Pórtico Mendoza organiza su Encuentro de Ciencia Ficción
En la página del evento se enuncian los objetivos que se persiguen con el mismo:
- Generar un espacio de intercambio entre aficionados, académicos, artistas del género y público general (no importa tu nivel de estudio o tu planeta de procedencia)
- Difundir la producción local, regional y nacional de ciencia ficción
- Fortalecer la relación entre el ámbito científico-tecnológico y la ciencia ficción
- Difundir los estudios humanísticos acerca de las producciones artísticas relacionadas con la ciencia ficción, ya sea literatura, cine u otras artes.
Entre las actividades propuestas se encuentran las siguientes:
- Exposición multimedia de ponencias
- Mesas redondas sobre la temática, con invitados especiales
- Talleres y clínicas.
- Feria de artículos de temática de ciencia ficción
- Muestras de arte y performance
Los destinatarios a los cuales apela este encuentro son personas de cualquier planeta, entre 12 y 199 años. Escritores, artistas y editores relacionados con el género de la Ciencia Ficción. Profesores, graduados, estudiantes, investigadores, bibliotecarios. Aficionados y curiosos en general.
¡Están todos invitados!
Entrevista a Luis Emilio Annino en el programa radial "Misterios de mi país"
El sábado 11 de agosto de 2018 se realizó una entrevista durante el programa "Misterios de mi país", emitido por AM 1170 Radio Mi País, desde Hurlingham, provincia de Buenos Aires y repetidoras. Se trata de una producción del Grupo Aurora, con la conducción de Pablo Warmkraut y la participación en estudios de Antonio Pérez, Sergio Quiñones, Daniel Zapata, Nancy Benítez, Kevin Warmkraut y Leonardo Núñez.
Entre los temas tratados estuvieron el recuerdo del caso Peccinetti-Villegas, a 50 años del insigne encuentro cercano del tercer tipo mendocino, el empleo de la regresión hipnótica como herramienta de análisis, la interpretación de un misterioso grabado, ¿ganado mutilado en Mendoza?, la actualidad de la mutilación de ganado en el país, comentarios sobre los seis años y medio del Café Ufológico de Mendoza y las "Operaciones Suricatas", el hotspot del NW mendocino, OVNIs pre-1947 en Mendoza, la visita de J. Allen Hynek a la provincia en 1980 y 1982.
La segunda parte del programa tuvo como entrevistada a Andrea Pérez Simondini, quien se manifestó sobre el mencionado asunto de las mutilaciones de ganado en nuestro país.
A continuación, el audio de las entrevistas:
¿Existen los alienígenas? La mitad de los rusos cree que sí
El 45% de la población adulta de Rusia cree en la existencia de seres extraterrestres, el 18% de esas personas supone que las autoridades ocultan la llegada de alienígenas, dice un sondeo que efectuó el Centro ruso de Estudio de la Opinión Pública (VCIOM).
Otro 42% expresó la opinión de que los representantes de las civilizaciones extraterrestres, o no visitan la Tierra, o tales civilizaciones simplemente no existen, el restante 13% no supo definir su actitud hacia este asunto.
"El 45% de los encuestados cree en la existencia de los alienígenas, el 27% dijo que ellos se esconden de los terrícolas y el 18% supuso que los están ocultando las autoridades", se señala en el respectivo informe del VCIOM que obra en poder de Sputnik.
El sondeo se llevó a cabo entre el 29 y el 30 de mayo de 2018 mediante una entrevista telefónica y abarcó a 2.000 personas mayores de edad, el error estadístico no excede el 2,2%.
https://mundo.sputniknews.com/rusia/201807271080720937-que-opinan-rusos-sobre-existencia-de-seres-extraterrestres/
Alf, el extraterrestre más querido, está por volver a la TV
Revivir a la popular serie es uno de los planes de Warner Bros Television. ¿Se concretará?
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Warner Bros quiere reiniciar la clásica comedia "Alf".
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"No hay problemaaaa". Esas tres palabras formaron la respuesta extraterrestre, proveniente del planeta Melmac, más famosa de la televisión de los años '80.
Y parece que tampoco habrá inconveniente para dar a luz a uno de los proyectos más prometedores de la televisión actual: relanzar la comedia que brilló en la TV estadounidense entre 1986 y 1990.
Según informó la revista Variety, Warner Bros Television está en la primera etapa de desarrollar un reinicio de esta comedia clásica que, con el correr de los años, se transformó en un parte del paisaje de la cultura pop y es citada con frecuencia en filmes y espectáculos.
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Alf volvería a la pantalla chica.
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Las correrías de Alf (que significa Alien Life Form o Forma de Vida Extraterrestre) aún no tiene escritor vinculado al proyecto de esta reedición que busca repetir el éxito de las cuatro temporadas que abarcó 102 episodios.
El argumento trataba de un extraterrestre que aterrizó con su nave en el techo de la cochera de la familia Tanner, que habitan una cómoda residencia. Allí vivían el trabajador social Willie (Max Wright), su esposa Kate (Anne Schedeen), sus hijos Lynn (Andrea Elson) y Brian (Benji Gregory). Por último, Lucky/Suertudo, es el gato de la familia que vive escapando de Alf, ya que este se lo quiere comer.
Por más que WBT aún no hizo una declaración oficial al respecto se filtró que Alf emergería del Area 51, lugar en el que quedó cautivo desde el final de la serie original. Un eventual guión de la edición 2018/19 es confrontar los cambios culturales de 1990 a la fecha.
La serie creada por Tom Patchett y Paul Fusco (este último era la voz detrás del mítico personaje y titiritero en las imágenes en donde no aparecía de cuerpo completo) no contará con Michu Meszaros, el actor circense que le dio vida al muñeco cuando aparecía de cuerpo completo, ya que falleció en 2016.
Vale recordar que en 1996, salió el filme Proyecto: ALF, dirigida por Dick Lowry (y con guiones de Fusco-Patchett) que fue protagonizada por Paul Fusco, Ray Walston, Miguel Ferrer y Martin Sheen. Y, al igual que el futuro rebbot, era la continuación del último episodio de la serie televisiva. ¿Habrá problema con esta vuelta?
Space Invaders: el clásico inoxidable de los fichines cumple 40 años
En el verano de 1978 los extraterrestres llegaron a los fichines y cambiaron para siempre la historia del ocio electrónico.
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Space Invaders logró convertirse en un icono de la cultura popular.
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Unos extraterrestres descienden en formación dispuestos a destruir la Tierra. Desde la parte inferior de la pantalla, el jugador, parapetado entre unas defensas que poco a poco se van haciendo añicos, debe disparar con precisión para evitar que los invasores alcancen su objetivo. En el verano de 1978 los extraterrestres de Space Invaders cambian para siempre la historia del videojuego.
La llegada de los “marcianitos” —como así eran conocidos coloquialmente en habla hispana—, unida a los avances tecnológicos de aquel momento, como la estandarización de los microchips, propiciaron el comienzo de una de una época de efervescencia que inundaría los salones recreativos de todo el mundo. Fueron años de innovaciones tecnológicas, de personajes icónicos y de negocios multimillonarios. Las consolas domésticas empezaban a llegar de forma masiva a las casas, pero sus simplones juegos nada tienen que ver con aquello que los jugadores podían experimentar frente a una máquina arcade.
Años después de que la norteamericana ATARI lanzase PONG(1972), el primer juego de recreativa de éxito comercial de la historia, muchos ya estaban cansados de puntos moviéndose por la pantalla y de jugar una y otra vez a variantes de este título. Es entonces cuando un nuevo juego removió los cimientos de la incipiente industria del ocio electrónico y, por sorprendente que parezca, ese juego no vino de los Estados Unidos, sino de Japón.
Entre las razones que hicieron que Space Invaders fuera un descomunal éxito podría citarse su mecánica de juego, tan sencilla como tener que vaciar la pantalla de enemigos, pero al mismo tiempo tan intensa como adictiva. Una mecánica que acabaría dando forma a un género entero, los shoot ‘em ups, juegos de disparos en los que el jugador debe controlar a un personaje o a un vehículo, generalmente una nave espacial, que debe disparar a un enjambre de enemigos que se le vienen encima al tiempo que evita ser abatido.
Con la llegada de Space Invaders se revitalizó toda la industria del videojuego, pero, Taito, su compañía responsable, no era precisamente nueva en este negocio. Desde los años cincuenta llevaba dedicándose a la fabricación y distribución de máquinas electromecánicas, un sector que siempre había estado ligado al del videojuego. De hecho, el primer arcade japonés, Elepong(1973), una copia del PONG de ATRAI, estaba producido por esta compañía.
Un año después del estreno en cines de Star Wars (1977), la fantasía galáctica surgida de la mente de George Lucas ya formaba parte de la cultura popular. Tomohiro Nishikado ha citado en más de una ocasión la influencia de esta película en Space Invaders , como también de la clásica novela de ciencia ficción La Guerra de los Mundos (1987) del novelista inglés H.G. Wells, o incluso deBreak Out , el popular juego producido por ATARI al que este ingeniero japonés se propuso superar con su nueva creación.
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El japonés Tomohiro Nishikado, el padre de Space Invaders.
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Como muchos desarrolladores de esta época, Nishikado era un auténtico hombre orquesta. Fue capaz de encargarse del diseño del hardware, la programación, el sonido y el arte del juego, en este caso unos extraterrestres pixelados que acaban convirtiéndose en un verdadero icono de la cultura popular. Space Invaders fue el primer gran videojuego creado en Japón y sirvió de inspiración para toda la generación de brillantes creadores en este país.
Con alrededor de 350.000 máquinas vendidas y 2.000 millones de dólares de facturación en todo el mundo (¡en 1982!), Space Invaders es el segundo arcade de más éxito de todos los tiempos, solo por detrás Pac-Man (1980). Su éxito en Japón fue tal que propició la apertura de establecimientos consagrados únicamente a este juego. Un fenómeno que el mismo 1978 se extendería por todo el planeta y que culminaría con la llegada del juego a los sistemas domésticos. Sin ir más lejos, la versión de Space Invaders para la consola Atari 2600 fue el primer videojuego en alcanzar el millón de unidades vendidas.
La fiebre desatada por los marcianitos a finales de los setenta propició la aparición de decenas de títulos clónicos con invasores del espacio y mecánicas muy similares. Tanto es así, que aun hoy, siguen apareciendo nuevas versiones. Una de las últimas es Space Invaders Gigamax , una espectacular vuelta de tuerca sobre este clásico pensada para que diez jugadores cooperen entre sí, y que desde principios de 2018 puede jugarse en Tokyo proyectado sobre grandes edificios. Cuarenta años después, proteger la Tierra de una invasión sigue siendo algo muy divertido.
La científica que investiga en los Andes la vida extraterrestre
Nathalie Cabrol, una francesa que trabaja para la NASA, busca en la cordillera claves de un enigma universal.
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Nathalie Cabrol, en acción. La astrobióloga toma muestras de las lagunas de los Andes chilenos y bolivianos.
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En su oficina cuelgan dos fotos enmarcadas, en apariencia, idénticas. En las dos impacta un paisaje desértico. La tierra roja. Muy árida. Rugosa. Y un par de elevaciones importantes. La imagen de la derecha pertenece al volcán Acamarachi, en los Andes chilenos. La de la izquierda es de Marte. La foto del volcán la tomó la astrobióloga Nathalie Cabrol, en una de sus últimas expediciones para la NASA. La de la derecha, la captó un robot de la Exploración Rover, en otra expedición, para la NASA.
Alta, espigada y físico de deportista, Nathalie habla inglés con acento francés. Tiene 54 años, nació en las afueras de París y desde hace más de dos décadas vive en Estados Unidos, adonde llegó con una beca de la NASA. Hoy dirige el Centro Carl Sagan para el estudio de vida en el Universo, y es la primera mujer en la historia de la institución en ocupar este cargo. El SETI, fundado en 1984 por el astrónomo y astrofísico americano Carl Sagan, tiene sus oficinas en Mountain View, a una hora en auto de San Francisco. Aquí, en un ambiente de concentración donde no vuela una mosca, trabajan unos 130 científicos. Investigan rodeados de maquetas de telescopios, fotos sistema solar y de galaxias y estrellas tan bellas como lejanas.
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Cabrol en la sede del SETI, el programa de búsqueda de vida extraterrestre.
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Hace poco más de un año, Nathalie estuvo en los Andes chilenos. Sus ojos se encienden cuando cuenta cómo trepó el volcán Acamarachi, a casi 6 mil metros de altura. Hizo cumbre, se calzó su traje de buzo y se sumergió en la laguna que se forma en el cráter. Se bancó la escasez de oxígeno y extrajo unas cuantas muestras del cauce, a 4 °C. Con esos elementos, Nathalie salió a la superficie feliz. Son datos que procesará para entender cómo pudo ser la vida en Marte, hace millones de años.
¿Cómo terminó en los Andes para relacionarlo con la vida en Marte?
En los ’90 resonaba la idea de que, en el pasado, habían existido lagunas en Marte. Ahora son lagunas secas. Eso hizo preguntarme cómo explorar aquellos terrenos, sin tener que ir hasta Marte. Me seleccionaron para la Exploración Rover, que mandó sondas al planeta rojo, y de la cual aún soy miembro. Con un grupo de científicos investigamos si Marte era habitable. Si hubo vida ahí y cómo lo reconoceríamos hoy. Una Navidad fui a Francia de visita, y mi papá –que sabía que me gustan los documentales– puso en la TV un video del explorador Nicolas Hulot (ahora ministro de Transición Ecológica y Solidaria en Francia). Mostraba a Hulot en pleno cruce del desierto de Atacama. Escalaba el volcán Licancabur, en los Andes, límite de Bolivia y Chile. El Licancabur contiene, en su cráter, uno de los lagos más altos del mundo: 5.913 metros sobre el nivel del mar. Lo miré a mi marido y le dije: “Acá tenemos que ir”. El paisaje es completamente desértico y con lagunas, como debió haber sido en Marte, antes de que el clima las hiciera desaparecer. Volví a Estados Unidos y redacté el proyecto de cuatro hojas para la NASA: ir a estudiar esos volcanes, entender el entorno y descubrir cuál fue el efecto de la radiación en ellos.
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Objetivo: microbios. Este análisis es clave para entender cómo se dio la vida en Marte.
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¿Esta parte de los Andes es hoy como Marte era antes?
Estudiamos si el tipo de vida que hay allá pudo haberse dado en tiempos pasados de Marte. Hay coincidencias. En estas áreas hubo mucha evaporación y temperaturas muy extremas. Entonces, desde el 2000, viajamos todos los años y tomamos muestras. Mi esposo es hidrólogo y montañista. Él me enseñó a escalar y yo, que soy buzo, me sumerjo en el lago para tomar las muestras. Pasamos tres o cuatro días en el campamento en altura con un grupo de gente. Y de tres a seis semanas en la zona. Llevamos laboratorios portátiles y teléfono satelital. La última vez, tomamos muestras en el volcán Acamarachi, en Chile, de 5.950 metros de altura. Queda a 40 kilómetros de Argentina. Desde el campamento hemos visto unas tormentas eléctricas fabulosas del lado argentino.
¿Qué relación existe entre la vida pasada en Marte y la búsqueda de vida inteligente extraterrestre?
Es que yo estoy usando dos sombreros a la vez (ríe). Por un lado, apunto a explicar cómo los microorganismos o microbios sobrevivieron durante cuatro millones de años en Marte. Y, por el otro, buscamos vida inteligente extraterrestre. Y, lo más importante: buscamos la relación entre estas dos áreas. Me valgo de muchas disciplinas para responder una sola pregunta: ¿hay vida inteligente más allá de la Tierra?
¿Considera a los microbios vida inteligente?
Cualquier especie que haya sobrevivido cuatro millones de años tiene que tener cierta inteligencia. Definimos “inteligencia” por el modo en que reaccionamos, que nos organizamos, que vivimos o que actuamos. Sabemos que los monos, gorilas, chimpancés, delfines, ballenas y pulpos son inteligentes por la estructura que usan para comunicarse entre sí. Desde SETI investigamos cómo usar esa estructura o lenguaje para tratar de comunicarnos con especies extraterrestres.
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Cabrol, en las aguas de una laguna andina para tomar muestras del fondo.
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Todo depende de cómo definamos inteligencia, entonces.
Inteligencia es la conciencia que se tiene del entorno. Cuando se transforma en algo más, por ejemplo tener más espacio para sobrevivir, aparece la inteligencia. La inteligencia se adquiere con la evolución.
Cuanto más tiempo pase, ¿más posibilidades hay de encontrar vida inteligente?
Sí y no. Por un lado, para que haya vida compleja, me refiero a los animales, es necesario que pase tiempo. Porque el tiempo es evolución. Pero el tiempo también trae asociado eventos de azar como choque de asteroides, trastornos climáticos, erupciones o catástrofes. La vida simple (microorganismos y bacterias) es anterior y mucho más común. Es decir, más abundante en el Universo. Te apuesto que los microbios están por todos lados. El problema es que los microbios no construyen telescopios ni arman misiones espaciales.
Entonces, ¿será difícil encontrar vida inteligente compleja en el Universo?
Tomará más tiempo. Y eso posibilita que haya más eventos azarosos. Además, hay que ver si ellos, las especies inteligentes, también nos están buscando. Si son capaces de construir telescopios o de viajar en el espacio. Y, probablemente, no pensarán ni se verán físicamente como nosotros.
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Proyecto SETI: fue fundado por Carl Sagan y su sede está en California. Con estos radiotelescopios tratan de captar señales inteligentes del espacio.
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¿Podría, algún día, aparecer un E.T. o “marcianos”, o es un disparate?
Podría ser. Cuando vos y yo éramos chicos, sabíamos de Marte, Saturno, Júpiter y los planetas que veíamos con el telescopio. Luego, cuando yo tenía cinco años, vi caminar a Armstrong por la superficie lunar. Trajeron rocas. Y eso nos permitió estudiar ese lugar. Luego, hubo otras misiones espaciales. Más tarde, se desarrollaron telescopios muy potentes. Y se descubrieron los primeros planetas fuera del sistema solar. Hoy sabemos que hay muchos más planetas que estrellas. Habría, en promedio, unos cuatro planetas por estrella. O sea, tendríamos 400 billones de planetas. De ellos, un 10 % estaría en la “zona habitable”.
¿Es decir que hay alta probabilidad de que haya vida afuera?
El carbono, el hidrógeno y el oxígeno son los ladrillos de la vida. Y resultan muy, pero muy abundantes en el Universo. Hace billones de años, estos elementos se combinaron en la Tierra y dieron origen a la vida. Nadie sabe cómo fue, pero sucedió. Luego, la Tierra desarrolló microorganismos muy chicos, vida muy simple que estuvieron presentes durante el 75 % de la historia del planeta. Y, de repente, por alguna razón que todavía tiene que ser comprendida, irrumpió la vida compleja. Por ejemplo, los dinosaurios. Pero esto ocurrió muy tarde, recién en los últimos 500 millones de años de la historia de la Tierra.
¿Cómo serían esos otros seres inteligentes en el Universo?
Para contestar esa pregunta, hay que preguntarse por qué nosotros nos vemos así. La naturaleza siempre responde a su entorno, a su ambiente. Nuestro esqueleto responde a la gravedad. La palabra clave es coevolución: vida y entorno. La vida evoluciona hacia un modo más complejo. Es más ocasional que la vida simple. Pero compensa. Es decir, somos pocos pero tenemos un cerebro y capacidad para tratar de entender a otras especies. Nuestra habilidad para encontrar a otras especies también depende de cuánto tiempo lleven esas otras especies existiendo. Y de si ellas nos están buscando, o no.
¿Puede ser que ellos no quisieran buscarnos?
Las civilizaciones pueden estar visibles o pueden desaparecer. Básicamente por dos razones. La primera es que se destruyen a sí mismas. Destruyen el entorno. Y la otra: se vuelven muy, pero muy inteligentes. Aprenden a vivir en armonía con el entorno. Se vuelven invisibles para el espectro de ondas electromagnéticas con que los buscamos. Además, en astronomía, la distancia significa tiempo. Una estrella que vemos hoy, quizá ya se apagó hace millones de años. Probablemente, en el Universo, seamos algunas cuantas civilizaciones. Pero tendríamos que estar buscándonos unos a otros en el mismo tiempo-distancia para encontrarnos. Y también pensar que, en el otro planeta, realmente quieran hablarnos. Si yo fuera ellos, no lo haría. Como planeta, estamos en plena crisis de la adolescencia.
¿Necesitamos madurar como planeta?
Las especies son nuestro futuro y todavía no asumimos que tenemos responsabilidades. Disponemos de aparatología o tecnología inteligente, pero no entendimos que hay que usarlas responsablemente. Comprender que somos parte de la biósfera. Nuestro planeta no está en riesgo porque el planeta se adaptará solo. Los que estamos en riesgo somos nosotros, que volvimos peligroso el medio ambiente. Si no podemos protegerlo, el medio ambiente se va a ir y nosotros nos iremos con él. Nuestra población tal vez sea tres veces mayor de lo que la Tierra puede aceptar para sostenernos. Hemos empezado a agotar las fuentes del planeta. Y la tecnología no lo puede compensar.
¿Cree en Dios? ¿Cuál es el origen del Universo?
No soy religiosa pero sí espiritual. La religión es dogma. Y la ciencia, en cambio, está para ser cuestionada. Como científica me interesa la religión porque es otra hipótesis. Se puede estudiar la teoría religiosa con métodos científicos.
¿De dónde surge su espiritualidad?
Así como toda la vida quise ser astrónoma, mi espiritualidad siempre estuvo y está conmigo. No la puedo separar.
Ser científica y una persona espiritual, ¿resultan opuestos?
Para nada. La espiritualidad es cómo percibimos el mundo. Estar vivo es ser una persona espiritual.
¿Tiene miedo a algo?
No. Soy una exploradora.
¿Hubo vida en la Luna?
Es posible que el satélite de la Tierra haya albergado vida unos 3.500 millones de años atrás.
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Luna llena (Royal Observatory Greenwich).
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La Luna pudo haber albergado vida en un pasado lejano, cuando hace unos 3.500 millones de años tenía una actividad volcánica que liberaba a la superficie gas y vapor.
Eso surge de un estudio publicado en la revista Astrobiology, conducido por un grupo de la Universidad del Estado de Washington, coordinado por el astrobiólogo Dirk Schulze-Makuch, en colaboración con la Universidad de Londres. Los astrobiólogos analizaron numerosas rocas lunares recogidas en el pasado por las misiones Apollo y los datos de misiones más recientes, hallando en la Luna trazas de actividad volcánica.
Según los autores del estudio, estas emisiones podrían haber creado "pozos de agua líquida en la superficie y una atmósfera bastante densa para mantenerla en estado líquido por millones de años, precondición para la aparición de la vida".
Otro factor a favor de la presencia de vida es la posible existencia en la Luna en el pasado de un campo magnético, capaz de blindar la superficie del viento solar.
El escenario más verosímil, sin embargo, según concluyó Schulze-Makuch, "es que la vida no haya nacido en la Luna, sino que haya llovido del cielo a bordo de un meteorito", hallando luego condiciones para adaptarse.
A casi 50 años del primer desembarco en la Luna, Estados Unidos ya trabaja para regresar al satélite de la Tierra, esta vez en misiones robóticas destinadas a sentar las bases para futuras exploraciones humanas.
Estas nuevas misiones, según los autores, podrían proveer importantes indicios sobre la eventual presencia de vida en el pasado lunar.
Chile
Falleció el reconocido y destacado ufólogo magallánico Eugenio Bahamonde Pérez
Era conocido y respetado a nivel nacional e internacional por ser uno de los investigadores de mayor trayectoria en el tema. Eugenio comenzó en 1974, con el mítico programa de Radio Presidente Ibáñez “El Club de lo Desconocido”, donde cada semana compartía con sus auditores los más impactantes casos de OVNIs y fenómenos paranormales, enfocándose principalmente en el acontecer local y regional. Fue de esta manera que este investigador natalino radicado en Punta Arenas se adentró en uno de los casos más espectaculares de la Ovnilogía chilena, investigación por la cual es reconocido en todo nuestro país: el caso Juan Maldonado.
En una de las entrevistas que se le realizó por la revista El keltehue, contó sobre sus inicios en el campo de la ovnilogía “Me interesé por el tema a raíz de un avistamiento OVNI que tuve el año 1954, en la plaza de Armas de Punta Arenas. Luego de eso en mi época de estudiante tuve la opción de realizar un curso de astronomía en Santiago, donde junto al destacado profesor Rodrigo de la Vega pude concluir que lo que yo había visto era efectivamente un ovni. Posteriormente, y como muchos investigadores, comencé a juntar toda la información con respecto al tema, sean diarios, revistas, videos, programas radiales y un largo etcétera."
http://www.radiopolar.com/noticia_143730.html#0
El pasado 27 de julio nos enteramos de la triste noticia acerca del deceso del ufólogo uruguayo Germán Vázquez Quartiani, de quien tuve la fortuna de contar con su amistad, a distancia y a través de la red social, algo propio de estos tiempos. Una persona de fuertes convicciones, honesta y respetable, era ampliamente reconocida por sus colegas y amigos, entre quienes se encuentra Milton Hourcade, que compartió los siguientes pensamientos sobre el desaparecido investigador: