Los FANIs, el Congreso y el regreso de las grandes preguntas
¿Qué significa realmente la sesión informativa de hoy del Congreso sobre los FANIs?
por DW Pasulka

La sesión informativa de hoy (1 de mayo de 2025) del Congreso de los Estados Unidos sobre fenómenos anómalos no identificados (FANI) marcó otro punto de inflexión silencioso en lo que se está convirtiendo rápidamente en una de las discusiones interdisciplinarias más importantes de nuestro tiempo.
Los testimonios de científicos, funcionarios de inteligencia y militares fueron contundentes, urgentes y, para quienes prestamos atención durante la última década, familiares. Pero hoy ocurrió algo nuevo: la conversación se amplió.
El contralmirante Tim Gallaudet, oceanógrafo y exoficial de la Marina de los EE. UU., ofreció quizás el respaldo más inesperado al papel de académicos como yo —y muchos de mis colegas en los campos de los estudios religiosos, la filosofía y la historia— en este creciente debate. Gallaudet no solo mencionó el trabajo de los académicos; insistió en que debe ser considerado. Nuestra formación, argumentó, puede ser clave para comprender las motivaciones detrás de la inteligencia no humana, un punto que rara vez se plantea de forma tan directa en debates relacionados con el gobierno. Su mención me enorgulleció y me sorprendió a la vez.
El Dr. Avi Loeb, siempre franco, enfatizó la brecha generacional. Según su experiencia, los investigadores y científicos más jóvenes son mucho más receptivos al estudio serio de materiales anómalos e inteligencia no humana que sus colegas de mayor antigüedad. "He perdido la esperanza", dijo con franqueza, refiriéndose a la arraigada resistencia entre los académicos de alto nivel. Es una observación cruda, que coincide con lo que muchos de nosotros, dentro de universidades e instituciones de investigación, hemos sospechado desde hace tiempo. Los muros epistémicos son reales. Pero también lo es la presión que se acumula fuera de ellos.
Loeb también presentó un argumento pragmático y políticamente relevante: incluso si no existe inteligencia extraterrestre, aún necesitamos estudiar los FANIs. Porque algo está volando en nuestros cielos, a través del espacio aéreo sensible, zonas militares y territorio civil. Comprender qué son estas tecnologías, quién las controla y cómo se comportan no es solo una cuestión de curiosidad científica. Es una cuestión de seguridad nacional.
El Dr. Eric Davis, físico y veterano contratista del gobierno, ofreció quizás la perspectiva técnicamente más sugerente del día: lo que hace que los materiales sean anómalos no es solo su composición, sino también su diseño. Esto nos lleva más allá de "¿de qué está hecho?" a la cuestión de la inteligencia codificada en la estructura: decisiones de diseño que parecen superar las capacidades humanas actuales.
Y eso nos lleva, de nuevo, a la motivación. Si existe inteligencia no humana —si estos materiales, objetos o transmisiones no son nuestros—, ¿ por qué están aquí? Mucha gente (tanto oficial como no oficial) me ha hecho esta pregunta.
Los estudios religiosos y la filosofía se han planteado estas preguntas durante milenios.
La audiencia de hoy no respondió a las preguntas clave. Pero hizo algo igualmente importante: recordó al mundo que esas preguntas ya no son marginales. Ahora están en el expediente.
Modificado por orbitaceromendoza
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