El nuevo enfoque SETI busca señales también de planetas no similares a la Tierra
Hasta ahora, las búsquedas dirigidas de señales extraterrestres artificiales se han centrado principalmente en sistemas planetarios con planetas conocidos similares a la Tierra o potencialmente similares. Un nuevo método amplía significativamente este enfoque y busca evidencia de actividad tecnológica en exoplanetas conocidos, independientemente de las condiciones de habitabilidad.
por Andreas Müller
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Imagen simbólica: Tránsito de un sistema exoplanetario (ilustración). Fuente: nrao.edu |
Como informó con antelación el equipo de Rebecca Barrett, de la Universidad del Sur de Queensland, a través de arXiv.org, como parte de la iniciativa SETI "Breakthrough Listen", el análisis de los llamados eclipses secundarios de exoplanetas es el enfoque del nuevo método de búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI). Estos son los momentos en que un planeta desaparece tras su estrella anfitriona desde la perspectiva de la Tierra. El equipo investigó específicamente si las señales de radio presentes durante estos eclipses desaparecen abruptamente y reaparecen tras el retorno del planeta. Un patrón de encendido y apagado tan claro, sincronizado con un evento astronómico predecible con precisión, sería difícil de explicar de forma natural y se consideraría una prueba contundente de una fuente de señal artificial.
El cambio crucial de perspectiva de este trabajo reside en no vincular las civilizaciones tecnológicas a nuestras concepciones (terrestres) de las zonas habitables clásicas. Esta zona propicia para la vida describe la región de distancia alrededor de una estrella dentro de la cual un planeta debe orbitar dicha estrella para que el agua líquida —y, por lo tanto, la base de la vida tal como la conocemos— exista en la superficie del planeta debido a las temperaturas moderadas.
La tecnología no necesita un entorno favorable para la vida
Sin embargo, según Barett y su equipo, la tecnología no requiere condiciones ambientales similares a las de la Tierra: «Los transmisores de radio podrían ubicarse fácilmente en gigantes gaseosos, lunas, estructuras orbitales o plataformas artificiales». Por consiguiente, los objetos objetivo no se seleccionaron en función de la temperatura, el agua o la composición de las rocas, sino únicamente de su idoneidad geométrica para la observación durante un eclipse secundario.
El estudio analizó datos de archivo del radiotelescopio australiano Murriyang (anteriormente Parkes) de 2018 a 2022. El telescopio utilizó un receptor de banda ultraancha para detectar frecuencias entre 704 y 4032 megahercios, un rango considerado especialmente relevante para la comunicación interestelar en la investigación SETI. Utilizando datos del telescopio espacial TESS, el equipo identificó 27 exoplanetas confirmados o potenciales que experimentaron un eclipse secundario durante ventanas de observación definidas de aproximadamente 30 minutos.
Los sistemas planetarios estudiados abarcan un amplio espectro: desde gigantes gaseosos calientes y sistemas múltiples compactos hasta planetas que orbitan estrellas de muy diversos tipos. La similitud con la Tierra no influyó en la selección. Las observaciones siguieron un patrón estandarizado en el que el telescopio se apuntó alternativamente al sistema objetivo y a una zona ligeramente desplazada del cielo. Este procedimiento permite identificar y excluir con fiabilidad interferencias terrestres, como satélites, tráfico aéreo o señales de telecomunicaciones.
El análisis de datos se realizó con el software especializado TURBOSETI, que busca específicamente señales de radio de banda estrecha típicas de transmisores técnicos. También se tuvieron en cuenta los desplazamientos Doppler causados por el movimiento relativo entre la Tierra y un posible transmisor. Tras los escaneos automatizados iniciales, los investigadores se centraron en 27 objetivos interesantes, es decir, planetas eclipsantes. Ninguna de las señales examinadas cumplió todos los criterios para una tecnofirma creíble. En particular, no se encontró ninguna señal que se produjera exclusivamente durante la observación del sistema objetivo y coincidiera simultáneamente con su desaparición prevista durante el eclipse. Por lo tanto, no se encontró evidencia de tecnología extraterrestre.
Un resultado cero también es un resultado
Sin embargo, los investigadores no consideran el resultado un fracaso: por primera vez, la falta de detección les permite derivar límites estadísticos máximos para la potencia de salida de hipotéticos transmisores de radio extraterrestres durante eclipses exoplanetarios. Calcularon la potencia mínima de transmisión isotrópica que una señal necesitaría para ser detectable desde la Tierra. Estos umbrales oscilaban, dependiendo de la distancia, entre aproximadamente 1 TW y 1000 teravatios (TW).
A modo de comparación: El radiotelescopio de Arecibo, ahora desmantelado, el radar planetario más potente jamás construido por la humanidad, alcanzó una potencia máxima de 20 TW. Según los cálculos del estudio, más de la mitad de los exoplanetas estudiados podrían haber detectado señales de esta intensidad, de existir allí transmisores comparables.
Metodológicamente, este trabajo supone un avance importante. Demuestra que las búsquedas SETI basadas en eclipses son viables con los datos e instrumentos existentes y cuentan con un mecanismo de verificación integrado. Estudios futuros podrían ampliar este enfoque, por ejemplo, utilizando rangos de frecuencia más amplios, umbrales de detección más sensibles o apilando múltiples observaciones.
Modificado por orbitaceromendoza

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