martes, 3 de diciembre de 2024

¿Un plato volador del que bajó un humanoide?: el caso OVNI que Argentina le reportó a Estados Unidos

¿Un plato volador del que bajó un humanoide?: el caso OVNI que Argentina le reportó a Estados Unidos
El Congreso norteamericano mostró por primera vez apertura hacia los “fenómenos anómalos no identificados”. Un documento probó que ciertos eventos paranormales argentinos se remitían a EEUU. “El caso del Dique La Florida” fue uno de ellos. ¿Qué sucedió esa madrugada de 1978 en San Luis?
Por Maximiliano Fernández




Por décadas, los OVNIs fueron terreno fértil de lunáticos, conspiranoicos y trasnochados. La sociedad siempre observó a sus aficionados con desconfianza, incluso con desdén. Pero en los últimos años hubo un giro drástico. La apertura hacia estas apariciones de presunto origen extraterrestre trascendió lo anecdótico para convertirse en un asunto de interés global. La prueba más reciente: una audiencia especial en el Congreso de los Estados Unidos, en la que expertos de alto perfil se pararon frente al Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes para discutir la verdad detrás de los “Fenómenos Anómalos No Identificados” (o UAPs, por sus siglas en inglés).


La audiencia en el Congreso de Estados Unidos para tratar los "Fenómenos Anómalos No Identificados"

El evento, titulado “Fenómenos Anómalos No Identificados: Exponiendo la Verdad”, reunió a figuras de renombre como Tim Gallaudet, contralmirante retirado de la Marina de EEUU, Luis Elizondo, exfuncionario del Departamento de Defensa, Michael Gold, ex administrador asociado de la NASA, y el periodista Michael Shellenberger, fundador del medio independiente Public.

La expectativa era enorme. Se esperaba que allí se revelaran datos confidenciales, informes clasificados de materiales o presencias extraterrestres. Si bien el resultado no llegó a ese nivel, sí Elizondo dejó una frase contundente: “Quiero ser claro: los UAP son reales. Tecnologías avanzadas que no han sido creadas por nuestro gobierno, ni por ningún otro gobierno, están monitoreando instalaciones militares sensibles en todo el mundo”.

Para Andrea Pérez Simondini, directora de la Comisión de Estudio del Fenómeno OVNI de la República Argentina (CEFORA), la audiencia dejó “sabor a poco”, pero marcó un hito en la historia de la ufología mundial. “Nunca pensamos que en el Congreso de EE. UU. se hablaría sobre la posibilidad de un origen no humano de estos fenómenos”, señaló en diálogo con Infobae.

La especialista destacó el documento Inmaculada Constelación, presentado por Shellenberger gracias a un testigo anónimo, que se convirtió en una de las piezas clave del debate. El informe hace referencia a la recuperación de UAPs y materiales exóticos, lo que amplía el horizonte de discusión hacia un posible origen extraterrestre.

El interés oficial de Argentina por los OVNIs surgió hace ya más de medio siglo. El 25 de junio de 1958, el Ministerio de Aeronáutica creó una central de análisis y clasificación de informes. Más tarde, en 1963, la Armada Argentina adoptó un modelo de formularios inspirado en el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea de EEUU. Tras esa decisión, se mandaron a elaborar 2000 formularios de carácter público y de aplicación en las diferentes jurisdicciones de la Armada.


El documento que certifica la creación de una central recopiladora de denuncias de avistamientos de OVNIs, en la órbita del Ministerio de Aeronáutica

Las medidas tomadas por entonces reflejan, según Simondini, la seriedad con la que se abordaban los casos. “Si estos objetos ya tenían tecnología avanzada en los años ‘60, ¿por qué hoy seguimos debatiendo su origen? Si fueran desarrollos terrestres, ya lo sabríamos. Pero estamos en audiencias, con denuncias sobre materiales biológicos y comisiones en el Pentágono”, advirtió.

Durante años, circularon rumores sobre un acuerdo tácito entre los países de Sudamérica, Argentina incluida, y Estados Unidos, que aseguraban que toda información sobre eventos aéreos inusuales debía reportarse al gobierno norteamericano. Aunque siempre fue una sospecha, un documento desclasificado del caso del Dique La Florida, en San Luis, confirmó la práctica.

El 4 de febrero de 1978, pescadores de San Luis relataron un encuentro cercano con un OVNI y su tripulante. La Policía Federal y la Fuerza Aérea Argentina les tomaron declaración y, según consta en el expediente, los testimonios fueron entregados a un oficial de la V Brigada Aérea, quien, según sus propias palabras, debía elevar un informe a EEUU.


El informe policial que comprueba que Argentina reportaba sus casos ufológicos a Estados Unidos

"Dichas expresiones fueron presenciadas por el Mayor Alberto Iannariello, de la V Brigada Aérea, con asiento en Villa Reynolds (San Luis), quien se hizo presente en el local de esta Delegación a tales efectos y a quien se le hizo entrega de las copias de los aludidos testimonios ‘con el objeto de elevar un informe a sus mandos naturales para su posterior remisión a los Estados Unidos de Norteamérica’, según sus manifestaciones”, es el textual del documento al que accedió CEFORA tras décadas de incertidumbre.

El expediente, recuperado por el investigador Virgilio Sánchez Ocejo, marcó un antes y un después. Por primera vez, se logró evidencia escrita de que los informes sobre OVNIs en Argentina eran remitidos a EEUU, aunque aún persiste la duda de qué agencia o dependencia del gobierno norteamericano recibía las denuncias.

¿Qué pasó en el Dique La Florida?


El Dique La Florida, en San Luis

En la madrugada del 4 de febrero de 1978, la calma del Dique La Florida, en San Luis, se interrumpió por un suceso que cambió para siempre la percepción de seis hombres sobre el mundo. El grupo de amigos había ido a pescar, a pasar la noche a orillas del lago, sin saber que serían testigos de uno de los casos más resonantes de la historia ufológica argentina.

Tres de ellos eran hermanos: Genaro, Pedro y Ramón Sosa. Los otros que conformaban el grupo eran Regino Perroni, Jacinto Lucero y Manuel Álvarez. Después de comprar la carne para el asado, se trasladaron hacia el lago en un Fiat 125. Nada parecía fuera de lo normal: el cielo estrellado, una brisa suave y el chapoteo del agua los acompañaba mientras cambiaban de balsa en busca de un mejor pique.

A las 4:15 de la madrugada, la normalidad se rompió por completo. Desde la barca, Perroni fue el primero en notar algo extraño a lo lejos. Era una figura que cruzaba el cielo frente a la luna. Su grito alertó a los demás, pero el avistamiento se descartó rápidamente como una estrella fugaz. Los hombres le restaron importancia. Álvarez y Pedro Sosa continuaron con sus cañas, con la compañía de Perroni que se ubicaba cerca del motor. Mientras tanto, los otros tres integrantes del grupo ya dormían.

Treinta minutos después, una luz blanca intensa, muy intensa, emergió de un cerro cercano, iluminando el paisaje como si el amanecer se hubiese adelantado, según el relato de los testigos. Los hombres giraron, incrédulos, hacia la fuente del resplandor. Allí, suspendido a tres metros del suelo, se encontraba un objeto metálico en forma de plato invertido que irradiaba luces verdes y rojas desde su parte superior.


La Portada de la Revista Siete Días, en alusión al hecho en San Luis

El OVNI, de alrededor de 15 metros de diámetro, flotaba con una presencia que por extraordinaria no abandonaba su serenidad. La denuncia que después harían los pescadores señala que la tensión en la balsa creció cuando una escalerilla descendió desde la nave. De ella emergió un humanoide de unos dos metros de altura, según describieron, enfundado en un traje plateado brillante. Su rostro, enmarcado por una escafandra transparente, revelaba facciones humanas y pelos rubios que brillaban bajo la luz artificial.

La descripción difiere radicalmente de lo que suele representarse como un ser extraterrestre. En general, en el imaginario colectivo -y también en los relatos de denunciantes que aseguran haberse topado con seres de otros planos- se trata de criaturas pequeñas, de color verde, macrocefálicos, con ojos grandes y pocos rasgos humanos. Pero en el caso del Dique La Florida, el supuesto humanoide extraterrestre se parecía, más bien, a un humano terrícola.

El ser no caminaba: parecía deslizarse sobre el terreno en declive. Se acercó al lago y se detuvo a apenas 15 metros de los pescadores, separados solo por el agua. Con calma, levantó las manos en un gesto que los testigos interpretarían como de amistad o de ofrecimiento universal. Ninguno de los hombres habló. Todos permanecían hipnotizados por la escena.



Las ilustraciones del avistamiento y del tripulante que hizo la revista Cuarta Dimensión de Fabio Zerpa

El encuentro duró menos de un minuto. El humanoide regresó a la nave, subió por la escalerilla, la cual se replegó antes de que el OVNI despegara con rumbo noreste. La nave ascendió en un bucle, dejando detrás una estela luminosa que se apagó poco a poco en las serranías de San Luis. El fenómeno no solo fue visto por los pescadores. Algunos vecinos del área reportaron avistamientos similares esa noche.

Impactados, los seis hombres intercambiaron miradas de incredulidad. Cada uno intentó darle sentido a lo que acababan de presenciar. “Era como si el objeto se metiera en una alcancía al desaparecer”, diría más tarde Perroni durante los interrogatorios. Sus relatos serían investigados por la Policía de San Luis, la delegación local de la Policía Federal, y un equipo de especialistas liderado por el investigador Fabio Zerpa.

Las marcas en el terreno indicaban la presencia de un objeto pesado que habría aterrizado y luego despegado. Aunque no se encontraron huellas específicas que pudieran atribuirse a un humanoide, el testimonio sobre las luces y la estructura del objeto fue consistente entre los testigos, lo que reforzó la credibilidad del evento.

Pero lo que realmente marcó un hito en la historia paranormal nacional fue la reacción policial. El teniente coronel Raúl López, jefe de la policía provincial, firmó el primer comunicado oficial que incluyó la presencia de un humanoide procedente de un OVNI. En él, se destaca la presencia de “un ser con apariencia humana” que descendió del plato volador.


El informe policial que destaca la presencia de un tripulante que descendió de objeto volador

La División Científica de la Policía y la Facultad de Ciencias Físico-Matemática y Naturales de la Universidad Nacional de San Luis hicieron un análisis de radioactividad en el sitio que no arrojó niveles anormales, lo que descartó la presencia de materiales altamente reactivos. Sin embargo, según los investigadores especializados en ufología, ese resultado no anula la posibilidad de un evento extraordinario, ya que no todos los fenómenos relacionados con OVNIs dejan huellas radioactivas.

El “Caso Dique La Florida” no tardó en ganar reconocimiento internacional. Su combinación de testigos consistentes, cierta evidencia física y respaldo institucional lo convirtió en uno de los eventos más documentados en la historia de la ovnilogía nacional. Casi 45 años después también se convertiría en la primera prueba de que, como se sospechaba, Argentina reportaba sus eventos de presunto origen extraterrestre a Estados Unidos.



lunes, 2 de diciembre de 2024

¿Son las civilizaciones modernas más vulnerables a las tecnologías de los FANIs?

¿Son las civilizaciones modernas más vulnerables a las tecnologías de los FANIs?
Las sociedades modernas dependen cada vez más de las tecnologías digitales y pueden volverse más vulnerables a las descargas electromagnéticas, como lo demuestran los casos históricos de FANIs.
por Baptiste Friscourt



En un documento de retroalimentación enviado a la Unión Europea, la Coalición UAP de los Países Bajos (UAPCNL) intenta convencer a los organismos oficiales de la vulnerabilidad de las infraestructuras europeas a las tecnologías resultantes de la investigación sobre FANIs o de los propios FANIs. El documento responde a una solicitud de la Dirección General de Energía, Unidad B4 - Seguridad y Protección Energética, para desarrollar un "control de idoneidad" para evaluar "la eficacia, eficiencia, coherencia, relevancia y valor añadido de la UE del Reglamento de Seguridad del Suministro de Gas y el Reglamento de Preparación ante Riesgos Eléctricos (ERPR)".

"Esta convocatoria de pruebas debería ayudar a reunir más información y conocimientos sobre la aplicación del ERPR".

El informe de la UAPCNL afirma que:

la frecuencia de avistamientos de FANIs cerca de activos energéticos requiere un enfoque proactivo e integral de la preparación ante riesgos. Ignorar los FANIs puede dejar a la infraestructura crítica vulnerable a posibles interrupciones, ya sea a través de interferencias directas o consecuencias colaterales de la vigilancia de objetos no identificados.

Estos eventos no solo están asociados con hipotéticos FANIs que liberan su exceso de energía sobre una de las zonas más densamente pobladas e industrializadas del planeta, sino que también pueden considerarse un evento Carrington localizado.

Durante estos fenómenos, que se producen de forma cíclica en relación con la actividad solar, una eyección de masa coronal choca con el campo magnético de la Tierra, creando una corriente geomagnética capaz de hacer saltar chispas de los postes telegráficos y alimentar máquinas desconectadas, como ocurrió al comienzo de la era industrial el 2 de septiembre de 1859.

Las autoridades europeas no ignoran la cuestión de las corrientes inducidas que interrumpen las comunicaciones y destruyen las máquinas conectadas a la red.

En un informe de 2023 del Equipo de Análisis e Investigación de la Secretaría General del Consejo Europeo, los autores advierten de que un fenómeno de este tipo "podría perturbar la vida de millones de personas y causar daños muy importantes. Estos podrían incluir daños directos y generalizados a las infraestructuras vitales, incluidas las redes eléctricas, las redes de comunicaciones digitales y los sistemas de satélite".

El informe recomienda:

Dada la naturaleza impredecible actual de las tormentas solares, es vital reforzar la resiliencia de las infraestructuras críticas. Esto implica realizar evaluaciones de vulnerabilidad de las infraestructuras críticas, seguidas de medidas para garantizar la robustez de los componentes y sistemas vulnerables. Este proceso incluye medidas como la sustitución gradual de los transformadores de alta tensión existentes por diseños más resistentes capaces de soportar picos excesivos de corriente. Garantizar una mayor disponibilidad de piezas de repuesto para transformadores también es crucial para garantizar una rápida sustitución y reparación en caso de daños graves, dados los largos períodos necesarios para producir nuevos transformadores.

Este informe encuentra una gran simetría en las propuestas realizadas por la Coalición UAP de los Países Bajos en su respuesta a la Unión Europea.

A lo largo de la historia, varios casos han demostrado la capacidad de ciertos FANIs de emitir campos electromagnéticos de alta potencia que tienen un impacto en la infraestructura.

El 16 de agosto de 1954, en Tanarive, Madagascar, una bola de luz verde voló sobre una avenida de la ciudad, provocando cortes de energía a lo largo del camino.

El 9 de noviembre de 1965, en Siracusa, Nueva York, se produjo un apagón general al mismo tiempo que muchos testigos informaron haber visto FANIs.

La propuesta de la Coalición UAP de los Países Bajos cita otros ejemplos del aparente interés de los FANIs en áreas sensibles e instalaciones nucleares.

Para hacer frente a estos desafíos, el informe propone incluir la cuestión de los FANIs en los escenarios estratégicos de los órganos de toma de decisiones institucionales de la Unión Europea. También propone la organización de una conferencia para presentar los detalles de la cuestión a los responsables políticos y la creación de una unidad europea sobre FANIs.



La UAP Coalition Netherlands insta a la UE a abordar los fenómenos anómalos no identificados en su estrategia de seguridad energética


Imagen ilustrativa.


La Coalición FANI de los Países Bajos ha pedido a la Unión Europea que considere los fenómenos anómalos no identificados (FANIs) como parte de su estrategia de seguridad energética. 

Si bien la UE ha logrado avances significativos en la construcción de un marco energético sólido en los sectores de la electricidad, el gas, el petróleo y la energía nuclear, los desafíos globales recientes, incluida la crisis energética desencadenada por el ataque de Rusia a Ucrania, han puesto de relieve las vulnerabilidades. 

Mientras la UE evalúa su arquitectura de seguridad energética en medio de la transición a la energía limpia, la coalición enfatiza la necesidad de abordar factores de baja probabilidad y alto riesgo, como los fenómenos anómalos no identificados que pueden interrumpir la infraestructura energética crítica. 

Joachim Dekkers, fundador de la coalición, advirtió contra pasar por alto estos riesgos, afirmando: "Ignorar el impacto potencial de los fenómenos anómalos no identificados podría dejar un punto ciego crítico en nuestra estrategia de defensa energética". El grupo insta a los responsables políticos a integrar las evaluaciones de riesgos relacionados con los fenómenos anómalos no identificados en la estrategia energética de la UE para garantizar la resiliencia y salvaguardar a sus ciudadanos y su infraestructura.




Modificado por orbitaceromendoza

domingo, 1 de diciembre de 2024

OVNIs en Santa Cruz: “Están acá y se esconden en el agua”

OVNIs en Santa Cruz: “Están acá y se esconden en el agua”
Un trabajador de la cosecha de Cereza en Los Antiguos aseguró ver durante 15 noches luces que salían de las profundidades del agua. El misterio del Lago Buenos Aires, ese enigmático rincón de la Patagonia.
Por Marco Bustamante


Imagen ilustrativa.


Un nuevo testimonio extraordinario coloca a Santa Cruz en el epicentro de los fenómenos inexplicables. Esta vez, un zafrero dedicado a la cosecha anual de cereza asegura haber presenciado eventos que desafiaron su percepción de la realidad en las costas del lago Buenos Aires, al noroeste de la provincia.

El testigo, que optó por mantener su identidad en reserva, relató a La Opinión Austral que durante más de 15 noches consecutivas, mientras contemplaba la inmensidad del lago, fue testigo de un fenómeno inquietante: luces intensas emergiendo de las profundidades del agua, moviéndose con un patrón que describió como hipnótico y fuera de lo común.

“Están acá y se esconden en el agua”, declaró con firmeza, sugiriendo que la inmensidad y las profundidades del lago Buenos Aires podrían servir como escondite para estas misteriosas presencias. Pero esto no fue lo más impactante de su relato. Según cuenta, también observó esferas luminosas que flotaban brevemente a la distancia antes de desaparecer nuevamente en el agua.



El zafrero, del que solo diremos que se llama Carlos, no está solo en su experiencia. A lo largo de los años, numerosos relatos similares han surgido en torno al lago Buenos Aires, alimentando teorías que van desde bases submarinas de OVNIs hasta manifestaciones vinculadas a leyendas ancestrales.

A pesar de la creciente cantidad de avistamientos, los habitantes locales prefieren guardar silencio, ya sea por temor al escepticismo o por respeto al misterio que rodea este enigmático rincón de la Patagonia.

Su testimonio se suma a una lista creciente de encuentros que parecen señalar al lago Buenos Aires como un punto clave en el mapa de los fenómenos inexplicables. Mientras las preguntas permanecen sin respuesta, una cosa parece cierta: el agua de este lago esconde secretos que, por ahora, continúan desafiando toda lógica.

El testigo

Carlos, un hombre de más de 50 años oriundo del conurbano bonaerense, es uno de los tantos trabajadores temporales que año a año viajan junto a sus familias a Los Antiguos, la “Capital Nacional de la Cereza”, para participar en la cosecha de este fruto fino. Durante su estadía en esta tranquila localidad, Carlos ha convertido en hábito sus caminatas hacia la costa del lago Buenos Aires, donde encuentra un remanso de paz y, según su relato, experiencias fuera de lo común.



Su lugar favorito para observar el lago es un pequeño muelle de madera al que accede desde la Costanera, cerca de la intersección con la Avenida Tehuelches y a escasos metros del monumento al salmón. Desde allí, camina unos 20 metros hasta un mirador que ofrece una vista panorámica de las aguas turquesas y cristalinas del lago, que alcanzan una profundidad máxima de 590 metros.

El lago Buenos Aires, segundo en extensión de Sudamérica después del Titicaca, es un gigante imponente y traicionero. Las fuertes corrientes, influidas tanto por los vientos patagónicos como por las brisas que llegan desde el océano Pacífico, hacen que navegar de noche sea prácticamente imposible. “No creo que se permitan embarcaciones de noche, y menos por estas aguas. Pescar después del atardecer acá es algo que nadie hace”, explicó Carlos al ser consultado sobre si pudo haber confundido su experiencia con algún bote o vehículo.


La Capilla de Mármol en el Lago Buenos Aires, una de las tres formaciones de mármol diferenciadas por su tamaño.

El avistamiento que protagonizó ocurrió durante varias noches consecutivas. Todo comenzó una noche mientras observaba la calma del lago desde su mirador habitual. A la distancia, a unos 20 kilómetros hacia la costa opuesta, notó extraños destellos. “Primero pensé que era algún reflejo, pero esas luces no eran normales. A veces eran dos, otras tres. Se movían de formas imposibles o simplemente aparecían y desaparecían en segundos.”

Por más de 15 noches seguidas, Carlos observó las luces danzar sobre la superficie del lago o emerger brevemente para desaparecer nuevamente. Aunque tuvo dudas iniciales, el patrón y el comportamiento de los destellos terminaron por convencerlo de que no eran algo convencional. “Cuando lo contás, nadie te cree, pero yo sé lo que vi. Después de tantos días, no hay manera de que fuera una confusión.”



Carlos asegura que no existen embarcaciones o vehículos que puedan justificar lo que presenció. La distancia, el comportamiento errático de las luces y la falta de tráfico náutico en esas horas de la noche solo añaden más interrogantes al misterio.”Ahora tengo ganas de contarlo”, concluye, “porque estas cosas están ahí. No sé qué son, pero las vi con mis propios ojos.”

Extraño encuentro: ¿testigos o parte del enigma?

Nuestro testigo relata un episodio tan desconcertante como inquietante. Una tarde, mientras observaba lo que describió como una nave evolucionando sobre las aguas del lago Buenos Aires, algo más capturó su atención: una vieja Volkswagen Combi, modelo 1980, apareció en la escena. Desde el interior del vehículo se escuchaba música en alemán, un detalle tan peculiar como desconcertante en ese remoto rincón patagónico.

De la combi descendieron dos jóvenes de aspecto nórdico, cuya presencia parecía casi cinematográfica. Curiosamente, los forasteros mostraron un marcado interés por lo que el testigo estaba viendo, como si ellos también supieran que algo extraordinario ocurría en el lugar. La interacción fue breve, pero dejó una huella profunda.

Cuando el testigo les pidió tomarse una foto juntos para inmortalizar el momento, la reacción de los extranjeros fue inesperada: se negaron rotundamente, sin dar mayores explicaciones, y volvieron a enfocarse en sus propios asuntos. Fue entonces cuando las dudas comenzaron a asaltar al observador: ¿Podrían aquellos hombres ser más que simples curiosos? ¿Formarían parte del misterio que rodea al lago y sus luces inexplicables?

El temor y la incertidumbre lo llevaron a abandonar la escena apresuradamente, dejando tras de sí más preguntas que respuestas. ¿Quiénes eran realmente esos jóvenes? ¿Por qué estaban allí, en un lugar tan apartado, justo en el momento de una supuesta manifestación anómala?

Conexión OVNIs y volcanes: ¿una puerta entre mundos?

La Meseta del Lago Buenos Aires, una vasta formación de origen volcánico, ha sido testigo de historias que datan de hace más de 9.000 años. Aunque sus volcanes llevan milenios inactivos, su presencia sigue marcando la narrativa de la región. Entre las evidencias más intrigantes están los petroglifos encontrados en la zona, que parecen retratar encuentros con figuras humanoides y misteriosos círculos o esferas que emergen del interior de los volcanes.

Un ejemplo fascinante de estas imágenes aparece en un estudio titulado “El cañadón de la flecha“, realizado por Nora Franco, Natalia Cárdenas, Brenda Gilio, Lucas Vetrisano, Pablo E. Bianchi y Giuliana Kaufman. En él, se describe una escena que podría interpretarse como un encuentro entre figuras antropomorfas y lo que parecen ser esferas flotantes.

“El cañadón de la Flecha”, arte rupestre de 1.653 a 1.802 A.D.

Esto nos lleva a plantear una pregunta inevitable: ¿es posible que los orbes vistos recientemente por testigos en la región sean los mismos que aparecen en los petroglifos de hace 9.000 años? ¿Podrían estas esferas haber salido de los volcanes cercanos, esos mismos gigantes dormidos que aún infunden respeto y temor en los pobladores de la región?

En agosto de 1991, el volcán Hudson, ubicado en la Región de Aysén, en Chile, entró en erupción, una de las más violentas de su historia reciente. La ceniza volcánica afectó grvemente a Los Antiguos. Este es solo uno de los más de 120 volcanes activos que se encuentran en la cordillera de los Andes, y su relación con el fenómeno OVNI ha sido objeto de especulación durante décadas.



Investigadores del tema han señalado que los volcanes parecen ser de especial interés para aquellos “visitantes del cielo”. En México, por ejemplo, el Popocatépetl ha sido catalogado como una “puerta dimensional” por donde entran y salen naves no identificadas. Petroglifos y pinturas rupestres a lo largo de América Latina documentan encuentros similares, donde los habitantes de la antigüedad parecían interactuar con misteriosas entidades que emergían de las entrañas de los volcanes.

¿Podrían estas leyendas y observaciones modernas estar conectadas? ¿Estamos ante un fenómeno que ha trascendido los milenios? La relación entre los volcanes, los OVNIs y las manifestaciones culturales parece dibujar un mapa lleno de incógnitas. Tal vez las respuestas estén enterradas en el pasado, esperando ser redescubiertas en el presente.

El misterio de Los Antiguos: ¿un legado espiritual?

Los Antiguos, una ciudad ubicada a 1.056 kilómetros de Río Gallegos, parece albergar no solo una rica historia ancestral, sino también un aura de misterio que trasciende el tiempo. Aunque su fundación oficial data de 1921, su nombre se remonta a una antigua creencia Tehuelche que sostiene que los ancianos de esta etnia elegían este rincón remoto para pasar sus últimos días. Según el relato, esta decisión estaba íntimamente ligada al clima del lugar, un refugio natural que ofrecía una especie de calma final para sus vidas.


Los Antiguos, “Capital Nacional de la Cereza”, tiene el segundo lago más extenso de Sudamérica.

El nombre “Los Antiguos” proviene de la traducción del vocablo Tehuelche I keu kenk, que significa “mis antepasados”. Pero, ¿podría haber algo más detrás de esta denominación? Algunos relatos especulan que los Tehuelches, conocidos también como Aonikenk o Patagones, realizaban rituales en la zona para garantizar que las almas de sus ancestros desencarnados permanecieran allí, cuidando y habitando ese territorio para siempre.

De ser cierta esta interpretación, ¿podría este vínculo espiritual explicar algunos fenómenos inusuales reportados en la región? Los testigos a menudo describen luces extrañas que parecen moverse con vida propia en los alrededores. ¿Son estas manifestaciones naturales, o podrían ser la presencia de los antiguos, los espíritus de los Aonikenk, que aún vigilan el lugar que eligieron como su morada eterna?

La conexión entre los rituales ancestrales y los fenómenos inexplicables añade un componente fascinante a la historia de Los Antiguos. Mientras la ciencia busca respuestas en lo tangible, las leyendas continúan alimentando el enigma de este rincón patagónico, donde lo espiritual y lo desconocido parecen coexistir en un equilibrio tan misterioso como atractivo.

“Los espíritus malos”

En la región circula una inquietante leyenda conocida como “Los espíritus malos“, documentada en el notable libro Joiuen Tsoneka de Mario Echeverría Baleta, un escritor oriundo de El Calafate que falleció en 2023. En su obra, Echeverría Baleta detalla la presencia de varios espíritus que, según la tradición, rondan la zona y causan estragos:

“Maip es el espíritu del frío, cuyo aliento gélido provocó la muerte de muchas avecillas amigas de Elal. Su hermano mellizo, Kelenken, tenía la forma de un ave de rapiña gigantesca de color negro, semejante al chimango, pero con rostro humano. Este ser malévolo disfrutaba del sufrimiento ajeno, apareciendo durante los partos difíciles para beber las lágrimas de las madres y embrujar a los recién nacidos. En casos de fiebre y delirio, se manifestaba agitando sus alas y riendo de manera macabra.”


El punto en la costanera del Lago Buenos Aires donde el zafrero vio las luces emerger del agua.

Pero no son los únicos. En la zona se habla también de Axshem, otro espíritu del mal. Según el autor, este ser habitaba en el fondo de un manantial sulfuroso, conocido hoy como “Oschen Aike“, ubicado al sur del arroyo Córpen y el río Chico, en el Departamento Corpen Aike. Axshem era temido por sus efectos devastadores: “Causaba dolores, hacía rodar a los caballos durante las boleadas, introducía espinas infectadas en hombres y animales, y al penetrar en los cuerpos provocaba un agotamiento extremo. Si se oía el restallar de las burbujas en el agua, era necesario lanzar piedras, boleadoras o flechas para acallarlo.”

Los lugares mencionados por Echeverría Baleta son reales, lo que añade un halo de misterio a su relato. Y cabe preguntarse: ¿podrían estas figuras mitológicas manifestarse de algún modo en el presente? Quizás, como luces inexplicables que se mueven inquietantes sobre las agitadas aguas del lago Buenos Aires. Una conexión intrigante entre leyenda y fenómeno natural que sigue alimentando la fascinación por estas tierras.

¿Embarcaciones nocturnas?

Ante la duda de si podía tratarse de pescadores navegando de noche en el lago Buenos Aires, encontramos una ordenanza muy estricta sobre pesca. Según lo dispuesto en el artículo 21° del Decreto Provincial 195/83, la jornada de pesca comienza una hora antes del amanecer y finaliza dos horas después del atardecer. El Cuerpo de Guardias de Pesca y Recolección es el encargado de velar por el cumplimiento de estas normas, que regulan tanto la pesca deportiva como la asistencia al pescador.

Por lo tanto, es poco probable que estemos ante la presencia de algún tipo de embarcación nocturna, más aún considerando los fuertes vientos y las grandes profundidades características de la zona. Además, este lugar es celosamente vigilado las 24 horas por la Policía Provincial de Santa Cruz, la Prefectura Naval Argentina y la Gendarmería Nacional, asegurando el monitoreo constante del enorme espejo de agua.