jueves, 7 de junio de 2012

Las bacterias son "una buena opción" para la búsqueda de vida extraterrestre 
por Elizabeth Landau

Crédito: lightyears.blogs.cnn.com

Olvídese de los alienígenas verdes, de ojos saltones y con tecnología avanzada. La vida en otros planetas puede existir en formas demasiado pequeñas para ser vistas, si los misteriosos pequeños organismos como los que se encuentran en nuestros océanos vivieran en otro lugar. 

Los científicos han descubierto bacterias que viven en capas de arcilla de 86 millones de años de antigüedad en el fondo del océano, separadas de la luz solar y de otras formas de vida, que pueden subsistir con el mínimo de energía necesaria para sostener la vida. Ellas usan el oxígeno muy lentamente, y todavía están reciclando material que cayó de la superficie del océano hace millones de años atrás. 

"Si quiere mirar la vida de otro planeta, creo que esta es una apuesta muy buena", dijo Hans Roy, biólogo de la Universidad de Aarhus, en Aarhus, Dinamarca. Roy es el autor principal de un nuevo estudio sobre las bacterias que aparece en la revista Science. 

Roy y sus colegas descubrieron los organismos microscópicos alrededor de 30 metros por debajo del fondo del mar, en el norte del Océano Pacífico. La mayoría de los genes de la bacteria no se parecen a nada de lo que conocemos sobre la superficie.

"El trabajo es realmente fascinante, porque es la primera vez que realmente se tiene un sentido de las tasas de respiración de estas comunidades microbianas enterrados, y se puede especular más sobre cuánto tiempo pueden permanecer estas comunidades aisladas, qué tan rápido pueden crecer, qué edad pueden alcanzar", dice Antje Boetius, del Instituto Max Planck de Microbiología Marina, que no participó en el estudio de Roy. 

Las bacterias han permanecido en los sedimentos 86 millones de años -sobre todo algas muertas, pequeños crustáceos y polvo- haciendo esencialmente del entorno un experimento de 86 millones de años. Y usted no puede verlos crecer, eso sería como mirar a un árbol esperando a que crezca, dijo Roy. 

"No sabemos si son sólo los restos de aquellos que estuvieron una vez en la superficie y simplemente no murieron", dijo Roy. "Parece que se adaptan al medio ambiente donde viven". 

Pero es difícil creer que las propias bacterias tengan 86 millones de años. Según estimaciones de Boetius, dada la tasa de respiración que Roy encontró, este grupo en particular es de hasta 500 años de edad. Pero eso no se ha probado, y sigue siendo misteriosa la forma en que están recibiendo y utilizando un mínimo de energía. 

Hay otros organismos unicelulares que se encuentran bajo el lecho marino y que parecen vivir por cerca de 1.000 años antes de dividirse. Por el contrario, la bacteria E. coli -el patógeno que se encuentra en alimentos en mal estado- se reproduce cada 20 minutos.
 
Para hacerse una idea de lo que significa la acumulación de sedimentos, piense en el polvo en su apartamento o habitación. Si nunca lo ha aspirado, la capa de polvo crecerá. Si se asume una cierta tasa de asentamiento del polvo, se podría calcular el tiempo que se necesita para llenar todo el espacio con el polvo. 

"El fondo del mar no es más que una acumulación de polvo de agua de mar superpuesta", dice Boetius. 

Alrededor del 90% de los organismos unicelulares en la Tierra vive por debajo del lecho marino. 

"Ellos no tienen ni idea de que estamos a su alrededor", dijo Roy de las bacterias que su grupo estudia. "No tienen ningún contacto con la superficie y sólo parece que siguen viviendo por un tiempo muy largo en el interior de nuestro planeta". 

Bacterias similares podrían en teoría estar enterradas en otros mundos celestes, dijo. Si un planeta alguna vez tuvo vida, o algunas otras fuentes de energía, los microorganismos pueden estar separados de la superficie, pero aún viviendo desde hace mucho tiempo, dijo Boetius.


Modificado por orbitaceromendoza

3 comentarios:

  1. Luis, me alegro de que hayas publicado esta entrada, porque es en la bacteria donde podemos ver nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro por mucha evolución que como organismos hayamos tenido. Y es triste estar sujetos de ese modo al planeta, pero es que somos seres excretores -asimilamos del ambiente al que pertenecemos las sustancias que genéticamente interesan para alimentarnos (proteínas, grasas, oxígeno, etc.) y expulsamos al exterior lo que no nos sirve, con vistas a la supervivencia-. Debido a ello hay que aceptar que somos seres muy limitados físicamente para efectuar viajes espaciales. Ir a la Luna o incluso a Marte, pase, pero más allá está dificil. Seguramente la solución estaría en los replicantes humanos (androides biológicos), cosa que es posible hayan hecho ya otras civilizaciones del Universo -fue la conclusión del maestro Antonio Ribera sobre los OVNIS y humanoides que presuntamente nos visitan, antes de fallecer-. Seres pseudohumanos de esa índole podían estar "vivos" durante milenios y realizar largos viajes interestelares sin consumir alimentos ni respirar aire, remitiendo hacia la Tierra toda la información disponible que pudieran ir recabando. Saludos.

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  2. De acuerdo con el comentarista R. Barbado, máxime tras comprobarse que los neutrinos no viajan por el espacio a mayor velocidad que la luz. Si ésta, conforme vaticinó Einstein, es la mayor velocidad conque algún cuerpo puede viajar en el Universo, entonces debemos desechar la posibilidad teórica que nos transmiten las novelitas de ciencia-ficción baratas sobre teletransportación instantánea entre diferentes partes de la galaxia. Nos quedaría por tanto la traslación progresiva y temporal en el espacio -fuere rectilínea o curva, hay desgaste natural- que nos llevaría bien a la criogenización en cuanto seres humanos vivos o al desarrollo tecnológico-logístico de tripulantes humanoides de naves espaciales de exploración, de origen terrestre. Saludos, buen amigo.

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    1. Estimado Julio, muchas gracias por compartir tu opinión en este sitio. Lo interesante de este tipo de planteos es que coincidimos en que la vida en el universo (aunque sea microbiana) existe, sólo resta hallarla. Y que nos resistimos a los planteos que realizan algunos astrónomos tradicionales sobre la imposibilidad de que nos visiten civilizaciones extraterrestres, por cuanto evidencia de hechos anómalos que involucran a objetos voladores y a seres de naturaleza desconocida existen y están registrados y documentados en todas partes del mundo. El gran desafío para el ufólogo que se vale de recursos científicos-tecnológicos es tratar de achicar esa brecha existente entre lo imposible y lo fáctico, lo que no es poca cosa. Un gran saludo y espero que sigas acompañando a este espacio de divulgación!

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