 15 años.

Este protocolo actualizado, que se prevé que se adopte a principios del próximo año, marca el mayor cambio en los 36 años de existencia de dichos documentos. La IAA creó en 1989 la Declaración de Principios, cuyo objetivo era sugerir cómo debía reaccionar la humanidad ante una señal confirmada de un mundo extraterrestre. Esta versión fue actualizada en 2010, pero estos cambios consistieron principalmente en simplificaciones con pocas diferencias sustanciales.

Según el portal Phys.org, la nueva versión es "significativamente diferente en varios aspectos importantes" y pretende reflejar "la creciente complejidad de abordar temas altamente sensibles en el mundo moderno"; además, se precisa que uno de los objetivos principales es "proteger a los investigadores que anuncien el descubrimiento del acoso en línea o algo peor".

El cambio más importante está relacionado con la cuestión de si la humanidad debería responder a un mensaje directo recibido: si bien las versiones anteriores daban una respuesta afirmativa, la nueva sugiere que los investigadores no deberían enviar ninguna respuesta hasta que el asunto se debata en la ONU u otros organismos internacionales.

Puntos clave

En caso de una posible detección de inteligencia extraterrestre, el descubridor debe hacer todo lo posible para autenticarla y fundamentarla, utilizando los recursos disponibles y en colaboración con otros investigadores. La información sobre señales debe manejarse "con extremo cuidado, reconociendo que los hallazgos iniciales pueden ser incompletos o ambiguos".

Se señala que los profesionales del SETI deben tener la libertad de presentar informes sobre sus actividades y resultados en foros públicos y profesionales, así como deben responder de manera razonable a solicitudes de información por parte de medios de comunicación, y sus respuestas deben ser "rápidas, precisas y honestas". Al mismo tiempo, no están obligados a divulgar datos sobre investigaciones completadas hasta que se confirme el contacto con civilizaciones extraterrestres.

Si se confirma que una señal u otra evidencia se debe a inteligencia extraterrestre, los descubridores y/o instituciones pertenecientes deben comunicarlo "de manera rápida, completa y abierta" al público, la comunidad científica y al secretario general de la ONU.

Todos los datos relacionados con el descubrimiento deberán registrarse, almacenarse de manera segura y archivarse "en al menos dos repositorios ubicados en diferentes lugares geográficos", y en "un formato que los haga accesibles a observadores y a la comunidad científica para la replicación de resultados y análisis adicionales", precisa el documento.

Si se recibe una señal, los profesionales del SETI deben cooperar en las consultas internacionales apropiadas para considerar si debe emitirse una posible respuesta y, en caso afirmativo, cuál debería ser su contenido. "Mientras se resuelven dichas consultas, no debe enviarse ninguna respuesta", resalta, agregando que las consultas deben llevarse a cabo a través de la ONU y otros organismos internacionales de representación amplia.

El paso final para la ratificación de la nueva versión, suponiendo que pase la votación por mayoría simple, es que el consejo de la IAA lo ratifique, lo que permitirá tener un plan elaborado en caso de que llegue ese día.



Un nuevo método podría revelar exoplanetas similares a la Tierra
Utilizando un truco matemático de la radioastronomía, astrónomos han ideado un nuevo método para encontrar exoplanetas similares a la Tierra. Este enfoque aplica un principio bien conocido de la radioastronomía al campo de la telescopía óptica y podría permitir la visualización directa de planetas pequeños y tenues cerca de estrellas brillantes. Particularmente emocionante: la próxima "segunda Tierra" podría ya estar oculta en una imagen del Telescopio Espacial James Webb.
por Andreas Müller


Credito: Adelman, et al., ArXiv.org

De las ondas de radio a la luz de las estrellas

Como explicó con antelación el equipo dirigido por Chelsea Adelman, de la Universidad de California, a través de ArXiv.org, el método se llama “Kernel Phase Interferometry” (KPI) y podría convertirse en el futuro en una herramienta estándar para evaluar datos observacionales del Telescopio Espacial James Webb (JWST) y otros grandes telescopios.

El principio de la interferometría

El principio se deriva del funcionamiento de la radioastronomía: las ondas de radio tienen longitudes de onda extremadamente largas en comparación con la luz visible. Por lo tanto, un solo radiotelescopio jamás podría alcanzar la alta resolución de imagen que ofrece el telescopio Hubble, con un espejo de tan solo 2,4 metros.

Para solucionar este problema, los astrónomos desarrollaron la técnica de la interferometría: en lugar de construir un único radiotelescopio gigantesco, se distribuyen muchas antenas más pequeñas a lo largo de grandes distancias. Cada antena recibe la misma señal de radio, pero con un retardo mínimo. Al correlacionar con precisión estos tiempos de llegada, la señal global puede calcularse como si se originara en un único telescopio gigante virtual cuyo diámetro corresponde a la distancia entre las antenas exteriores.

Este método, conocido por proyectos como el Very Large Array (VLA) o el Event Horizon Telescope, proporciona imágenes de altísima resolución, por ejemplo de galaxias lejanas o incluso de los bordes de agujeros negros.

Del radiotelescopio a James Webb

En astronomía óptica, la interferometría rara vez ha sido necesaria hasta ahora, ya que la luz visible tiene longitudes de onda tan cortas que incluso un espejo medianamente grande puede producir imágenes muy nítidas. Incluso el telescopio Hubble y el telescopio James Webb de 6,5 metros constan de segmentos de espejo comparativamente pequeños y ajustados con precisión.

Pero aquí es precisamente donde entra en juego el nuevo estudio: ¿Qué pasaría si se aplicara una especie de "interferometría virtual" también a los telescopios ópticos? Esta es la idea básica del nuevo método.

El equipo de Adelman propone ahora procesar matemáticamente los datos observacionales existentes del JWST como si se hubieran obtenido de una red de telescopios individuales. Esto implica utilizar la estructura ya segmentada del espejo del JWST —compuesta por siete segmentos principales hexagonales— como base para una especie de interferómetro virtual.


El gráfico muestra cómo los siete espejos del Telescopio Espacial James Webb pueden verse como un conjunto de espejos más pequeños y utilizarse para el procesamiento de datos mediante interferometría. Fuente: Adelman, et al., ArXiv.org

Interferometría de fase de núcleo

La interferometría de fase de núcleo (KPI) no requiere hardware nuevo. En su lugar, una imagen existente se descompone matemáticamente en un patrón de múltiples "señales individuales virtuales" mediante transformadas de Fourier complejas. Estas se correlacionan entre sí, de forma similar a la radiointerferometría clásica.

El resultado no es simplemente una imagen más nítida, sino una señal analíticamente aislada que permite separar fuentes de luz específicas. Esto resulta especialmente útil cuando una estrella muy brillante eclipsa la tenue luz de un planeta cercano, un problema bien conocido en la búsqueda de exoplanetas similares a la Tierra.

El KPI facilita la identificación y separación de estas señales ocultas. También permite que los sistemas binarios estelares cercanos, cuya luz se superpondría, se identifiquen con mayor claridad.

Datos existentes: nuevos conocimientos

Una ventaja particular del método es que puede aplicarse retrospectivamente a datos existentes. Las observaciones del Telescopio James Webb, que anteriormente solo mostraban patrones de brillo difuso, podrían reanalizarse mediante KPI y buscarse específicamente indicios de planetas pequeños, sin necesidad de nuevas observaciones.

Esto abre la posibilidad de encontrar pistas sobre mundos previamente no descubiertos en datos de archivo, especialmente planetas del tamaño de la Tierra en órbitas cercanas alrededor de estrellas similares al Sol.

Perspectivas para la búsqueda de exoplanetas

Aunque el método todavía está en sus primeras etapas de aplicación práctica, los investigadores ven un gran potencial: "Los futuros telescopios con espejos segmentados, como el Extremely Large Telescope (ELT) planeado en Chile, podrían integrar KPI en su análisis de datos desde el principio".

Si el método tiene éxito, podría revolucionar la obtención de imágenes directas de pequeños exoplanetas y, por lo tanto, realizar una contribución decisiva a la búsqueda de mundos potencialmente habitables.



Las civilizaciones extraterrestres solo podrían ser detectables durante un “momento cósmico”
Un nuevo estudio analiza de forma inusual la llamada Paradoja de Fermi. Esta pregunta plantea por qué, a pesar de la alta probabilidad de vida extraterrestre, aún no hemos encontrado rastros de civilizaciones extraterrestres. El nuevo enfoque: las civilizaciones altamente desarrolladas solo podrían detectarse durante un período extremadamente corto con los métodos actuales.
por Andreas Müller


Este gráfico muestra el nivel de desarrollo tecnológico (K) de una civilización a lo largo del tiempo. La ventana de observación es el área bajo la curva de crecimiento que interseca el límite de detección humano; es decir, el período durante el cual la tecnología de una civilización extraterrestre aún es detectable con los métodos actuales. La figura lo ilustra con el ejemplo de la "curva de crecimiento rápido" (azul). Fuente: Michael A. Garrett, ArXiv.org 2025

El horizonte de la comunicación

En su artículo, publicado previamente en ArXiv.org, el astrofísico Michael A. Garrett, de la Universidad de Manchester, se basa en conceptos ya formulados por el famoso astrónomo Carl Sagan en la década de 1970. En aquel entonces, Sagan habló del llamado «horizonte de la comunicación». Este es el punto en el que una civilización tecnológica ha avanzado tanto que sus métodos de comunicación se vuelven invisibles para nosotros.

Mientras seguimos buscando ondas de radio o radiación láser como posibles indicios de inteligencia extraterrestre, civilizaciones avanzadas podrían haber adoptado desde hace mucho tiempo formas de comunicación completamente diferentes, imperceptibles para nosotros. Esto podría implicar neutrinos o mecanismos físicos que aún desconocemos. Para Sagan, el lapso de tiempo en el que una civilización joven a nuestro nivel tecnológico es observable era de unos mil años: un abrir y cerrar de ojos en una escala de tiempo cósmica.

La influencia de la inteligencia artificial

El estudio de Garrett actualiza esta idea a la luz de la aceleración tecnológica actual. Desde la época de Sagan, la tecnología informática, en particular, se ha desarrollado a un ritmo vertiginoso. «Con la aparición de una potente inteligencia artificial (IA) y el posible desarrollo de la superinteligencia artificial (ISA), el cambio tecnológico podría avanzar aún más rápido en el futuro».

Si surgiera una superinteligencia de este tipo, Garrett cree que tomaría el control de una civilización e impulsaría su desarrollo tecnológico a ámbitos que seres biológicamente limitados, como los humanos, apenas podemos comprender. Para observadores como nosotros, esto podría significar que una civilización extraterrestre solo emitiría señales durante un periodo muy breve que podríamos reconocer como tales.

Reducción de las “ventanas SETI”

Teniendo en cuenta este acelerado desarrollo tecnológico, el período de observación durante el cual una civilización es visible para nosotros podría reducirse drásticamente, quizás a tan solo unas pocas décadas. Después, utilizaría formas de comunicación o fuentes de energía completamente fuera de nuestra capacidad de detección.

Arthur C. Clarke ya afirmó en su colección de ensayos de 1973 “Las leyes de Clarke”:
“Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.

Pero esto tendría graves consecuencias para la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI). Incluso si existieran innumerables civilizaciones tecnológicas en nuestra galaxia, la probabilidad de que dos civilizaciones se "vieran" en el mismo y breve periodo de detección sería ínfima. Garrett compara este efecto con un "parpadeo cósmico": si miras demasiado tarde, ya has perdido el rastro.

Una nueva respuesta al “Gran Silencio”

El estudio, por lo tanto, ofrece otra posible explicación al misterio del «Gran Silencio»: la falta de observación de señales tecnológicas a pesar de la multitud de planetas potencialmente habitables. Quizás, sugiere Garrett, la mayoría de las civilizaciones han pasado hace mucho tiempo a una fase no biológica en la que no utilizan ondas de radio ni señales luminosas.

Esta consideración nos lleva a una especie de “teoría de internet muerta a escala cósmica”: el universo puede estar lleno de actividad tecnológica, sólo que nadie transmite todavía, o ya no transmite en una forma que podamos recibir.




Modificado por orbitaceromendoza

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