Investigué los fenómenos aéreos no identificados en el Pentágono. Los estadounidenses pueden manejar la verdad
Por Luis Elizondo
Soy Luis Elizondo, ex funcionario de inteligencia de alto rango del gobierno de los Estados Unidos. Actualmente, sigo brindando asesoramiento y asistencia al gobierno de los Estados Unidos, al mismo tiempo que defiendo públicamente una mayor transparencia y divulgación con respecto al tema de los fenómenos aéreos no identificados (FANIs).
Nunca me interesaron especialmente los OVNIs ni la ciencia ficción. Mi formación es científica: me gradué en la Universidad de Miami con especialización en microbiología e inmunología, con estudios en parasitología.
El método científico siempre ha sido uno de mis principios fundamentales. Después de mi tiempo en el ejército, serví como agente especial en contrainteligencia, investigando terrorismo, espionaje y otros delitos graves. Siempre he sido una persona basada en hechos y reglas.
Al principio de mi carrera, trabajé extensamente con tecnología aeroespacial avanzada, asegurándome de que no cayera en manos de nuestros adversarios. Me ocupé de motores de cohetes sólidos de primera etapa, sistemas aviónicos avanzados y otros sistemas de armas, trabajando con importantes empresas que formaron la base de mi carrera.
En 2008, asumí un nuevo puesto en el Pentágono, tras haber dejado mi puesto anterior en el Director de Inteligencia Nacional (DNI). Acepté el puesto porque me permitía pasar más tiempo con mi familia.
Mi nuevo puesto implicaba integrar información de inteligencia nacional y hacerla accesible a las fuerzas del orden locales, lo que era un desafío porque la mayoría de las agencias locales de aplicación de la ley no tienen autorizaciones de seguridad. Después del 11 de septiembre, quedó claro que tenía que haber una manera de compartir información crítica con las agencias locales sin comprometer la seguridad.
Luis Elizondo (en la foto) es el exdirector del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP), la unidad del Pentágono que investigó los OVNIs. (Luis Elizondo) |
Mientras estaba en el Pentágono, se me acercaron dos personas que formaban parte de un programa del que no había oído hablar antes. Conocían mis antecedentes y me preguntaron si consideraría unirme a su organización. Al principio, no sabía a qué grupo se referían, ya que hay muchos programas sensibles dentro del gobierno. Sin embargo, después de reunirme con el director y otras personas, acepté asumir un papel en su programa, que se llamaba Programa de Identificación Avanzada de Amenazas Aeroespaciales (AATIP), un programa de nicho bajo el paraguas de AWSAPP.
Trabajé en esta función durante algún tiempo y, con el tiempo, me convertí en uno de sus miembros clave. Aunque tenía mi propio personal, es importante señalar que no dirigí el programa completamente solo. Trabajé con una red más amplia de expertos y colegas, incluidas personas como el Dr. James Lacatski, quien originalmente dirigió AWSAPP, y Jay Stratton, quien asumió el cargo después de que renuncié a AATIP en 2017. Aunque tenía subordinados directos, también trabajé junto a mis colegas como Jay, que eran mis iguales.
Un día típico en mi vida durante este tiempo era todo menos rutinario, ya que manejaba múltiples carteras. Los informes de encuentros con FANIs llegaban desde el campo, principalmente de la Marina, y estos a menudo eran muy preocupantes. Algunos FANIs se acercaron peligrosamente a nuestras aeronaves, a veces dividiendo las formaciones por la mitad, lo que es extremadamente problemático dada la proximidad entre los aviones de combate.
Estos FANIs no solo pudieron volar sin impedimentos en nuestro espacio aéreo controlado y teatros de combate, sino que también se comportaron de maneras que excedieron con creces nuestras capacidades tecnológicas. Si un adversario como Rusia o China tuviera esta tecnología, representaría un salto cuántico más allá de todo lo que tenemos, lo que es profundamente preocupante desde una perspectiva de seguridad nacional.
Los primeros videos de OVNIs de la Marina de los EE. UU. publicados en 2017, incluido el famoso video "Tic Tac" de 2004 y los videos "Go Fast" y "Gimbal" de 2014-2015, fueron fundamentales para aumentar la conciencia pública sobre los FANIs. La decisión de publicar estos videos no se tomó a la ligera. Inicié el proceso de revisión de seguridad, que finalmente autorizó la publicación de los videos. Si bien facilité la revisión, la publicación real estuvo a cargo de otros, incluido mi colega Chris Mellon.
Estos videos mostraban aeronaves realizando maniobras que desafiaban nuestra comprensión de la física y la aerodinámica. En términos de velocidad, las aeronaves estadounidenses convencionales como el SR-71 Blackbird pueden alcanzar velocidades de aproximadamente Mach 5, aproximadamente 3200 millas por hora. Sin embargo, los FANIs observados en muchos de los videos en posesión del Pentágono supuestamente realizaban maniobras a velocidades que se estima que son muchas veces más rápidas que esta, y soportaban hasta varios miles de fuerzas G, mucho más allá de las capacidades de cualquier aeronave conocida fabricada por el hombre.
Estos objetos realizaban giros rápidos y aceleraban de maneras que desafían nuestra comprensión de la física y la ciencia de los materiales, lo que sería imposible para cualquier piloto o tecnología actual soportar sin una falla catastrófica.
La renuencia del gobierno a reconocer la existencia de los FANIs se debe al simple hecho de que se espera que los gobiernos tengan soluciones a las amenazas potenciales. Cuando hay una amenaza para la que no hay solución, los gobiernos prefieren no hablar de ella públicamente porque socava la confianza en su capacidad para proteger a sus ciudadanos. Esto no es exclusivo del gobierno de los EE. UU.; es un enfoque común en todo el mundo.
En cuanto a si los FANIs son peligrosos, la respuesta está en el equilibrio entre las capacidades y la intención. Hemos visto algunas de las capacidades, pero aún no conocemos la intención. Por lo tanto, es prudente que nuestra nación tome medidas para comprender mejor y abordar la presencia de FANIs en nuestro espacio aéreo.
En conclusión, creo que el pueblo estadounidense tiene derecho a saber sobre la presencia de FANIs en nuestros cielos. Así como informamos al público sobre la existencia de armas nucleares en posesión de naciones rebeldes, debemos ser transparentes sobre el hecho de que hay cosas en nuestro espacio aéreo que no entendemos del todo. La ignorancia, el estigma y los prejuicios son nuestros mayores enemigos, no los FANIs.
Luis "Lue" Elizondo es el exdirector del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP), la unidad del Pentágono que investigó los OVNIs, ahora conocidos como fenómenos anómalos no identificados (UAP). Es el autor de IMMINENT: Inside the Pentagon's Hunt for UFOs.
Revelación inminente: las revelaciones de Lue Elizondo están a punto de sacudir el discurso sobre los OVNIs y presionar al gobierno de los EE. UU.
por Christopher Sharp
HarperCollins ha proporcionado a Liberation Times contenido de audio exclusivo del nuevo libro de Lue Elizondo, "Imminent".
En esta grabación, Elizondo, exdirector del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP), que estudió los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP/FANI) para el gobierno de los EE. UU., lee la nota de autor.
En este extracto, explica la inspiración detrás del título del libro, Inminente.
Aunque la palabra "inminente" a menudo sugiere una amenaza inminente, Elizondo aclara que su intención es más amplia.
Eligió el título para transmitir la inevitabilidad de un cambio significativo en el horizonte, ya sea el reconocimiento de los FANIs como una realidad o las implicaciones más amplias que estos fenómenos podrían tener para la humanidad.
Elizondo invita a los lectores a interpretar el término "inminente" a su manera, sugiriendo que podría referirse a la próxima conversación nacional sobre los FANIs, un cambio transformador en nuestra visión del mundo colectivo o incluso una posible divulgación gubernamental sobre la inteligencia no humana.
En última instancia, deja que el lector decida qué significa "inminente" para ellos.
En el libro, Elizondo profundiza en este concepto al presentar una reflexión aleccionadora sobre la realidad potencialmente incómoda de los FANIs y los peligros que pueden plantear.
Analiza la evolución tecnológica sin precedentes de la humanidad en los últimos ochenta años, particularmente en nuestra capacidad para aprovechar la energía.
Este rápido avance parece coincidir con un aumento en la actividad de los FANIs, lo que sugiere que estos fenómenos podrían estar monitoreando de cerca, y tal vez incluso preocupados por nuestro progreso.
Elizondo utiliza una analogía gráfica para ilustrar esta idea, comparando a la humanidad con un gorila en un zoológico que se vuelve cada vez más peligroso a medida que aprende nuevas habilidades, lo que eventualmente representa una amenaza para el biólogo que alguna vez lo estudió.
Esta analogía subraya la amenaza potencial que la humanidad podría representar para cualquier especie avanzada que nos observe, especialmente dada nuestra historia de violencia y nuestra rápida aproximación a capacidades tecnológicas que podrían alterar el cosmos.
Elizondo sostiene que la humanidad se está precipitando hacia un momento crítico, un "punto sin retorno", donde nuestras acciones podrían tener profundas consecuencias para nosotros y nuestro planeta.
Esta urgencia se vincula con el título del libro, Inminente, que ofrece una interpretación potencialmente alarmante de la palabra.
Subraya que estamos al borde de una nueva realidad con profundas implicaciones existenciales.
El término "inminente" adquiere así un tono más preocupante, lo que sugiere que se acerca rápidamente un momento decisivo, uno en el que la humanidad debe estar preparada para cualquier cosa, incluida la posibilidad de contacto o conflicto con inteligencia no humana. O tal vez, la tecnología utilizada por una especie tan avanzada es descifrada por un estado hostil en la Tierra, que la ha puesto en un camino de destrucción.
En cuanto a las intenciones de los FANIs potencialmente pilotados por inteligencia no humana avanzada (que posiblemente representen múltiples entidades), Elizondo describe tres posibles escenarios: podrían ser benévolos, neutrales o malévolos.
Si son benévolos, Elizondo se pregunta por qué no intervinieron para evitar los bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
Si son neutrales, sugiere que la humanidad debería comenzar a considerar estas formas de vida en el contexto de la política y la diplomacia, con un enfoque en el comercio y la educación.
Sin embargo, si sus intenciones son malévolas, entonces sus actividades históricas podrían interpretarse como Preparación de Inteligencia del Campo de Batalla (Intelligence Preparation of the Battlefield, IPB), en otras palabras, analizar el campo de batalla y comprender la situación de amenaza.
Aunque los escépticos podrían argumentar que algunos avistamientos de FANIs de alto rendimiento podrían atribuirse a tecnología extranjera o incluso estadounidense, tales informes han persistido durante décadas.
El encuentro de 2004 que involucró al Grupo de Ataque del Portaaviones Nimitz frente a la costa de California es un excelente ejemplo, donde la tecnología rusa y china eran explicaciones poco probables.
En este incidente, los pilotos de la Marina observaron un misterioso objeto con forma de "tic-tac" que exhibía capacidades de rendimiento extraordinarias, mucho más allá de cualquier tecnología conocida.
Elizondo sugiere que la explicación más plausible para el notable desempeño del objeto, que requeriría un sistema de propulsión con una asombrosa potencia de salida de 1,1 billones de vatios, es que puede ser de origen extraterrestre:
"Dado lo que sabíamos sobre las capacidades rusas y chinas, y las ubicaciones y la naturaleza de algunas de estas intrusiones, la hipótesis ET en realidad parecía la explicación más viable para algunos casos. Esto fue claramente cierto para una serie de encuentros que involucraron al Grupo de Ataque del Portaaviones Nimitz en noviembre de 2004".
Elizondo amplía la hipótesis de que estas naves pueden tener su origen en una forma de inteligencia no humana, basándose en informes de fuentes creíbles, incluidas las involucradas con AATIP, que han compartido relatos de accidentes históricos de FANIs en los que Estados Unidos recuperó cuerpos no humanos, más allá del conocido incidente de Roswell.
Destaca casos específicos de supuestas recuperaciones, como un accidente en 1950 en Ciudad Acuña, México, y un accidente en 1989 de una gran nave "tic-tac" en Kazajstán, donde supuestamente se encontraron múltiples entidades no humanas.
Elizondo cuestiona suposiciones obsoletas sobre la inteligencia de los seres con superficies cerebrales lisas y sugiere que algunas entidades podrían ser sintéticas o diseñadas en lugar de evolucionar naturalmente.
Explora la posibilidad de relaciones jerárquicas entre diferentes especies no humanas, similares a las que se encuentran en la naturaleza.
Por ejemplo, cita cómo algunos investigadores especulan que los supuestos extraterrestres "nórdicos" pueden haber creado un supuesto grupo de extraterrestres conocidos como los "Grises" como subordinados para realizar tareas específicas. Esta teoría establece paralelismos con la forma en que ciertas especies en la Tierra, como las hormigas, crían a otras criaturas para su propio beneficio.
Elizondo insta a una consideración más amplia de lo que estas supuestas recuperaciones podrían implicar sobre la inteligencia no humana y la compleja dinámica que podría existir entre estos seres.
Las credenciales de Elizondo son muy valoradas, y varios funcionarios de alto rango hablaron con Liberation Times y dieron fe de su carácter, profesionalismo, trayectoria y competencia excepcional.
Matthew Pines, un analista de inteligencia civil, destacó las impresionantes credenciales de Elizondo, que han impresionado a numerosos miembros del Congreso, lo que los llevó a tomar en serio su testimonio durante sus frecuentes viajes a Washington, D.C. en los últimos años.
Pines le dijo a Liberation Times:
“En su revelador libro, Lue Elizondo se identificó como un ex miembro del programa Great Skills, también conocido como “Grey Fox”, que es un nombre en clave conocido para referirse a la Actividad de Apoyo de Inteligencia del Ejército de los EE. UU., también conocida como “The Activity”.‘Se trata de una unidad de alto secreto encargada de ir tras las líneas enemigas para recopilar información y preparar el terreno para otras unidades de misiones especiales de “nivel 1” (por ejemplo, Delta Force o Seal Team Six). Sus miembros reciben una formación excepcional y se les confía la ejecución de las operaciones clandestinas más sensibles, de alto riesgo, a menudo negables y “sin fallos”.‘Sería difícil encontrar a alguien que pudiera igualar la buena fe de seguridad nacional y el compromiso patriótico de Lue. No es de extrañar que se confiara en él para asumir la cartera de FANIs para el Departamento de Defensa y por qué el liderazgo nacional y los altos funcionarios se toman tan en serio sus afirmaciones trascendentales’.
El libro representa un hito importante para el tema de los FANIs, basándose en el impactante testimonio prestado bajo juramento ante el Congreso el año pasado por el ex alto funcionario de inteligencia David Grusch.
Grusch alegó la existencia de un programa encubierto de décadas de duración centrado en la recuperación y la ingeniería inversa de objetos estrellados vinculados a inteligencia no humana.
Cabe destacar que, escribiendo sobre X, el muy estimado Harald Malmgren, asesor de los presidentes Kennedy, Johnson, Nixon y Ford, así como de muchos líderes mundiales, escribió:
“Inminente” un libro que se publicará mañana, 20 de agosto, por Luis Elizondo sobre lo que nuestro gobierno sabe sobre los FANIs, o visitantes extraterrestres a la Tierra. Este libro rompe una presa y espero que probablemente sea seguido gradualmente por más revelaciones esclarecedoras en el futuro.
Malmgren luego reveló sensacionalmente que Richard Mervin Bissell Jr., un destacado oficial de la CIA conocido por supervisar proyectos importantes como el avión espía U-2 y la invasión de Bahía de Cochinos, le informó informalmente sobre “tecnologías de otro mundo”:
“Hace más de 60 años me proporcionaron clasificaciones de alto nivel para liderar el trabajo del Departamento de Defensa sobre armas nucleares y defensa antimisiles. Richard Bissel de la CIA (que había estado a cargo de Skunkworks, Área 51, Los Álamos, etc.) le informó informalmente sobre las "tecnologías de otro mundo", pero juró guardar el secreto.
Bissell, considerado uno de los maestros del espionaje más importantes de la historia de la CIA, también fue el primer codirector de la Oficina Nacional de Reconocimiento, en particular donde trabajaba David Grusch.
Malmgren afirmó anteriormente que Lawrence Preston Gise, el abuelo del fundador de Amazon, Jeff Bezos, y uno de los primeros empleados de la agencia de investigación avanzada del Pentágono, DARPA, le contó que trabajaba en la ingeniería inversa de objetos FANIs.
Malmgren escribió en abril de 2024:
“Hoy recordé que conocí y trabajé con el abuelo de Jeff Bezos en Los Álamos en 1963, cuando yo era el líder del cálculo de costos del diseño y la construcción del primer sistema de defensa antimisiles para el Estado Mayor Conjunto, y escuché de él su supuesto trabajo en ingeniería inversa de objetos FANIs.
Gise dirigía toda la región occidental de la Comisión de Energía Atómica, una red que incluía a miles de científicos de los laboratorios de Los Álamos, Sandia y Livermore.
Liberation Times ha sabido que otras personas muy respetadas pueden apoyar abiertamente a los defensores de los FANIs en los próximos meses. Sin embargo, esos planes siguen siendo inciertos debido a la importante resistencia dentro del gobierno de Estados Unidos.
Con la nueva e innovadora legislación sobre los FANIs reintroducida recientemente por el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer y el senador republicano Mike Rounds, se espera que el libro de Elizondo intensifique la presión sobre elementos de la comunidad de inteligencia y el Departamento de Defensa, entidades que, durante décadas, se han resistido a los esfuerzos del Congreso por lograr una mayor transparencia sobre el tema.
Cabe destacar que, en relación con el supuesto papel desempeñado por Gise, si se aprueba la legislación, todos los registros de los FANIs, incluidos los de la Comisión de Energía Atómica, serán recopilados por el Archivero de los Estados Unidos.
El ex jefe del programa secreto del gobierno sobre OVNIs revela por qué está seguro de que el Pentágono tiene material de naves espaciales "no humanas" que se estrellaron
Por Josh Boswell
El ex jefe de un programa secreto del gobierno sobre OVNIs ha hablado en una entrevista con DailyMail.com, antes de revelar en un nuevo libro por qué está seguro de que el Pentágono tiene material de naves espaciales "no humanas" que se estrellaron.
Luis Elizondo, de 52 años, ayudó a dirigir el Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (AATIP) de 2009 a 2017, investigando OVNIs que acosaron a los buques de guerra de la Marina y los silos nucleares.
DailyMail.com obtuvo una copia anticipada de su libro, Imminent, en el que afirma de manera sorprendente e inequívoca que un "Programa Legado" está "en posesión de tecnología avanzada creada fuera del mundo por inteligencia no humana".
Las memorias están repletas de otras revelaciones y afirmaciones asombrosas, incluido un plan que Elizondo y sus colegas idearon en 2016 para atrapar un OVNI en el océano, y la propia experiencia inquietante de su familia con "orbes verdes" flotando en su casa.
El ex funcionario de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) reveló que Donald Trump fue informado sobre el programa OVNI del gobierno durante su presidencia, y detalló en su libro algunos incidentes OVNI intrigantes y previamente desconocidos.
Estos incluyeron un dramático avistamiento de un platillo en 2013 en el campo de pruebas de misiles secreto de Los Álamos; agujeros con precisión láser cortados a través de tanques blindados en el desierto de Kuwait en 2003; una nave gigante bajo las aguas de Puerto Rico en 1999; e implantes biológicos foráneos encontrados en miembros del servicio después de que se encontraron con OVNIs.
Algunas secciones del libro fueron redactadas por el Pentágono, que lo revisó antes de su publicación para evitar la filtración no autorizada de secretos. Su revisión no significa que estén avalando las afirmaciones de Elizondo.
Oficial de inteligencia de defensa de carrera que jugó un papel importante en la gestión de la Bahía de Guantánamo en la década de 2010, Elizondo fue durante mucho tiempo una criatura de las sombras.
Su padre, que luchó junto al joven Fidel Castro y se unió a los estadounidenses en la invasión de Bahía de Cochinos de 1961, enseñó a Elizondo, criado en Florida, a ensamblar un AR-15 a los siete años. Poco después le mostró cómo conducir una motocicleta y volar un avión.
Elizondo pensó que lo había visto todo, sirviendo en Afganistán junto al general James Mattis y dirigiendo misiones antiterroristas contra ISIS, Al Qaeda y Hezbollah.
Pero cuando el principal científico de cohetes de la DIA, James Lacatski, lo llamó a una reunión en 2008, le contaron algo completamente extraño.
"Me miró por encima de sus gafas y me dijo: "¿Qué piensas de los OVNIs?"", le dijo Elizondo a DailyMail.com.
"Hice una pausa por un momento y dije: "No tengo el lujo de pensar en ellos. Estoy demasiado ocupado persiguiendo a los malos”.
Me dijo: “No dejes que tus prejuicios personales te dominen, porque lo que aprendas aquí puede desafiar cualquier idea preconcebida”.
“Fue entonces cuando me enteré de qué se trataba este programa”.
En la foto: una fotografía antigua de Luis Elizondo, autor del nuevo libro Imminent: Inside the Pentagon's Hunt for UFOs, cuando estaba en el ejército. |
Lacatski reclutó a Elizondo para gestionar la seguridad del Programa de Aplicaciones de Sistemas de Armas Aeroespaciales Avanzadas (AAWSAP), una iniciativa de la DIA de 22 millones de dólares que persiguió los informes de los miembros del servicio sobre OVNIs e investigó formas de replicar su tecnología sobrenatural.
Después de que se agotara la financiación en 2012, Elizondo y sus colegas continuaron su trabajo utilizando recursos reunidos de sus otros trabajos en la DIA y varias agencias militares y de defensa, bajo el nuevo nombre de AATIP.
En sus memorias, Elizondo describió algunos de los extraños incidentes que investigó mientras estaba en el gobierno.
Dijo que los científicos estaban probando un dispositivo clasificado en el campo de pruebas de misiles White Sands en Los Álamos, Nuevo México en 2013, cuando "los testigos vieron varios orbes misteriosos y luminosos moviéndose sobre una cresta cercana".
"Los orbes se movieron hacia el lugar de prueba, flotaron sobre el dispositivo como si lo escanearan en busca de información, luego se alejaron rápidamente, volando descaradamente sobre las cabezas de los científicos desconcertados", escribió el ex funcionario.
"Más tarde, varios testigos presenciales vieron una formación de objetos en forma de disco que parecían saber exactamente dónde se encontraba el dispositivo que se estaba probando. Esto ocurrió varias veces en unos pocos días".
Describió otro caso de 1999, en el que un helicóptero de la Marina sobrevoló aguas puertorriqueñas para recuperar un misil de crucero de prueba que estaban lanzando.
“Mientras el hombre rana colgaba de su aparejo, un objeto grande y circular del tamaño de una pequeña isla comenzó a subir a la superficie”, escribió Elizondo.
“El piloto me dijo que era negro como el diablo y que el agua comenzó a agitarse y rodar como un brebaje de brujas. La tripulación entró en pánico”.
“Cuando el helicóptero se elevó, el piloto notó que el misil estaba siendo succionado bajo el agua”.
Mientras servía con el ejército de los EE. UU. en Kuwait en 2003, Elizondo dijo que tuvo una experiencia inexplicable.
La policía militar le dijo que un pastor de cabras beduino vio un «destello verde brillante» sobre los tanques estacionados en la remota base desértica de Arifjan una noche.
Cuando Elizondo vino a investigar, le mostraron un tanque de batalla M1 fuertemente blindado, diseñado para resistir un impacto directo de misil, con «un pequeño agujero perforado en el costado blindado» que era «perfectamente redondo, sin bordes ásperos».
«El tanque de al lado mostró exactamente el mismo sabotaje», escribió Elizondo. «Lo que haya causado esto parecía penetrar los lados de dos de nuestros mejores tanques con un agujero limpio en ambos».
«Fue como si alguien hubiera usado un cortador de galletas súper afilado para tomar una muestra del núcleo del vehículo. La energía requerida para hacer algo así habría sido enorme».
Las cosas se pusieron más raras a partir de ahí.
Describió los «implantes» encontrados en miembros del servicio militar que tuvieron un encuentro con un OVNI.
“Una vez manipulé uno de estos implantes, que me había proporcionado un hospital del Departamento de Asuntos de Veteranos, que se lo habían extraído a un miembro del servicio militar de los EE. UU. que se había topado con un FANI [Fenómeno Anómalo No Identificado, el término gubernamental para los OVNIs]”, escribió Elizondo.
“El material, no más largo ni más ancho que la articulación de un dedo, parecía más bien un microchip encapsulado en una envoltura viscosa y semitranslúcida de tejido… Bajo un microscopio, todavía se movía de alguna manera”.
“AAWSAP/AATIP también había obtenido fotografías de este tipo de objetos diminutos de pilotos militares extranjeros vivos”.
En la foto: Elizondo hablando sobre su nuevo libro sobre la búsqueda de OVNIs por parte del Pentágono. |
En la foto: Vista aérea de la sede militar de los Estados Unidos, el Pentágono. |
Elizondo afirmó que se enviaron muestras a ‘los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la Administración de Alimentos y Medicamentos, los Institutos Nacionales de Salud y un centro de investigación del Ejército de los EE. UU. en Fort Detrick en Maryland’.
El objetivo final de Elizondo y sus colegas era obtener acceso a un supuesto programa de larga data oculto por contratistas de defensa que trabajaban con el Pentágono, que había recuperado OVNIs estrellados, algunos de los cuales se remontan al infame accidente de platillo volante en Roswell, Nuevo México, en 1947.
Y en una entrevista con DailyMail.com, Elizondo reveló que su equipo tuvo una reunión con los administradores de este oscuro programa.
“Nos lo dijeron las personas que tenían el material”, dijo. “Se sentaron allí y dijeron: ‘Estamos felices de tener esta conversación con usted. Hay algunas cosas que tendrá que hacer si desea tener más acceso a ellas. Pero estamos felices de darle estas cosas”.
"Es un momento de locura. Es una revelación trascendental".
"Hay innumerables ejemplos de este tipo de material que se recopila, que cuando es analizado y examinado por expertos científicos –estoy hablando de científicos del gobierno de los EE. UU. que han obtenido la autorización de alto secreto– corroboran que lo que estamos tratando es algo que no fue creado por nosotros".
Pero dijo que estos ‘guardianes’ ataron a su equipo con burocracia y finalmente no abrieron sus libros –o búnkeres secretos– al equipo del Pentágono.
Elizondo agregó que por ahora no puede respaldar sus afirmaciones con más pruebas, ya que el resto, dice, está clasificado.
Sus afirmaciones se hacen eco de las del denunciante del Pentágono David Grusch, ex funcionario de la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial, quien le dijo al Congreso en una audiencia pública el año pasado que el gobierno está encubriendo un programa de recuperación de accidentes OVNI que cuenta con media docena de naves espaciales e incluso cuerpos extraterrestres.
Mientras trabajaba en AATIP, Elizondo dijo que él y su familia tuvieron su propio encuentro cercano.
“Mi esposa era completamente escéptica sobre todo esto, es decir, hasta que vio un orbe en nuestra casa”, escribió en su libro.
“Teníamos un largo pasillo principal en la casa, y una noche una bola verde brillante, probablemente del tamaño de una pelota de baloncesto, con bordes suaves que no estaban definidos, flotó lentamente desde la cocina hasta la puerta de nuestro dormitorio justo debajo de la altura del techo, luego desapareció en una pared”.
“Si fuera solo yo quien viera estas cosas, probablemente no habría dicho nada. Pero el hecho es que toda mi familia las vio”, dijo el oficial de inteligencia a DailyMail.com. “Y otros miembros de AATIP también experimentaron lo mismo”.
Dijo que él, su familia e incluso los vecinos vieron estos orbes verdes luminosos repetidamente, pero solo mientras trabajaba en el programa OVNI.
“Había muchas cosas raras. Cuanto más te involucrabas con el portafolio, más extraño se volvía”, dijo. “No hablo demasiado sobre eso porque parece muy extraño”.
“Solo sucedía cuando estábamos involucrados con AATIP. Nunca había sucedido antes, nunca había sucedido después”.
Elizondo y su compañero miembro de AATIP Jay Stratton idearon un plan en 2015 para atrapar un OVNI.
Le dijo a DailyMail.com que sus investigaciones apuntaban a que estas naves tenían un aparente interés en operaciones militares, energía nuclear y que a menudo se las veía cerca de cuerpos de agua.
Entonces se coordinaron con la Marina y otras ramas para crear el “Proyecto Interloper”: un intento de atraer a estas misteriosas naves y grabarlas con equipo de alta tecnología.
“Tomas un grupo de ataque de portaaviones nuclear, un portaaviones de propulsión nuclear, tienes un submarino de propulsión nuclear y otros activos nucleares en el área, y lo pones en el agua”, le dijo a DailyMail.com.
“Entonces tienes el nexo militar, nuclear y acuático. Estábamos muy, muy seguros de que íbamos a tener encuentros con FANIs, porque los teníamos todo el tiempo. Eso es lo que los atraía, como las moscas al papel matamoscas".
La idea era reunir buques de guerra en el océano, enfocando su radar, sonar y cámaras donde creían que aparecerían los OVNIs.
“Había un plan oficial que contaba con apoyo. Se informó a todo el Estado Mayor Conjunto”, dijo Elizondo. “Tuvimos mucho interés de la comunidad de inteligencia. Muchas agencias eran parte de esto. Estaban listos para poner su esfuerzo y sus activos en ello. Y en el último minuto se denegó".
“Eso, para mí, fue una de las últimas gotas que colmaron el vaso. Estaba muy, muy frustrado. A pesar de nuestros mejores esfuerzos para llevar esto a la cadena de mando, alguien seguía interrumpiéndolo y diciendo “no queremos hablar de OVNIs””.
En 2017 decidió renunciar en protesta y reveló públicamente la existencia de AATIP al New York Times, y el hecho de que los pilotos de combate de la Marina se encontraban rutinariamente con naves con capacidades que superaban con creces la tecnología humana conocida.
La revelación despertó un renovado interés en los OVNIs y una serie de sucesores del AATIP de Elizondo, mejor financiados pero igualmente llenos de jerga, siendo el más reciente la All-domain Anomaly Resolution Office (AARO).
Entre la contratación de Space Force, como hizo el año pasado, Elizondo está trabajando como parte de un esfuerzo para persuadir a los legisladores para que agreguen nuevas protecciones para que más denunciantes se presenten.
Esa es la única ruta, cree, para sacar a la luz lo que el gobierno realmente sabe sobre los OVNIs.
Modificado por orbitaceromendoza
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