martes, 6 de agosto de 2024

Bajo la superficie: podemos aprender más sobre los fenómenos aéreos no identificados si observamos el océano

Bajo la superficie: podemos aprender más sobre los fenómenos aéreos no identificados si observamos el océano
Contralmirante Tim Gallaudet, PhD, Marina de los EE. UU. (retirado)
Vol. 1 N.º 1 / Marzo de 2024


Imagen ilustrativa.


Resumen ejecutivo

La investigación y la atención en relación con los fenómenos aéreos no identificados se centran casi por completo en sus ocurrencias aéreas. Sin embargo, también se sabe que ocurren casos de fenómenos aéreos no identificados en el mar, ya sea bajo la superficie o viajando "transmedialmente" (entre la atmósfera y el océano). Quizás el ejemplo más publicitado fue el fenómeno aéreo no identificado "Tic Tac", descrito por los pilotos del F/A-18F Super Hornet de la Marina como flotando sobre las agitadas aguas blancas del océano durante un ejercicio de entrenamiento en 2004. Las aguas blancas pueden haber indicado que había un fenómeno aéreo no identificado más grande debajo o que el fenómeno aéreo no identificado había emergido del mar, lo que sugiere un objeto sumergible no identificado (OSNI). Más recientemente, en 2019, el personal de la Marina de los EE. UU. a bordo del USS Omaha observó un FANI transmedio al oeste de San Diego.

Tenemos menos investigaciones sobre FANIs transmedios y OSNIs de lo que sería ideal, pero los datos disponibles apuntan a algunas conclusiones. En primer lugar, estas anomalías submarinas ponen en peligro la seguridad marítima de los EE. UU., que ya está debilitada por nuestra relativa ignorancia sobre el océano global. En segundo lugar, su presencia en los océanos al mismo tiempo presenta una oportunidad sin precedentes para la ciencia marítima. En tercer lugar, para enfrentar los desafíos científicos y de seguridad, los FANIs transmedios y OSNIs deben elevarse a la categoría de prioridades nacionales de investigación oceánica.

En lo que respecta a la seguridad nacional, la situación actual con respecto a la conciencia del dominio marítimo es inquietante. Si bien el océano cubre el 71 por ciento de la superficie de la Tierra, menos del 25 por ciento del lecho marino ha sido cartografiado según los estándares modernos y solo se ha explorado el 5 por ciento del volumen del océano: se sabe más sobre las superficies de la Luna y Marte que sobre el lecho marino de nuestro propio planeta. El submuestreo geofísico de los océanos del mundo es una preocupación crítica para la seguridad marítima, ya que obtener y mantener el conocimiento de las amenazas en el mar y bajo el mar sigue siendo una tarea perpetuamente inacabada. El hecho de que objetos no identificados con características inexplicables estén entrando en el espacio acuático de los EE. UU. y el Departamento de Defensa no esté levantando una gran bandera roja es una señal de que el gobierno no está compartiendo todo lo que sabe sobre los fenómenos anómalos en todos los dominios. Un enfoque eficaz y completo para la seguridad marítima debe tratar de descubrir las "incógnitas desconocidas" asociadas con los FANIs transmedios y OSNIs.

Sin embargo, por muy preocupantes que sean las implicaciones de seguridad de los FANIs, las ramificaciones científicas no son menos que un cambio mundial. Los pilotos, los observadores creíbles y la instrumentación militar calibrada han registrado objetos que aceleran a velocidades y cruzan la interfaz aire-mar de formas que no son posibles para nada hecho por humanos, y varias leyes del Congreso respaldan estas observaciones al definir los FANIs como vehículos transmedios. La sorprendente implicación es que se necesitan ingeniería, ciencia de los materiales y física más allá del estado del arte para producir y operar estos objetos. Este conocimiento podría transformar campos como el transporte aéreo y marítimo, la generación de energía, la agricultura, las comunicaciones, la informática, la fabricación, los viajes espaciales, prácticamente todos los sectores económicos imaginables, por no hablar de la defensa. Un estudio más profundo de los FANIs puede conducir a descubrimientos que hagan que los de la revolución científica de los siglos XVII y XVIII parezcan pasos de bebé.

Con este fin y para hacer frente al desafío de la seguridad marítima, los FANIs transmedios y OSNIs deben elevarse a las prioridades nacionales de investigación oceánica. El gobierno de los EE. UU., el mundo académico, las organizaciones filantrópicas, el sector privado y la comunidad internacional deben tomar medidas. La Casa Blanca debe tomar la iniciativa, a través de varias acciones: ordenar mediante una orden ejecutiva la recopilación, reexaminación y eventual divulgación de cualquier conocimiento relevante en poder de agencias y departamentos oceánicos como la NOAA, la NASA, la Oficina de Inteligencia Naval y la Oficina Oceanográfica Naval; incluir los fenómenos anómalos de todos los dominios como un tema en el Memorando de Prioridades de Investigación y Desarrollo de la Casa Blanca para el presupuesto del año fiscal 2026; y ordenar al Comité de Política Oceánica que agregue los FANIs transmedios y OSNIs a las prioridades estratégicas en el Plan de Implementación para la Estrategia Nacional para el Mapeo, Exploración y Caracterización de los Océanos de la Zona Económica Exclusiva de los Estados Unidos. Mientras tanto, el Congreso debería incluir esta misma acción en la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2025 y el lenguaje correspondiente en la reautorización del Programa Nacional de Asociaciones Oceanográficas, el principal programa federal para facilitar la colaboración entre universidades, industria y organizaciones en el espacio sin fines de lucro de defensa de los océanos.

Además de fortalecer la seguridad nacional, ampliar la investigación sobre los FANIs al ámbito marítimo puede conducir a una mayor comprensión del océano, con resultados positivos para la conservación marina y la economía azul estadounidense. Lo más importante es que, si no se realizan investigaciones específicas en nuestros océanos, que son en gran medida desconocidos, no se logrará una comprensión completa de los fenómenos anómalos.

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