martes, 16 de julio de 2024

OVNIs: testimonios tomados en serio

OVNIs: testimonios tomados en serio
Por Jade Manson




Un servicio cuya misión es más relevante que nunca en un momento en el que la actividad espacial se intensifica. Aumento exponencial del número de lanzamientos de satélites, multiplicación de las desorbitaciones de las etapas de lanzamiento (o cohetes) para descontaminar el espacio forzando su reingreso a la atmósfera... Uno de cada 15 puntos de luz sobre nuestras cabezas pronto debería ser artificial, según un estudio del Universidad de Regina, que probablemente generará una gran cantidad de preguntas entre el público en general. 

“Nuestra misión es de utilidad pública, porque está en nuestro ADN difundir información a los ciudadanos sobre lo que pueden ver en el cielo, como indica la “I” de las siglas GEIPAN”, afirma el ingeniero. Precisamente, quienes creen haber vivido o visto un hecho extraordinario, los “ciudadanos-testigos”, ocupan un lugar central en GEIPAN. La misión de los equipos de investigación es ofrecerles, siempre que sea posible, una explicación didáctica y racional, pero también, en su caso, tranquilizarles, como explica Marie-Pierre Desvignes, responsable de investigación documental: “A veces recibimos testimonios conmovedores de personas preocupadas, Incluso la gente entró en pánico”. Sobre todo, aquí nadie se burla de los testigos ni de sus preguntas, que siempre se consideran legítimas y que, de otro modo, los círculos conspirativos podrían explotar. 

“No vemos a los teóricos de la conspiración”, se alegra de señalar Frédéric Courtade. En cuanto a los bulos, representan menos del 1% de las denuncias. Quienes se comunican con nosotros lo hacen de buena fe”. Así, por una financiación pública inferior a 0,5 céntimos de euro por habitante, según el directivo, GEIPAN ofrece todo el rigor del CNES y sus métodos científicos a las personas que contactan con él.


Marie-Pierre Desvignes y Frédéric Courtade. Foto: Natacha Scheidhauer

Procesamiento de datos humanos

Fue por estos métodos y la larga experiencia de GEIPAN que la NASA invitó en 2022 al anterior jefe del servicio, Vincent Costes. “Sus expertos querían saber más sobre nuestra forma de hacer las cosas”, explica este ingeniero del CNES. "Se preguntaban especialmente cómo procesar los testimonios humanos, que son frágiles y subjetivos, como datos de entrada"

Errores de percepción, memoria defectuosa, creencias, emociones… es de esta complejidad, inherente a los “sensores humanos”, de la que la NASA quisiera exculparse. ¿Cómo? Sustituyendo estos testimonios por datos considerados más fiables, procedentes de sensores tecnológicos, como satélites reservados para este uso o redes de cámaras. Un enfoque diferente al de GEIPAN. 

“Nuestra experiencia nos muestra que las anomalías a menudo se deben a los instrumentos. Por ejemplo, luces parásitas que se reflejan en el sistema óptico o defectos del sensor, como píxeles defectuosos o saturados. Por eso sólo aceptamos testimonios visuales”, explica el exgerente. En definitiva, si una persona ha fotografiado o filmado un fenómeno, primero debe haberlo “visto” ella misma. 

Estos testimonios, en el centro de la investigación, GEIPAN recibe nada menos que 700 al año. "Son muy variados", explica Marie-Pierre Desvignes. Detrás de ella, en el emblemático cartel mural del servicio, se exponen varias fotografías y bocetos comentados, recibidos de toda Francia. “De todos estos informes, 500 requieren una explicación muy sencilla –por ejemplo, el paso de un tren de satélites Starlink– y se procesan mediante un intercambio de correos electrónicos”, explica el documentalista. Los demás casos desencadenan la apertura de una investigación. “Recurrimos a las competencias del personal del servicio, pero también a las de una red externa de una veintena de investigadores”, añade Frédéric Courtade. 

Como voluntarios, viajan al terreno para encontrarse con los testigos y pueden contar con el apoyo de un colegio de especialistas. “Hay astrofísicos, meteorólogos y especialistas en aeronáutica, procesamiento de imágenes, iluminación y psicología”, enumera el científico. Sin olvidar el apoyo de los socios de GEIPAN con sólidos recursos técnicos, como la Fuerza Aérea y Espacial, la aviación civil, la gendarmería nacional, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Météo France.

3% de misterio…

GEIPAN está abierto a todas las historias de platillos volantes y publica en su sitio todos los casos procesados, de forma anónima, tras un análisis metodológico. "Seguimos un protocolo estricto", explica Frédéric Courtade. “A partir de la entrevista a los testigos, se desarrolló una entrevista cognitiva real con un psicólogo experto con el objetivo de sacar a relucir datos fácticos”. 

Desde el punto de vista técnico, herramientas sencillas, como las condiciones meteorológicas del cielo, una efeméride astronómica o un registro de tráfico aéreo, pueden indicar al equipo de investigación la presencia de un fenómeno o de un objeto completamente identificable: un rayo, un planeta, un avión, etc., que podría haber sido confundido con una nave espacial… 

Otras veces, estos detectives demuestran que el Sol iluminó un rastro de condensación, lo que le da “una apariencia extraña”, o que la extinción repentina de una linterna de papel voladora dio “la impresión de una objeto volador que se acelera y desaparece”. “A menudo se trata de una estimación errónea de la distancia y una sobreestimación de la velocidad del movimiento”, explica Frédéric Courtade. 

Un caso clásico de falta de percepción que es fuente de muchos malentendidos: más allá de los 10 metros, las imágenes estereoscópicas que reciben nuestros ojos no son suficientes para evaluar el tamaño y la distancia de un objeto, y es el conocimiento que tenemos de él lo que determina que nos permite realizar estas valoraciones de forma intuitiva. Ante un objeto desconocido y en un cielo sin puntos de referencia estándar, la receta ya no funciona... 

En casi 50 años de existencia, GEIPAN ha analizado casi 10.000 testimonios, 6.000 de los cuales han dado lugar a investigaciones y se han publicado (para un total de aproximadamente 3.000 eventos): el 10% de estos casos requirieron una investigación de campo. Finalmente, sólo el 3% de los casos quedan sin explicación. “Lo cual no significa que estén condenados a seguir siéndolo”, afirma Frédéric Courtade con una sonrisa. De hecho, los avances en el conocimiento pueden ayudar a explicar casos, a veces años después. Si este 3% representa un desafío por el momento, tal vez no sean más que fenómenos científicos no identificados…




Modificado por orbitaceromendoza

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