Casuística ufológica española
33 años de OVNIs en Cataluña
Defensa permite tener acceso digital a los 16 expedientes que estaban bajo custodia del Estado Mayor del Ejército.
por Marc Rovira
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Parte del informe de un avistamiento en Blanes.
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Mediodía del 13 de mayo de 1969. Condiciones atmosféricas óptimas en el aeródromo de Reus. El parte meteorológico refiere una visibilidad perfecta a 10 kilómetros a la redonda de la antigua base militar. La torre de control dirige las maniobras de despegue de un Boeing 727, que viaja con destino al aeropuerto alemán de Dusseldorf. A la vez que echa mano de los prismáticos, el controlador de guardia demanda la atención de las otras cinco personas que, junto a él, faenan en los paneles de mando de la torre. Controlador suplente, dos mecánicos y dos soldados tratan de afinar la vista para vislumbrar el “punto brillante e inmóvil” y “de forma circular” que se distingue cerca de la trayectoria del Boeing. La torre ordena al piloto de un ágil biplaza que planea cerca de allí que se acerque hasta el haz de luz para descubrir de qué se trata. El incidente, jamás aclarado, es uno de los 84 expedientes sobre avistamientos de OVNIs que ha desclasificado el Ministerio de Defensa.
Son 1.953 páginas de informes que recogen 33 años de episodios similares al de Reus. Los documentos se han guardado bajo custodia de la Sección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército y están repletos de estampaciones que advierten del carácter “confidencial” de la información. La cautela con que se administraban los datos es cosa del pasado y desde esta semana puede consultarse en Internet a través de la Biblioteca Virtual de Defensa.
Cataluña aparece en 16 carpetas. Cada uno de los expedientes incluye un resumen de las circunstancias del avistamiento: lugar, fecha, las consideraciones, las conclusiones y la propuesta de clasificación. Además, se deja constancia del material que acompañó la investigación, esto es, partes meteorológicos, fotografías de los avistamientos, bocetos, dibujos, recortes de prensa y entrevistas de los testigos.
En alguno de los sucesos recogidos, las pruebas gráficas invitan a un sustancial esfuerzo de imaginación. Es el caso, por ejemplo, de un avistamiento hecho en la Costa Brava en pleno mes de agosto de 1982. Desde Blanes un vecino hizo llegar al Cuartel General del Aire un minucioso dossier relatando la visión de un “rosario de luces” en el cielo mientras compartía con otras siete personas una velada en su “ático frente al mar”. “Objeto cilíndrico”, de unos 50 o 100 metros de diámetro y provisto de ventanas, que se desplazaba “haciendo giros sobre sí mismo”, detallaba. El testigo acompañaba su relato de unos dibujos donde se da forma a algo que quiere parecer un platillo volante.
También se puede recuperar el relato un matrimonio de Sant Cugat del Vallès que, de madrugada en la carretera de la Arrabassada, advirtió un objeto volador redondo y que emitía destellos “rojos, verdes y anaranjados”. El Ejército del Aire dio carpetazo al asunto sin investigarlo.
Los aficionados a la ufología refieren que la zona del Tibidabo es un punto de tráfico habitual de los objetos voladores no identificados. Uno de los dossieres más extensos que se puede consultar detalla el aviso dado por el Abad de Montserrat el 23 de febrero de 1971. De hecho, aquella fue una jornada intensa para los controladores aéreos ya que los avisos se sucedieron desde el mar Cantábrico a Barcelona, pasando por Madrid y Huesca.
Puntos luminosos
El oficial de guardia en el Aeropuerto de Barcelona, agentes de la Guardia Civil de Monistrol, un monje del monasterio de Olesa, el propio Abad de Montserrat y hasta 44 testigos refirieron haber visto un “punto luminoso” de llamativa estela que se precipitaba desde el cielo hasta el suelo a una velocidad de vértigo.
La posterior investigación constató la “existencia real” del suceso. Ahora bien, no se trató de ningún OVNI, aclara el informe, sino que el extraño objeto volador era un cohete que había sido lanzado por el Centre d’Essais de Biscarrosse, en las landas francesas.
OVNIs en Andalucía: luces, naves y humanoides desde la Guerra Civil
Un centenar de casos de avistamientos componen la cronología ufológica al sur de España.
por Leo Rama
Pareciera que el de los OVNIs es un asunto olvidado, anquilosado en el siglo XX, sepultado por su tan polémica como absurda historia. A pesar de la incredulidad que sigue suscitando, lo cierto es que el fenómeno ufológico permanece vivo, y es real. Al menos para los miles de testigos de lo inaudito, que van desde labriegos sin formación a pilotos de avión con miles de horas de vuelo, galones y mucho prestigio que perder, cuyas narraciones en los pocos informes desclasificados que hay tienen un valor extraordinario. Cosa distinta es su naturaleza, que tampoco tendría por qué ser reducida una sola. ¿Brotes esquizofrénicos? ¿Fenómenos meteorológicos? ¿Maniobras militares? ¿O acaso están los alienígenas detrás de todo?
Es una posibilidad. No son pocos los científicos de prestigio que asumen ya como válida la hipótesis de la existencia de civilizaciones extraterrestres en base a las más nuevas investigaciones, como viene dando cuenta con rigor José Manuel Nieves en las páginas más empíricas de este periódico. Precisamente, el diario ABC de Sevilla dedicó hace varias décadas una serie sobre avistamientos al sur de Despeñaperros. Aquellas crónicas de Manuel Ramírez, conservadas en la siempre útil hemeroteca, han servido de inspiración al recientemente publicado «Ovnis en Andalucía», un libro del periodista sevillano José Manuel García Bautista.
Un centenar de casos ordenados por orden cronológico componen la investigación de García Bautista, convencido de que hay vida ahí fuera, que nos visitan desde siempre, aunque algunos de los artefactos avistados sean humanos. «El universo es tan grande que es difícil no pensar que en alguna remota estrella haya planetas con vida», afirma apasionado el investigador sevillano, afanado en «dignificar» un tema, el de los objetos voladores no identificados, denostado. Como si no tuviera valor el testimonio de gentes de todo tipo que narran –con mirada sincera– lo que sólo fue visto con sus ojos.
Crónicas de la Guerra Civil
Aunque el fenómeno OVNI no nace como tal hasta 1947 en Estados Unidos, es posible encontrar en España narraciones que aluden a extrañas luminarias que surcan los cielos sureños desde el medievo. Pero hay que remontarse a la Guerra Civil para encontrar los primeros testimonios fiables de avistamientos en Andalucía.
Sucedió en el frente y así lo narró en su día el diario ABC: «Ya había salido el sol, y los soldados del batallón que aquella mañana del 5 de febrero de 1938 defendían la posición de Peñón de la Mata (al norte de la provincia de Granada) soportaban el frío como podían mientras vigilaban atentamente su posición. El cielo estaba completamente limpio, y nuestro testigo –un combatiente de la brigada 76– pronto se percató de la presencia de algo anormal en los cielos».
El soldado lo definió en la distancia como algo parecido a «un sombrero mexicano» de color aluminio mate. Aquel misterioso artefacto metálico, de lento vuelo, se posicionó sobre el testigo, que así pudo observar la parte inferior de la nave, asemejada a una «rueda de carro». En el centro de los radios «tenía como la lente de una máquina fotográfica y daba una sensación de profundidad». Giraba sobre sí mismo en sentido contrario a las agujas del reloj y desapareció sin más del campo de visión de los combatientes.
Dionisio, los seres y el lucero
Uno de los casos más sonados fue el que vivió en primera persona Dionisio Ávila, vetusto y respetado vecino del pueblo de Los Villares, en Jaén. Corría el año 1996 y Dionisio paseaba con su perro por los infinitos olivares cuando ante sí apareció un resplandeciente artefacto. Tras dar una vuelta de reconocimiento al aparato, dos seres esbeltos, embutidos en sendos trajes color plata, le lanzaron lo que él describió como «un lucero» que, al recogerlo, resultó ser una piedra esférica. «Sintetiza todo el absurdo del fenómeno OVNI», apunta García Bautista.
Aquel guijarro del tamaño de una nuez llevaba grabado una curiosa inscripción, similar a los símbolos que presentaba la nave: «IOI». El famoso «palo, cero, palo» que sirvió de base al pionero ufólogo español Juan José Benítez para su investigación «El anillo de plata», publicada por TVE en el mítico programa «Planeta encantado».
Dionisio Ávila jamás volvió a entablar contacto con los humanoides a los que atribuye la curación de sus dolencias, constatadas por los habitantes del pequeño municipio jiennense. Menos suerte corrieron otros testigos en sus supuestos encuentros, como en el caso de una supuesta agresión a un sevillano por parte de los tripulantes de una nave en la gélida noche del 28 de enero de 1976.
El ataque a Sevilla
De nuevo, la edición andaluza del periódico ABC –esta vez con la firma de Benigno González– recogió al día siguiente el delirante testimonio de Miguel Fernández Carrasco, quien regresaba solo a Benacanzón tras estar con su novia en Sanlúcar la Mayor. Creyéndose afortunado, pudo ver un par de estrellas fugaces durante su trayecto a pie. Al poco rato, una «cabina telefónica» voladora que desprendía rayos de luz rojos y blancos se posó ante él y de la máquina salieron una pareja de humanoides altos. El miedo se apoderó del testigo, que emprendió su huida a toda velocidad por los carriles.
La nave despegó y comenzó a perseguir al testigo, aterrado por la posibilidad de que le dieran caza antes de recorrer los 1,5 kilómetros que le quedaban para llegar a su morada. No erró. Aquel aparato proyectó lo que García Bautista define como «un haz de luz, un arma lumínica» casi letal sobre Miguel Fernández. El sevillano quedó malherido en el suelo, prácticamente inconsciente; «sin aliento, sin fuerzas, quemado, abrasado, tostado» por «algo» desconocido para él.
Una vez internado en el capitalino Hospital de San Lázaro, el labriego prestó declaración y de hecho el Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla abrió diligencias para esclarecer un presunto ataque de los extraterrestres por vez primera en España. El caso fue sobreseído apenas dos semanas después ante la imposibilidad de imputar a ningún a sujeto conocido el delito denunciado por Fernández Carrasco.
Éstos son algunos de los casos que recogidos en el compilado de José Manuel García Bautista. «Ovnis en Andalucía» aglutina otras muchas crónicas sobre un fenómeno aparentemente sin sentido, que ha ido mutando con el paso de los años y se manifiesta de tantas maneras como casos hay: los humanoides de Fuengirola, los de Algeciras, el OVNI acosador de La Antilla, el de Benalmádena, el de Morón… ¡Hasta los OSNI –Objetos Submarinos No Identificados– avistados en la Bahía de Cádiz!
Todos ellos son interrogantes carentes de respuesta, de momento, para los científicos. «Si nosotros publicáramos todos los incidentes OVNI en España con misiones de interceptación, daríamos una sensación de inseguridad tremenda», le dijo a García Bautista uno de sus amigos militares, un gremio que tiene mucho que material al respecto por desclasificar, en cajones de húmedos sótanos a la espera de ver la tan necesaria luz.
El enigma de los OSNIs en Andalucía y España
por José Manuel García Bautista
El término OSNI es una clara referencia al fenómeno OVNI pero localizado en el mar. Un OSNI sería el acrónimo de Objeto Submarino No Identificado y serviría para definir a un objeto desconocido que aparece o se sumerge en el agua.
Sería difícil definir cuando surge la primera observación de un objeto desconocido bajo la superficie del mar que fuera observado por testigos aunque ya en las crónicas de los viajes de Cristóbal Colón se habla de extrañas luminiscencias bajo la superficie del mar.
A lo largo de tradiciones y leyendas en todo el mundo hay numerosas descripciones de tan increíbles objetos que tienen la capacidad de entrar o salir del agua, emanar una extraña luz o moverse a gran velocidad y maniobrabilidad.
Referencias legendarias podemos encontrar en pasajes sumerios, babilónicos o en las culturas mesoamericanas.
Igualmente son numerosas las bitácoras de barcos que desde la historia moderna de la navegación dejan reflejados incidentes con tan enigmáticos y desconocidos objetos.
Por el desconocimiento de su propia naturaleza, el fenómeno OVNI es desde mediados del siglo XX uno de los enigmas y misterios más apasionantes que nos rodean. Desde 1947, fecha en la que Kenneth Arnold divisó una formación de “platillos volantes” sobre Monte Rainer (EE.UU.), este fenómeno ha evolucionado desde vertientes que contemplan los encuentros cercanos, avistamientos, abducciones, VdD (visitantes de dormitorio), implantes, mutilaciones, experiencias de laboratorio e incluso algún que otro crimen al más puro estilo de las novelas negras...
Es un fenómeno complejo de estudiar debido a la amplitud del mismo y a las muchas teorías que sobre los mismos existen y que son ampliamente desarrolladas por cada ideología investigativa (errores de percepción, sociología, psicología, anomalías, fraudes, etc...).Sin embargo y con rotundidad se puede afirmar, sin reservas, la indudable realidad del fenómeno OVNI. Atendiendo a su propia literalidad podemos decir que este fenómeno como tal es REAL.
Con frecuencia hablamos del fenómeno OVNI refiriéndonos siempre a visitantes que provienen del exterior, de algún punto de nuestro infinito universo. Visitantes de lejanos mundos interesados en nuestro planeta. Colonizadores espaciales con escala en el planeta azul... Sin embargo son pocos los que se han parado a estudiar el fenómeno como inherente de nuestro propio planeta: ¿y si ya estuvieran habitando entre nosotros y en nuestro planeta? Sin dudas sería una posibilidad contemplada pero no profundamente estudiada. El lugar idóneo para habitar nuestro planeta y pasar “desapercibido” lo tenemos en un 70% del mismo: EL MAR.
Las grandes masas acuáticas que pueblan y cubren gran parte de nuestro planeta constituye el marco idóneo para asentar bases submarinas de visitantes exteriores que a estas alturas pueden estar poblando las mismas desde mucho antes de la existencia de nuestra civilización.
En antiguas y viejas epopeyas y leyendas sumerias e indias ya se habla de extraños visitantes surgidos del medio acuático y convertido en dioses para los nativos por su espectacularidad. En la leyenda de Gilgamesh -el hombre -pez- tendríamos una buena muestra de un ser surgido del agua de extraña apariencia (¿podrían confundir su apariencia con trajes similares a los de buceo, todo llenos de tubos y especies de neoprenos?).El Mahabharata también relata extraños artefactos e ingenios que emergían y sumergían del agua a voluntad y total control, naves denominadas “vimanas” que en la antigüedad o épocas pasadas realizaban proezas envidiables para nuestros modernos aparatos de combate...E incluso se describe lo que para muchos es una guerra nuclear entre pueblos enemigos y de los que habría “pruebas” a tenor de los enigmáticos suelos cristalizados por la acción de las altas temperaturas que fundieron la arena hasta convertirla en una superficie de cristal. Hasta ahora, ese efecto sólo se ha conseguido en las pruebas atómicas realizadas en Alamogordo en los EE.UU...
Muestras como estas abundan en nuestro panorama ufológico y paranormal pero no sólo los OVNIs son vistos en nuestros cielos también en ufología se estudian los denominados OSNIs u Objetos Submarinos No Identificados, éstos últimos constituyen el complemento en el medio acuático. Es decir, los OSNIs son al agua lo que nos OVNIs son al cielo.
Los OSNIs han sido un tema de frecuente controversia en los debates de nuestra sociedad en cuanto son muchos los objetos submarinos que recorren las aguas de nuestro planeta y se prestan a confusiones. Naves de guerra, de reparaciones, de cableado transoceánico, etc...,realizan múltiples trabajos de diferente índole bajo nuestras aguas, no obstante hay otras observaciones que no tienen una explicación razonable y que constituyen un misterio acuático...Extrañas formaciones nubosas que descienden del cielo para sumergirse posteriormente en el agua, extrañas luces y esferas luminosas que tras un espectacular vuelo sumergen en el agua, misteriosas luces que recorren a gran velocidad las entrañas marinas, enigmáticas estelas luminosas que son observables bajo el mar por incrédulos espectadores terrícolas al más puro estilo de Julio Verne en la observación de los ataques del “Nautilus” en su obra “20000 leguas de viaje submarino”, extrañas formas detectadas por los sonar bajo el mar, increíbles persecuciones marinas tras la huella y estela de luces bajo el mar, escondites OSNIs y extrañas perturbaciones electromagnéticas en nuestras aguas forman el misterio OVNI-OSNI de nuestro mundo en el medio marino.
No nos tenemos que ir a los lejanos países escandinavos para encontrar estos misterios, también en nuestro Mediterráneo tenemos unas buenas muestras de todo ello. Fue el genial D. Antonio Ribera el que en su libro “Los Doce Triángulos de la Muerte” nos pone al corriente del significado y realidad de los Objetos Submarinos No Identificados (OSNIs).En nuestro mar Mediterráneo se produjeron choques con misteriosos objetos submarinos no identificados allá por la década de los 70. El buque tunecino “Tabarca” y el italiano “Angelino Lauro” sufrieron en sus cascos el ataque de esta versión submarina de los Ovnis. En España se tiene registrados varios casos oficialmente, uno de ellos es el que se produjo en la localidad de Alcocebre (Castellón) en este bello lugar un pescador pudo ver el 26 de Julio de 1970 (Domingo) un gran objeto alargado que descansaba sobre el fondo marino. Completamente metálico sin soladuras ni remaches llamó poderosamente la atención del testigo, al día siguiente había desaparecido...
Otro caso registrado se produjo en aguas murcianas, el tarraconense –afincado en Murcia- D. Francisco Simó Orts, más conocido como “Paco el de la Bomba” por ser la persona que señaló el lugar donde se podía ubicar -aproximadamente- la cuarta bomba H perdida en la colisión aérea en el B52 y la nave KC135 sobre la localidad de Palomares el 17 de enero de 1966.
La historia de D. Francisco Simó en sencilla, se encontraba en Cabo Cope faenando el 12 de Octubre de 1967 con su embarcación “Agustín y Rosa” -de unos 20 mts. de eslora y 70 toneladas- cuando atraparon en sus redes lo que en un principio creyeron que podía ser un extraño animal que tiraba con fuerza de ellos hacia aguas argelinas. Al no poder liberarse de él y existir un calado de 900 metros de profundidad, nuestro protagonista que desde el acontecimiento de la temida bomba atómica perdida había conservado buenas amistades entre los cargos de la Armada Española, decidió llamar por radio en solicitud de ayuda. De inmediato de desplazó un dispositivo militar de considerables proporciones en auxilio de la embarcación de pesca en peligro. Tras poder liberarse de su “lastre” se comprobó como las redes aparecían (aparejos) cortados como por unas tijeras gigantes de forma limpia y todos se preguntaron cómo y que había podido tirar de su embarcación con tanta virulencia y cortar las redes de forma tan magistral... La historia de D. Francisco Simó pasará a los anales de la ufología como uno de los primeros encuentros cercanos con los denominados OSNIS.
En nuestro litoral gaditano-onubense también tenemos claros ejemplos de este fenómeno ufológico. Los OSNIs han sido divisados desde nuestras costas entre la sorpresa e incredulidad de los testigos. El pasado año fue vista en la playa de Matalascañas (Huelva) -a primeros de Septiembre de 1998 y al anochecer- una extraña formación luminosa compuesta por tres esferas luminosas que dejaban visible su estela submarina luminosa bajo el agua para ir poco a poco y separadamente emergiendo hasta quedar elevada sobre la superficie ,posteriormente F.J.G. e I.D.S. pudieron ver como las tres extrañas esferas se elevaban sobre el mar y con una bella alternancia de colores se dirigían hacia Huelva y Portugal al Oeste de nuestra Península...
Mirando atrás en el tiempo estas intrigantes luces han podido ser vistas en varias ocasiones misteriosas formaciones de nubes lenticulares que en formación surcaban nuestros cielos de forma antinatural al ir en sentido inverso a la dirección del viento... Caso como el registrado en Punta Umbría (Huelva) el día 18 de Agosto de 1999 por la familia de Agustín López. También Cádiz -según informó Federico Neddermann- se pudieron ver estas extrañas formaciones e incluso en la gaditana localidad de Sanlúcar de Barrameda.
También hemos tenido constancia de dos acontecimientos que están relacionados directamente con estos hechos y los misteriosos OSNIS. El primero de ellos lo tenemos el pasado día 25 de Agosto de 1999 (Miércoles) sobre las 14´15 h. Cuatro jóvenes sevillanos habían alquilado en la localidad gaditana de Chipiona una embarcación de recreo a pedales durante una hora .Se alejaron bastante de la costa y comenzaron a jugar en el agua teniendo a mano siempre la embarcación. Diego Moreno, Elena Delgado, Rafael Domínguez y Paula Gómez disfrutaban del día de playa (se encontraban de vacaciones la segunda quincena de Agosto en esta localidad) cuando bajo sus piernas vieron una extraña e intensa luz, alertados el grupo de jóvenes subieron a la embarcación y desde ella contemplaron la superficie como había algo que se movía bajo ellos de gran tamaño y que según nuestros testigos no podía ser ni el reflejo del sol ni ningún buzo con equipo de iluminación. Aquel objeto iba y venía y pasaba una y otra vez bajo la embarcación de pedales asustando a nuestros testigos que vieron como esta extraña luz iba de un lado a otro, daba vueltas en torno a ellos y les acosaba. Su susto concluyó cuando escucharon a una motora-zodiac de la Cruz Roja inquiriéndolos a acercarse a la línea de playa. En esos momentos la luz pareció esfumarse y concluyó el acoso a nuestros protagonistas. Al llegar a la playa pisaron tierra firme y dejaron el agua para otro día en el que tuvieran menos sobresaltos...
El segundo avistamiento-encuentro OSNI se produjo en la localidad de La Jara cerca de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda sobre las 20´40 he esta ocasión dos jóvenes que se encontraban paseando por la playa al atardecer vieron como una extraña esfera luminosa descendía lentamente y alternando sus colores al agua para sumergirse y bajo la superficie acuática comenzar a moverse en dirección y diagonal mar adentro por Chipiona. Amparo y José Joaquín Hidalgo aún no saben que pudo ser aquello que viniendo del cielo se sumergió bajo el mar para dirigirse -Dios sabe dónde- a algún punto oculto bajo aguas gaditanas...Dos nuevas pruebas de la real existencia bajo nuestras y en nuestras aguas del misterio de los OSNIs u Objetos Submarinos No Identificados.
En la noche del lunes 4 de Junio del 2001 se vio una extraña forma ovoide luminosa en las proximidades del Embalse de Bembezar, cerca del ufológico embalse del Retortillo. El testigo bajaba procedente de San Calixto en dirección a La Sevillana (localidades-pedanías de la Sierra Norte de Sevilla) cuando sobre las 21:50 h. pudo ver hacía el extremo sur del embalse una misterioso forma ovoide muy luminosa, de un color anaranjado-amarillento intenso. Joaquín R. D. pudo observar la evolución y trayectoria (sur -norte) del objeto durante unos segundos (30 seg. aprox.) para desaparecer de su visión. La misteriosa forma luminosa se movía de forma rápida y provocó interferencias en la radio del auto cuando –en cierta forma- sobrevoló el vehículo. En la fecha, hora y zona señalada no se produjeron vuelos ni experiencia militares. Se descarta tan inusual fenómeno como un caso de rareza metereológica.
Estudiando los numerosos casos de avistamientos registrados en las provincias andaluzas de Cádiz y Huelva, pude comprobar como el litoral de éstas es lugar habitual de una alta incidencia OVNI, como Objetos Voladores No Identificados. Desde hace décadas , el litoral gaditano-onubense es “visitado” de forma asidua por extrañas luces, objetos luminosos y formas voladoras de carácter y origen desconocido, al menos para nosotros...El lugar reúne una serie de características muy llamativas como pudieran ser la ubicación estratégica entre dos continentes, el paso del Estrecho de Gibraltar, bases extranjeras en “territorio español” (Gibraltar, Rota, Morón y la proximidad de Portugal) , campo habitual de experiencias con prototipos aéreos de aviones espías, numerosas instalaciones de generación eléctrica de muy diverso carácter (desde simples embalses a centrales hidráulicas o las energías alternativas como la eólica en Tarifa, centrales térmicas, etc...) , el entorno de protección mundial del Parque Nacional de Doñana, importantes instalaciones mineras en la zona (río Tinto -de auge y fama en la actualidad dadas sus condiciones de vida microbiológica en las proximidades del río según la NASA – o Aznalcóllar -“Boliden-Apirsa” de triste recuerdo-) ,la línea ortoténica que parte desde el entorno de Cádiz (según los estudios del francés Aimé Michel) y que recoge una alta casuística OVNI, la relevancia histórica de éstas dos provincias andaluzas y su posible relación con la mitológica Tartessos -que relacionan con la perdida Atlántida- en la desembocadura del Guadalquivir. Serían una serie de factores a analizar ya que los Objetos Volantes No Identificados “sienten” especial predilección a manifestarse cerca de éstos lugares...
Avistamientos como los observados cerca de nuestras costas o relativamente cerca como los son los recientes casos de Lora del Rio, Carmona, Cornisa del Aljarafe, Chipiona, Lebrija-Trebujena, Sanlúcar de Barrameda y otros tantos pueden tener un origen más cercano a nosotros de lo que en un primer momento podíamos imaginar. Tal vez nuestras aguas no sólo estén habitadas por peces...
Avistamientos durante julio de 2019
Los OVNIs visitan Cádiz
por José Manuel García Bautista
El verano es una época del año que invita a estar más tiempo disfrutando del frescor que se busca en la calle y de las bondades nocturnas del clima de Andalucía, especialmente relevante el que tenemos en Cádiz siempre que el “levante” otorgue su poderoso permiso.
Por eso es, estadísticamente hablando, la época del año donde más registros existen de avistamientos de OVNIs, atendiendo a su definición -objeto desconocido para el observador que se ve en el cielo y no se sabe lo que es- y donde la casuística sube de forma más exponencial al número de personas que hay en un determinado entorno.
Así en el mes de julio está dejando una serie avistamientos que son realmente significativos. El primero de ellos encontramos que la zona de Jerez iba a tener un particular encuentro. Se trataba de un grupo de jóvenes que se desplazaban, el día 2 de dicho mes, a la localidad de Chipiona. En el trayecto vieron como tras su automóvil se colocaba una luz, creyeron “que era otro vehículo desde la lejanía, pero aquella luz se fue haciendo más potente y no se veían los dos puntitos de luz de los faros, parecía que era uno solo, entonces uno de mis amigos dijo: “El de la moto podía quitar las largas” y me relajé un poco. Lo extraño es que cuando esa luz la teníamos encima pensando que nos iba a adelantar pues simplemente tomó altura, iluminó desde arriba mi coche y se perdió en el cielo. Fue cuando comenzamos a decir que era un OVNI y tuve que parar al lado de la carretera para recuperarme de la impresión”, decía Alberto López vivamente impresionado. La hora de su encuentro fue las 23:14 h. Por su alto grado de extrañeza no ha podido ser explicado satisfactoriamente.
El siguiente encuentro lo encontramos en la zona Sanlúcar de Barrameda, el el día 6 cuando una pareja, caminando por la orilla de la playa en torno a la medianoche, pudo ver un objeto luminoso que se movía bajo la superficie “era muy raro por que era como una luz que parpadeaba y que iba por el canal, por la línea de boyas que marcan con luces rojas y verdes, aquello se movía en línea recta, pulsando, y no dejaba de moverse” decía Manuel García en un momento en el que recordó “los programas de Iker Jiménez cuando hablan de objetos submarinos raros y de OVNIs”.
El último avistamiento lo encontramos en plena Bahía en el sector de su intrigante cráter, es aquí donde la noche del 10 al 11 se pudo ver extrañas luces en el cielo “que se movían de forma anárquica y los colores variaban del verde al azul… No eran drones, eran dos luces separadas, yo vuelo drones y se como son, además estaban a mucha altura, era imposible. Se veían desde lejos. Hacía giros tan cerrados que parecían ángulos imposibles. Aquello duró como un par de minutos y bajaron las luces como si cayeran al mar y se terminó” decía nuestro testigo en una zona donde expertos como Eugenio Belgrano han realizado muchas investigaciones y formulado hipótesis sobre este imán para los fenómenos aéreos desconocidos.
Son los avistamientos de un mes de julio tan atípico como rico en encuentros de este tipo, el fenómeno OVNI que no deja de asomarse por nuestras latitudes.