domingo, 4 de agosto de 2019

Muere el pionero de SETI Nikolai Kardashev

Muere el pionero de SETI Nikolai Kardashev




El astrofísico ruso y pionero de SETI, Nikolai Kardashev, falleció el 3 de agosto de 2019. Conocido por la escala Kardashev de civilizaciones extraterrestres, en 1963 realizó la primera búsqueda soviética de inteligencia extraterrestre (SETI) al examinar el quásar CTA-102 en busca de signos tecnológicos. Al año siguiente Kardashev organizó la primera conferencia soviética sobre comunicación con inteligencia extraterrestre (CETI) en el Observatorio Byurakan en Armenia. También en 1964 Kardashev propuso una escala que ahora lleva su nombre, que se utiliza para clasificar las civilizaciones extraterrestres en términos de su uso de energía. Las civilizaciones clasificadas en la escala de Kardashev van desde civilizaciones Tipo I capaces de usar los recursos energéticos de un solo planeta, civilizaciones Tipo II que usan toda la energía de una estrella hasta civilizaciones Tipo III que tienen acceso a la energía de una galaxia entera.

En 1971 junto con otros astrónomos soviéticos y el estadounidense Carl Sagan, Kardashev organizó una conferencia soviético-estadounidense sobre CETI, también celebrada en el Observatorio Byurakan. Kardashev se convirtió en miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la entonces URSS en 1976, y en 1994 se convirtió en miembro de pleno derecho de la Academia de Ciencias de Rusia. Una década después recibió el Premio Demidov por su trabajo en astrofísica.

http://meti.org/espanol/blog/nikolai-kardashev-1932-2019


Adiós a Kardashov
por Daniel Marín



Para tratar con la posibilidad de que haya civilizaciones extraterrestres enormemente avanzadas, el astrofísico soviético N. S. Kardashev ha propuesto una distinción en términos de la energía disponible para una civilización y para propósitos de comunicación.

Una civilización tipo I es capaz de reunir, para propósitos de comunicación, el equivalente de toda la producción energética del planeta Tierra, que ahora se usa para calefacción, electricidad, transporte y demás; una gran variedad de propósitos diferentes a la comunicación con civilizaciones extraterrestres. Por esta definición, la Tierra no pertenece todavía al tipo I de civilización. La utilización o uso de fuerza de nuestra civilización está aumentando con suma rapidez. La actual producción de energía del planeta Tierra es algo así como 1015 o 1016 vatios; es decir, entre mil y diez mil billones de vatios. […] Una civilización tipo II puede usar con propósitos de comunicación una producción de energía equivalente a la de una estrella típica, aproximadamente 1026 vatios. […] Por último, Kardashev supone una civilización tipo III, que emplearía con propósitos de comunicación la producción de energía de toda una galaxia, aproximadamente 1036 vatios.

Carl Sagan y Jerome Angel, La conexión cósmica (1973).


Kardashov con una maqueta del Spektr-R detrás (Roscosmos).

Supe por primera vez de la Escala de Civilizaciones de Kardashov —y, de paso, la existencia de este científico ruso— en esa pequeña joya de Carl Sagan que era La conexión cósmica, un libro casi olvidado a estas alturas. La conexión cósmica llegó a mis manos después de haber devorado ávidamente Cosmos cuando buscaba otras obras escritas por el gran Sagan. Pero Kardashov no era solamente una escala. Nikolái Semiónovich Kardashov (Никола́й Семёнович Кардашёв) hizo más cosas que clasificar civilizaciones alienígenas en función de su consumo energético. Este astrofísico y radioastrónomo llegó a ser miembro de la Academia de Ciencias de Rusia. Kardashov se hizo famoso en occidente cuando en 1963 estudió el cuásar STA-102 dentro de uno de los primeras iniciativas SETI en la Unión Soviética y declaró que esta potente radiofuente era en realidad resultado de las actividades de una supercivilización de Tipo II o Tipo III (hoy sabemos que es un «simple» cuásar).

Un año más tarde predijo que en el centro de la Nebulosa del Cangrejo (M1) debía existir un objeto estelar muy compacto —una estrella de neutrones— con un fuerte campo magnético que se podría detectar en longitudes de onda de radio. Es decir, Kardashov predijo la existencia de los púlsares tres años antes de que Jocelyn Bell y sus ayudantes descubrieran oficialmente el primero. También en 1964 dio a conocer la famosa escala de clasificación de civilizaciones que lleva su nombre. Además, Kardashov jugó un papel fundamental en la popularización del concepto de radiointerferometría en la URSS. Como resultado, durante más de tres décadas fue el principal adalid del proyecto Radioastrón (Spektr-R) que tenía el objetivo de situar un radiotelescopio en el espacio para realizar interferometría de muy larga base (VLBI). Después de muchos retrasos y cancelaciones, el Spektr-R, el primer radiotelescopio espacial dedicado a la interferometría de muy larga base, fue lanzado con éxito en 2011. El observatorio funcionó perfectamente durante siete años y medio.

Kardashov decidió ser astrónomo con tan solo 6 añitos después de una visita al planetario de Moscú. Quizás por eso siempre defendió la presencia de la astronomía en el currículo escolar. De hecho, muchos niños rusos decidieron estudiar carreras científicas siguiendo su ejemplo. Kardashov, el hombre que imaginó civilizaciones capaces de gestionar la energía de toda una galaxia, falleció el 3 de agosto de 2019 a los 88 años. Desgraciadamente, nunca pudo descubrir pruebas de la existencia de civilizaciones extraterrestres. Kardashov, como Sagan, siempre fue un optimista con respecto al futuro de nuestra especie. Probablemente por eso fue capaz de imaginar que los seres inteligentes pueden expandirse por el cosmos sin tener que destruirse a sí mismos.

Preguntado en una reciente entrevista sobre cuál creía que era el destino de la humanidad en la Tierra, Kardashov respondió: «creo que el destino de la humanidad pasa por su progreso, por el desarrollo sin límites del conocimiento, de la creatividad, del arte y por el desarrollo de los principios morales y la ayuda y empatía hacia otras personas». Esperemos que nunca olvidemos estas palabras, incluso si alguna vez nos convertimos en una civilización de Tipo I en la Escala de Kardashov.

Вечная память!



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