OVNIs, extraterrestres y lo desconocido
¿Cuál es el significado psicológico del fenómeno OVNI o FANI?
por Stephen A. Diamond, Doctor en Filosofía
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El día que la Tierra se detuvo (1951) Fuente: Twentieth Century Fox. |
En mis primeros días como bloguero para Psychology Today, publiqué un artículo (2010) sobre el fenómeno OVNI (ahora FANI) que, más de una década y media después, quiero volver a tratar y ampliar aún más.
Es un tema que se ha vuelto cada vez más atractivo y fascinante para algunos a lo largo de los años, incluyéndome a mí, en particular tras la reciente publicación de vídeos militares verificados de los llamados FANIs por parte del gobierno estadounidense (véase el artículo del New York Times), y que considero merecedor de un análisis más profundo. ¿Cuál es el significado psicológico de este extraño fenómeno?
Como afirma el psiquiatra de Stanford Irvin Yalom (1980), una de las "preocupaciones fundamentales" de la humanidad es nuestro estado existencial de alienación y aislamiento, a menudo expresado en la pregunta: ¿Estamos solos en el universo? Tradicionalmente, la religión (es decir, la creencia en dios, dioses o algún ser sobrehumano) ha sido útil para algunos, tanto individual como colectivamente, para mitigar la sensación de soledad en un cosmos frío e indiferente. Sin embargo, para muchos hoy en día, la religión tradicional ya no cumple esta función.
Sin embargo, a pesar de este alejamiento secular de la religión hacia una cosmovisión más científica, para un número creciente de personas la respuesta a esta vieja pregunta es, sin embargo, un rotundo NO. ¿Por qué? Porque creen fervientemente en la existencia de vida extraterrestre inteligente. (Véase, por ejemplo, mi artículo anterior sobre el popularísimo programa de televisión Ancient Aliens). Es como si la fe en alguna deidad divina hubiera sido reemplazada por la creencia en formas de vida extraterrestre que visitan la Tierra en vehículos extraordinarios que escapan a nuestra comprensión tecnológica actual. Esta convicción casi religiosa respecto a la realidad objetiva de las visitas extraterrestres plantea varias preguntas importantes, entre las que destacan: ¿ Quiénes son? ¿Por qué están aquí? ¿Qué buscan?
En 1958, C. G. Jung publicó una obra muy controvertida sobre los OVNIs, conocidos popularmente en aquel entonces como «platillos voladores». Posteriormente, titulada póstumamente «Flying Saucers: A Modern Myth of Things Seen in the Sky» (Princeton University Press, 1979), la principal preocupación de Jung en aquel momento no era tanto la existencia objetiva, física o material de estos OVNIs, sino su realidad interna subjetiva y fenomenológica, su significado psicológico y su trascendencia espiritual.
El énfasis existencial de Jung en nuestra necesidad humana fundamental de significado ante un universo aparentemente aleatorio y sin sentido es algo que compartió con psicoterapeutas como Otto Rank, Viktor Frankl y Rollo May (véase mi publicación anterior). De hecho, el significado y el problema de la falta de sentido es, como postula Yalom (1980), otra preocupación fundamental de la psicoterapia existencial.
El analista existencialista Viktor Frankl (1946/1984) creía que todos poseemos una "voluntad de sentido" innata e instintiva: es decir, una necesidad intrínseca de dar sentido a la vida, de encontrarle significado y propósito. (Véase mi publicación anterior). Cuando esta necesidad básica se ve insatisfecha o frustrada crónicamente, cuando nos encontramos viviendo en un mundo aparentemente absurdo y sin sentido, un estado mental que él denominó "vacío existencial" resulta con frecuencia en sentimientos de desesperación, rabia, depresión y amargura. Como Jung lo expresó concisamente: "El hombre no puede soportar una vida sin sentido".
El psicoanalista existencialista Rollo May, en su última obra importante, El clamor del mito (1991), ilustra claramente la vital importancia psicológica de los mitos (o narrativas personales o arquetípicas) que ayudan a dar sentido a la existencia y el sufrimiento humanos. Søren Kierkegaard, precursor filosófico de la terapia existencial, sostenía que la vida tiene un significado fundamental y que es nuestra tarea descubrir ese enigmático significado.
Al mismo tiempo, al igual que Jean-Paul Sartre, la terapia existencial reconoce la posibilidad de que la vida carezca de sentido o sea absurda, salvo en la medida en que la dotemos de sentido con valentía y creatividad. Que la vida no tiene un significado oculto inherente, salvo el que decidimos darle. Y que, sin la capacidad de tolerar la falta de sentido, ya sea parcial o total, de la vida, nos volvemos peligrosamente susceptibles a creer casi cualquier cosa, por fantástica que sea, para calmar nuestra ansiedad existencial o angustia ante lo desconocido y satisfacer nuestra insaciable necesidad psicológica y espiritual de sentido.
Esto podría explicar parcialmente la psicología subyacente del fenómeno OVNI. Lo desconocido puede ser, para la mayoría de las criaturas, si no para todas, una experiencia aterradora y espantosa. Al igual que los pueblos primitivos que presenciaban fenómenos naturales como eclipses solares o lunares, incendios, inundaciones, truenos, relámpagos, volcanes, terremotos, erupciones volcánicas o tornados, tendemos a temer lo desconocido y a crear historias o mitos elaborados para intentar explicarlo, haciéndolo menos aterrador. La religión puede entenderse generalmente como uno de esos mitos. La ciencia es otro. Ambos sirven al propósito psicológico de mitigar nuestra ansiedad existencial ante estos fenómenos enigmáticos, misteriosos y aterradores.
Modificado por orbitaceromendoza
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