Platillos voladores sobre La Habana
por Jorge Oller Oller En la década de los años 50, en plena Guerra Fría, muchísimas personas de distintos países del mundo comenzaron a observar unos extraños objetos voladores que se comportaban de modo inexplicable, desafiando todas las leyes físicas conocidas.
"La verdad sobre los platillos volantes" (Fate) |
Todo comenzó el martes 24 de junio de 1947, cuando Kenneth Arnold piloteaba su avioneta sobre el monte Rainier, un volcán extinto de la cordillera de las Cascadas en la parte occidental del estado de Washington en los Estados Unidos. Volaba apaciblemente cuando de pronto noto que siete objetos brillantes, raros y de forma triangular se movían por el cielo a grandes velocidades y realizando maniobras increíbles.
Lo informó inmediatamente a las autoridades y la prensa se hizo eco de su extraño testimonio. Un reportero de la Associated Press en vez de escribir en su información que los objetos eran triangulares, como había dicho Arnold, puso que tenían forma de platillos. Con este nombre más pegajoso se inició en la prensa mundial la publicación y divulgación de las visiones, fantasías, leyendas y teorías más diversas de los platillos voladores.
Todos especulaban sobre su procedencia o sus fines. Unos decían que eran extraterrestres y que provenían del planeta Marte. Otros que se trataba de armas secretas que experimentaban los soviéticos o los norteamericanos. Los gobiernos crearon centros para investigar la verdad sobre los platillos y los científicos encargados de ellos cambiaron el nombre de los platillos por el de Objetos Voladores No Identificados o, simplemente, OVNI.
Cientos de libros, películas, series radiales y televisivas y sobre todo la prensa sensacionalista se dedicaron a este tema provocando alarma y pánico en algunas ciudades norteamericanas. Los platillos voladores u OVNI “se vieron” en cientos de ciudades de todo el mundo y La Habana no fue una excepción. En Cuba “se avistaron” en Matanzas, en el Municipio de Mariano y alrededor del Monumento a José Martí en la Plaza Cívica, entonces en construcción.
La revista sensacionalista Gente de esta capital que se editaba mensualmente tuvo “la suerte” de ser avisada de que una bandada de platillos sobrevolaba el monumento en construcción a José Martí. Y allá fueron sus reporteros.
Página de la revista Gente del 03-06-1956. |
Lo que “vieron” allí lo publicaron bajo el sugerente titulo de “Platillos Voladores en La Habana”, y seguido de los bajantes: “Volaron sobre la Plaza de la República unos raros objetos, dejando tras sí una estela luminosa.
Sensacional instantánea del reporter grafico de Gente. Los rayos de sol y los cristales del Tribunal de Cuentas. El Monumento a Martí iba a ser blanco de uno de los platillos cuando el extraño objeto desapareció velozmente”.
A continuación ofrecieron una ocurrente información de los hechos que allí ocurrieron y que brindamos textualmente:
Un timbrazo en la redacción de Gente. Parecía una llamada más de las tantas, pero no lo era. Exactamente a las 12 del día del pasado sábado 17 (de mayo de 1956) la telefonista sonreía con el auricular al oído.
Quien llamaba aseguraba que los marcianos invadían La Habana. Tras escuchar la jocosa broma, todos sonreímos. No habían transcurrido cinco minutos, cuando de nuevo insistían en la noticia.
Primero había sido un hombre; ahora se trataba de una mujer:
—Es aquí, cerca de la revista. Por encima de la Plaza de la República cruzan numerosos platillos voladores.
La duda surgió y debido a que nuestra publicación está a unas cuadras del lugar citado, allá nos fuimos, acompañados de Zayas y su cámara fotográfica.
UNA ESTELA LUMINOSA
No había muchas personas. Algunos trabajadores y un grupo de transeúntes señalaban sorprendidos al cielo. Efectivamente, a unos mil pies de altura pequeños objetos se movían dejando tras sí una estela luminosa.
—Es el reflejo del sol sobre el monumento a Martí o los cristales del Tribunal de Cuentas lo que se ve, señalaba un incrédulo.
Los objetos desaparecieron y sólo se veía entonces el cielo azul, interrumpido a trechos por ligeras nubes que pasaban, mientras el sol del mediodía se hacía sentir con mayor calor.
DE NUEVO LOS PLATILLOS
Vista del platillo al lado del monumento en construcción a José Martí. |
La mayoría de los curiosos se había marchado y nosotros nos entreteníamos viendo las construcciones que se realizan en la Plaza. De pronto Zayas apuntó su cámara al cielo y la hizo funcionar, mientras gritaba excitado:
—Allí, allí vienen los platillos.
Efectivamente, primero parecía una mancha oscura en la distancia. De pronto, a una velocidad vertiginosa, descendía directamente sobre el Monumento a Martí. A cada instante se aproximaba más y más, casi sin darle tiempo al fotógrafo a hacer funcionar su cámara por segunda vez.
Cuando ya el violento impacto con el Monumento a Martí parecía inminente, el raro objeto, que podía identificarse como una pequeña esfera achatada en ambos extremos, lanzó de nuevo una estela luminosa, para entonces desaparecer en el horizonte, ante nuestra mirada sorprendida.
LA PRUEBA
Vista ampliada del supuesto platillo volador de La Habana. |
El fotógrafo y el reportero nos restregamos los ojos sin querer comprender que aquello había sido cierto. La mirada fija en el cielo, recibiendo de frente los rayos del sol, nos hizo ver aquellos raros objetos, que identificamos como platillos voladores dando rienda suelta a la imaginación y al deseo de captar la sensacional aparición.
Empezábamos a desconsolarnos, cuando Zayas saltó, como herido por un rayo.
—Pero si aquí está la prueba. Si esto es cierto, la cámara lo captó.
Nunca antes como en esta ocasión corrimos fotógrafo y reportero al laboratorio. Intensos momentos de ansiedad vivimos frente a la reveladora en el cuarto oscuro. En el negativo se veía una mancha. Casi sin darle tiempo a secarse imprimimos el negativo, y aquí queda como demostración gráfica, incontrastable, lo que captó la cámara de Zayas, en la Plaza de la República, el sábado 17 de mayo, en horas del mediodía.”
Publicado en la revista Gente el 3 de junio de 1956.
No hubo ningún otro medio informativo que publicara esta noticia tan trascendente, porque nunca ocurrió. Si observamos la fotografía publicada en la revista vemos que carece de las sombras y el contraste que produce el sol al mediodía. La foto fue tomada en un atardecer nublado. Al comparar el platillo que aparece en la foto del monumento con el que se muestra de cerca en la propia página vemos que no corresponden ni en la forma, ni en los tonos. Es un simple ejemplo de una de las tantas fotografías que fueron fabricadas por la prensa sensacionalista criolla. (Cubaperiodistas)