martes, 17 de junio de 2025

La 'desinformación' del Wall Street Journal sobre el tema FANIs y sus consecuencias para África, Asia y América Latina

La 'desinformación' del Wall Street Journal sobre el tema FANIs y sus consecuencias para África, Asia y América Latina
'La confusión fomentada por el WSJ refleja básicamente el desconcierto de los gobiernos de todo el mundo, sean democracias o dictaduras: no saben realmente cómo anunciar al público la existencia de individuos no humanos que vuelan alegremente sobre lugares sensibles (plantas nucleares, entre otros) a bordo de naves con propiedades impresionantes.'



Las acusaciones de que el Wall Street Journal (WSJ) propagó desinformación OVNI el 6/06/25 provienen inicialmente de publicaciones en X, incluidas publicaciones fechadas el 8 y 11 de junio de 2025. Estas publicaciones sugieren que el WSJ habría revelado, basándose en un informe del Pentágono, que el ejército estadounidense habría alimentado intencionalmente rumores OVNI para ocultar programas militares sensibles.

Pongamos esto en contexto. Un informe reciente del Pentágono, publicado por la Oficina de Resolución de Anomalías en Todas las Áreas (AARO), concluyó que no se ha encontrado evidencia de origen extraterrestre para los ovnis observados desde 1945. El informe también indica que algunos avistamientos de ovnis podrían atribuirse a tecnología militar secreta, como el avión espía U-2 de la década de 1950, que a menudo se confundía con un OVNI. El artículo del WSJ, mencionado en publicaciones sobre X, parece haber destacado esta estrategia militar estadounidense de permitir que la especulación sobre OVNIs circule para enmascarar proyectos clasificados... ¡y hasta ahora, todo es cierto!



El WSJ habría publicado hechos basándose en el informe del Pentágono, revelando una estrategia de desinformación pasada del ejército, en lugar de generar desinformación en sí mismo. Sin embargo, el artículo no cita sus fuentes y mantiene una confusión ideal para escépticos y analistas. Implica la idea de que los avistamientos de ovnis son necesariamente explicables por programas militares convencionales secretos estadounidenses. El artículo es parcial y omite señalar que los avistamientos de naves con propiedades peculiares son mundiales y de larga data, mucho antes de 1947.

Ryan Graves
El artículo del WSJ cita ejemplos específicos, como el de un coronel de la Fuerza Aérea estadounidense que distribuyó fotos falsas de platillos voladores cerca del Área 51 en la década de 1980 para desviar la atención de curiosos y espías. Algunos críticos, como el periodista australiano Ross Coulthart, corresponsal del importante medio de comunicación Newsnation, califican el artículo de "propaganda" o de intento de minimizar el problema OVNI reduciéndolo a una simple operación de camuflaje militar, ocultando así la posibilidad de fenómenos genuinos inexplicables. Ryan Graves, expiloto de la Marina, criticó el artículo del WSJ, argumentando que refuerza una narrativa destinada a desacreditar testimonios serios sobre OVNIs. Argumenta que este enfoque en la desinformación militar podría ser una nueva forma de manipulación para desviar la atención de fenómenos aéreos no identificados (FANI) genuinos.

En X, los usuarios sugieren que el artículo forma parte de una estrategia más amplia para ocultar la verdad sobre los OVNIs. Algunas publicaciones en X, como esta de @wouilisam, señalan que las revelaciones del WSJ no son nuevas, citando declaraciones previas de James Lacatski (exdirector del programa AAWSAP) en 2023. Critican al periódico por presentar esta información como una exclusiva, omitiendo elementos contextuales que podrían sugerir una realidad más compleja, como la posible existencia de programas secretos sobre ovnis no vinculados a la desinformación. Esta omisión se percibe como manipulación narrativa.

Cabe recordar que el Wall Street Journal, fundado en 1889, tiene una línea editorial conservadora de derechas dirigida al sector empresarial. El asunto de los FANIs es un fastidio para el sector empresarial, y dada su magnitud desde 2023 (el caso de David Grusch), el Journal tenía que hablar del tema si no quería perder la oportunidad. Pero la cuestión era cómo contárselo a sus lectores. Dadas las reacciones inmediatas y críticas al artículo de Joel Schectman, si el WSJ intentaba desinformar, fue un fracaso rotundo. El 10 de junio, la emisora ​​de radio francesa RTL cuestionó las declaraciones del Pentágono y puso de manifiesto la indignación de los círculos ufológicos. Este asunto del WSJ dista mucho de ser un asunto puramente estadounidense. El WSJ es un medio de comunicación con una larga tradición, conocido, reconocido y leído en todo el mundo.



Y aquí es donde entran los BRICS. Las implicaciones de las supuestas revelaciones para África, Asia y América Latina son indirectas y están vinculadas principalmente a la percepción global de los OVNIs… y a la credibilidad de la información que proviene de las instituciones estadounidenses.




Tim Murithi
Los OVNIs son un tema de creciente interés en África, como lo demuestra una exposición reciente en París (julio de 2024) dedicada a los fenómenos aéreos no identificados (FANI) en el continente. La organización UAP Afrique, entre otras, documenta activamente estos fenómenos, lo que sugiere un interés cultural y científico local. El sudafricano Tim Murithi ha aparecido en los medios de comunicación de su país en varias ocasiones para comentar noticias sobre FANI procedentes de Estados Unidos. Si las revelaciones del WSJ y del Pentágono se difunden ampliamente, podrían poner en duda la credibilidad de los avistamientos de OVNIs en África, en particular los atribuidos a fenómenos extraterrestres. También podría obstaculizar los esfuerzos locales para estudiar científicamente los OVNIs, al reforzar la idea de que estos fenómenos suelen ser malentendidos o manipulaciones, o incluso una conspiración blanca. Sin embargo, la falta general de cobertura mediática específica sobre este tema en África limita su impacto inmediato.



En Asia, en particular en Japón, los avistamientos de OVNIs suelen asociarse con objetos terrestres, como globos chinos sospechosos de espionaje. Japón ha creado un grupo dedicado al estudio de los ovnis, mostrando interés oficial en el tema. En China, el auge del poder económico y militar podría incluir tecnologías avanzadas que podrían confundirse con OVNIs. La revelación de una estrategia de desinformación estadounidense podría impulsar a los gobiernos asiáticos, en particular a China y Japón, a intensificar sus propias investigaciones sobre OVNIs para evitar la influencia de las narrativas occidentales. También podría avivar las tensiones geopolíticas si los avistamientos de OVNIs se interpretan como provocaciones militares encubiertas. Por otro lado, China podría explotar esta revelación para desacreditar aún más a Estados Unidos en el escenario internacional.

Latinoamérica tiene una larga historia de avistamientos de OVNIs, a menudo integrados en la cultura popular. Tragedias como la de Colares, donde OVNIs hirieron y mataron a aldeanos en 1977 y 1978, obligaron a la intervención del ejército brasileño. Sin embargo, la creciente presencia de China en la región, a través de la inversión económica y el intercambio cultural, también podría influir en la percepción de la información sobre OVNIs. La revelación de la manipulación por parte del ejército estadounidense podría reforzar el escepticismo hacia las instituciones occidentales en una región que ya desconfía de la influencia estadounidense. También podría impulsar a los países latinoamericanos a desarrollar sus propias capacidades de investigación sobre OVNIs, posiblemente en colaboración con socios no occidentales como China.

En conclusión, el WJS es uno de los numerosos actores que generan confusión y que probablemente reforzará la desconfianza en los gobiernos y los medios de comunicación en regiones donde la confianza en las instituciones ya es muy baja, sobre todo desde las mentiras propagadas por Estados Unidos para justificar la guerra contra Irak en 2003. Los países de África, Asia y Latinoamérica podrían estar más atentos a los avistamientos de OVNIs, por temor a que enmascaren actividades militares extranjeras, en particular estadounidenses o chinas. Y dejando de lado —y aquí es donde la cosa se pone problemática— las actividades no humanas.



La confusión fomentada por el WSJ refleja básicamente el desconcierto de los gobiernos de todo el mundo, ya sean democracias o dictaduras: no saben realmente cómo anunciar al público la existencia de individuos no humanos que sobrevuelan alegremente lugares sensibles (centrales nucleares, entre otros) a bordo de naves con impresionantes propiedades. Como declaró el periodista y corresponsal en la ONU Alain Jourdan a 24heures.ch el 13 de marzo de 2020: «El mundo contiene la respiración».




Modificado por orbitaceromendoza

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