domingo, 17 de diciembre de 2023

Aquel misterio santafesino de hace 76 años: ¿aviones, OVNIs o armas secretas de EE.UU.?

Aquel misterio santafesino de hace 75 años: ¿aviones, OVNIs o armas secretas de EE.UU.?
En 1947, un diario local publicó un instructivo gráfico en el cual “El Ingeniero” -tal el seudónimo del colaborador- daba una explicación sobre los extraños “discos voladores” que se habían visto en el mundo. Del relato científico en clave literaria a la “teoría conspirativa”.
Por Luciano Andreychuk



Quizás bajo la influencia de los primeros textos del astrofísico Carl Sagan y del auge literario de los relatos de ciencia ficción (como La invención de Morel de Bioy Casares, o la aventura metafísica de Los Siete Locos, de Roberto Arlt), un diario local, El Orden, publicó, en 17 de julio de 1947, una nota que se acerca a una curiosidad periodística, pues cruza un aporte "científico" con la narrativa del género fantástico. El texto se titula: “Respecto al misterio de los ‘Discos Voladores’”, y muestra un "instructivo" de cómo serían estos extraños artefactos.

El artículo en cuestión comienza dando un contexto a sus lectores: “Está dando motivos al comentario popular la aparición de discos voladores, que han sido observados a gran altura, sin precisarse exactamente qué son ni de dónde provienen”. Está publicado en la página 3 -la segunda más importante de cualquier períodico impreso-, con amplias ilustraciones de cómo serían estos objetos voladores.

Pero lo más interesante es el aporte del “colaborador espontáneo” que da la explicación sobre el enigma: en la nota se reserva su nombre y se lo identifica como “El Ingeniero”, que es quien “se oculta en este seudónimo”, se deja aclarado en la nota. Y El Ingeniero dará sus aseveraciones, que tratan de alcanzar una base científica pero que, al no haber datos certeros sobre si son OVNIs o no, hablará de “platos, discos voladores” e incluso de aviones y de armas yanquis.

“La reciente aparición (de estas extrañas naves del cielo) que han sido observadas volando a gran altura y velocidad, no deja de tener cierto aire de misterio”, pone suspenso El Ingeniero: su palabra en la nota genera tantas incógnitas como su identidad real. Luego expone algunos razonamientos: en primer lugar, sostiene que “la aviación está avanzando a pasos agigantados desde que nació el motor de retropropulsión, conocido como motor a chorro”.

Tras especificar en extensas líneas -de aquel viejo formato sábana que utilizaban los diarios de la época- las características las leyes de la aeronáutica, la aerodinamia de los platos voladores y los sistemas de fuselaje, El Ingeniero concluye: “Los discos voladores son pues aviones, que precisamente por haber sido observados en Estados Unidos, no debe extrañarnos que se los experimente y que se los oculte como armas secretas”, advierte el escriba de aquel entonces.

Aporta luego El Ingeniero: “Si se adoptó la forma de plato (de estos artefactos voladores) fue por la ventaja de la aerodinamia, con la cual se pasarán las marcas (de velocidad) de 1.000 kilómetros por hora, aunque no podemos predecir a cuánto se habrá llegado en las pruebas (experimentales), y si se sobrepasa mucho esa cifra (…). Creo que éste es todo el secreto de los discos voladores, el cual en pocos días más será revelado”, pronostica.


Hemeroteca Digital de Santa Fe / Diario El Orden Captura de la nota publicada en el citado periódico local el 17 de julio de 1947.


La nota está acompañada por amplias ilustraciones que muestran a los discos voladores desde distintos ángulos: desde arriba y levantando vuelo; el espacio para la tripulación y el tablero de control; el lugar donde va el combustible y el radiador del motor con su propulsión a chorro; el timón y su control, hasta el lugar de escape del aeronauta.

Sobre el final, el “misterioso” Ingeniero dice: "Quienes seguimos de cerca la marcha de la aeronavegación, estamos deseando que estas conquistas formidables de la mecánica sean para hacer una humanidad mejor, en un mundo feliz”.

Ese “mundo feliz” se presta a pensar en las distopías que edificó el escritor Aldous Huxley en su novela homónima, donde anticipa un futuro incierto pero probable. Y entre ese margen de lo probable, el 24 de enero de este año se conoció la noticia de que vecinos del sur de la provincia de Santa Fe aseguraron haber visto a un OVNI. Fue aparentemente avistado cuando "cinco personas intentaban fotografiar una espectacular tormenta eléctrica" que se desataba en la localidad de Sancti Spiritu, Depto. Gral. López, cuenta la crónica publicada en El Litoral.

Más allá de todo esto, si El Ingeniero hablada de aviones tripulados por humanos, o de objetos voladores no identificados, o bien de pruebas experimentales con armas por parte de los Estados Unidos (cinco años antes de que comience la Guerra Fría), las conjeturas no importan demasiado: este “misterio” queda bien guardado en las tintas de aquel periódico local.



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