Investigan la extraña muerte de 51 vacunos en Entre Ríos
Un hecho misterioso registrado en un campo cercano a
la ciudad de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos, que derivó en la
muerte de 51 vacunos aparentemente a causa del impacto de una centella,
atrae por estos días la atención de investigadores y ufólogos que creen
ver en ese episodio una nueva manifestación relacionada con los también
misteriosos y hasta el momento inexplicables casos de mutilaciones de
animales. El coordinador de la Red Argentina de Investigación OVNI
(RADIO), Luis Burgos, manifestó que lo ocurrido en Colonia Sesteada,
cerca de Concepción del Uruguay, desató la curiosidad de investigadores
en el fenómeno a partir de algunas consideraciones que emparentan la
muerte masiva del medio centenar de bovinos con los casos que se vienen
sucediendo desde hace diez años en distintos campos del país.
Burgos, que coordina la red junto a José
Tunich y Bibiana Brison, sostuvo que las versiones iniciales en torno a
la mortandad de los animales en un establecimiento rural de la zona
situado a unos 17 kilómetros de la localidad de Caseros, con las que se
buscó “cerrar” el hecho, fue atribuir el suceso a una centella, es decir
un fenómeno meteorológico poco frecuente pero que cuando ocurre
electrocuta lo que encuentra a su paso.
Diez años después
El hecho, que trascendió la semana pasada y en el cual el ufólogo entrerriano Daniel Padilla está poniendo la lupa tuvo lugar debajo de una enramada donde aparecieron los cadáveres de los vacunos que al momento de ser hallados llevaban muertos por lo menos más de seis días.
“La primera aproximación que se hizo fue que los animales murieron a causa de una centella que literalmente los electrocutó -planteó Burgos- pero hay indicios para sostener un nuevo caso de mutilación de animales”.
Es que Padilla y otros investigadores que estudian este tipo de casos “reconocen más allá de los signo de electrocución, ciertos patrones detectados en otros episodios de vacas mutiladas”. A las incógnitas se le suma que los cuerpos en los días que estuvieron muertos no fueron atacados por alimañas ni aves carroñeras y que tampoco se quemaron las copas de los árboles secas, como debiera haber ocurrido de haber sido arrasados por la masa eléctrica.
Para los investigadores que siguen de cerca el caso en el terreno, los “signos similares” que los llevan a relacionar el episodio con otros de esas características que auscultaron en su momento: “un dato aportado por un veterinario les llamó poderosamente la atención: la posibilidad de una centella no es descabellada pero las chances que mate a más de medio centenar de animales es de una en un millón”, indicó Burgos.
En ese sentido, otra de las cuestiones interesantes que presenta el suceso ocurrido en Campo San José es que ocurrió “cuando están por cumplirse diez años del registro de los primeros casos de mutilación de animales en el país”. La referencia cobra realce si se tiene en cuenta que Burgos es cultor de la Hipótesis Decimal, la que considera que distintos fenómenos OVNI tienen una misteriosa frecuencia de diez años como sucede, sin ir más lejos, con las oleadas de ufos.
“Este caso es un banco de pruebas y si bien es cierto que las mutilaciones de animales se repiten esporádicamente en distintos campos, no deja de ser extraño que haya ocurrido ahora, casi diez años después del primer vacuno eviscerado hallado en abril de 2002”, puntualizó Burgos a Diario Popular.
Diez años después
El hecho, que trascendió la semana pasada y en el cual el ufólogo entrerriano Daniel Padilla está poniendo la lupa tuvo lugar debajo de una enramada donde aparecieron los cadáveres de los vacunos que al momento de ser hallados llevaban muertos por lo menos más de seis días.
“La primera aproximación que se hizo fue que los animales murieron a causa de una centella que literalmente los electrocutó -planteó Burgos- pero hay indicios para sostener un nuevo caso de mutilación de animales”.
Es que Padilla y otros investigadores que estudian este tipo de casos “reconocen más allá de los signo de electrocución, ciertos patrones detectados en otros episodios de vacas mutiladas”. A las incógnitas se le suma que los cuerpos en los días que estuvieron muertos no fueron atacados por alimañas ni aves carroñeras y que tampoco se quemaron las copas de los árboles secas, como debiera haber ocurrido de haber sido arrasados por la masa eléctrica.
Para los investigadores que siguen de cerca el caso en el terreno, los “signos similares” que los llevan a relacionar el episodio con otros de esas características que auscultaron en su momento: “un dato aportado por un veterinario les llamó poderosamente la atención: la posibilidad de una centella no es descabellada pero las chances que mate a más de medio centenar de animales es de una en un millón”, indicó Burgos.
En ese sentido, otra de las cuestiones interesantes que presenta el suceso ocurrido en Campo San José es que ocurrió “cuando están por cumplirse diez años del registro de los primeros casos de mutilación de animales en el país”. La referencia cobra realce si se tiene en cuenta que Burgos es cultor de la Hipótesis Decimal, la que considera que distintos fenómenos OVNI tienen una misteriosa frecuencia de diez años como sucede, sin ir más lejos, con las oleadas de ufos.
“Este caso es un banco de pruebas y si bien es cierto que las mutilaciones de animales se repiten esporádicamente en distintos campos, no deja de ser extraño que haya ocurrido ahora, casi diez años después del primer vacuno eviscerado hallado en abril de 2002”, puntualizó Burgos a Diario Popular.
Medio centenar de novillos muertos en Caseros
De un lote de 60 novillos del productor Alcides Notari, con
campo cerca de Caseros, 51 aparecieron muertos sin que por ahora se haya
establecido la causa, que tratan de explicarse los veterinarios que
analizaron los cuerpos.
El veterinario Lisando Germán Angelino no pudo hasta ahora explicarse
la causa de las muertes. Angelino tiene vasta experiencia en la
atención de ganado. Está encargado de la dirección técnica veterinaria
“La Herradura” de Caseros y es profesor adjunto de la cátedra de
Zootecnia 1 y 2 y Producción e Industrias Lácteas, de la Universidad de
Concepción del Uruguay, Notari estimó el valor de mercado de los animales
muertos, novillos de 450 Kg en unos 200.000 pesos.
Todos habrían muerto en un mismo lapso, es decir casi
simultáneamente, lo que es prácticamente imposible en una intoxicación o
envenenamiento, que ocurre en forma paulatina, más aún en animales de
campo.
En el lugar los animales pastorean y no encontró sustancias tóxicas y
pastos o plantas que pudieran ser venenosas para estos vacunos. Notari
es además muy cuidadoso en ese aspecto y si encuentra algún vegetal
nocivo lo saca. Tampoco podrían morir por tomar agua envenenada, ya que
toman agua de molino y nada indicaba esto.
Lo extraño era que todos los cuerpos estaban muy próximos, pero
ninguno tocando los alambrados de la zona, por lo que era raro que
pudieran morir por la acción de una centella”.
Los animales no habían sido atacados por alimañas ni aves de rapiña,
destacando que si bien presentaban en algunos casos pequeños signos de
quemaduras, los pelos del cuero no estaban dañados y el pasto seco o las
copas de los árboles no estaba quemados, por lo que –si bien en la zona
hubo tormentas eléctricas– no daba la impresión de haber sido un rayo.
“Cuando cae un rayo es muy común que muera algún animal y se lo ha visto
informado en diferentes ocasiones, pero esto es muy distinto. Por cómo
se encontraron los animales, la muerte los sorprendió en pleno
mediodía”, explicó Angelino, que además fue claro al indicar que jamás
se había dado algo así en la zona y que no tenía conocimiento sobre
hechos similares de tal magnitud.
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