lunes, 30 de septiembre de 2024

¿Actividad OVNI?: Hallan extraño círculo en campo de Huinca Renancó

La Pampa
¿Actividad OVNI?: Hallan extraño círculo en campo de Huinca Renancó




Un extraño suceso se registró en las últimas horas en la localidad cordobesa de Huinca Renancó: un productor del sector sur detectó un extraño círculo de pastura seca y cortada sobre la superficie.

El productor agrícola registró en video el suceso y el medio IR Noticias Centro lo replicó.




El suceso llamó la atención en la localidad, ubicada a pocos kilómetros del ímite con La Pampa. También, se resaltó que este peculiar hecho ocurrió poco después de que un productor pampeano hallara 29 vacunos muertos, tres de los cuales estaban mutilados, en un campo en cercanías a La Reforma.



La danza de los siete platos voladores: el avistaje de OVNIs en Miramar que estremeció a la Argentina en 1975

La danza de los siete platos voladores: el avistaje de OVNIs en Miramar que estremeció a la Argentina en 1975
Hace 49 años, un fenómeno inexplicable atrajo la atención de ufólogos y periodistas a la costa atlántica argentina: así ocurrió el evento paranormal, según los protagonistas del hecho.
por Facundo Di Genova



La noche del viernes 28 de febrero de 1975, testigos afirmaron haber visto una serie de naves espaciales jamás identificadas hasta la fecha. Una de ellas, luminosa, rodeada de vapor, recorría a baja altura el arroyo El Durazno, y descendía, luego, en un campo cercano a la ciudad de Miramar, en la provincia de Buenos Aires.

La danza de los siete platos voladores, como se conoció la historia, llegó a los diarios de Mar del Plata. El ufólogo más conocido de la época, Fabio Zerpa, la publicó en la revista Cuarta dimensión, y el trisemanario sensacionalista Así, creado por Héctor Ricardo García, no se privó de darle amplia cobertura.

Juan Andrés Gregorini fue el principal narrador de los hechos que habían acontecido a metros de su casilla en una zona de quintas, cercana a la vía del ferrocarril que venía desde Constitución. Entonces, él era un joven de 32 años. Desde que dio el último reportaje, cuando finalizaba el verano del 1975, nunca más volvió a hablar públicamente del tema, hasta ahora.

Es que estaba enojado, Gregorini. La prensa había tratado el avistamiento OVNI de Miramar como un relato fantástico. La mayoría de los testigos prefirió callar y él había quedado como un loco.

“Lo vi perfectamente, estuvo más o menos 40 segundos, como flotando sobre el arroyo, a metro y medio del agua. Tenía un color como de la luna llena, plateado fuerte”, dice, 45 años después, a LA NACIÓN.


Portada de la revista Cuarta dimensión #27 de 1975, donde se publicó el reportaje sobre el avistamiento en Miramar

“Me enojé con los periodistas porque publicaron algo que parecía mentira”, cuenta Gregorini. Con 77 años, reafirma todavía con más fuerza todo cuanto vio aquel viernes de febrero.

Luego de la publicación del hecho, Miramar se llenó de ufólogos, periodistas e investigadores de todo el país que buscaban reportar un misterioso fenómeno que, más allá de las fantasías sensacionalistas, parecía bien argumentado y documentado; tanto así, que contribuyó a fundar la leyenda sobre el especial magnetismo de la zona.

El evento en sí, el sobrevuelo de las naves no identificadas, su aterrizaje y posterior despegue a velocidades inimaginadas, había dejado, también, sus huellas sobre la tierra: círculos de hasta 15 metros de diámetro con la aparición desproporcionada de hongos que crecían en su circunferencia comenzaron a proliferar en el área campera frente al parque Bristol.

Incluso con algunas desmentidas posteriores, el suceso nunca logró falsearse y figura en las listas de los acontecimientos inexplicables más importantes de la historia OVNI de la República Argentina, de acuerdo con la recopilación casuística de diferentes expertos.

OVNIs en Miramar, entre el vapor y los chispazos

“Sigo viviendo en el mismo lugar. Antes era todo campo, criábamos animales, gallinas, palomas mensajeras, chanchos. Esa noche salgo a mirar que estuviese todo bien porque no teníamos luz eléctrica, yo usaba un farol a gas”, dice Gregorini, de fugaz paso por la policía provincial, joven albañil y chapista de oficio, ahora jubilado y cultor de la radioafición.

“Al principio pensé que venía alguien en un auto, pero cuando me acerco, al lado de un montecito de meoporos, veo un aparato impresionante, grande como un colectivo, sobrevolando el arroyo. Me quedé quieto del susto”.

“Estaba envuelto en un vapor que salía del arroyo. De repente se dirige hacia arriba a una velocidad increíble y ahí empecé a los gritos. Salió mi mujer con los nenes chiquitos, mi suegra que era mayor se tropezó y cayó al piso. Era un despelote, todos lloraban, y entonces lo vimos sobrevolando la ciudad, hizo un giro, volvió y aterrizó en el campo de enfrente, para el lado de la estación de tren”.

“Para ver mejor me subí al techo de la letrina que era de material, vivíamos en una casilla mientras nos hacíamos la casa. Pero no veía nada, entonces me voy corriendo para lo de mi hermana, que era la casera de la quinta; le aviso y salgo para el terraplén de la vía. Ahí todos lo vimos perfectamente, éramos como seis personas”, recuerda Gregorini.


Juan Andrés Gregorini, el principal testigo del avistamiento del 28 de febrero de 1975 (Ana Montesinos)

A Fernando Teryda le apasionaba lo desconocido. En esa época tenía 17 años y fue a él a quien Zerpa le encargó el reportaje, que finalmente salió en el número 27 de Cuarta dimensión. “En ese momento había una mística, había cosas que no tenían respuestas y eso me entusiasmaba. Después, con los años, me hice más escéptico”, cuenta Teryda, hoy contador y buzo aficionado.

“Nunca se pudo demostrar nada”, resume.

Además del principal testigo, y del redactor de un extenso reporte para la revista especializada de la época, LA NACIÓN conversó con Ana Montesinos, en aquel entonces fotógrafa del diario La Capital y la única que logró registrar los “anillos de las brujas”, como les llamaba Zerpa.

“Fueron varias apariciones durante unos meses del verano del 75, yo hice una investigación por los campos linderos, porque había mucha gente que veía luces de noche durante la misma época, entre el arroyo El Durazno y Las Brusquitas. Hice largas guardias de noche, y la verdad, nunca vi nada”.

“Pero sí tomé las fotos del anillo y de los hongos, y en el círculo había cuatro marcas de apoyo, con el pasto como quemado, pero no estaba quemado. Incluso había plantas de eucalipto cerca medio marchitas”, describe Montesinos.


El "anillo de las brujas" fotografiado por Ana Montesinos (Ana Montesinos)


Los anillos de “las brujas”

El avistamiento de aquel viernes 28 de febrero de 1975 relatado por Gregorini venía a confirmar que la ciudad de Miramar, pero también la zona comprendida por el bosque, Mar del Sud y alrededores, tenía algún tipo de magnetismo que atraía a naves desconocidas nunca identificadas.

El 21 de junio 1968 a la una de la mañana, entre las calles 26 y 3 de la ciudad que es la cabecera de General Alvarado, Rodolfo Fito Vivas casi se muere del susto. Andaba en bicicleta después de jugar al truco con un amigo cuando se le apareció una nave que flotaba a 40 centímetros del suelo y la fuerza de su paso lo tumbó a un costado del camino.

“Estaba muy asustado y al mismo tiempo escuchaba un silbido como el que efectúan los aviones a reacción. El silbido se hizo más intenso de repente y el plato volador levantó vuelo oblicuamente; después, en forma de zigzag, se alejó a una velocidad fantástica. Seguí en el mismo lugar y estaba como aturdido. Yo no sabía lo que era tener miedo hasta ese momento”, le contó Fito a Andrea Simondini, investigadora de la Comisión de Estudios del Fenómeno Ovni (CEFORA).

Este hecho también figura como verídico en la literatura ufológica nacional, fue estudiado por la Fuerza Aérea Argentina y, junto al caso de 1975, motivaron una verdadera fiebre OVNI en la Costa Atlántica.


Hongo gigantes en los campos de Miramar fotografiados por Montesinos en el verano de 1975 (Ana Montesinos)

Sobre los círculos con hongos, Simondini dice a LA NACIÓN que “existen peritajes sobre estas anomalías que aparecen luego de un avistamiento”. En ese sentido, recuerda que, en toda investigación sobre el tema, lo primero que se descarta es que la evidencia haya sido ocasionada por fenómenos terrestres, químicos y biológicos.

“En todos los casos donde se estudiaron estos círculos, se encontró que fueron provocados por una energía de microondas que altera la composición físico química del suelo. Por ejemplo, se duplica el valor del fósforo y hay deshidratación, se concentra la salinidad, y esto explica por qué después no crece nada en mucho tiempo”.

“Esta energía no quema el suelo sino que lo deshidrata, e incluso suele modificar el pH. Otro elemento asociado luego de los avistamientos y de la aparición de los círculos es la reducción del agua de los bañados o los tanques australianos”, agrega.

A estos “anillos de las brujas” que fotografió Montesinos se los suele desacreditar con la explicación sobre los “círculos de hadas”, una formación más pequeña que tiene sentido desde la explicación biológica sobre el comportamiento de las pasturas, los microorganismos y los hongos.

“Esa explicación es la que suelen argumentar los negadores de estos fenómenos”, cuenta un exasesor de la Comisión Oficial sobre Fenómenos Aeroespaciales de la FFAA que pide reserva de su nombre.

“En general, los ‘anillos de hadas’ tienen un metro y medio y van aumentando con el correr de los meses, no aparecen de la noche a la mañana como ocurre luego de un avistamiento”, explica.

Una nave se sumerge en el mar

En la Argentina existen más de 2000 casos documentados de aterrizajes de objetos desconocidos, y en Miramar, como se ha evidenciado, hay al menos dos. Pero lo que presenció Mariano A. en el bosque en 1978 no figura en ningún registro, porque nunca lo contó hasta este momento.

De pequeño, él vio en persona los círculos con hongos y aquel año experimentó un avistaje en el bosque de Miramar que todavía lo moviliza.

“Teníamos la costumbre de ir a buscar leña y hongos de la variedad esponja al bosque de Miramar, que secábamos para hacer unas ricas salsas”, narra.

“En un momento, mi hermano nos llamó desde una elevación muy cerca del mar, y empezamos a mirar hacia el horizonte, donde se veía una forma gigantesca a unos 500 metros de la orilla, era una nave que iba descendiendo desde el cielo”.

“Bajó hacia el mar despacio y de repente se posa como si fuera un barco y se empieza a hundir. Tenía forma de disco gigante, no tenía colores, como si se hubiera mimetizado con el horizonte y el color del mar, pero con tonos más oscuros y un contorno perfecto del tamaño de un barco petrolero”.

“Nos quedamos en silencio y tardamos en recuperar el habla, a pesar de nuestra ansiedad de chicos. Nunca se lo comentamos a nadie hasta hoy, solo quedó el comentario dentro de la familia”, admite.

Gregorini le da crédito al relato de Mariano porque ya lo ha escuchado de distintas voces y es que, en el bosque, según parece, son frecuentes este tipo de apariciones.

“Después de lo que vi, hablé con mucha gente que había visto OVNIs en la zona, pero ellos no se animan a hablar por miedo al ridículo”, dice Gregorini.

Tiempo después, durante los largos ochenta, incluso se habló de que investigadores de la NASA habían visitado el vivero dunícola Florentino Ameghino, que dio origen al bosque energético a principios del siglo XX para fijar las dunas, pero lo cierto es que no hay hasta ahora documento alguno que acredite la visita de expertos internacionales.

También circuló la hipótesis de la caída de un gran meteorito que provocó ese fuerte magnetismo, parte de la misma lluvia que impactó en Chaco y Santiago del Estero hace cuatro mil años tras la explosión de un asteroide, aunque el hecho es frecuentemente explicado desde el punto de vista más escéptico: la abundancia de mineral de hierro en las arenas de la costa.


El fenómeno de las ramitas que se "imantan" entre sí es un clásico del bosque energético de Miramar (Daniela Chueke Perles)

“Sería egoísta no querer entender que hay mucha más vida allá afuera de la que hay dentro de nuestro planeta. Estoy convencido de que en algún momento vamos a poder ver a los tripulantes de esas naves”, sostiene Mariano, y agrega que actualmente siguen viéndose estos fenómenos que los incrédulos intentan desacreditar con argumentos del tipo “son los satélites de Elon Musk”, “son estrellas o cometas”, cuando todos ellos, en realidad, “tienen trayectorias muy definidas”.

“Solo hay que observar y querer comprender, hay más de lo que se sabe”, cierra Mariano.

Gregorini es más directo. “Yo de esto no hablé nunca más, porque me he encontrado con cada uno que le busca la quinta pata al gato. Yo cuento lo que vi, y eso no se me olvida nunca más en la vida”.



Cuando José De Zer llegó a Pilar en busca de los enanitos verdes

Cuando José De Zer llegó a Pilar en busca de los enanitos verdes
Se estrenó una película protagonizada por Leonardo Sbaraglia sobre el mítico cronista de Nuevediario. Interesado por lo sobrenatural, a mediados de los ’80 revolucionó Villa Verde.


Leonardo Sbaraglia y José De Zer. Ficción y realidad se mezclaban en Nuevediario.

Su cuerpo flaco y encorvado, sosteniendo un micrófono y jadeando mientras le pedía al camarógrafo que lo siguiera es una marca registrada de la TV de los ’80: José De Zer, cronista estrella de Nuevediario, viajó por el país ofreciendo relatos sobrenaturales. Desde el cerro Uritorco a La Plata, desde Capital hasta… Pilar.

Esta semana se estrenó en cines “El hombre que amaba los platos voladores”, película basada en De Zer e interpretada por Leonardo Sbaraglia, entrañable tributo a un personaje que quedó en la memoria de todos. A Netflix llegará pronto, el 18 de octubre.


Leonardo Sbaraglia se pone en la piel de José De Zer, quien en los '80 recorrió el país, incluyendo a Pilar.

Enanitos

Editado en 2021, “Pilar, un libro de historias” (escrito por Alejandro Lafourcade y Sergio Abrate) dedicó uno de sus capítulos a la llegada de José De Zer a Pilar, aquel verano en el que Villa Verde se conmocionó por la aparición de luces misteriosas que se movían en la oscuridad. Fue el furor por los “enanitos verdes”.

Ya algo borroso por el paso del tiempo, el hecho todavía es recordado por los pilarenses mayores de 40 años, quienes al igual que el resto consumían los informes de De Zer en épocas de cinco canales de aire y pantallas de –como mucho- 20 pulgadas.

Cuenta la leyenda que todo se inició una tarde-noche de verano. En un descampado del barrio Villa Verde, un grupo de chicos que jugaban y recorrían la zona se espantó ante un espectáculo inesperado: la aparición, a varios metros de distancia, de unas extrañas luces que parecían bailar entre los pastizales.

Espantados, algunos pibes se cayeron en la huida, raspándose en brazos y piernas pero sin dejar de correr. Todos llegaron llorando a sus casas, diciendo que habían visto unas luces extrañas en aquel campito. Algunos de ellos, además, afirmaron haber visto siluetas de figuras atemorizantes, a pesar de su reducido tamaño.

Nacía para siempre el mito de los enanitos verdes, mote que para ese entonces se le había puesto a toda forma de vida extraterrestre, adoptado además por la banda de pop mendocina que en ese entonces tenía su momento de gloria.

Casi famosos

Apenas se echó a rodar el rumor, los vecinos de Villa Verde y otros barrios se acercaron al descampado con la ilusión de ver a los enanitos verdes, o al menos a aquellas misteriosas luces. Una de las teorías más descabelladas hablaba de un laboratorio subterráneo lindero a la fábrica Yaku –en el barrio Morelli-, de donde se habían escapado unos monos que estaban siendo sometidos a diferentes experimentos.

Enterado de las versiones, a Pilar llegó José De Zer acompañado por Chango, su camarógrafo, personaje tan mítico como él. Sin embargo, tras un par de días de revuelo, la pareja debió volverse con las manos vacías y encarar hacia otros pagos en busca de más historias fascinantes.

Detrás de escena

Ya desde hace décadas Alejandro Dolina los definió como “los refutadores de leyendas”: es decir, gente experta en derribar mitos, en descorrer el velo de los misterios que apasionan a los hombres. Si bien Dolina los situaba en Villa del Parque, los refutadores de leyendas se multiplican por todas partes.

En este caso, el refutador es J.D.R., vecino que se atribuye haber provocado el fenómeno de los enanitos verdes. Al parecer, el hombre estaba esa tarde-noche de verano tomando mates con un amigo en un terreno de grandes dimensiones, en el que sólo había una casa en medio del descampado. “Vimos a unos pibes vecinos recorriendo en el campito –contaba en más de un asado posterior-, y nosotros teníamos esas linternas grandes con manija, que tienen una gran potencia. Los dos empezamos a hacerles luces, pero los chicos se asustaron y salieron corriendo...”.

Ante esa reacción, los jóvenes decidieron redoblar la apuesta, y al día siguiente colgaron pedazos de espejos en los árboles, para reflejar en ellos las luces de sus linternas. “Dos o tres días después llegaron la policía y la televisión. Nos asustamos por el revuelo que causamos y por eso dejamos de hacerlo”.

Más allá de las luces y los espejos, nunca quedó claro qué es lo que vieron los chicos para decir que en el lugar había “enanitos verdes”. Mientras tanto, los pilarenses siguieron firmes frente al televisor siguiendo bien de cerca las aventuras de De Zer y su inseparable Chango.



domingo, 29 de septiembre de 2024

La fe católica no es ajena al universo

La fe católica no es ajena al universo
La verdad es que los católicos no somos enemigos de la ciencia. En todo caso, somos, y hemos sido durante siglos, sus mayores defensores.
por Jeremy Wayne Tate, Jeff Kleck


Una ilustración del telescopio espacial James Webb desplegado en el espacio. (foto: Adriana Manrique Gutiérrez/NASA Animator / Wikimedia Commons/CC BY 4.0)

El telescopio espacial James Webb podría estar acercándose al descubrimiento de un planeta capaz de albergar vida, más recientemente a través de su estudio del exoplaneta K2-18b en la zona habitable donde podría existir agua líquida superficial alrededor de su estrella.

Nuestra fe se centra en la redención del hombre por parte de Dios en la Tierra que él creó. Por lo tanto, esto plantea la pregunta: ¿puede el catolicismo mantenerse en pie si los astrónomos descubren vida extraterrestre?

Para responder a esa pregunta, no tenemos que mirar más allá de unos pocos kilómetros fuera de Roma, al Observatorio Vaticano en Albano Laziale, el último de una larga lista de observatorios papales.

Aunque los astrónomos del Vaticano ahora viajan al desierto de Arizona para estudiar las estrellas lejos de la contaminación lumínica, el observatorio se erige como un monumento físico de que la Iglesia Católica no solo da la bienvenida a los descubrimientos astronómicos, sino que ella misma investiga los secretos del universo. Y sea lo que sea que encontremos allí en K2-18b o más allá, ya sea vida extraterrestre o nada en absoluto, nuestra fe es lo suficientemente grande para todo lo que Dios hizo.

Grandes científicos católicos

De hecho, no importa cuánto la cultura popular intente difamar a la Iglesia como enemiga de la ciencia, los católicos siempre han abrazado enfáticamente el descubrimiento científico.

Casi todo el mundo ha oído hablar de la teoría del "Big Bang" para describir los primeros momentos del universo, y algunos creen falsamente que esta teoría contradice la narrativa bíblica de la creación del Génesis. Lo que la mayoría no sabe es que la teoría del Big Bang fue propuesta por un sacerdote y astrónomo belga llamado Georges Lemaître. Lejos de contradecir el poder creador de Dios, el padre Lemaître describió cómo la expansión del universo —algo que la teoría del Big Bang propone explicar— sólo puede darse si el universo mismo fue creado.

Asimismo, Nicolás Copérnico fue más que un astrónomo temprano que propuso la teoría heliocéntrica del sistema solar. También fue canónigo de la Iglesia, lo que en ese momento significaba que había sido ordenado en las órdenes menores. Las autoridades eclesiásticas no vieron su teoría heliocéntrica como una amenaza. En realidad, el Papa dio la bienvenida al descubrimiento de Copérnico mientras que un cardenal instó al astrónomo a compartir su teoría por todas partes.

Angelo Secchi fue un padre sacerdotal en la Iglesia y también el padre de la astrofísica, que creó una novedosa clasificación de las estrellas por sus espectros, estableció una red temprana de estaciones meteorológicas y diseñó instrumentos para medir el campo magnético de la Tierra.

Fuera del ámbito de la astronomía, fue un fraile agustino llamado Gregor Mendel quien fue pionero en la genética moderna, un jesuita llamado Roger Boscovich quien propuso la teoría atómica temprana, y otro jesuita llamado Francesco Maria Grimaldi quien descubrió que la luz se comporta como una onda.

Ya en el siglo V, el mundo católico estaba involucrado en el “Debate de las Antípodas”, una controversia, en palabras de San Agustín, sobre si había “hombres en el lado opuesto de la tierra, donde el sol sale cuando se pone sobre nosotros, hombres que caminan con sus pies opuestos a los nuestros”.

(Si bien San Agustín estaba abierto a las pruebas de que la Tierra es redonda, era escéptico de que hubiera hombres en el otro lado que pudieran haber atravesado “la inmensa extensión del océano” para propagar la raza humana descendiente de Adán, una duda comprensible para alguien que no conocía el estrecho de Bering ni la navegación polinesia de larga distancia).

La verdad es que los católicos no somos enemigos de la ciencia. En todo caso, somos, y hemos sido durante siglos, sus mayores defensores. Y eso solo se ha vuelto más evidente en la era moderna, lo que nos lleva de nuevo al Observatorio Vaticano.

CatholicTech

A poca distancia de la sede de la Santa Sede para la investigación astronómica en las afueras de Roma se encuentra la institución científica más reciente del catolicismo, el Instituto Católico de Tecnología, una universidad completamente nueva dedicada a la formación de la próxima generación de Lemaîtres, Copérnicos y Secchis.

La ubicación de CatholicTech tiene un propósito. Allí, los estudiantes pueden inspirarse en el observatorio cercano no solo como un monumento físico de la historia científica católica, sino también porque la Fundación del Observatorio Vaticano sigue siendo una institución de investigación en funcionamiento. Financia programas educativos, publica artículos sobre astronomía y apoya el Telescopio de Tecnología Avanzada del Vaticano (VATT), diseñado con una óptica gregoriana innovadora que todavía se utiliza en los telescopios terrestres más modernos que se construyen en la actualidad.


La fachada del Palacio Apostólico, con la cúpula del Observatorio Vaticano detrás, se ve en Castel Gandolfo, Italia. (Foto: Solo Fabrizio)

El puesto de avanzada científico en expansión en los Montes Albanos de Italia demuestra que el apetito de la Iglesia por el descubrimiento está vivo y en aumento en el siglo XXI.

Por lo tanto, si bien el VATT terrestre puede no superar al James Webb en el espacio en la búsqueda de vida extraterrestre, si es que existe esa vida, cuando se haga un descubrimiento de ese tipo podemos garantizar una cosa: la Iglesia acogerá esta expansión del conocimiento como siempre lo ha hecho, con amor por la verdad, asombro agradecido por la creación y una fe tan grande como el universo que Dios creó.

Jeff Kleck, Ph.D., es un empresario de Silicon Valley, profesor adjunto en la Universidad de Stanford y decano académico en el Instituto Católico de Tecnología. Jeremy Wayne Tate es el fundador y director ejecutivo de Classic Learning Test (CLT), una alternativa centrada en las humanidades a los exámenes SAT y ACT, y miembro de la junta directiva de CatholicTech.




Modificado por orbitaceromendoza

Los contactos OVNI de Enrique Castillo Rincón

Revista Alternate Perceptions, septiembre de 2024
Los contactos OVNI de Enrique Castillo Rincón
por Richard W. Heiden




Este artículo está tomado de Cuarta Dimensión, no. 36 (impreso en octubre de 1976), pp. 19-34, “Un ingeniero colombiano revela sus contactos con seres extraterrestres”. El artículo consta de una breve introducción, una extensa transcripción de la entrevista de Fabio Zerpa al contactado Enrique Castillo Rincón, un mensaje de dos páginas del extraterrestre Krhisnamerk y varias ilustraciones. Zerpa no investigó los antecedentes de Castillo, etc., ni entrevistó a ninguna de las personas a las que les había informado por primera vez de los contactos (Zerpa era director del grupo OVNI de la ONIFE de Buenos Aires y editor de la revista).

Castillo fue orador en el Congreso OVNI de Acapulco, México, en abril de 1977, y lo escuché hablar allí. John Simhon (representante de APRO en Colombia) también estuvo presente y me dijo que se había hecho amigo de Castillo y que, de hecho, fue él quien investigó los casos OVNI para el grupo ICIFE de Castillo, ya que Castillo era incapaz de hacerlo. Simhon había hablado con Castillo sobre sus contactos muchas veces y, aunque era naturalmente desconfiado, aún no había encontrado una contradicción.

Muchos aspectos del caso son bien conocidos en la literatura OVNI, pero ni Castillo ni Zerpa comentaron sobre esto. Castillo contó su historia sin que se le pidiera mucho; en un momento dado, habló durante seis columnas y media sin que el entrevistador dijera nada. El hecho de que llamara a los OVNIs “naves” indica una orientación de contactado.

Traducción y resumen de Richard W. Heiden (Milwaukee, Wisconsin), con finalización el 10 de julio de 1978. Esta es la primera vez que se publica, después de una pequeña cantidad de edición en 2024.

Para más de Castillo, véase:

- Fabio Zerpa, Daniel Walter Fry y Enrique Castillo Rincóَn, Dos científicos viajan en OVNI, Colección Cuarta Dimensión, Cielosur Editora, Buenos Aires, copyright 1978 (impreso en enero de 1979). 
- Enrique Castillo Rincón, Ovni Gran Alborada Humana, Editorial Norte y Sur S.A., Venezuela, 1995.


En inglés:

UFOs: A Great New Dawn for Humanity, Blue Dolphin Publishing, 1997.

Castillo murió en Colombia el 16 de septiembre de 2013, a los 83 años.

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3 de noviembre de 1973, 20:25, a más de 150 km. de Bogotá (Cundinamarca, Colombia).

El testigo en este caso (uno de una serie de contactos) es Enrique Castillo Rincón, ingeniero, y más tarde presidente del Instituto Colombiano de Investigaciones de Fenómenos Extraterrestres y conferencista y delegado de la Organización de Investigación de Objetos Voladores No Identificados. La experiencia fue precedida por contactos telepáticos, a través de los cuales recibió instrucciones. En el último contacto telepático se le dieron indicaciones para llegar al sitio de este contacto físico, que debía ser a las 8:00 p.m., y también se le indicó cómo actuar durante el contacto.

En su contacto, Castillo fue auxiliado por la ayuda mental de varios grupos, algunos en Bogotá y otros en Panamá y Cali. Castillo encontró cerca de una laguna una esfera metálica (como de acero inoxidable) del tamaño de una pelota de golf, que ayudaría a los extraterrestres a localizarlo.

Allí había dos bosques, y cuando se dijo a sí mismo que debía entrar en el primero, la esfera que sostenía comenzó a calentarse y a emitir pequeños rayos de luz. Se puso tan caliente que tuvo que sostenerla con el borde de su ruana (una capa tipo poncho). La esfera parecía ser una especie de brújula, aunque era sólo una bola [cf. 1 Nefi, 16:10, 16, etc., del Libro de Mormón—trad.]. Así que Castillo entró en el primer bosque, y, cuando llegó a lo que pensó que era el lugar correcto, ya eran las 8:10. Comenzó a preocuparse por su seguridad, solo allí, pero a las 8:25 escuchó un fuerte ruido, y dos enormes naves abovedadas volaron por encima, llenando toda el área de luz y calor. Estaban goteando agua, aparentemente por haber despegado del fondo de la laguna. Estaban a 100 metros de distancia, cada uno como dos platos de sopa, de unos 45 m de diámetro y 12 m de altura, con tres grandes esferas blancas girando lentamente en el fondo, y con algo más en el fondo también girando. Los dos objetos se detuvieron y la luz se atenuó lentamente. Entonces uno se acercó a Castillo y quedó flotando a una altura de 80-100 m. Un rayo de luz salió de cada lado del fondo, en ángulo hacia el suelo en diferentes direcciones. Un ser alto (de mucho más de 1,70 m) con una especie de traje de buceo ajustado y un casco con visera, descendió sobre cada haz. Cuando escuchó sus pasos acercándose detrás de los árboles cercanos, todas las luces se apagaron y pronto vio a los seres a 10 m de distancia. Dirigiéndose a él por su nombre, le aseguraron telepáticamente a Castillo que eran sus amigos y le preguntaron si estaba listo. Diciendo que sí, lo llevaron unos metros a un claro. La nave se acercó y emitió un rayo de luz hacia él. Con cosquilleos y una sensación de pinchazos por todo el cuerpo, Castillo se elevó como en un ascensor. Estaba rodeado por una aureola amarilla invisible que, sin embargo, parecía sólida. Entró en una escotilla, seguido de inmediato por las dos entidades. A petición de ellas, les entregó la esfera y se desnudó. Un humo con olor a limón entró en la habitación (las dos entidades se habían ido), y después de un minuto fue “absorbido” por algún lugar y desapareció. Ahora notó que, aunque no había una fuente de luz aparente, no hacía sombra. Castillo se vistió y le explicaron que el procedimiento era desinfectarlo de cualquier microbio terrestre [¿no les importaban los microbios en su ropa?]. Castillo entró en un compartimiento donde estaban sentadas cuatro personas, esperándolo. Lo saludaron y se presentaron. El comandante era Cramacán [o Crasmacán; el nombre se escribe de ambas formas en el artículo fuente]. Los otros tres miembros de la tripulación eran Cramish, Krululá, Krenza y Krhisnamerk. [El alfabeto español no tiene realmente la letra “K”; se usaría una “C” o una “Q” para representar ese sonido.] Todos hablaban telepáticamente excepto el último, que había sido amigo de Castillo con el nombre de Ciril Weiss, y que hablaba oralmente, en perfecto español. Ciril, sin embargo, había cambiado, y Castillo no lo reconoció al principio. Pero cuando le recordó a Castillo que habían hablado juntos en la entrada de un teatro en Caracas en 1969, Castillo supo que era él. Ciril le dijo que lo habían estado vigilando durante ocho años. Castillo se sentó en una mesa que parecía de cristal para conversar con los hombres. Tenían el pelo liso hasta los hombros y la piel sin imperfecciones. El comandante dijo que la nave tiene una tripulación de doce y que estaban buscando personas adecuadas para los contactos. Castillo comenzó a hacerle algunas preguntas sobre los acontecimientos y por qué lo eligieron. Le dijeron su verdadero nombre, que no es Enrique (Castillo no quiso decir cuál era); tenía la sensación de que sabían de su reencarnación anterior. Son de las Pléyades, un grupo de siete estrellas que está mucho más lejos que los 328 años luz que creemos que está. [Según la contemporánea Enciclopedia Americana, esta constelación está a más de 400 años luz de distancia.] Otros datos fascinantes: la teoría de la relatividad de Einstein no es correcta, y pronto haremos tres correcciones en ella; la velocidad de la luz es realmente mayor de 300.000 km./seg.; y son inmortales. Lo llevaron a visitar varias otras salas, entre ellas una “sala de meditación” y un laboratorio. En el laboratorio extraen clorofila de nuestros bosques porque es vital para su dieta. También comen frutas de Sudamérica, así como maíz, trigo y arroz. A cambio de tomar nuestra fruta, les dan a las plantas algo de radiación para que pronto vuelvan a dar frutos en pocas horas. Castillo se entera de que son ingenieros biológicos que controlan la genética, y utilizan la consubstanciación para mantener vivo el proceso celular, para que no envejezca.




En la sala de control del tercer piso, Castillo vio grandes mapas cósmicos electrónicos con luces de colores que indicaban dónde estaban explorando o teniendo intercambios (los intercambios eran sólo con las miles de inteligencias que han vencido al “mal”). Dijeron que en pocos años la humanidad finalmente descubriría a Dios (“Ustedes nunca han creído en Dios de una manera normal”), y que teníamos que buscarlo en nosotros mismos. Al encontrarlo, podemos vivir en paz y con comprensión de todos los hombres. Eran emisarios de entidades superiores, y habían destruido Sodoma y Gomorra, por órdenes de estas entidades. También habían ayudado con la construcción de las Grandes Pirámides. Dentro de dos años [es decir, para 1975] la gente va a encontrar en América del Sur dos ciudades antiguas donde está la historia escrita de cómo las razas terrestres llegaron aquí, etc. Le dieron a Castillo la fecha del inicio de la Tercera Guerra Mundial, pero dijeron que podíamos posponerla por tres o cuatro años. [Castillo no da la fecha, y el entrevistador, Fabio Zerpa, evidentemente no tenía la curiosidad suficiente para preguntarle.] No iban a interferir para detener la guerra. Aunque Castillo no podía sentir ningún movimiento, el OVNI se movía tan pronto como entró. Miró a través de un panel como un gran telescopio, y tuvo la extraña sensación de que iba a salir por él. Le mostraron su casa desde una altura de 5.000-10.000 metros, y la enfocaron para que pudiera ver a su familia a través de las paredes, durmiendo. El perro lo notó y comenzó a ladrar. [Castillo no explica cómo el perro pudo verlo a cinco o diez kilómetros de altura. Cf. Pioneers of Space (ciencia ficción, 1949) y Inside the Space Ships (presunto hecho, 1955) de George Adamski, que tienen un tipo similar de telescopio. También percipientes en México y Wisconsin con los que hablé desde que traduje originalmente este artículo.]

Le dijeron algo que afecta a todas las religiones. No supo decir qué era, pero tenía que ver con la carta de Fátima. Entonces Castillo se dio cuenta de una gran verdad, escondida en el corazón de todos, y que nadie puede enseñar a otro. [No dijo qué era—trad.] Mientras tanto, le empezó a dar hambre y pidió algo de comer, así que le dieron una especie de barra de chocolate envuelta en plástico. Sabía a sabajón (un tipo de licor colombiano fuerte, como ponche de huevo con ron o aguardiente), y sació su apetito. Pero también le dieron otra cosa para comer, una especie de capullo como un pétalo, parecido a las palomitas de maíz. Le dio una sensación tremenda como de calor, y pensó que lo estaban drogando. Krhisnamerk le dijo que era maná, el mismo que les habían dado a los hebreos cuando vagaban por el desierto. Saciaría su hambre y sed durante 24 horas. Entonces las ideas comenzaron a correr por la cabeza de Castillo y comenzó a pensar en Elías, Moisés, Jesús y en los tiempos modernos. Después de comer, Castillo sintió sueño, por lo que durmió lo que le parecieron tres horas en una cama muy cómoda, hasta que dos de los tripulantes lo despertaron. Al regresar para dejarlo donde lo habían recogido, le indicaron el lugar donde sería su próximo contacto, a las 8:00 p.m. del 18 de noviembre. Estaba iluminado como la luz del día. Cuando llegaron al lugar exacto donde había abordado el OVNI, lo dejaron allí, despidiéndose (excepto de Cramacán, que no estaba presente). Le dijeron que eran las 5:00 a.m. Castillo se quedó dormido, y cuando despertó, su reloj (que se había parado a las 8:25, cuando comenzó el contacto) marcaba las 11:15. Supo por el primer campesino que vio que eran casi las 8:00 a.m. Así que debió haber salido del OVNI casi a las 5:10 a.m., si el reloj se reinició de inmediato, como había dicho Krhisnamerk. Cuando Castillo regresó a la casa del hombre donde se habían producido los contactos telepáticos, unas 60 personas lo estaban esperando. Les contó lo que había sucedido, pero sólo una o dos le creyeron. Este no era el primer contacto de Castillo. Anteriormente le habían dicho telepáticamente que esto sería igual a una experiencia que había tenido antes, pero que habían borrado de su memoria.

Fuente: Cuarta Dimensión, núm. 36, págs. 20-28; pag. 30 agrega que Castillo no vio a ninguna mujer tripulante.


19 de noviembre de 1973, 03:00, oriente colombiano.

Enrique Castillo Rincón llegó al lugar de su esperado contacto a las 19:45 horas del 18 de noviembre, con 15 minutos de adelanto. Sin embargo, el contacto se retrasó siete horas. A pesar de estar en medio de la selva, las serpientes y los jaguares no lo molestaron, ni siquiera los mosquitos lo picaron. Castillo pensó que tal vez “ellos” lo estaban protegiendo con algún tipo de energía, aunque querían poner a prueba su paciencia no bajando de inmediato. Finalmente, a las 3:00 horas, llegaron 13 naves de varios tipos, y una de ellas (una pequeña) aterrizó sobre tres patas. Tenía entre 4 y 5 m de diámetro y no más de 2,20 m de altura, aunque parecía de dos pisos. Krhisnamerk se bajó y Castillo subió a bordo con él. Allí se encontró con dos pequeños seres que no eran de las Pléyades, sino de Mercurio. Había una escalera metálica (como en los submarinos) hasta la sala de control. Pero Castillo no visitó la sala de control; lo llevaron a una nave nodriza. Vio dos naves extrañas con una especie de cabeza grande como la de una ballena volando sobre Bogotá, y en un contacto posterior vio una tercera así. (Le dijeron en ese momento: “Esa es la ballena que se tragó a Jonás”. Al preguntarles “¿Los extraterrestres han contactado a todos los profetas?”, le respondieron: “Por supuesto, a todos y cada uno de ellos”.) Preguntó por qué no contactaban a más personas y, aproximadamente a las 5:30 a.m. (al amanecer), le demostraron una de las razones por las que no lo hacían. La pequeña nave, con la tripulación de tres más Castillo [ahora está de nuevo en la pequeña nave], cayó rápidamente sobre dos hombres que ordeñaban vacas. Ellos entraron en pánico y salieron corriendo, y una vaca pateó el balde de leche. La nave se fue a esconder detrás de una nube, y observaron a los hombres haciendo gestos y explicando el avistamiento a un hombre, una mujer con delantal y un niño de unos 8 años, quienes miraron hacia arriba pero no pudieron ver la nave detrás de la nube. Luego le mostraron a Castillo cómo reacciona la gente de la ciudad ante las naves espaciales. Pasaron por encima de un automóvil con tres hombres bien vestidos. Luego se adelantaron al automóvil y los sobrepasaron, sorprendiéndolos de tal manera que el automóvil se fue a la zanja y dos de los hombres salieron corriendo. El tercero, que había estado dormido en el asiento trasero, miró hacia afuera y cuando vio la nave también salió corriendo, rasgándose la chaqueta del traje contra una cerca de alambre de púas cercana. Castillo pudo ver todos estos detalles (incluso pudo ver que la corbata del conductor estaba aflojada, el trozo de tela que quedó en la cerca, etc.) debido al dispositivo electrónico a través del cual miró. Durante este contacto (Castillo no dice cuándo) vio, durante unos minutos, a dos hermosas mujeres y también a un extraño ser parecido a un robot. Cuando el robot entró y los astronautas con los que estaba hablando se dieron vuelta para mirar, Castillo vio un símbolo parecido a una H, con algo más sobre él (cuyos detalles ahora olvida) [cf. el símbolo Ummo—trad.] en sus espaldas. Había un joviano de 2,80 metros de altura allí (posiblemente el mismo que el robot; Castillo no está seguro), que no dijo nada, sino que se quedó de pie con las manos cruzadas. El Tiempo de Bogotá había recibido algunas cartas anónimas, supuestamente de un hombre que había hecho contacto con una raza de seres similares a los hindúes en un platillo volador, que venían del planeta gemelo de la Tierra al otro lado del sol. Cuando Castillo sacó su bolígrafo para dibujar el sistema solar, para poder preguntar sobre este supuesto planeta gemelo, pasaron el bolígrafo alrededor, estudiándolo. El bolígrafo los impresionó porque tienen algo que se parece. Dejaron que Castillo usara uno de sus bolígrafos. Cuando empujó el extremo para que saliera la punta, comenzó a vibrar un poco y a hacer un ruido suave. Mientras dibujaba una mariposa, ésta le salía en relieve y a todo color. Le explicaron que la pluma captaba sus imágenes mentales de la mariposa. Este contacto duró 26 horas y Castillo dijo que podría llenar un libro sobre ello.

Fuente: Cuarta Dimensión, núm. 36, pp. 28-31 del artículo sobre Castillo.


25 de julio de 1974, 05:00, Bogotá (Cundinamarca, Colombia).

Este es otro de los contactos de Enrique Castillo Rincón, y tuvo lugar entre Guadalupe y Monserrat [sic; Guadalupe y Monserrate son dos montañas cercanas al este de Bogotá—trad.]. Una pequeña nave tipo Adamski [este es el término de Castillo—trad.] (no más de 9 m de diámetro, y no más de 2,80 m de altura) aterrizó en 3 patas, y Castillo subió a bordo, esta vez solo para hablar con las venusinas, y no para dar un paseo. Las venusinas eran arias como las de las Pléyades, pero de solo 1,5 m de altura, e incluían a Orión, Ortón [en inglés, Orthon—trad.], Yamarú, Yoninca y Yaraka. No había mujeres. A los cuarenta y cinco minutos del contacto, Castillo y las venusinas salieron de la nave para sentarse bajo los eucaliptos. Observaron el amanecer en Bogotá y vieron pasar un avión.

Fuente: Cuarta Dimensión, no. 36, pp. 29-31 del artículo sobre Castillo.


24-25 de diciembre de 1974, entre El Junquito y Colonia Tovar (cerca de Caracas), Venezuela.

En el momento de este contacto, Enrique Castillo Rincón se encontraba dando conferencias en Caracas. Le comunicaron la fecha del contacto y abordó la nave entre las dos poblaciones. En cinco minutos llegó a los Andes a una altura de 4.200 m, en un lugar del Perú entre Marcahuasi y Machu Picchu, donde hay un vórtice magnético. [Aquí el entrevistador dijo que Carlos Paz García ha tenido contactos en Marcahuasi. Paz es el jefe del grupo de contactados peruanos IPRI, el Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias. Allí hay una colonia de 218 personas que están allí voluntariamente, recibiendo enseñanzas de los astronautas sobre ciencia, cosas espirituales y agricultura, para que puedan continuar con la humanidad después de la próxima guerra mundial. Gran parte del norte de Sudamérica sobreviviría a la guerra (al igual que gran parte de Asia y toda Australia), pero América del Norte y Central y Europa desaparecerían [no dice nada sobre África y la Antártida]. Algunas islas grandes se levantarían y flotarían; tiene la sensación de que son la Atlántida y Lemuria. (En este punto Castillo empieza a hablar de sus planes para educar al público sobre los OVNIs, etc., y no dice nada más sobre el contacto. Pero sí añade que lo llevaron a una de sus bases submarinas, en la Fosa de las Marianas a una profundidad de 5.000 m [esta fosa alcanza una profundidad de 11.000 m, el punto más profundo del Pacífico]. No se da ninguna fecha para el incidente de la Fosa de las Marianas.)

Fuente: Cuarta Dimensión, no. 36, pp. 31-32 del artículo sobre Castillo.


29-31 de enero de 1975, lugar de contacto inicial desconocido.

Enrique Castillo Rincón fue llevado nuevamente en nave espacial al mismo lugar en los Andes peruanos que el mes anterior. Las páginas 33-34 del artículo fuente describen un “Plan de Tres Pasos ‘A’” entregado a Castillo por Krhisnamerk del 20 al 25 de diciembre [evidentemente un error tipográfico para 24-25—trad.] y ​​del 29 al 31 de enero. Castillo fue uno de los 24 contactos terrestres en 19 países a quienes se les dio esta información “por los hermanos extraterrestres pertenecientes a la Gran Hermandad Cósmica Solar [sic]”. [Recuerde que Krhisnamerk es de las Pléyades—trad.] Este plan es para contactar y educar a los terrestres.

Fuente: Cuarta Dimensión, no. 36, pp. 33-34 del artículo sobre Castillo.


Nota editorial [Fabio Zerpa es editor de Cuarta Dimensión]:

Estos son los hechos. Los hemos publicado prácticamente con las palabras exactas del protagonista. Ahora se preguntarán si es verdad o fantasía. Les podemos ayudar diciendo que en las diferentes entrevistas, en dos años diferentes, el Sr. Castillo se ha ganado nuestra fe; esperamos encontrar en el futuro la certeza definitiva como la encontraron por experiencia en Weisbaden (Alemania Occidental) en el congreso ufológico de 1975 [Castillo participó allí].


https://www.apmagazine.info/index.php?option=com_content&view=article&id=2238&Itemid=194&fbclid=IwY2xjawFNRz1leHRuA2FlbQIxMAABHeLdJ6ZimqN2j-LaDq1arA8k3WhGAFbtYzXaoMhu3eWJ1hElYVsPp7Gq1w_aem_VN7bR1MGSTD8Iyq4l1WDRw

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sábado, 28 de septiembre de 2024

Diputado federal solicita audiencia pública para discutir sobre Varginha y el fenómeno ufológico

Brasil
Diputado federal solicita audiencia pública para discutir sobre Varginha y el fenómeno ufológico
De confirmarse, esta será la segunda audiencia pública que discutirá el fenómeno OVNI. CBU y Revista UFO ejercen una vez más su vocación mediadora entre la sociedad civil y el gobierno brasileño.
por Thiago Ticchetti


Imagen ilustrativa.

Es con gran alegría que la Revista UFO y la Comisión Brasileña de Ufólogos (CBU) se acercan para informar al público sobre los avances de la campaña “OVNIs, Libertad de Información Ahora”; especialmente en la nueva fase “Varginha, Chega de Acobertamento”.

El diputado federal Chico Alencar (PSOL/RJ) redactó la Solicitud de Audiencia Pública nº 154/2024 en la Comisión de Legislación Participativa (CLP), que “Requiere la realización de una Audiencia Pública para debatir la conexión entre la ufología, el uso de la Ley de Acceso a la información y sus posibles impactos en la información de la sociedad y el mantenimiento de la soberanía nacional”.

La campaña “OVNIs, Libertad de Información Ahora” fue una iniciativa de la Comisión Brasileña de Ufólogos (CBU), creada en 1997 para conducir los trabajos del 1er Foro Mundial de Ufología. Está formado por los mismos miembros que el constituido en ese momento – el editor de la revista, A. J. Gevaerd, y los coeditores Claudeir Covo, Rafael Cury, Reginaldo de Athayde y Marco Antonio Petit – y tiene básicamente el mismo fundamento y términos que la llamada Carta de Brasilia, emitida en la Acto de clausura del Foro, el 14 de diciembre de 1997.

En la Carta, se anunciaba, a modo de introducción, que ufólogos brasileños y extranjeros, provenientes de 22 naciones de todos los continentes y de 15 estados brasileños, reunidos en el Foro, se expresaron a través de dicho documento al entonces Presidente de la República y al Ministro de Aeronáutica, para presentar la cuestión ufológica, sus opiniones y posiciones, y exigir una serie mínima de medidas prácticas, incluida la publicación de ciertos documentos oficiales sobre la actividad ufológica en Brasil.

En 2004 la campaña salió a las calles y una petición firmada por miles de brasileños legitimó el pedido del CBU para que el gobierno brasileño y sus fuerzas armadas divulgaran documentos confidenciales sobre casos, investigaciones y pruebas sobre el fenómeno OVNI. Como resultado, más de 5.000 páginas de documentos, cientos de fotografías y metraje y mucha información fueron desclasificados y ahora están disponibles para cualquiera de forma gratuita.


El 24 de junio de 2022, el senador Girão invitó a ufólogos a una audiencia pública histórica.

Usted también puedes ser parte de otro momento histórico de la ufología nacional. Participa en la encuesta REQ. 154/2024 CLP.

Tenga acceso al pedido aquí.

Son la Comisión Brasileña de Ufólogos y la Revista OVNI luchando por su derecho a saber la verdad.




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En 2014, un avión Gol realizó una “maniobra evasiva” para evitar colisionar con un OVNI, según muestra documento de la FAB

Brasil
En 2014, un avión Gol realizó una “maniobra evasiva” para evitar colisionar con un OVNI, según muestra documento de la FAB
Según un informe, un objeto volador no identificado volaba en forma de "zigzag" y a una velocidad "supersónica".
por Fábio Munhoz


Imagen ilustrativa.

Un documento del Comando de Defensa Aeroespacial de Brasil (Comdabra) facilitado por el Archivo Nacional revela que, en 2014, un avión Gol tuvo que realizar una “maniobra evasiva” para evitar colisionar con un objeto volador no identificado (OVNI).

Según el expediente del incidente, el caso ocurrió alrededor de las 00:10 horas del 24 de enero de 2014 en Ceará. La aeronave Gol viajaba en el vuelo 9109, que despegó de Brasilia con destino a Fortaleza.

El documento informa que un objeto de gran tamaño, de color blanco, fue visto a velocidad “supersónica” cerca del municipio de Quixadá (CE), a unos 170 kilómetros de Fortaleza. Según los informes, el objeto voló en “zigzag” de este a oeste y no dejó rastro.


Informe sobre incidente entre vuelo de Gol y OVNI en 2014 en Ceará / Reproducción

Según informó el Centro Integrado de Defensa Aérea y Control de Tráfico Aéreo 3 (Cenipa 3), en Recife, el avión Gol se encontraba en procedimiento de descenso hacia el aeropuerto de Fortaleza, volando a una altitud de entre 33 mil y 35 mil pies (entre 10 mil y 10,6 mil metros), cuando vio el OVNI.

“GL09109 realizó una maniobra evasiva para evitar colisionar con el OVNI”, dice el documento. No se proporcionó ni el prefijo ni el modelo del jet Gol que habría avistado el OVNI.

CNN consultó registros de incidentes aéreos en Cenipa y no hay mención de ningún avión Gol en la fecha mencionada.

El mismo informe menciona que otros dos pilotos dijeron haber visto el mismo OVNI en la misma fecha. Uno de ellos comandaba el vuelo ONE6372, de la extinta Avianca Brasil, de Guarulhos a Fortaleza.

Según el documento, el piloto de Avianca vio el objeto alrededor de las 12:15 horas, en el mismo rango de altitud en el que la tripulación Gol había realizado el avistamiento.

"Ambos informaron haber visto solo a través de TCAS y que el objeto volaba muy rápido en movimientos en zigzag", dice el registro. TCAS es un equipo que, traducido al portugués, se llama Onboard Collision Anti-System.

El Departamento de Control del Espacio Aéreo (Decea) explica que el TCAS es un “sistema que muestra al piloto de una aeronave la posición relativa de otra aeronave que vuela cerca, siempre que el transpondedor esté en funcionamiento”. “En caso de amenaza de colisión, el sistema indicará, visual y sonoramente, una maniobra de ascenso o descenso, necesaria para evitar la colisión. Los sistemas de la aeronave se comunican de tal manera que, si un avión recibe una orden de ascender, el otro recibirá una orden de descender o mantener el nivel”, agrega el departamento, vinculado a la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).

Un tercer piloto, que volaba entre Alagoas y Piauí, informó haber visto el mismo OVNI alrededor de las 12:53 horas, cuando se encontraba a una altitud de alrededor de 10.000 pies (el equivalente a aproximadamente 3.200 metros). Al igual que con el jet Gol, también tuvo que esquivar el objeto.

“El mismo [piloto] informó que realizó una maniobra evasiva para evitar la colisión y que el objeto iba muy rápido, pasando aproximadamente a 300 pies de la aeronave. El piloto también informó que tuvo contacto visual con el OVNI y que era de color blanco”.

CNN contactó a Gol para obtener una postura sobre el caso, pero no recibió respuesta al momento de publicar este informe.

Otros informes

Sólo el año pasado, la FAB recibió al menos 30 informes de pilotos sobre avistamientos de OVNIs en Brasil. La mayoría de los registros se realizaron en la región sur del país, especialmente en Rio Grande do Sul y Santa Catarina.

El 7 de febrero, un piloto dice que vio una luz roja y verde en forma circular del tamaño de una “bola pequeña a grande (variable)”. Indicó que el objeto volaba “diez veces más rápido que un avión comercial”. El avistamiento ocurrió en Navegantes, en la costa de Santa Catarina.

Otro profesional de la aviación, que volaba hacia Santa Catarina, relató que, alrededor de las 2 de la madrugada del 21 de enero, cuando sobrevolaba la ciudad paulista de Ilha Comprida, vio entre cuatro y cinco objetos con luces blancas intermitentes y a gran distancia. La velocidad, según él, era “muy rápida”: “Al menos 8 Mach [ocho veces la velocidad del sonido]”.

Audios captaron a pilotos hablando sobre OVNIs

Los documentos puestos a disposición del Archivo Nacional también incluyen una serie de audios difundidos por pilotos brasileños en 1986, en la ocasión que pasó a conocerse como la “Noche de los OVNIs”. Según el Ministerio de Justicia, el 19 de mayo de ese año, 21 objetos fueron identificados por los radares del Centro Integrado de Defensa Aérea y Control de Tráfico Aéreo (Cindacta).

La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) envió cinco aviones para perseguir estos ovnis, pero ninguno tuvo éxito en su misión.

En uno de ellos, un piloto aparece asombrado al notar una luz que, según él, estaba cerca de la aeronave que comandaba. “Los veo [sic]. ¡Maldita sea, es un pase bajo, hombre! ¡Es hermoso! Mira, hermano mío. Vaya, muchacho, se me pone la piel de gallina, hermano”.

“¿Lo estás ‘llevando’ ahí, control? Están bajos. Por eso los perdiste. Hay dos arriba aquí en el trazado de la pista y hay dos o tres más abajo ahora”, informó. El piloto dijo que los dos que estaban más altos cambiaban de color con frecuencia.




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Paul Czysz habla de aeronaves hipersónicas y aviones espaciales suborbitales

Paul Czysz habla de aeronaves hipersónicas y aviones espaciales suborbitales
por Tim Ventura




Es un nombre que evoca asombro en la industria aeroespacial: Aurora, un avión hipersónico Mach-6 del que nadie está seguro de su existencia. Entrevistamos al pionero hipersónico Paul Czsyz para obtener información exclusiva sobre Aurora y un sucesor Mach-15 de próxima generación que podría ser capaz incluso de llegar al espacio...


Paul, un oficial de la Fuerza Aérea, me dijo recientemente que un colega suyo visitó una de las grandes bases de pruebas de I+D a principios de los 90 y vio una partida de alto presupuesto para "Aurora" en un informe financiero. Él cree que este avión hipersónico Mach-6 existe, pero no está seguro. ¿Qué piensa usted?

Podría existir. No se necesita magia para construirlo. Estaba convencido de que el grupo con el que estuve en McDonnell-Douglas a mediados de los 60 podría haberlo construido en ese entonces.


Paul Czysz, en su presentación en la Conferencia STAIF de 2006.

Construimos dos modelos de aviones hipersónicos para Mel Buck en Wright-Patterson, que probamos para medir la presión, la fuerza y ​​el mapeo térmico para obtener las tasas de transferencia de calor. Esos modelos entraron en todos los túneles que pudimos encontrar, desde los túneles de baja velocidad hasta los túneles Mach-6 y Mach-8. Tuvimos más de 1300 horas de pruebas en túneles de viento con esos modelos...

Así que, al menos técnicamente, Aurora podría ser parte de nuestro arsenal militar. ¿Han visto alguna vez alguna evidencia de que aviones como este realmente podrían estar en servicio hoy en día?

Si se construyeran, y esa es la gran pregunta. He recibido llamadas extrañas por la noche de personas que me decían: "Solía ​​trabajar contigo y estoy parado al lado del avión que reconocerías", y luego colgaban. Creo que los rumores probablemente tengan razón sobre Aurora.

Sin embargo, esas extrañas llamadas tienen sentido en el contexto de su notable experiencia en ingeniería aeroespacial hipersónica, que culminó en su papel como científico jefe del proyecto del Avión Aeroespacial Nacional, promocionado por Reagan como el sucesor del transbordador espacial después de la tragedia del Challenger en 1986.

Bueno, comencé en Wright-Patterson en 1958, pero cuando despegó el Sputnik todos fuimos reasignados: en mi caso, a un túnel de viento hipersónico de alta temperatura, trabajando con la gente del Laboratorio de Dinámica de Vuelo. Mel Buck era uno de los encargados de la parte aeronáutica, y Dick Newman y Al Draper estaban en la parte de los planeadores hipersónicos, trabajando en el tipo de vehículos que hoy llamamos naves espaciales.


Representación artística del avión espía Aurora Mach 6 (PopSci)

Cuando me fui en 1963 y comencé a trabajar para McDonnell Aircraft Company, una de las primeras cosas en las que me involucré fue en su túnel de impulso hipersónico, y estábamos haciendo algunas pruebas de Mach 12 de uno de los vehículos en los que estaba trabajando en Wright-Field.

En 1966 me uní al grupo de diseño avanzado de McDonnell, y uno de los proyectos en los que estaba trabajando era un vehículo hipersónico Mach 6 que volaría sin reabastecimiento en una situación de combate unas 1.500 millas náuticas, con un alcance total de unas 4.000 millas náuticas.

Había un par de versiones diferentes: una era para derribar misiles balísticos lanzados desde submarinos desde la costa de los Estados Unidos, y la otra era esencialmente para interceptar barcos soviéticos que atravesaran la brecha GIUK.

Si lanzas un interceptor Mach 6 desde un lugar como el área de Nueva York, para cuando llega a la brecha GIUK, incluso los barcos soviéticos más rápidos no podrían haberse movido más de 10 millas. Entonces, utilizando la última posición conocida del barco proporcionada incluso por un simple contacto de radar, el avión puede realizar un giro de 3,5 g, puede volar un círculo alrededor del último punto de contacto conocido para encontrar el barco que está buscando.

Esa no es una maniobra difícil para este avión; de hecho, un interceptor Mach 6 quema menos combustible en un giro de 3,5 g que el F-15 con postcombustión completa. Entonces, tienes un avión que puede llegar rápidamente a la última ubicación conocida del barco y volar en círculo alrededor del último punto de contacto conocido; independientemente de si el barco ha cambiado de dirección o no, seguirá estando dentro de ese radio de búsqueda, lo que lo convierte en un arma de respuesta rápida muy eficaz.

Bueno, en términos del concepto hipersónico, me pregunto si esto se originó a partir de la necesidad de superar a los misiles enemigos. Aparentemente, la estrategia del U-2 era simplemente volar más alto, y me pregunto si Aurora está intentando volar más rápido como otra solución al problema.

No se trata de superar a los misiles, se trata del tiempo de respuesta. En otras palabras, a velocidad de flanco, un crucero como el Kirov puede correr a unos 32 nudos, que son 32 millas náuticas por hora. El horizonte de un barco está a unas 6 millas de distancia, por lo que tienes que estar en un avión para verlo, así que si lo vas a detectar, tienes que llegar allí antes de que el barco se aleje demasiado.

En otras palabras, tienes un radio cada vez mayor para la ubicación probable del barco, y si tienes un tiempo de respuesta que puede ser de 4 a 6 horas para llegar al último punto de contacto conocido, se vuelve mucho más difícil encontrarlo.

Sí, con un tiempo de respuesta lento, nunca lo encontrarás: el barco estará completamente fuera de tu rango de búsqueda. Sin embargo, si puedes llegar allí en 45 minutos o una hora y media, entonces el barco todavía estará dentro del círculo alrededor del cual vuelas en torno a su última posición conocida.

Ahora bien, la otra aplicación para este avión Mach 6 es interceptar misiles balísticos. Si un submarino aparece justo frente a la costa y lanza un misil balístico, si tienes un avión Mach 6 del tipo adecuado con un buen misil hipersónico letal, entonces aún puedes golpear ese misil balístico mientras está ascendiendo, por lo que puedes usarlo para ayudar a proteger a los Estados Unidos de un ataque nuclear.

Hubo un montón de aplicaciones, que estaban propulsadas por estatorreactores turboalimentados, ambos diseños de Pratt y GE. Tuvimos vehículos que iban desde un interceptor lanzado desde cubierta a Mach 4 para la Marina hasta vehículos que llegaban hasta Mach 12. Estos terminaron en un estudio para la NASA llamado "Estudio de instalaciones de investigación hipersónica", que esencialmente era una comparación entre las instalaciones de prueba en tierra y las instalaciones de prueba en vuelo para ver cuáles te dan más información para construir un avión operativo de alta velocidad. El vehículo de prueba en vuelo ganó de manera indiscutible, porque las instalaciones de prueba en tierra eran muy caras y solo podían trabajar en una fracción del problema.

Por curiosidad, en términos de aviones reales probados, ¿cuál es la velocidad más rápida a la que han llegado jamás con un avión hipersónico?

No lo sabemos, porque al menos públicamente nunca completamos el estudio de las instalaciones hipersónicas, pero existían programas dentro de la comunidad clasificada que pueden haber llevado la investigación más lejos que nosotros. El X-7, que era un vehículo de investigación estatorreactor de Lockheed que se recuperaba con una larga estaca clavada en la arena del desierto, supuestamente superó Mach 7 u 8.

De hecho, mi grupo probó motores en aviones que superaban Mach 12; teníamos datos sobre algunos de nuestros vehículos de planeo hipersónicos cuando los túneles todavía funcionaban hasta Mach 20 o 22 en Tullahoma.

Ahora también has hablado de perder pilotos de prueba durante este proceso, ¿verdad? Recuerdo que dijiste algo sobre que la aerodinámica era muy contraintuitiva a velocidades hipersónicas...

No, no, en realidad no perdimos pilotos de prueba; me refería a la aerodinámica durante el entrenamiento en un simulador de vuelo hipersónico. La parte inferior del avión en un estatorreactor de Mach 8 a 12 es el motor. Ahora bien, la forma de lograr que un motor produzca más empuje es aumentando el área de captura del motor; así es como se obtiene el área de entrada de captura variable en el F-15: se puede controlar el potencial del nivel de empuje controlando el flujo de aire hacia el motor.


Ejemplo de motor estatorreactor (NASA)

Por lo tanto, si tienes un vehículo estatorreactor y quieres aumentar su empuje, tienes que aumentar su ángulo de ataque, no mucho, solo unos 2 o 3 grados. Sin embargo, a medida que avanzas el acelerador, el morro sube, y eso es muy contraintuitivo para un piloto, que pensará que el morro que sube cuando avanzas el acelerador significa que algo anda mal.

Por lo tanto, en el simulador, estos pilotos no estaban tirando hacia arriba, sino que estaban avanzando el acelerador. Nuevamente, para obtener más empuje de un motor de compresión de impacto, tienes que aumentar el área de captura, y la forma de aumentar el área de captura es tirando del morro hacia arriba, y como toda la parte inferior del avión es el motor, aumenta su área de captura.

La mayoría de la gente probablemente no conocía los rumores sobre Aurora hasta que Bill Sweetman publicó un artículo en Popular Science sobre el tema en 1993. En ese artículo, hablaban de un OVNI con forma de “collar de perlas” que, según se informó, viajaba hacia el oeste sobre el norte de California, seguido momentos después por el mismo viaje de regreso sobre el sur de California, lo que los entusiastas interpretaron como evidencia de un motor de combustión externa que creían que demostraba la existencia de Aurora.

“Donas en una cadena” es en realidad el término común, pero esto se remonta a mucho antes que esos informes de OVNIs de los que hablaba Sweetman: los aviones en los que estábamos involucrados se remontan al menos a 1964 o 1965, y yo estaba convencido, mientras estaba con el Grupo de Diseño Avanzado en McDonnell a mediados de los 60, de que podríamos haber construido uno de estos... No habría sido ni siquiera un desafío.

Todo esto de los “rosquillas en cadena” es bastante básico: si alguna vez has visto cuando Fred Billick solía hacer funcionar sus estatorreactores en un John’s Hopkins, tendrás una muy buena visión de lo que está sucediendo aquí. No existe nada parecido a un motor de compresión de choque absolutamente estable. Pequeños cambios en la atmósfera y otras variables hacen que la onda de choque se mueva hacia adelante y hacia atrás dentro del motor, lo que cambia ligeramente la compresión. Esto hace que el resplandor del escape vibre; lo que eso significa para mí es que es un motor como el que Fred solía construir. No hay magia en ello.

Ahora bien, ¿un avión hipersónico como este sería mucho más grande o más pesado que un interceptor de combate convencional?

Nuestros interceptores Mach 6 no se construyeron como el prototipo X-15, que usaba una estructura caliente de aleación de acero que servía como disipador de calor para las cargas térmicas aerodinámicas. Los nuestros se construyeron con sistemas de protección térmica de metal sobre una estructura de aluminio ligero, por lo que la mayor parte de la energía térmica se irradiaba al espacio, y para esos vehículos estábamos usando algo así como el peso de un DC-9. No eran vehículos excepcionalmente grandes ni pesados: tenían alrededor de 60 a 70 pies de largo. Eso era para un vehículo de combate de una sola persona; ahora, para un vehículo con tripulación múltiple y de muy largo alcance, podrías empezar a buscar algo con un tamaño y peso comparables a un 747.

Bueno, ¿no estaba el diseño del vehículo más grande más cerca de los objetivos del proyecto del Avión Aeroespacial Nacional (NASP) en el que trabajaste más tarde en la década de 1980, para el transporte hipersónico de pasajeros y carga?

Bueno, es difícil decir a qué apuntaba el NASP. Entre 1976 y 1983, estuve involucrado en algunos programas especiales en McDonnell. El último día de julio de 1983, estuve allí el jueves y se suponía que debía irme a la mañana siguiente para estar en casa para el fin de semana.


Representación artística del avión aeroespacial nacional (Going Faster)

De todos modos, recibí una llamada de uno de los directores que me dijo: “Resulta que estoy aquí por algo. No te vas a ir a casa todavía, te encontrarás conmigo en la estación de la Fuerza Aérea mañana para almorzar en la Aerospace Corporation en Sepulveda. Tal vez llegues a casa el lunes. Ya veremos”.

Así que me presenté para almorzar en la estación de la Fuerza Aérea y Harold Ostroff estaba sentado en una mesa con un gran grupo de militares y civiles con trajes de negocios. Cuando me acerqué a la mesa, se volvió hacia los otros muchachos que estaban sentados allí y dijo: “Me gustaría presentarles al nuevo director del Programa Aeroespacial Avanzado de McDonnell”. De todos modos, no sabía nada sobre esto de antemano, y cuando lo dijo miré un poco a mi alrededor en busca de la persona de la que estaba hablando y, después de un segundo, supongo que finalmente me di cuenta de que estaba hablando de mí.

Así fue como me enteré: tenía un subdirector de programa de Huntington Beach y había un grupo de Aerojet (Don Kissinger, Mike Hamel y Ron Samborski) que estaban allí para hablar sobre el trabajo con estatorreactores turboalimentados que habían patentado en 1946.

Fui a Aerojet los siguientes días para recibir información sobre sus diseños de motores y, cuando volví a casa, hicimos una propuesta para el programa TAV de la Fuerza Aérea, pero la idea principal era una propuesta que elaboramos con la gente de Huntington Beach sobre un vehículo de dos etapas para orbitar. La primera etapa volaría con estatorreactores turboalimentados a aproximadamente Mach 6 o 7, y luego se montaría con un vehículo estatorreactor de combustión supersónica, un cohete que se desplegaría en órbita.

Teníamos varios conceptos diferentes para esto, dependiendo de qué tan pronto queríamos que volara el vehículo. Una de las personas que estaban en Huntington Beach, llamada Joe Shergi, tenía un concepto para lo que él llamaba un "propulsor de retroceso", que parecía una cápsula Apolo con motores montados en lo que parecía un escudo térmico. Después de separar la etapa superior, esta cosa daría la vuelta y se encendería de nuevo para lanzarse de vuelta al sitio de lanzamiento, lo que haría que todo fuera recuperable.

Teníamos 2 o 3 conceptos que estábamos presentando como vehículos de 2 etapas a órbita. El primero que pudimos construir rápidamente, basándonos en todo el hardware que había disponible, fue un planeador hipersónico FDL-7C sobre un propulsor de retroceso. Luego pasamos a una primera etapa con estatorreactor turboalimentado que alcanzaba una velocidad de Mach 7 u 8, y más tarde pasamos a una primera etapa con estatorreactor que alcanzaba una velocidad de Mach 12.

Contratamos a un tipo llamado Larry Fogel de Titan Corporation, y él recorrió todas las bases del SAC que tenían escuadrones de B-52 operativos y les preguntó qué harían si tuvieran uno de estos vehículos NASP: cómo lo usarían, cómo lo mantendrían y cosas así. Creamos una base de datos completa sobre lo que el Comando Aéreo Estratégico estimaba que costaría operar estos vehículos. Les habíamos dado todos los números que teníamos al principio: cuánto empuje teníamos, cuánto combustible necesitábamos, cuántas veces se podían reutilizar los motores, etc., y nos dieron estimaciones de costos operativos en comparación con un escuadrón B-52 tradicional. Fue bastante interesante…

Tomamos esta información y la usamos para reuniones informativas en Washington DC, donde conocí a Scotty Crossfield, que estaba trabajando con Dan Glickman, y lo que terminamos teniendo fue el vehículo de la primera etapa, que era un vehículo grande, Mach-6. Esto llevó al desarrollo de un prototipo que creamos como demostrador para validar la tecnología.

Entonces, el prototipo fue construido para mostrar cómo el vehículo NASP podía cumplir 3 funciones de misión principales. La primera era simplemente como un transporte Mach-6 para pasajeros, la segunda era un avión de ataque estratégico Mach-8 para la Fuerza Aérea, y la tercera implicaba combinar el vehículo con un cohete de etapa superior para entrar en la órbita terrestre baja.

Parece que esta tecnología realmente difumina la línea entre una aeronave y el transbordador espacial o tal vez incluso una verdadera nave espacial…

Bueno, el transbordador no es una aeronave, es un aborto tratar de descubrir cómo volar. Nunca querrás construir un vehículo que se parezca a eso. Los mejores vehículos jamás diseñados surgieron del Laboratorio de Dinámica de Vuelo de la Fuerza Aérea, y Draper hizo un gran esfuerzo para intentar que la NASA lo escuchara, pero se negaron rotundamente a seguir su consejo.

Desde el principio, la NASA tuvo sus propias ideas sobre la torpeza y todo tipo de ideas de diseño locas que terminaron en el transbordador. Los vehículos hipersónicos reales que eran inherentemente estables (desde Mach 22 hasta cero y tenían sistemas de protección térmica ya diseñados) simplemente fueron descartados.

Estas no eran ideas nuevas, incluso cuando se estaba diseñando el transbordador. El Departamento de Defensa estuvo involucrado en esto entre 1958 y 1968, y fueron descartados porque el presidente en ese momento decidió que ningún sistema militar entraría en órbita. La administración tenía un miedo mortal en ese momento de militarizar el espacio, lo que significaba que todo lo que iba al espacio tenía que ser civil, por lo que la NASA se hizo cargo de todo.


Motor de cohete XLR-129 (Wikipedia)

La Fuerza Aérea tiene algo llamado XLR-129, que aparece en un libro que escribió uno de los muchachos de Pratt & Whitney y que se puede comprar en la biblioteca de la Sociedad de Ingenieros Automotrices. El XLR-129 tenía alrededor de 580.000 libras de empuje gracias a un motor LOX-hidrógeno y una presión de cámara de 3.500 psi.

Se encendió 40 veces sin ninguna revisión y alcanzó su máxima potencia en unos 3,5 meses, mientras que el motor principal del transbordador espacial (SSME) tardó unos 38 meses en alcanzar su máxima potencia.

Este mismo motor XLR-129 fue donado a la NASA cuando la Fuerza Aérea abandonó la carrera espacial. Los planos, el motor y todo lo relacionado con él fueron destruidos, y la última frase de ese capítulo del libro de Pratt dice: “La NASA destruyó todo esto porque no quería avergonzar a su actual contratista de motores”.

Teniendo en cuenta los problemas que la NASA tiene actualmente con el programa del transbordador, ¿cree que algún día podrán volver a utilizar este tipo de hardware para el diseño de un transbordador de próxima generación?

Uno de los secretarios adjuntos de comercio de Reagan (para innovación, tecnología y productividad) se llamaba D. Bruce Merrifield y tenía una mentalidad muy rusa. Los rusos tienen fábricas de prototipos que toman ideas de laboratorio y las traducen en algo que se puede utilizar en un equipo funcional y operativo.

El concepto de Merrifield era que la deficiencia en Estados Unidos es que utiliza proyectos para preparar tecnologías para su aplicación, lo que no da a las nuevas tecnologías el tiempo adecuado para madurar adecuadamente. Siempre defendió que, al igual que con los jugadores de béisbol, la tecnología necesita un “equipo de granja” que la desarrolle para que luego pueda utilizarse funcionalmente. Los japoneses hacen esto, los rusos solían hacer esto, y lo hacen porque produce grandes resultados.

Lo que estábamos haciendo cuando estaba en McDonnell-Douglas (porque “Old-Man Mac” era un experto en hardware) era ver cómo se podían tomar estas grandes ideas y construir muestras y prototipos a partir de ellas, para ver si podíamos salir de esto con un concepto operativo.

Cuando diseñamos un avión Mach-6, no seguimos la estrategia de la NASA de construir un vehículo de investigación y desarrollo que sólo pudiera volar 3 veces al año. Lo que desarrollamos fueron vehículos que fueran tan funcionales operativamente como lo es un B-52.

Nuestro vehículo de reabastecimiento en 1964 para el laboratorio orbital tripulado tenía 11 vehículos operativos y 3 de repuesto, y esos 11 vehículos volaron 100 veces al año durante 15 años. Esa es la capacidad industrial de 1964, no hay magia en absoluto. No necesito magia. Ahora compárelo con el transbordador.

Bueno, de nuevo, el diseño de NASP es un diseño realmente hermoso, es realmente notable por ser una evolución del cuerpo sustentador. Es lo que el transbordador podría haber sido, y probablemente debería haber sido, ¿no?

El vehículo de referencia que se utilizó para el NASP fue el vehículo original de McDonnell con motor de combustión interna Mach-12 de 1963. Estoy reuniendo algunos de nuestros materiales más antiguos que pueden publicar en el sitio web, incluidos materiales que se remontan a 1958. Cuando vean el viejo avión Mach-6, lo verán e inmediatamente dirán que es Aurora, pero no lo es: se llamaba nuestro caza hipersónico tripulado Mach 6.

Una cosa que me había preguntado a partir de algunos de los esquemas del NASP que he visto es el morro romo: ¿por qué es eso?

No romo, es bidimensional. Tiene una cuña afilada en el morro. Ahora bien, el vehículo hipersónico original de McDonnell-Douglas tenía un morro puntiagudo: estaba basado en un cuerpo cónico. Era un cuerpo sustentador, pero tenía un morro puntiagudo. En aquellos días, los vehículos de baja resistencia eran todos conos puntiagudos.

Sin embargo, si consultamos cualquier libro de referencia y buscamos la resistencia de onda de un cono puntiagudo en comparación con una cuña afilada, la cuña tiene la raíz cuadrada de 3 sobre 3 del cono puntiagudo. La cuña bidimensional en el mismo ángulo tiene menos resistencia que el cono.

Así que Dick Newman, del laboratorio de dinámica de vuelo, en los años 59 y 60, junto con Will Hankey, Jack Pike en Inglaterra y Bob Kreger, que ahora es vicepresidente de Boeing, idearon un morro bidimensional. Si lo miramos de lado, parece una punta, y si lo miramos desde arriba, parece romo. Sin embargo, no es un morro romo, es un morro bidimensional. Es una cuña.

La idea aquí es tener menos resistencia. Se busca la menor resistencia posible, especialmente para un avión que respira aire. Se puede discutir si se trata de una nariz recta o de una ley de potencias (hemos tenido todo tipo de nariz, según la teoría con la que trabajamos), pero sigue siendo una nariz bidimensional.

Ahora bien, en términos de aviones hipersónicos, ¿cree que algún día veremos que algo así se convierta en una parte reconocida de nuestro arsenal y un componente más importante del poder aéreo futuro? Parece que siempre hay una necesidad de aviones más rápidos, pero el estado actual de la técnica parece ir en una dirección diferente...

Bueno, cuando Scott Crossfield, Gus Wyss y yo estábamos sentados en el club aeroespacial en Washington DC, armamos un diagrama para Sandy McDonnell que hablaba sobre el demostrador que estábamos proponiendo para la Fuerza Aérea; esto ocurrió mucho antes de que comenzara Copper Canyon. Ahora, a Mach 6, podría transportar alrededor de 40 personas, una capacidad de Mach 7 para transportar material militar, y podría usarse como demostrador para mostrar que con el equipo adecuado (un propulsor de cohete en su interior más el motor que respira aire) podríamos llevarlo a la velocidad orbital.

Ahora bien, no íbamos a llevarlo a la órbita; íbamos a llevarlo casi a la velocidad orbital y luego planear hacia el otro lado. Una versión de tamaño real de este aparato volaría a Mach 4,5 a través del Pacífico. Estábamos allí sentados hablando sobre este concepto y fue entonces cuando a Scotty se le ocurrió el nombre de "Orient Express"... de ahí surgió originalmente ese nombre.


Representación artística de NASP en vuelo (High Frontiers)

Si nos remontamos a las propuestas originales del B-70, uno de los conceptos propuestos era sacar el combustible del fuselaje como demostración para demostrar que un transporte Mach-3 podía transportar pasajeros comerciales sin matarlos. Si se quita el tanque de hidrógeno y se bloquea para poder volar con metano en lugar de como un vehículo aerodinámico, entonces se tiene suficiente espacio en el tanque para unas 40 o 50 personas. Dado que el tanque fue construido para mantener frío el hidrógeno líquido, mantener a la gente caliente a 72 grados ni siquiera fue un problema. Verá, los críticos nos decían: "la gente se va a quemar", pero eso no es cierto: ¿por qué se quemarían? Están sentados dentro de un tanque diseñado para contener hidrógeno a -450 grados.

Entonces, ¿está hablando de transporte comercial Mach 3 en su vehículo? ¿Qué tipo de tiempos de vuelo de costa a costa se van a obtener con algo así?

No, el proyecto B-70 era Mach 3,2 y el nuestro Mach 4,5. Pero la idea es la misma. Los tiempos de costa a costa de los que hablas son demasiado cortos: se necesita un tiempo determinado para ascender y un tiempo determinado para descender.

Utilicemos un ejemplo extremo: digamos que vas a volar a Mach 12. La distancia más corta posible que lo hace posible es de unas 5.000 millas. Para algo como Mach 2,5, entonces algo así como 2.500 millas podría ser práctico. Ya no tengo el gráfico, pero la idea es que para cada distancia hay una velocidad que te da el menor tiempo: si vuelas más rápido o más lento que eso, te llevará más tiempo.

Eso implica básicamente ascender, acelerar y llegar a la altitud adecuada, ¿verdad?

La parte difícil es reducir la velocidad, porque si tienes amortiguadores de aire en la entrada por reducir la velocidad demasiado rápido, desconectas el motor. Entonces, se tarda el doble de tiempo en reducir la velocidad que en acelerar.

Ahora bien, en términos de maniobrabilidad para un avión hipersónico, ¿es bastante maniobrable o el avión simplemente vuela demasiado rápido para maniobrar bien?

Es maniobrable: se puede lograr un factor de carga con eso. Con nuestra nave de reconocimiento de ataque Mach-6 volando sobre el paso GIUK, podríamos hacer un giro de 3,5 g sin dificultad. Se vuelve más difícil cuanto más rápido vas, porque el ángulo de ataque aumenta la temperatura, por lo que debes tener mucho cuidado, pero a Mach 6 no es un problema.

La razón por la que pregunté es porque hubo especulaciones en el artículo de Popular Science sobre Aurora de que el vehículo estaba tardando todo el estado de California en dar la vuelta. Por eso, supuestamente, el “OVNI” se dirigía hacia el oeste sobre San Francisco y se lo vio regresar sobre San Diego, si mal no recuerdo…

Quizás a Mach 12, pero no a Mach 6. Si estuvieras volando sobre un punto en la brecha GIUK a Mach 6, podrías hacer un viraje de 150 o 200 millas de diámetro, lo cual es perfecto para la interdicción, porque querías que la nave o lo que estuvieras rastreando estuviera dentro del viraje. Entonces, cuando te inclinaras para hacer el viraje, tus sensores apuntarían directamente hacia el suelo.

¿Alguna vez pensaron en desplegar armas desde un avión hipersónico? ¿Habría algún problema con eso?

No… solían apostar con Kelly Johnson a que nunca podría desplegar todo tipo de cosas desde el YF-12, pero diseñó su propio sistema y desplegó 6 misiles desde el YF-12 sin ningún problema. Nunca he conocido a un grupo de ingenieros aeroespaciales o ingenieros aeronáuticos como ese grupo de personas. El molde que los cubría ya no existe: la gente ya no piensa así. Eran solucionadores de problemas.


Lockheed YF-12 sobrevolando una montaña (Wikipedia)

Hicieron un gran trabajo pionero con beta-titanio, y es un material muy difícil de trabajar. Cuando Kelly empezó a fabricar componentes estructurales con este material, de los primeros cien forjados que realizó, tenía un componente que funcionaba; el resto eran basura. Tres meses después, de las 100 piezas que probó, consiguió 94 que funcionaban. No trajo a especialistas externos ni contratistas para resolver el problema; fue su propio equipo el que encontró la solución. Cuando realmente le cuentas a la gente algunas de las experiencias que tuvieron en el Proyecto SR-71, en el entorno actual se cancelaría.

Son colegas impresionantes; no es de extrañar que recibieras llamadas a altas horas de la noche de personas que estaban junto a "un avión que reconocerías". ¿Alguna vez te pusiste en contacto con alguno de ellos para ver si estarían más abiertos a hablar de ello ahora que están jubilados?

No, los que yo conocía que estaban involucrados ya no están vivos, y los que están involucrados hoy no hablan.

¿Crees que eso se debe a que estos proyectos todavía están en curso, y cualquiera que sepa sobre ellos está obligado por acuerdos de confidencialidad?

Bueno, recuerda, hay toda una nueva generación de ingenieros jóvenes que diseñan los aviones de hoy. Si estos aviones existen, es como si los pilotos del B-52 de hoy fueran los nietos de los que comenzaron a volar los B-52 cuando se introdujeron por primera vez, así que cualquier tipo de avión secreto que esté ahí afuera está siendo diseñado y volado por un grupo completamente nuevo de personas, con nuevas funciones de misión.

No sé qué hay ahí afuera, pero podría ser. Decir que Aurora es una imposibilidad técnica es una afirmación incorrecta: ha sido técnicamente factible durante los últimos 35 o 40 años.



Paul Czysz fue profesor emérito de ingeniería aeroespacial (jubilado) en la Universidad de Saint Louis, ex científico jefe del proyecto National Aerospace Place (NASP) y director ejecutivo de su empresa de investigación y consultoría hipersónica, Hypertech Concepts, LLC. Falleció en agosto de 2013.




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