miércoles, 22 de febrero de 2023

Un vecindario lleno de planetas: 59 nuevos mundos en las cercanías del Sistema Solar

España
Un vecindario lleno de planetas: 59 nuevos mundos en las cercanías del Sistema Solar
Un telescopio situado en Almería ha permitido realizar un censo de exoplanetas próximos, entre los que se encuentran cuatro ‘Tierras habitables’.
por Javier Salas


Recreación de un planeta de tamaño similar a la Tierra en la zona habitable de una enana roja cercana. Render Area / Carmenes / J. A. Caballero


Hace apenas un siglo, no había pruebas de su existencia. Hace 30 años, no se había descubierto ninguno. Hoy, la ciencia ha localizado ya más de 5.300 exoplanetas, mundos que orbitan en torno a estrellas que no son nuestro Sol. De ese extenso listado de planetas ajenos a nuestro sistema solar, 59 los ha cazado un telescopio ubicado en Calar Alto (Almería), en apenas cinco años. Han sido 750 noches de observación fructífera gracias al instrumento Carmenes, que miraba solo en el vecindario galáctico solar más próximo en busca de posibles inquilinos.

“Si nuestra galaxia fuera una ciudad, hemos buscado solo en nuestro bloque de pisos, no hemos salido ni a explorar el barrio”, detalla Ignasi Ribas, primer autor del estudio que se publica hoy y que recopila un lustro de trabajo con Carmenes buscando exoplanetas. Tras observar 362 estrellas frías cercanas, las llamadas enanas rojas, han podido establecer el conteo más preciso de la cantidad de planetas que las acompañan: una media de 1,4 por cada estrella. Las enanas rojas, más pequeñas y tenues que nuestro Sol, suelen estar acompañadas por más planetas y también más pequeños, como la Tierra. Las de tipo solar rondan medio planeta de media cada una.

A la hora de imaginar esos 59 mundos nuevos, Ribas matiza que no todos son exoplanetas con suelo firme y temperatura templada, en los que Elon Musk pudiera aterrizar en sus sueños colonizadores. Solo han encontrado un puñado de Tierras y ni siquiera todas están en lo que se conoce como zona de habitabilidad. Pero cuatro de esos planetas rocosos y similares al nuestro están a una distancia ideal de su estrella; ni demasiado lejos para helarse, ni demasiado cerca para quemarse. Dos de esos mundos terrestres, potencialmente habitables, están en el sistema de la estrella Teegarden, a 12,5 años luz de la humanidad. Los otros dos, recién dados a conocer por el equipo de Ribas, orbitan la estrella GJ 1002, a menos de 16 años luz. A tiro de piedra en términos astronómicos. Estos cuatro planetas —los de Teegarden y los de GJ 1002— están entre los mundos con mayor índice de similitud con la Tierra, un ranking científico que permite comparar los factores que los asemejan.


Recreación artística de la estrella Teegarden y sus dos planetas descubiertos en Calar Alto. Al fondo, nuestro sistema solar. Universidad de Gotinga


El aparato Carmenes usa un método de detección (velocidad radial) que no permite saber mucho sobre la composición de la atmósfera de los exoplanetas: únicamente calculan la masa, y también deducen su temperatura en función de la distancia que los separa del calor de su estrella. “Como sabemos la masa del planeta, podemos saber más o menos qué tipo de planeta es: de tipo rocoso [como la Tierra], un gigante helado parecido a Neptuno o uno similar a Júpiter, un gigante de gas”, enumera Ribas. Con esos datos recogidos en el período de 2016 a 2020, Carmenes ha descubierto y confirmado seis planetas tipo Júpiter (con masas más de 50 veces la de la Tierra), 10 Neptunos (de 10 a 50 masas terrestres) y 43 Tierras y supertierras (hasta 10 masas terrestres).

“Esa es la fauna que hemos encontrado”, concluye Ribas, director del Instituto de Ciencias del Espacio (IEEC). El astrónomo explica que no han hallado más exoplanetas de tipo terrestre porque son más difíciles de localizar, al ser menos masivos, por lo que se espera que haya muchos más de los que han logrado listar hasta ahora. El sistema empleado recoge la luz de la estrella observada y mide los pequeños movimientos del astro provocados por la atracción gravitatoria de los exoplanetas que lo acompañan, lo que delata su presencia: cuando más masivos, más notables.


Panorámica nocturna de tres de los telescopios de Calar Alto. Antonio Martin Carillo


“Para poder determinar la existencia de planetas alrededor de una estrella, la observamos un mínimo de 50 veces”, aclara Juan Carlos Morales, investigador del IEEC en el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC). El instrumento se hizo pensando en estudiar los sistemas de este tipo de estrellas frías, que se habían estudiado menos que otras estrellas más luminosas, grandes y amarillas como nuestro Sol. “Como estudiamos estrellas frías que son intrínsecamente poco brillantes, están muy cercanas, así que básicamente estamos haciendo un censo del entorno solar”, resume Ribas. En este trabajo, además del IEEC-CSIC que dirige Ribas, han participado un centenar de expertos de más de 30 centros de investigación. Los resultados se publican hoy en Astronomy & Astrophysics.

Al margen de estos exoplanetas listados, el trabajo científico solo acaba empezar, porque el equipo ha realizado millares de observaciones de mucha calidad que pueden usar el resto de especialistas del campo para sus propias investigaciones. “Es una especie de cofre del tesoro, tenemos 20.000 medidas de alta precisión realizadas con Carmenes que ponemos a disposición de la comunidad científica mundial”, apunta Ribas con orgullo, datos con los que han hecho el conteo de exoplanetas. En la puesta en marcha del instrumento, inaugurado en 2015, han participado más de 200 especialistas de 11 instituciones españolas y alemanas, como el Centro de Astrobiología, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el Instituto de Astrofísica de Canarias y la Universidad Complutense de Madrid por parte española; y el Max-Planck, el Centro Astronómico Hispano-Alemán, el Observatorio Estatal de Königstuhl, el Instituto de Astrofísica de Gotinga (IAG) y el Observatorio de Hamburgo-Bergedorf por la parte alemana.


La NASA siguió de cerca la detección de curioso objeto 'oblongo' en el radar, dicen las autoridades
por Micah Hanks


El objeto AG5 de 2011 tal como apareció el 4 de febrero, a través de imágenes producidas por observaciones de radar planetario (Crédito: NASA/JPL-Caltech).


Los funcionarios de la NASA dicen que un objeto oblongo de forma inusual fue rastreado recientemente por la Red de Espacio Profundo de la agencia espacial cuando se acercó a la Tierra a principios de este mes.

Deep Space Network consiste en una red de instalaciones de comunicación de naves espaciales operadas por los EE. UU. desde varios puntos del mundo. Con ubicaciones en América del Norte, Europa y Australia, Deep Space Network puede realizar astronomía a través de observaciones de radio y radar mientras contribuye a varias de las misiones orbitales de la NASA.


(NASA/JPL-Caltech)


El 3 de febrero, la red detectó un extraño objeto con una forma aproximada de píldora con una longitud cercana a tres veces su ancho, acercándose cerca de la Tierra a una distancia de poco menos de cinco veces la distancia entre la Tierra y la Luna.

El objeto de forma curiosa fue descrito como uno de los "asteroides más alargados jamás fotografiados por un radar planetario", según un comunicado que apareció en el sitio web del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.

Apodado 2011 AG5, se consideró que el objeto no representaba ningún riesgo para la Tierra, aunque, según los informes, los científicos del JPL "seguieron de cerca el objeto" en un esfuerzo por aprender todo lo que pudieran sobre su forma alargada, así como su tamaño, rotación y otros detalles.

Aunque el tránsito cercano a la Tierra en febrero permitió a los científicos del JPL una oportunidad ideal para observar el objeto, se encuentra entre los muchos objetos espaciales conocidos que la NASA ha registrado y continúa rastreando, ya que se descubrió por primera vez hace doce años.

“Este acercamiento brindó la primera oportunidad de echar un vistazo detallado al asteroide desde que fue descubierto en 2011”, se lee en un comunicado del JPL, que reveló que el objeto tiene aproximadamente el mismo tamaño y dimensiones que el Empire State Building a aproximadamente 1.600 pies de largo y 500 pies de ancho.


Dos de las antenas de 111,5 pies que componen el Beam Wave Guide Cluster en Goldstone Deep Space Communications Complex, ubicado en el desierto de Mojave en California cerca de Barstow (Crédito: NASA/JPL-Caltech).


Las dimensiones del objeto y otras características se determinaron con la ayuda de la poderosa antena parabólica Goldstone Solar System Radar, ubicada en Barstow, California, que permanece activa las 24 horas del día en su esfuerzo por recopilar datos sobre asteroides y otros objetos, algunos de los cuales son tan distantes como los bordes de nuestro Sistema Solar. Las antenas de Goldstone también son capaces de realizar un doble propósito como radiotelescopios útiles en el estudio de planetas y otros objetos celestes que producen ondas de radio.

Lance Benner, científico principal del JPL y uno de los científicos que dirigió las observaciones de 2011 AG5, dijo en un comunicado que es “uno de los más alargados que hemos visto”.

Investigaciones anteriores han sugerido que los asteroides que tienen una forma alargada pueden ser más jóvenes, ya que se cree que los impactos que ocurren durante períodos más prolongados de la vida útil de un asteroide pueden producir sus formas esféricas más comunes.

La NASA dice que las observaciones de 2011 AG5 comenzaron el 29 de enero y duraron hasta el 4 de febrero de 2023. Durante este período, los científicos del JPL lograron discernir varios detalles adicionales sobre el asteroide ovoide que incluía una amplia concavidad en uno de los hemisferios del objeto.

Los astrónomos del JPL también pudieron detectar áreas en la superficie del asteroide donde las variaciones en su coloración y albedo parecían transmitir diferencias en las características de la superficie del objeto, reveladas en parte a medida que el objeto gira lentamente en el transcurso de períodos de rotación que requieren cerca de nueve horas para completar una revolución completa.

Entonces, ¿qué aprendemos de estas observaciones del asteroide 2011 AG5? Gracias a las mediciones recopiladas por el radar Goldstone, los científicos del JPL también pudieron determinar una gran cantidad de información nueva sobre la órbita del objeto alrededor del Sol. Esto es significativo porque proporciona mediciones que permiten a los científicos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA comprender mejor su órbita de 621 días alrededor del sol, lo que significa que el próximo encuentro cercano que la Tierra tenga con el objeto no ocurrirá hasta dentro de siete años. 

En el pasado, 2011 AG5 se había considerado una amenaza potencial para la Tierra debido al paso cercano que se espera que haga el objeto en 2040. Sin embargo, un análisis de los datos recopilados en 2012 por la Oficina del Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA ayudó a calmar esas preocupaciones. 

"La trayectoria actualizada de 2011 AG5 no es significativamente diferente, pero las nuevas observaciones han reducido las incertidumbres de la órbita en más de un factor de 60", decía un comunicado en el sitio web de CNEOS, "lo que significa que la posición de la Tierra en febrero de 2040 ya no cae dentro del rango de posibles caminos futuros para el asteroide”.

En ese momento, aunque 2011 AG5 estará más cerca que su paso más reciente, el objeto aún estará a una distancia de 670 000 millas de la Tierra en su aproximación más cercana, lo que equivale a unas tres veces la distancia de la Luna.

“Las observaciones continuas de este objeto descartaron cualquier posibilidad de impacto”, según el director de CNEOS, Paul Chodas.

Hasta la fecha, JPL dice que hay 1.040 objetos cercanos a la Tierra que han sido observados por radar planetario. Chodas agrega que las últimas mediciones de 2011 AG5 "refinarán aún más exactamente dónde estará en el futuro lejano", un esfuerzo que se extiende a todos los objetos actualmente rastreados por Deep Space Network, ayudando a mitigar aún más cualquier peligro potencial que pueda ocurrir. surgir de futuras visitas que pueden acercar estos objetos a la Tierra.




Modificado por orbitaceromendoza

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