domingo, 19 de marzo de 2017

Una supertierra potencialmente habitable alrededor de la Estrella de Luyten

Una supertierra potencialmente habitable alrededor de la Estrella de Luyten
por Daniel Marín


El descubrimiento de Proxima b, el planeta potencialmente habitable más cercano a la Tierra, y, más recientemente, los planetas terrestres localizados en la zona de habitabilidad de TRAPPIST-1 han puesto en primer plano la importancia de la búsqueda de exoplanetas alrededor de enanas rojas, las estrellas más abundantes del Universo. Mientras averiguamos más datos sobre Proxima Centauri y su planeta todo apunta a que nuestra estrella más cercana es una pequeña cascarrabias a la que le gusta emitir frecuentes exabruptos de radiación que son capaces de freír las hipotéticas formas de vida que pudieran encontrarse en Proxima b. Por otro lado, el sistema TRAPPIST-1 es más atractivo, con hasta cuatro planetas telúricos situados en la zona habitable, pero se encuentra relativamente lejos, a 39 años luz. Ahora, a este selecto club de planetas que podrían albergar formas de vida se le suma la Estrella de Luyten, localizada a tan solo 12,4 años luz, lo que la convierte en la segunda estrella más cercana con un mundo rocoso en la zona habitable.

El Sol visto desde la Estrella de Luyten (Steve Bowers).

Efectivamente, un equipo de astrónomos ha usado el famoso espectrógrafo HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher) del telescopio de 3,6 metros de La Silla (Chile) para buscar planetas alrededor de enanas rojas mediante el método de la velocidad radial. El resultado es que la Estrella de Luyten, también conocida como GJ 273 (GJ hace referencia al catálogo Gliese-Jahreiß de estrellas cercanas y se pronuncia algo así como ‘glise-yarais’), posee dos planetas denominados GJ 273b y GJ 273c, de 2,89 y 1,18 masas terrestres respectivamente. El que nos interesa es GJ 273b, ya que se halla en la zona habitable de la Estrella de Luyten. Esta supertierra gira alrededor de su estrella en tan solo 18,6 días y está a 13,7 millones de kilómetros de la misma. Esta distancia sitúa a GJ 273b en el límite interno de la zona habitable de su estrella (al igual que la Tierra).

El descubrimiento ha sido posible a partir de 280 espectros obtenidos por HARPS entre diciembre de 2003 y septiembre de 2016 (¡nada más y nada menos que trece años de datos acumulados!). Por supuesto, recordemos las pegas. Primero, no tenemos ni idea de cómo es realmente este planeta. Segundo, que esté en la zona de habitabilidad solo significa que podría existir agua líquida en su superficie de forma estable si se dan las condiciones adecuadas. Tercero, ha sido descubierto por el método de la velocidad radial, así que lo que tenemos es su masa mínima y no necesariamente la verdadera. GJ 273b podría tener más de 3 masas terrestres y ser en realidad un minineptuno en vez de una supertierra.

Datos de los dos planetas de la Estrella de Luyten (Astudillo-Defru et al).

Señal de velocidad radial del sistema de la Estrella de Luyten (Astudillo-Defru et al).


Las buenas noticias son que la Estrella de Luyten es una estrella mucho más mansa que Proxima b o, incluso, que TRAPPIST-1. Ello se debe principalmente a que es una enana roja no demasiado pequeña (su tipo espectral es M2.5 y tiene un tamaño del 29% del solar). En cualquier caso el resultado es que emite menos fulguraciones y tormentas de partículas capaces de erosionar la atmósfera de un planeta y freír las formas de vida que pululen por la superficie. Y, sobre todo, es una estrella localizada a solamente 12,366 años luz. Ir hasta allí con la tecnología actual sigue siendo igual de imposible que en el caso de TRAPPIST-1, pero obviamente la distancia es lo suficientemente ‘pequeña’ para que no se pueda descartar un viaje en un futuro lejano. Lo más importante es que su cercanía permitirá que estudiemos el planeta en detalle por telescopios terrestres y, quizás, que lleguemos a verlo directamente gracias a los telescopios del futuro. Lo malo es que GJ 273b tiene pocas probabilidades de que transite, así que va a costar averiguar más datos sobre su atmósfera, si es que la tiene.

En el mismo paper que se anunciaba el descubrimiento de GJ 273b también se hace referencia a otros ocho nuevos exoplanetas alrededor de enanas rojas relativamente cercanas. Descubrir planetas extrasolares potencialmente habitables en enanas rojas es más sencillo si usamos tanto el método del tránsito como el de la velocidad radial porque las estrellas son más pequeñas y la zona de habitabilidad está más cerca que en el caso de estrellas de mayor tamaño. Una exotierra alrededor de una enana roja como la Estrella de Luyten genera un tránsito 25 veces más profundo que si estuviera alrededor de una estrella como el Sol. Y, si hablamos del método Doppler, la velocidad radial de esta exotierra sería unas diez veces más elevada que en el caso de nuestro planeta. El inconveniente es que estas estrellas suelen ser más ‘ruidosas’, pero a cambio su gran número y la cercanía de muchas de ellas las convierten en objetivos cruciales. Así que ya saben: a partir de ahora ya pueden contar con la Estrella de Luyten a la hora de planificar su próximo viaje interestelar.



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