lunes, 29 de marzo de 2021

Un satélite de Saturno podría ser una cuna perfecta para la vida

Un satélite de Saturno podría ser una cuna perfecta para la vida
Un grupo de científicos ha descubierto que uno de los mayores satélites de Saturno podría reunir las condiciones para que surja vida allí. Pese a su ambiente frío e inhóspito, Titán puede ocultar un océano líquido capaz de albergar criaturas vivas.


© AP Photo / NASA/JPL/ESA/Italian Space Agency


La superficie de la luna de Saturno Titán está recubierta de hidrocarburos orgánicos. Los científicos suponen que su corteza helada cubre un océano acuático. Han creído que esta masa de agua se encuentra a unos 100 kilómetros bajo la corteza de Titán desde el 2012, cuando la misión Cassini de la NASA midió las variaciones en las mareas de la luna.

Según un nuevo estudio, un asteroide o un cometa que se estrelló contra la luna podría haber mezclado los hidrocarburos con el agua y los cráteres de impacto resultantes serían el lugar ideal para el origen de la vida.

La idea es "muy emocionante", opina Léa Bonnefoy, científica planetaria y experta en Titán de la Universidad de París. Una "piscina cálida temporal" en la superficie del agua puede crear condiciones favorables para la vida, afirma.

Álvaro Penteado Crósta, geólogo planetario de la Universidad de Campinas, sabía que este satélite de Saturno estaba salpicado de muchos grandes cráteres de impacto y se preguntaba si alguno de los impactos era lo suficientemente grande como para perforar la corteza y mezclar el material orgánico de la superficie con el agua que había debajo. Esto podría haber producido "una sopa primordial necesaria para el desarrollo de la vida", confirma Penteado Crósta.

Para averiguarlo, él y sus colegas modelaron el impacto del mayor cráter de la luna, Menrva, de 425 kilómetros de ancho, que se cree que se formó hace 1.000 millones de años. El modelo sugería que el cráter era el resultado del golpe de una roca espacial de 34 kilómetros de ancho contra la superficie a siete kilómetros por segundo.

El calor del impacto habría creado un lago en el cráter, según el modelo, pero este lago podría haber durado solo un millón de años antes de congelarse con las temperaturas heladas de Titán. No obstante, Penteado Crósta dice que esto puede haber sido tiempo suficiente para que los microbios evolucionaran aprovechando el agua líquida, las moléculas orgánicas y el calor del impacto.

Aunque la investigación del equipo se centró en Menrva, Penteado Crósta cree que unos impactos más pequeños podrían haber perforado también la capa de hielo en Selk, un cráter de 90 kilómetros de ancho a unos 5.000 kilómetros de distancia.

Se cree que Selk es mucho más joven que Menrva y quizás tenga solo unos cientos de millones de años, lo que significaría que cualquier evidencia de vida allí sería más fresca. "Selk puede tener más posibilidades de tener algún tipo de bacteria fosilizada preservada en el hielo", subraya Penteado Crósta.



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