El famoso 'contacto' con extraterrestres que habría sido una mentira
Enrique Castillo contó que fue abducido en Boyacá en 1973 y que viajó en naves extraterrestres.
por Cristian Ávila Jimenez
Todo habría empezado en 1968, a falta de un año para que el hombre llegara a la Luna, la fascinación por el espacio era una charla recurrente. Uno de los apasionados por estos temas era Enrique Castillo Rincón, un ingeniero costarricense quien arribó a Caracas, Venezuela, para la instalación de unas redes de telecomunicaciones. En una de sus tardes libres se dirigió a un cinema para ver la película de moda, 'Barbarella', la cual fantaseaba con la existencia de seres en otros planetas en un futuro muy distante.
Cuando hacía la fila para comprar la entrada, un sujeto que dijo ser suizo y quien se le presentó como Cyril Weiss lo interrogó sobre si creía en la existencia de vida más allá de la Tierra. Ese fue uno de los primeros momentos de una serie de eventos que Enrique dice que fueron inusitados y que terminó en una escena que para muchos expertos en el tema es incomprobable.
El costarricense se convirtió, tiempo después, en uno de los más afamados expertos en estos asuntos y llegó hasta varios países para relatar su experiencia, como Estados Unidos y Alemania. También era buscado por diversos medios de comunicación que deseaban escuchar su historia, la cual en todo caso es señalada como una fantasía por parte de otros conocedores.
Enrique, después de unos años, se radicó en Colombia luego de enamorarse de Gloria Ortiz, a quien conoció en una oficina de ingenieros. Una llamada de una mujer desde México solicitando el contacto urgente con el costarricense causó sorpresa en él.
La mujer se presentó como Karenka y le dijo que viajaría a Bogotá para poder conversar con él y trasmitirle una información que sería de su interés. Daiyaini Castillo, una de las hijas de Enrique, comentó que la extranjera le manifestó que era una contactada por seres extraterrestres.
“Karenka le contó que era contactada por Pléyades, le habían dado información sobre el planeta. También dijo que estaban buscando a más personas para contactarlos, uno de ellos era Enrique”, señaló Daiyaini acerca del supuesto mensaje a su padre por parte de la mujer.
La conversación no quedó allí, Enrique habría asistido después a conferencias de la mexicana, quien además le dio pautas de meditación, pues el contacto con los seres sería de manera telepática.
Enrique Castillo Rincón nació en Costa Rica, falleció en 2013, a los 82 años, en Colombia. Foto: Archivo familiar |
Daiyaini contó que su padre habría empezado a experimentar en sueños unas proyecciones holográficas que, al parecer, le darían pistas para el contacto. En una de sus meditaciones, Enrique presumió que unos seres le manifestaron ser de las Pléyades, como se conoce a uno de los cúmulos estelares más cercanos a la Tierra, y que lo esperaban el sábado 3 de noviembre de 1973.
En ese aparente contacto también le describieron que debía llegar en la noche a un lugar que, supuestamente, le mostraron con proyecciones en su mente. Era en una laguna sagrada en Boyacá el escenario elegido, tendría que vestir como campesino de esa región; es decir, con ruana, sombrero y botas, a las 8 de la noche.
“Durante sueños, 48 y 24 horas antes del 3 de noviembre de 1973, me dieron el sitio y la hora. Tenía que ir como campesino y encontrar una esfera tapada por una piedra cerca a las raíces de un árbol. Era una laguna al norte de Bogotá, nunca he dado el nombre de la laguna, la gente cree que es Guatavita, pero no es ahí. Nunca he dicho su nombre porque ellos la usan cuando tienen que pasar por aquí. He guardado celosamente el secreto”, manifestó Enrique, en una entrevista en 1991, sobre las presuntas indicaciones que recibió.
De inmediato, relató Enrique en ese entonces, levantó la esfera –de tamaño de una pelota de golf-, la movió y se calentó tibiamente su mano. Caminó un poco y se encontró justo “con el bosque que había visto en sueños”. Tras 10 minutos frente a la laguna, el costarricense dice que especuló sobre si acaso se trataría de un secuestro, fantaseó con que lo llevarían a otro planeta e incluso temió que lo asesinaran.
Ya a las 8:25 de la noche, Enrique dijo que escuchó un ruido estruendoso y el lugar se iluminó en milésimas de segundos. Luego, aseguró, dos “señoras naves” aparecieron en el cielo, las cuales describió como “enormes” y “verdaderamente sorprendentes”.
Enrique contó que quedó un halo de luz en el cielo. De una de las supuestas naves habrían descendido dos seres, quienes se acercarían a Enrique. “Tuve miedo, me sudaban las manos”, reveló, pero escuchó una voz que le pidió calma, lo tomaron de las manos y le dijeron que subirían.
Para Esteban Cruz, experto en casos que involucran OVNIs, no hay ninguna prueba de que este caso sea real o de que las personas que dicen ser contactadas hayan sido secuestradas; sin embargo, manifestó que son varios quienes señalan episodios similares, por lo que considera que se trata de sujetos que al narrar estas historias consiguen seguidores y esto hace engrandecer su narrativa.
“Son seres humanos que están buscando atención o que están llamando al reconocimiento. Aun así no podemos decir que no hayan sido contactados”, indicó Cruz.
Enrique Castillo fue entrevistado por varios medios por su experiencia con supuestos seres extraterrestres. Foto: Archivo familiar |
Respecto a la falta de pruebas en este tipo de sucesos, Germán Puerta, director del Planetario de Bogotá, señaló que la afirmación de que estamos siendo visitados por seres de otros mundos en naves voladoras o que han estado presentes a lo largo de la historia son hechos demasiado fuertes que requieren evidencias contundentes, las cuales –al día de hoy- no existen.
Para Daiyaini, hija de Enrique, quien murió en 2013 a los 82 años, hay pruebas irrefutables de lo que le pasó a su padre y de los mensajes que le dieron estos seres, pues estos habrían quedado consignados en dos libros escritos por el costarricense: ‘Ovni, gran alborada humana’ y ‘Los nueve tiempos que cambiarán al mundo’.
Dentro de la nave
Cuando Enrique habría subido a la nave, recordó Daiyaini sobre el relato de su padre, los seres supuestamente se comunicaron telepáticamente e hicieron una limpieza en su cuerpo. El espacio donde se hallaba, dijo, tenía un olor a limón. Después, una compuerta se abrió.
De allí salió aquella persona que había conocido en Caracas cuando hacia una fila para ver la película 'Barbarella', Cyril Weiss, sobre quien pensó que era otro contactado; sin embargo, él le manifestó: “no, Enrique, yo soy uno de ellos”.
En la descripción de esos seres extraterrestres que hizo Enrique, dijo Daiyaini, estos sujetos lucían sus cabelleras rubias, ojos de colores claros, con nariz y boca delicada, al punto que se asemejaban a los nórdicos, sus estaturas eran mayores a los 170 centímetros.
El contacto duró, según la hija de Enrique, unas 8 horas en las cuales siempre se comunicaron de manera telepática, donde se le habría revelado secretos del planeta. Entre los tiempos, como los llamó, hay un aparte del documento que señaló:
“La tierra no da tregua, los terremotos, los temblores, los huracanes y los cambios constantes de clima acechan al hombre. Revueltas y divisiones políticas. Asesinatos y encarcelamientos. Surgen divisiones religiosas, pérdida de la fe en las mismas. Se estará negando a Dios con el proceder religioso de todas las sectas e iglesias. Se rinde el culto al poder del dinero. Los temerosos de Dios oran y esperan. El robo, el atraco, el asalto, el secuestro y el asesinato estarán a la orden del día...”.
A ese primer encuentro, Enrique en vida contó que se sumaron otros cuatro. El siguiente al de aquella laguna ocurriría 15 días después en los Llanos orientales de Colombia, el domingo 18 de noviembre, también a las 8 de la noche.
El supuesto siguiente contacto sería el 4 de julio de 1974, detrás de Monserrate, en Bogotá, donde le habrían dicho que su esposa, Gloria, estaba embarazada y le pidieron que bautizara a su hijo como Orhion Yamaruck, nombre de uno de los presuntos líderes de los seres de las Pléyades. Las otras dos hijas de Enrique, Daiyiani y Joninka, también hacen referencia a estos sujetos.
Después habría sostenido un nuevo contacto en el Alto Perú, entre Bolivia y Perú, el 23 de diciembre de 1974. En este punto, Daiyaini aseguró que su padre le manifestó que a esa zona llevaron a varios contactados del mundo y que habría contado al menos a 23 personas.
“A ellos y a mi papá les dijeron que tenían libre albedrío para usar esa información como quisieran, mi papá habló, se sometió al escarnio público de decir que era un contactado y asegurar que se encontró con extraterrestres, eso no lo hace cualquiera. Es difícil salir a decir que pasó ese tipo de experiencias”, señaló Daiyaini. El último supuesto encuentro fue en el Pacífico, entre el 29 al 31 de enero de 1975.
Enrique Castillo, en uno de sus libros, reconoció que tras difundir su historia se convirtió en un “paria” para muchos de sus allegados, pero aseguró que desconoce la razón por la que lo “contactaron”. “¿Fue una casualidad? ¿Me seleccionaron al azar para ser portador de algún mensaje o sabiduría proveniente de las estrellas? ¿Cómo a un hombre de clase “sanduche” (clase media), como yo, le asignan una “ingrata” tarea, la cual me ha acarreado burlas, calumnias y nombres de toda clase contra mi dignidad?”, manifestó.
‘Ovni, gran alborada humana’ y ‘Los nueve tiempos que cambiarán al mundo’ son los dos libros que escribió Castillo Rincón sobre sus supuestos encuentros con seres de Pléyades. Foto: Archivo familiar |
En sus escritos también contó que más de una vez fue señalado como farsante y charlatán, además que se inventó una historia para vivir a costa de quienes creen en este tipo de fenómenos. Enrique, quien fundó un grupo al que llamó Instituto Colombiano de Investigación de Fenómenos Extraterrestres, agregó que su voluntad era que las gentes lo dejaran ser lo que era: “un hombre con una experiencia diferente que solo muy pocas personas en el mundo han tenido que vivir, para bien o para mal”.
Esteban Cruz, quien reconoció que el caso de Enrique Castillo es excepcional, reseñó que todo su relato involucró hechos realmente inusitados, como una laguna secreta, seres nórdicos y profecías, un entramado que en el fondo tendría una construcción creada de nuestra sociedad occidental que siente que los rubios, como son países desarrollados, son quienes guían el camino.
“Las lagunas se conectan con que estas supuestamente son mágicas, una creencia que, por ejemplo, viene de los muiscas y mucho más atrás. Creo que lo que hay en la cabeza de Enrique Castillo es una puesta en escena de cosas que ya estaban, se colocan sobre la idea de lo extraterrestre y que lo hacen ser más atractivo para el público”, señaló Cruz.
En tanto, Yoana Arenas, quien también es experta en este tipo de casos, dijo que muchas personas pueden inventar estas situaciones manifestando que son contactados por seres de otro mundo, pero es un tema tan delicado y, en ocasiones, con experiencias tan fantasiosas que dejan muchas dudas, por lo que solo Enrique sabrá si su historia es realmente cierta.
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