jueves, 31 de octubre de 2024

Edward Lu, ex astronauta de la NASA: “Es muy probable que haya vida fuera de la Tierra y en nuestra propia galaxia”

Edward Lu, ex astronauta de la NASA: “Es muy probable que haya vida fuera de la Tierra y en nuestra propia galaxia”
Con 12 años de experiencia en la NASA y 206 días vividos en el espacio, el actual director de Tecnología de la empresa LeoLabs conversó con DEF sobre su vida como astronauta y se refirió a los principales desafíos que tiene por delante nuestro planeta.
por Mariano Roca




“Un astronauta es la combinación de un tripulante de un submarino, un piloto y un científico”, afirma Edward Tsang Lu, quien trabajó durante doce años en la NASA, la agencia espacial estadounidense. Participó de tres misiones; acumuló un total 206 días en el espacio y realizó actividades extravehiculares -popularmente conocidas como “caminatas espaciales”- durante seis horas y catorce minutos.

“Un astronauta tiene que hacer experimentos, preparar informes y ocuparse de la seguridad de las operaciones de la nave, entre otras tareas”, sostuvo, en diálogo con DEF. Y agregó: “En el espacio no hay una rutina, cada día es distinto”.

Convencido de que no estamos solos en el espacio, Lu señaló su confianza en la existencia de vida fuera de la Tierra. “Puede ser simplemente algún tipo de bacteria o algo más desarrollado”, aclaró.


En diálogo con DEF, Edward Lu se mostró convencido de la existencia de vida fuera de la Tierra. (Fernando Calzada)

“En los últimos diez años, descubrimos que la gran mayoría de las estrellas tiene planetas que giran a su alrededor. Nuestra galaxia -la Vía Láctea– tiene unas 100.000 estrellas; por lo tanto, hay al menos 100.000 planetas solo en nuestra galaxia. Obviamente, no todos ellos tienen las condiciones necesarias para la vida. Dicho esto, es muy probable que haya vida fuera de nuestro planeta, incluso en nuestra propia galaxia”, opinó.

Este excosmonauta es actualmente director de Tecnología de LeoLabs, empresa que se encarga de monitorear, en tiempo real, objetos que se encuentran en la órbita terrestre baja (LEO, por su sigla en inglés). Además, es fundador y director ejecutivo de la Fundación B612, dedicada a proteger la Tierra del impacto de los asteroides. Acaba de visitar nuestro país. Estuvo en Bariloche, donde visitó la planta de INVAP, y en Mendoza, donde participó de una actividad de divulgación organizada por la Mars Society. También dictó una conferencia en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

“Fui muy afortunado; ser astronauta no estaba en mis planes”

De niño, Edward Lu quería ser ingeniero, científico y piloto. Le apasionaban los aviones y los objetos voladores. Sus sueños se hicieron realidad: estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Cornell y luego Física en Stanford, donde se doctoró. En el ínterin obtuvo su licencia como piloto y, como aficionado, empezó a volar en distintos modelos de aviones.


Lu ingresó en la NASA en diciembre de 1994 y participó de tres misiones espaciales. (Foto: Fernando Calzada)

Sin embargo, nunca pensó que terminaría trabajando en la NASA. “Un día, un amigo me dijo que podía convertirme en astronauta”, recordó. Ese fue el puntapié inicial de una aventura que lo llevaría al Centro Espacial Johnson, en Houston (Texas), luego de un exigente proceso de selección, que incluyó entrevistas y un entrenamiento full-time de siete días in situ junto a otras 120 personas. “Al volver a casa, no tenía idea de lo que podía pasar”, reconoció.

El 7 de diciembre de 1994 fue el día que supo que se convertiría en astronauta. Recuerda la fecha con precisión porque, en ese momento, él estaba viviendo en Hawái y era una fecha solemne en el archipiélago por la conmemoración del bombardeo japonés de Pearl Harbor, que tuvo lugar en 1941. Muy temprano por la mañana, recibió un llamado telefónico. Del otro lado del tubo, el jefe de operaciones de vuelo de la NASA le dio la bienvenida a la emblemática agencia espacial.

Tres misiones espaciales y más de 200 días en el espacio

En marzo de 1995, se trasladó a Houston, donde empezó un duro entrenamiento en la NASA. “Dedicamos mucho tiempo a estudiar en clase, pasamos mucho tiempo en los simuladores y volando jets”, recordó. Un año más tarde, se le informó que iba a formar parte de la tripulación de la misión STS-84.

El primer vuelo espacial de Edward Lu se concretó en mayo de 1997, en el transbordador Atlantis. Su segunda misión, la STS-106, sería en septiembre de 2000, también a bordo del Atlantis.


Durante su visita a Mendoza, Lu participó de una actividad organizada por la Mars Society. (Foto: Fernando Calzada)

En 2003, se convirtió en el primer astronauta estadounidense en cumplir un rol operativo a bordo de la nave rusa Soyuz, que debía acoplarse a la Estación Espacial Internacional (ISS, por su sigla en inglés). Lo hizo como copiloto e ingeniero de vuelo. Para recibir la certificación que lo habilitara, debió rendir los mismos exámenes que sus colegas rusos y tuvo que aprender a operar los comandos de la nave en ese idioma. Durante esta tercera y última misión, pasó seis meses en el espacio junto al astronauta ruso Yuri Malenchenko.

Consultado por DEF sobre las vivencias junto a un colega del antiguo bloque soviético, Lu respondió: “Como astronauta, posiblemente yo tenga más en común con un astronauta ruso que con cualquier otra persona promedio que me cruce en la calle. Los dos éramos pilotos, científicos y habíamos pasado por un entrenamiento similar. Era fácil que congeniáramos y, al día de hoy, seguimos siendo buenos amigos”.

Industria espacial: una visión optimista del futuro

Al vislumbrar el porvenir de la industrial, Lu sostiene que “los privados se convertirán en actores dominantes en el espacio, como ocurre hoy con la actividad aerocomercial, donde la mayor cantidad de aviones pertenecen a aerolíneas privadas”. También se muestra convencido de que habrá en el futuro “seres humanos viviendo en otros planetas”.


Edward Lu es director ejecutivo de la Fundación B612 y director de Tecnología de LeoLabs. (Foto: Fernando Calzada)

De hecho, recordó un discurso que él mismo pronunció en el Centro Espacial en Houston, al regreso de su segunda misión. Allí dijo que esa iba a ser la última vez, en la historia de la humanidad, en la que todos los seres humanos estarían viviendo en nuestro planeta. De hecho, a partir de la llegada de la primera tripulación a la Estación Espacial Internacional, en noviembre de 2000, “no ha habido un solo día en que no haya habido al menos dos seres humanos fuera de la Tierra”.

Basura espacial, asteroides y “tractores gravitatorios”

Respecto de la creciente cantidad de objetos en órbita, Lu sostuvo que la humanidad debería proponerse el objetivo de “no producir más basura espacial”. En ese contexto, destacó el trabajo de LeoLabs, la empresa que ayudó a fundar, porque permite crear un entorno de operaciones seguras. “LeoLabs ofrece un servicio muy valioso para ayudar a preservar el ambiente espacial”, sintetizó.

Finalmente, Lu se refirió al inquietante escenario del impacto de un asteroide contra nuestro planeta, tan habitual en las películas de Hollywood. “Como seres humanos, lo primero que debemos hacer es tener una trazabilidad de los asteroides porque es fácil desviarlos una vez identificados”, señaló quien es fundador y actual director ejecutivo de la Fundación B612, dedicada a investigar y desarrollar tecnología para mitigar el impacto de estos cuerpos rocosos espaciales.Te puede interesar: 

“A largo plazo, al tiempo que nos convertimos en una civilización espacial, lo que nos hará más seguros es contar con un mapeo de todos los asteroides del sistema solar”. En ese contexto, una propuesta ideada por Edward Lu y sus excolegas de la NASA para enfrentar la eventualidad de un choque con la Tierra es el denominado “tractor gravitatorio” (gravity tractor), una nave espacial que utilizaría la fuerza de gravedad para apartar a un asteroide de su ruta de colisión.



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