domingo, 7 de mayo de 2023

"De culto": Televidentes recuerdan el programa "Ovni" de TVN tras fallecimiento de Patricio Bañados

Chile
"De culto": Televidentes recuerdan el programa "Ovni" de TVN tras fallecimiento de Patricio Bañados
Por Emilio Contreras




En 1999, Patricio Bañados encabezó un programa que se convertiría en objeto de culto para generaciones venideras: "Ovni", en TVN, donde tuvo dos temporadas al aire. Hoy, todos sus capítulos están disponibles en streaming.

Tras el fallecimiento del periodista Patricio Bañados, el nombre del emblemático comunicador se convirtió en uno de los conceptos más replicados entre los usuarios locales de redes sociales, donde no pocos recordaron uno de los programas televisivos más intrigantes y recordados de su carrera: “Ovni” (1999).

Emitido durante dos temporadas por TVN, el espacio pasó a ser un hito de la ufología local afines de una década donde la divulgación de imágenes con supuestos objetos voladores no identificados se había vuelto una de las mayores intrigas de la cultura pop.

Con los años, “Ovni” se transformó en objeto de culto para las generaciones venideras, y para quienes eran niños y adolescentes cuando Bañados se inmiscuía en las pistas e historias de los avistamientos más connotados.

“Todo recuerdan a Patricio Bañados por su mítico ‘Esto no lo puedo leer, porque no es cierto’. Pero yo siempre lo recordaré porque me cag… de miedo cuando lo veía en ‘Ovni’ por TVN”, comentó en usuario en Twitter, donde las imágenes del programa han vuelto a circular este domingo.

Hoy, en YouTube, están disponibles todos los capítulos de “Ovni”, que fue revisitado por la estación a través de su cuenta oficial en la plataforma de videos y en TVN Play.

Para esta madrugada, el canal público programará en pantalla, a las 2:30 horas, episodios de archivo de “El Mirador”, uno de los programas más importantes de Patricio Bañados en TVN, donde desde el registro periodístico abordó diversos temas de interés mundial y nacional.














La historia de los extraterrestres que aterrizaron de emergencia en Valdivia



Corría el año 2021 cuando una nave alienígena cayó en territorio chileno, muy cerca de Valdivia.

De aquel extraño aparato con forma de platillo descendieron tres humanoides que, de un momento a otro, quedaron paralizados en la superficie terrestre.

Los poderosos satélites y radares de la NASA no pudieron detectarlo a tiempo… tampoco los analistas chilenos, pero ahí están.

Desde aquel día, la nave y los tres extraterrestres aún permanecen en el sector donde cayeron a la espera de que en un futuro no muy lejano una nave nodriza de su estrella de origen venga a rescatarlos.

El platillo volador permanece a la vista de todos, los alienígenas también y se pueden divisar a unos 18 kilómetros al sur de Valdivia, en la ruta que une a la capital regional con Paillaco.

Diariamente los automovilistas que pasan por el sector se sorprenden de la vista de los marcianos (si es que vienen del planeta Marte), se detienen y le toman fotografías. Algunos más atrevidos pasan a través del cerco de alambre y se toman selfies con los humanoides.

Lamentablemente (para los seguidores de los OVNIs) este hecho no es tan así como se cuenta.

Si hubiera sido una nave real, el lugar estaría bajo la supervisión de organismos especializados e investigadores de todo el mundo habrían llegado a Valdivia para investigar el extraño incidente.

Para qué decir de los fanáticos ufólogos que se habrían prácticamente tomado el lugar, tal como sucedió con el mítico caso Roswell, Estados Unidos, donde hasta el día de hoy se cree que un aparato extraterrestre se estrelló en esa zona.

Cientos de teorías se tejieron en torno a este caso afirmando que una o más naves espaciales extraterrestres habían aterrizado y que el ejército había recuperado a los alienígenas.


La maqueta está hecha con materiales reciclados. Crédito: Cedida.


El cerebro detrás del platillo volador que se puede ver al sur de Valdivia es Omar Sobarzo, quien es periodista y un entusiasta seguidor de la ufología.

En conversación con Diario de Valdivia cuenta el porqué de esta idea que ha dado que hablar entre quienes pasan por la carretera y que ya lo ha transformado en un punto de referencia para turistas y personas que transitan diariamente por el lugar.

“Claro, a la gente le llama la atención porque hoy en día ya no se trata la ufología como algo extraño, si no que ha pasado a ser algo que está incorporado en la cultura de la gente. Tú le muestras la imagen de un alienígena a un niño y sabe lo que es, ya lo tienen interiorizado”, dice Sobarzo

Señala además que es un apasionado del tema de la ufología. Mucho antes de que estudiara Periodismo en Temuco.

Como viajaba los fines de semana compraba revistas y libros del tema, por lo que ahora dispone de un buen nutrido archivo donde informarse.

“Me gusta el tema, pero no me fanatizo. Hay personas que creen en los alienígenas como si fueran una religión. Yo mantengo mi lado escéptico. Esa es mi formación profesional”, agrega.

Sobarzo comenta que “Creo que existe vida inteligente más allá de la Tierra. Ahora hay testimonios que dan cuenta del tema, como por ejemplo el ex ministro de Canadá que dijo que hay 80 razas de alienígenas detectadas. Eso es más serio. Lo mismo que astronautas que se han dado cuenta de este asunto. Claro que uno como periodista ante estos testimonios adopta la posición de escepticismo. Son testimonios importantes, abiertos y quizás fantasiosos, pero las personas que lo dicen tienen credibilidad”.


Muchas personas se toman fotografías con el platillo. Crédito: Cedida.


-¿Has visto algo de este tipo aquí?

“He visto luces y cosas que llaman la atención, comportamientos extraños que no son normales. He tenido espacio para ver el cielo de noche y he visto movimientos que no obedecen a aparatos que son conocidos como satélites, aviones o drones.

-¿Cómo surgió entonces la idea de hacer esta maqueta en el sitio donde vives?

“Decidí darle una temática al lugar donde vivo. La idea era hacer algo especial para la entrada sur de Valdivia. Algo similar a lo que es la vaquita en el acceso norte. Mucha gente se detiene y se toma fotografías ahí. Acá en esta ruta no había nada de ese tipo y se me ocurrió hacer algo especial con lo que a mí me gusta.




-¿Cuánto mide el platillo?

“Se trata de un platillo volador que mide tres metros de diámetro y tiene tres alienígenas que miden cerca de un metro”.

-Pero está estrellado…

“La idea original era que ese platillo con los tres alienígenas que tienen una forma más clásica de como uno se imagina a los extraterrestres, tenga otra nave más.

-O sea se vienen otras cosas…

“Pronto esperamos hacer una nave más grande que es la que viene al rescate de la que cayó. Ya estamos trabajando en eso, buscando los materiales”.

-¿De qué está hecho el platillo?

“Un día fui con mi amigo Jorge Holteuer a una chatarrería y andábamos buscando materiales para hacer la nave. Encontramos una especie de conos que son utilizados en lecherías y que le daría forma al platillo. Él se encargó de construir la estructura exterior de metal. Yo uní todas las piezas, las pinté y decoré con luces y todos los detalles y diseños que lo acompañan. El OVNI tiene un montón de cosas recicladas”.

-¿Y los humanoides?

“Los alienígenas siempre estuvieron pensados. Lo que pasa es que no tenía la forma de conseguirlos. Busque on line y había algunos que eran muy caros y que había que traerlos del extranjero. Hasta que descubrí que se venden maniquíes de niños. Entonces, encargué tres y los pinté. Calzan muy bien porque son pequeños, tienen brazos largos y cabeza grande. Busqué mucho para encontrarlos.


Diversas cosas relacionadas con los OVNIs tiene Sobarzo. Crédito: Cedida.


-¿Qué comentarios te han hecho las personas que han visto esta maqueta?

“De todo. La gente tiene una actitud bastante positiva en general, pero hay otros que lo miran desde el punto de vista de que es una locura, ¿para qué gasta plata en eso? La verdad es que todo el tiempo están pasando familias completas a mirarlo. Se detienen y toman fotografías. Algunos piden permiso para entrar. A los niños les encanta porque para ellos es una fantasía. Entienden que es una maqueta, pero lo ven como algo casi real, les encanta.

-Ha sido algo positivo en lo general…

“Claro. Ahora, lo que no me gusta es que la gente se lleva cosas del platillo como si fueran souvenirs. Le sacan piezas y se las llevan”.

-Hace un tiempo se robaron uno de los alienígenas…

“Sí, se robaron uno. Después lo devolvieron por la presión de los medios y las redes sociales. Yo di a conocer el caso y hubo mucha difusión. Alguien debe haber visto la publicación y dijo devuélvanlo mejor.

-¿Apareció de pronto?

“Lo pasaron a tirar anónimamente después de una semana. Además, es un daño que no tiene sentido, porque no lo vas a poder vender, ya que todos conocen de dónde es. Tengo otras cosas de alienígenas en este sitio y que también se las han robado. En el portón de acceso tenía unos modelos de extraterrestres y simplemente se los llevaron”.




-¿Seguirás dándole esta temática al terreno?

“Sí. Mis amigos Ramón Parada, Luis Díaz y Cristian Cutiño me han ayudado a hacer estas cosas que están en el exterior. Me gusta el tema y todos quieren colaborar con estas ideas. Me sorprende que hay muchas ganas por hacer cosas. Están las ganas, los recursos y esperamos encontrar los materiales para hacer más cosas y levantar esa nave que acompañará al platillo volador que ya está”.

-Ahora estos marcianos se han convertido en un punto de referencia para quienes transitan por esta ruta…

“La gente los ubica. Me he encontrado con personas que se dirigen hacia Corral por el camino viejo a La Unión. En vez de darle esas indicaciones le dijeron que llegara donde están los marcianos y 200 metros más allá doble hacia la izquierda. Ha venido gente del norte. No entiendo cómo, pero han pasado solo a tomarse fotografías con el OVNI. Ahí se demuestra la importancia de las redes sociales porque de esa forma las imágenes se han hecho conocidas”.

-¿Estás contento con lo que se ha generado en este tema?

“Sí, lo que pasa es que siempre va a haber gente que va a criticar, pero basta que dos o tres personas te digan que es algo que les gustó que lo encuentran bonito, con eso ya me siento recompensado y pienso que lo hecho no ha sido en vano y voy a seguir haciéndolo”.




https://www.diariodevaldivia.cl/noticia/reportajes/2023/04/los-marcianos-llegaron-ya-la-historia-de-los-extraterrestres-que-aterrizaron-de-emergencia-en-valdivia?fbclid=IwAR0Ax9i51963mBSyUYprLI5BXghvHfBtHB5Wns6fQFBIDDsEOEYMIW4ujR0

Un caso insólito de la ufologia chilena: “Un OVNI invisible”
Por Rodrigo Bravo Garrido 




El 22 de marzo del año 1986, sucede en Chile uno de los casos más insólitos que se tenga memoria en la ufología nacional y que, además, vincula a personal y equipamiento de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), los que albergan la calidad de “Testigos Calificados”.

La tarde de aquel sábado, hace exactamente 37 años, en la pantalla del radar aeronáutico que cubre el Área Terminal de Santiago, aparece un objeto sobre el cabezal 17 (norte), de la pista de aterrizaje del Aeropuerto Arturo Merino Benítez.

Entendamos que los radares en la aviación, son utilizados para el control del espacio aéreo con tal de que las operaciones de aeronaves se realicen de manera ordenada y segura.

Dada esta anómala presentación, el Controlador del Radar del Centro de Control de Tránsito Aéreo, el cual físicamente se encontraba en el Cerro Colorado, al norte, frente a Merino Benítez, llama por frecuencia interna al Controlador de la Torre del aeropuerto, consultándole si tenía a la vista, lo que se estaba reflejando en la pantalla.

Para ese entonces, la comunicación radial que se registró fue la siguiente:

CENTRO: Santiago-Centro.

TORRE: Centro–Santiago.

CENTRO: ¿Tiene algún tráfico usted por el Oeste?

TORRE: Arreportado.

CENTRO: ¿Sin tráfico reportado?

TORRE: Correcto.

CENTRO: Visualicé hacia el Oeste, a una milla de su posición.

TORRE: ¿Una milla hacia el Oeste? Negativo, mantenga escucha, voy a ver.

CENTRO: Desplazamiento muy lento. Se mantiene rumbo, en desplazamiento lento, rumbo Norte ahora.

TORRE: ¡No! A baja altura no se aprecia nada, Centro.

CENTRO: ¡Vamos a mirar desde aquí́ el cerro, a ver si se ve!

(60 segundos)

CENTRO: Santiago–Centro, sobre el umbral 17, rumbo Noreste, ¿tienes algo a la vista?

TORRE: Sobre el umbral 17, rumbo Noreste… ¿entiendo al Oeste del campo?

CENTRO: Era sobre el umbral 17, y desplazándose hacia el Noreste. Debería estar a metros más al Este de tu umbral 17.

TORRE: Negativo, Centro, ¡sin nada la vista!

CENTRO: ¡Copiado, gracias!

En primer término, para que el Controlador de Tránsito Aéreo del Radar de Santiago, llame a su símil de la torre del aeropuerto, es simplemente porque necesitaba confirmar lo que se le presentaba en la pantalla y que después de varios minutos, se mantenía efectuando un desplazamiento muy lento sobre la pista, tal cual lo señaló en su comunicación radial.

Desde la perspectiva de la seguridad operacional, la situación es bastante delicada, ya que, en el umbral, cabezal de la pista, si un tráfico u otra cosa sin autorización se encuentra efectuando movimientos lentos en vuelo, es muy peligroso para las aeronaves próximas al despegue, pero, aun más para las que estarían por aterrizar.

Concertemos que, en el año 1986 no existían en uso los actuales drones. En efecto, en el año 1998 en Paihuano, Valle del Elqui, cayó un dron no tripulado que estaba siendo probado, junto a dos aeronaves similares, y en ese entonces fue tal la conmoción, que por décadas ese evento fue considerado como el accidente de una nave aparentemente extraterrestre. El problema del objeto captado por el radar de 1986 es que desde la Torre de Control de Merino Benítez no se observó, y, es más, una vez que se envió al personal de apoyo terrestre a verificar, al umbral de la pista 17, si había algo volando, tampoco lograron divisar nada en el aire, mientras en la pantalla del radar seguía en presentación algo que estaba en ese mismo sector y desplazándose.

El segundo punto, quizás el más substancial, es la pregunta que lógicamente emerge al comprender, aunque sea en parte, el contexto de este insólito suceso, ya que no es fácil entender el cómo un objeto es captado por un radar, rebotando la señal electromagnética en su aparente cuerpo sólido, como está técnicamente diseñado, pero que en la práctica y para las personas que se encontraban de manera física inmediatamente abajo del punto, este mismo aparato volador, no era visible por el ojo humano.

Cuando señalo que este es uno de los reportes más extraños de la ufología aeronáutica chilena, es precisamente por lo desconcertante de sus características, ya que en la práctica es ilógico que un objeto sea captado por un aparato de detección electrónica, por lo cual ese objeto debiese haber exhibido un cuerpo físico, es decir con materia sólida, pero incomprensiblemente y al mismo tiempo, no fue percibido por un grupo de personas que se encontraban inmediatamente debajo de él.

Frente a un reporte así, queda demostrado que estas manifestaciones deben recibir la categorización de fenómenos anómalos, tal cual como se estudian por parte de la autoridad aeronáutica nacional, ya que, desde una figura metodológica, lo desconcertante del caso es la propia evidencia técnica que queda al desnudo y a partir de ella, es lógico que se pueden especular diversas explicaciones para este hecho.

Finalmente, el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos de la DGAC, entidad que, hasta hoy, analiza oficialmente los casos vinculados a este tipo de observaciones, fue creado once años después del comentado incidente, específicamente en octubre de 1997. Cada uno de los detalles de este reporte; informes, testimonios, entrevistas y audios, se mantuvieron intactos y celosamente guardados por el señor Gustavo Rodríguez Navarro, Controlador de Tránsito Aéreo y precisamente gestor de la fundación del CEFAA.

Una vez más, a través de esta plataforma hacemos un homenaje a Gustavo, uno de los eruditos más importantes del estudio de los OVNIs en Chile.


Los archivos OVNI de la aviación militar chilena
por Rodrigo Bravo





El pasado 11 de febrero se conmemoró un nuevo aniversario del nacimiento de la Escuela de Aeronáutica Militar del Ejército de Chile, entidad creada en el año 1913 y que se confirma con el libro Primeros en los Cielos de Patria (Bravo & Sánchez, 2022)

La aviación militar y la aviación naval cesaron sus funciones a partir de 1930, año en el que se crea la Subsecretaría de Aviación, actual Fuerza Aérea de Chile. A la postre, la rama aérea del ejército se reactiva durante el año 1970, siendo en la actualidad la Brigada de Aviación Ejército con base en el aeródromo La Independencia, en la histórica ciudad de Rancagua.

Pues bien, desde su reactivación la BAVE (Brigada de Aviación Ejército) posee la interesante cifra de ocho reportes de observaciones de OVNIs, de los cuales siete de ellos están respaldados con informes oficiales entregados al organismo responsable de investigar este tipo de incidentes, me refiero a la Sefaa (Sección de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos) de la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil).

Dentro de estos ocho informes, existen dos que han sido fundamentales para la actividad ufológica a nivel nacional e internacional, los que veremos con detalle junto con las otras denuncias aeronáuticas.

El primer caso, corresponde a un audio del 26 de febrero de 1979, donde un avión Cessna 337, Sky Master, volando desde el sur próximo a la ciudad de Antofagasta, en vuelo instrumental nocturno, reporta el paso de un objeto luminoso con forma de “V” invertida, lo que además generó perturbaciones en sus sistemas de navegación y de comunicaciones. La observación también fue captada por el radar del aeropuerto Cerro Moreno, en la capital de la Segunda Región.

En segundo lugar, se encuentra un reporte del 02 de diciembre del año 1988, desde la ciudad de Arica, hecho acontecido entre las 10:50 y las 16:00 horas, donde un avión Cessna 172 (T-41) de la Aviación Ejército, informa a la Torre de Control del aeropuerto Chacalluta la presencia de un extraño objeto, muy alto, incluso superior al máximo alcanzado por la aeronave militar. En esa oportunidad se suman a esta observación dos aviones Cessna 337, de empresas pesqueras locales, y un avión de combate F-5E de la Fuerza Aérea de Chile, los cuales también llegan a sus máximos techos de servicio, sin poder alcanzar el extraño objeto que se mantuvo en vuelo lento entre Iquique y Arica, a una altitud calculada de 80.000 pies (24.000 metros).

En tercer lugar, el 31 de marzo de 1997 a las 21:05, también en Arica, un avión CASA 212 de Ejército notifica la observación de una luz que sobre la ciudad realizaba fulminantes movimientos verticales y horizontales, sumandos a un extraño acercamiento y alejamiento. Esto también fue observado por la Torre de Control del aeropuerto y por cientos de personas en la ciudad. Este caso, sumado al desvío de otros vuelos en esos días, obligó a la autoridad aeronáutica a tomar medidas de prevención y de análisis de estas extrañas manifestaciones, dando así creación al CEFAA, (Comité de Estudio de Fenómenos Aéreos Anómalos), obra y gestión realizada por don Gustavo Rodríguez Navarro, Controlador de Tránsito Aéreo e investigador ufológico aeronáutico.




Como cuarto suceso, tenemos otro caso muy importante para el estudio del tema, ya que el día 27 de marzo del año 2000, un avión Cessna 550, Citation II del Ejército, volaba desde Santiago a Rancagua a las 18:00 horas, cuando repentinamente un objeto gris, alargado, de 50 metros de largo aproximadamente se detiene frente al avión, para luego de un brusco viraje colocarse al costado derecho, a una distancia muy corta, volando paralelo a la aeronave por mas de un minuto aproximadamente, deteniéndose en forma brusca, para ascender en la vertical, trasladándose a una alta velocidad hacia la cordillera de la costa, donde finalmente desaparece. Este reporte es el que da inicio a una investigación oficial dentro de la Aviación Ejército, constituyéndose en un trabajo inédito, presentado en Chile el año 2002, en una desclacificación que luego se exhibiría en USA en el 2007.

Seguidamente, como número cinco, se encuentra el único reporte oficial de avistamiento OVNI por parte de aeronaves de ala rotatoria, hecho sucedido en las proximidades a la ciudad de La Unión, decima región, por parte de tres helicópteros MD-530 militares el día 27 de octubre del año 2000. El informe señala que próximos al aeródromo “Los Maitenes”, un objeto cilíndrico sale de la superficie en vuelo muy lento, para realizar un zigzag acelerado, en ascenso, perdiéndose entre las nubes que estaban a una altura de 2000 metros aproximadamente.

En sexto lugar, está el reporte del 05 de noviembre del 2000 a las 22:00 horas, cuando un Controlador de Tránsito Aéreo Militar, en el aeródromo La Independencia de Rancagua, mientras supervisaba el lanzamiento de paracaidistas libres desde un avión CASA 235 (Nurtanio) del Ejército, observa una extraña luz que se desplazaba desde el sur (San Fernando) hacia el norte (Angostura de Paine) en zigzag, a una alta velocidad y que además pasó por debajo de la aeronave militar. La luz observada, se desplazó en un tramo de aproximadamente 50 kilómetros en un minuto y medio de tiempo, pasando por la parte inferior del avión CN 235, mientras hacia un viraje de 180º para lanzar los paracaidistas.

El 13 de abril del año 2007, como séptimo reporte, figura un avistamiento denunciado por un avión Cessna 172 (T-41), del Ejército, el cual volaba en la zona de Rancagua y su tripulación observó una extraña luz brillante dentro de una capa nubosa a 6000 pies (2000 metros), por un lapso de dos minutos, luminiscencia que se desplazó a una alta velocidad entre las nubes, hasta desaparecer.

El último y octavo informe proviene desde la región de Atacama, cuando el 21 de marzo del año 2012, a las 22:05 horas se observó y reportó una extraña luz a los 11.000 pies (3400 mts), que aumentó su tamaño, cambió sus colores desde el blanco al rojo, pasado por matices rosado y naranja, para descender en línea recta y quedar vertical la localidad costera de Caldera, donde literalmente se apagó. Este incidente se desarrolló mientras se efectuaba el salto de paracaidistas libres en un entrenamiento de fuerzas especiales sobre el aeródromo Chamonate en Copiapó.

Con estos ocho reportes, de los cuales siete tienen informes oficiales, el Sefaa en la DGAC efectuó las investigaciones correspondientes, no pudiendo dar una explicación convencional a ninguno de ellos, lo que deja de manifiesto que los fenómenos aéreos anómalos son reales y que, en algunos casos, constituyen un peligro para las operaciones aéreas.

Este es el sentido con el cual se trabaja esta temática en el mundo aeronáutico, es decir, se intenta el acercamiento al fenómeno, mediante un estudio de los efectos de las manifestaciones denunciadas o registradas, más que buscar sus potenciales causas.

Si de algo sirven estos reportes también, es para comprender el irrisorio conocimiento que poseemos sobre el origen de estos fenómenos, sobretodo los casos de alta extrañeza. Es ahí la importancia de acrecentar los análisis e invitar al mundo académico a una reflexión abierta y un estudio multidisciplinario, con tal de acercarnos a una temática que es claramente fascinante, pero a la vez esquiva, compleja y que sigue llenándonos de preguntas más que respuestas. Hay mucho por descubrir.



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