Whitley Strieber, escritor y 'contactado': "Los 'visitantes' vienen de noche y me zarandean"
El autor de 'El ansia' asegura haber tenido tratos con los extraterrestres. La mayoría pacíficos, pero relata "una violación".
por Núria Navarro
Nadie duda de su reputación como autor de 'thrillers' y novelas de terror, entre ellos 'El ansia', cuya versión cinematográfica protagonizaron Catherine Deneuve y David Bowie. El estigma que ha acompañado a Whitley Strieber (San Antonio, Texas, 1945) a lo largo de su vida es por haber revelado –en libros, y donde fuere– que tiene tratos con extraterrestres. Es la estrella del Ufology World Congress que se está celebrando en Barcelona.
El contacto empezó muy pronto.
La presencia de los 'seres' es casi un 'asunto de familia'. Mi tío, oficial del Ejército, fue uno de los que analizaron los metales encontrados en Roswell [un objeto volador no identificado tripulado se estrelló, presuntamente, en Nuevo México, en 1947]. Y mi primera experiencia fue en la casa de campo familiar. Tenía 9 años. Me subí al tejado y levité hacia una nave. Como era un niño, asumí que le debía pasar a todo el mundo. Aunque nadie en casa hablaba de ello.
Suele pasar con las fantasías infantiles.
Siguió ocurriendo hasta que tenía 12 años. Recuerdo una poderosa luz en forma cuadrada que me atraía y me expulsaba. Describí aquella etapa en 'The Secret School' (1996), sabiendo que debía poner en cuarentena cuanto hubiera de imaginación infantil.
¿Los puede describir, a los visitantes?
Aquellos eran seres muy pequeños, de poco más de un metro, con uniformes azul oscuro. Los visitantes de 1985, año en que los redescubrí, eran distintos.
¿Hubo más?
Los que me visitaron en 1985, al norte de Nueva York, eran más altos, grises, con los ojos muy negros y penetrantes, sin rasgos de nariz y boca definidos. También he visto a altos y rubios.
¡Cuantos! ¿Le han dejado marcas?
[Se levanta la pernera derecha del pantalón y muestra una mancha de 1 céntimo cerca del tobillo] Aquí está. Apareció durante la experiencia de 1985 y los médicos siguen sin darle una explicación. Hace un mes me hicieron rasguños; tenían las uñas largas.
Un momento, ¿le siguen 'visitando'?
Unas dos o tres veces al año. Siempre de noche. Siempre durante unos cinco segundos –en estos casi 70 años, habré estado una hora en total –. Mi casa está llena de cámaras de visión nocturna, por todos los rincones, pero se desconectan a su llegada.
Qué mala suerte. Los científicos explican lo que describe como 'terrores nocturnos'.
Créame que no. Se ponen al lado de la cama y me zarandean. Me costó acostumbrarme a eso. En 1989 me colocaron un implante detrás de la oreja [muestra la foto de un TAC en el que se ve el botón oscuro] y escribí 'Comunion' [23 semanas en el número uno de 'The New York Times' y llevado al cine, con Christopher Walken encabezando el reparto]. Aunque no supe cómo usarlo hasta 2016.
Ay.
Mis siguientes libros, cuatro, mejoraron extraordinariamente. El implante es una prodigiosa herramienta para la investigación. Solo pienso en lo que necesito, abro algún libro y ahí está la información.
¿Qué ganan ellos a cambio?
Quieren que los libros sobre ellos sean escritos. Durante la redacción de 'A new world', en 2019, estuvieron más presentes que nunca: querían alertar del dramático cambio de la vida en la Tierra en los próximos años.
¿Cuál es su mensaje, en esencia?
Que esta vida es una preparación para una existencia posterior, mucho más grande y bella, y que hay que vivir con compromiso y confiar. Hay más clemencia en el universo de lo que pensamos.
¿Sabe de dónde vienen?
No tengo ni idea. Puede que de fuera o que estén aquí, quien sabe si en el subsuelo. En una de sus visitas a mi casa de campo, en Nueva York, olían a bosque, a hojas y tierra. Lo pudieron apreciar varios amigos que habíamos invitado.
¿No tiene algún suvenir?
Tengo un trocito de material procedente de Roswell. Lo analizaron y vieron que está formado por capas de magnesio y bismuto, sin nada que las una entre sí.
¿Damos por sentado que son buena gente?
La respuesta no es así de simple. En uno de los encuentros sentí terror. Pensé que era una pesadilla, pero no podía despertarme. Traté de escapar y me infligieron maltrato. Me violaron. El médico certificó una herida severa y el dolor me acompañó durante los siguientes 20 años.
¿...? ¿Y sigue defendiéndoles?
Como no se fueron de mi vida, aprendí a vivir con ellos. Intenté que esa relación me beneficiara.
Su soledad habrá sido monumental.
No ser creído, ser acusado de mentiroso, ha sido extremadamente doloroso y frustrante. He vivido una vida de absoluto aislamiento. La gente no está preparada para confrontarse a una inteligencia superior.
El oficial de las Fuerzas Aéreas de EEUU David Grusch ha declarado ante el Congreso que los FANIs (antes OVNIs) existen. ¿Le consuela?
Quizá la gente será menos abusiva conmigo. Pero la relación oficial con los visitantes ha sido militar, ocultándolos y abatiéndolos, cuando debería ser a través del liderazgo científico, cultural y espiritual.
Buenisimas tus publicaciones Emilio, facilitan el entendimiento que realizan estas entidades, muy pero muy buena tu labor
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