sábado, 21 de junio de 2025

¿Detección de OVNIs con radares argentinos?

¿Detección de OVNIs con radares argentinos?



Mientras Estados Unidos publica reportes oficiales sobre fenómenos aéreos no identificados, en Argentina no existe una política clara al respecto. Sin embargo, el país cuenta con una infraestructura de radarización capaz de detectar objetos que no responden a los criterios convencionales. ¿Podrían incluirse los OVNIs?

De Bariloche al NOA: reportes que siguen apareciendo

En abril de 2023, un piloto civil habría avistado un objeto volando a gran velocidad sobre el noroeste argentino. El hecho no fue confirmado por fuentes oficiales, pero la noticia circuló en foros especializados y reactivó el debate sobre los fenómenos aéreos no identificados en el espacio aéreo nacional.

No se trata de un hecho aislado. Desde el emblemático “caso Polanco” en Bariloche en 1995 —cuando un avión de Aerolíneas Argentinas se cruzó con un objeto extraño en vuelo— hasta registros más recientes cerca de instalaciones militares, los episodios de UAPs (Unidentified Aerial Phenomena) se siguen multiplicando.

Aunque en su mayoría carecen de verificación técnica, estos eventos muestran que la atención pública sobre el tema persiste. Hoy, además, el país cuenta con una infraestructura de radarización mucho más desarrollada que en décadas anteriores, lo que abre nuevas posibilidades para observar —y eventualmente explicar— lo que ocurre en el cielo.


Objeto volador no identificado (OVNI) avistado en la zona rural de Rafaela, Santa Fe, a fines de abril 2025.

¿Detectan OVNIs los radares argentinos?

Desde 2004, el país lleva adelante el SINVICA (Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial), dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. Este sistema está compuesto por radares fijos y móviles de fabricación nacional —desarrollados principalmente por INVAP—, junto con estaciones de detección complementarias. Su despliegue abarca puntos estratégicos a lo largo del extenso territorio argentino, desde la frontera norte hasta la Patagonia, lo que permite una vigilancia continua del espacio aéreo en zonas clave del país.

Entre los modelos más utilizados se encuentran los RPA-170M (Radar Primario Argentino móvil) y los RPA-240T (tridimensionales fijos). Estos radares primarios de vigilancia aérea pueden detectar objetos aéreos a distancias de hasta 400 km, con cobertura en azimut, elevación y distancia, y tienen capacidad para seguir múltiples blancos simultáneamente.


Radar RPA-170M instalado en Rio Grande. Fuente: Zona Militar.

La información que recolectan se transmite a centros de control regionales y, en teoría, permitiría identificar no solo vuelos regulares sino también objetos sin plan de vuelo, sin transpondedor o incluso sin firma radar convencional.

De hecho, los radares modernos pueden detectar más que aviones. Dado su alcance y resolución angular, tienen la capacidad de identificar reflejos radar de aeronaves no tripuladas (drones), globos estratosféricos, meteoritos y fenómenos meteorológicos intensos. También pueden registrar trayectorias anómalas que, aunque explicables por errores técnicos o artefactos de señal, alimentan hipótesis más especulativas.

Algunos fenómenos aéreos no identificados podrían deberse a interferencias electromagnéticas, anomalías atmosféricas o incluso pruebas tecnológicas de otros países. Pero en casos donde los objetos se mueven a velocidades y trayectorias no convencionales, el misterio persiste.

OVNIs en territorio nacional: ¿Quién investiga los fenómenos aéreos en Argentina?

En 2011, la Fuerza Aérea Argentina creó la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAE), con el objetivo de analizar reportes de objetos voladores no identificados desde una perspectiva técnica y científica. Durante sus primeros años, la comisión funcionó con cierta apertura, publicó informes esporádicos e incluso trabajó con investigadores civiles.

Sin embargo, la CEFAE fue disuelta oficialmente en 2019. Su función fue absorbida por el actual Centro de Identificación Aeroespacial (CIAE), que opera bajo la órbita del Comando Conjunto Aeroespacial. Este nuevo centro, de perfil más reservado, continúa recibiendo reportes de fenómenos aéreos inusuales, pero no publica informes ni ofrece información al público.

Aunque no existe hoy una comisión dedicada exclusivamente al estudio de OVNIs, las Fuerzas Armadas sí cuentan con una vía institucional para procesar avistamientos, especialmente aquellos que puedan tener implicancias en materia de defensa o seguridad aérea.

Entre la clasificación y el silencio

Mientras Estados Unidos institucionalizó el estudio de UAPs con oficinas dedicadas y reportes periódicos desde 2021, Argentina optó por un enfoque más reservado. Hoy no existe una política pública clara para canalizar, analizar o comunicar este tipo de observaciones, aunque sí existen canales internos en el ámbito de la defensa.

Que no haya declaraciones oficiales no significa que no haya registros. Con una red de radares en expansión y tecnología nacional capaz de detectar fenómenos aéreos no identificados, es probable que el país esté viendo más de lo que informa. El cielo argentino está cada vez más vigilado, pero sigue dejando muchas preguntas sin respuesta.



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