España
Un OVNI y un robot en Fuentecén. Encuentros en la tercera fase (I)
Un OVNI que toma tierra y envía a un robot a contactar con una familia de la Ribera. Ocurrió en 1981 y aún no se explica qué pasó.
La película Encuentros en la Tercera Fase se estrenó en España en marzo de 1978 y fue un clamoroso éxito de taquilla, como en todo el mundo, coincidiendo con una época dorada en el avistamiento de objetos volantes no identificados, tanto por la abundancia de casos que saltaron a la opinión pública como por el interés que éstos despertaron en los lectores, oyentes y espectadores de todo el planeta.
Abundaban en los años 70 y 80 los programas de radio y televisión dedicados a los fenómenos paranormales, las revistas de ufología y cualquier otro misterio se agotaban semanalmente en los quioscos y los periódicos de información diaria no dejaban de llevar a sus páginas los presuntos avistamientos de OVNIs, sucesos paranormales y cualquier otra derivada de la curiosidad del público por el más allá.
Ni que decir tiene que, en cuanto a los OVNIs la tendencia era proclive a creer a pies juntillas cualquier avistamiento con visos de verosimilitud, credulidad que era aún más fundamentada en el caso, como en Burgos, de que se acumulasen varios avistamientos, como si alguna fuerza cósmica empujara a los seres de otros planetas a dejarse ver por los cielos de Burgos con sus platillos último modelo.
El objeto volante no identificado sobrevoló estos cielos de Fuentecén. ECB |
Lo que no era nada común, ni en Burgos ni en ninguna otra parte, era que esos platillo tomasen tierra y dejasen rastros físicos y menos aún que se ellos descendiera ningún tripulante y tomara contacto con la población local. Pues exactamente eso es lo que ocurrió en la localidad ribereña de Fuentecén en el año 1981, un encuentro en la tercera fase. Como tal fue tomado por los periodistas e investigadores de la época y pronto puesto en duda, por ciertas contradicciones a las que se les fue sacando punta con el tiempo.
Pero en febrero de 1981, cuando el diario Pueblo publicó la noticia la repercusión fue un bombazo que hizo latir el corazón de los amigos del misterio, de los aficionados a mirar a las estrellas y preguntarse si estamos solos en el universo, de los cazadores de mitos y los estudiosos de lo objetos volantes. Un encuentro en la tercera fase, ¡lo nunca visto!
La historia es deliciosamente naif y está contada en Pueblo desde el punto de vista de los tres testigos del suceso, que era una familia de Fuentecén que se topó con el OVNI de madrugada. La parte en la que se narra el encuentro con el robot que descendió de la nave y se describe a este tripulante cyborg recordaría a la de E. T. el Extraterrestre si no fuera porque esa película se estrenó año y pico después.
Pero veamos los hechos tal y como fueron contados a Pueblo. La historia surge cuando un matrimonio de Fuentecén cierra el bar que ambos regentaban y se va a su casa a eso de las cuatro y media de la mañana. Al llegar se topan con la escena: unas luces rojas flotando cerca de la casa, cambiando la distancia entre ellas, subiendo y bajando, con un comportamiento extraño que no casaba con las luces traseras de un coche.
Era febrero, así que ambos entraron en casa y con las luces apagadas siguieron observando por las ventanas los «movimientos ondulantes» de ese extraño objeto durante un rato. Tan curioso les pareció lo que estaban viendo que decidieron despertar a su hijo, que ya estaba acostado, para que no se perdiera el OVNI. ¡Menuda historia que poder contar en el cole!
El objeto entró en una fase de actividad mayor y empezó a lanzar ráfagas de luz, chispazos y «cohetes» que llegaban lejos y alumbraban la noche como si fuera de día
La madre se aburrió de tanto objeto volante y tanta luz voladora y se fue a la cama, pero el padre y el hijo siguieron atentos al baile de la ‘nave’ por los cielos nocturnos de Fuentecén, a pocos pasos de su propia ventana. Y en un momento dado, el objeto entró en una fase de actividad mayor y empezó a lanzar ráfagas de luz, chispazos y «cohetes» que llegaban lejos y alumbraban la noche como si fuera de día. Las luces de la nave se separaban y se acercaban, manteniendo la misma altura pero variando la distancia rápidamente, cambiando el color y la intensidad.
Al moverse el objeto volante hacía un ruido «como de cable de alta tensión», un bufido diferente a cualquier motor. Pero no sintieron miedo en la más de media hora que la que el OVNI estuvo lanzando potentes destellos.
Y mientras el perro de la familia se desgañitaba ladrando a más no poder, fue cuando escucharon pisadas. Del susto echaron el pestillo a la puerta y fue cuando vieron que de la nave había descendido un robot que avanzaba hacia su casa.
Padre e hijo siguieron asomados, contemplando el espectáculo que continuó hasta que la nave descendió a ras de suelo.
Y mientras el perro de la familia se desgañitaba ladrando a más no poder, fue cuando escucharon pisadas. Del susto echaron el pestillo a la puerta y fue cuando vieron que de la nave había descendido un robot que avanzaba hacia su casa. Un artefacto con forma cuadrada, de un metro cuarenta, según su medición aproximada, y que se aproximó a un metro de la valla de su casa. Con el perro fuera de sí, ladrando sin parar, el encuentro en la tercera fase acababa de producirse. Un ser del espacio, metálico y enigmático, plantado a la puerta de casa les observaba.
Un OVNI y un robot en Fuentecén. Un avistamiento para la historia (y II)
Las pruebas del encuentro entre una familia, un platillo volante y un robot fueron cuestionadas pero nunca desmentidas del todo.
Exterior, noche. Un perro ladrando en el interior de una vivienda en la que se aprecian dos rostros en una ventana que no pueden apartar la vista de un robot cuadrado de un metro cuarenta de altura que se aproxima a la valla de la finca. Así habíamos dejado el anterior episodio del más curioso fenómeno OVNI registrado en Burgos, el único, además, en el que se produjo un encuentro en la tercera fase, un contacto con un tripulante de las muchas naves espaciales que fueron avistadas en la provincia de Burgos en los años 70 y 80.
Mientras el robot -que no tenía no cabeza ni brazos, sólo patas- se acercaba, el padre de la familia a la que un platillo se les plantó prácticamente en la puerta de su casa cambió de posición y se apostó «en la ventana del water», según contó él mismo al diario Pueblo, para no perder de vista al singular tripulante. Como vio que no atacaba ni, en realidad, hacia nada de nada más que quedarse quieto junto a la leñera, decidió coger una linterna y un cuchillo y salir a la calle.
El robot, ahora sí, viendo al humano que se aventuraba fuera de su casa volvió sobre sus pasos, se montó en la nave y ambos partieron haciendo un ruido «como de cable de alta tensión». Veinte minutos de encuentro en la tercera fase y vuelta al espacio exterior.
Al día siguiente, el padre de familia llamó al diario Pueblo a contar su peripecia, aconsejado por los parroquianos de su bar que le animaron a dar a conocer el suceso. Pueblo se personó en Fuentecén y trató la noticia con todo rigor e, incluso, tomaron muestras de la zona en la era en la que se había posado la extraña nave de la que descendió el robot y de las pisadas del cacharro junto a la leñera. En ambos casos había marcas, semejantes a las que dejaría una fuente de mucho calor.
Las muestras que tomó el diario Pueblo fueron analizadas y se determinó por parte de la Junta de Energía Nuclear que no emanaban radiactividad, aunque reconociendo que sus medios no permitían un análisis en profundidad. Pese a todo, quedó descartado que el platillo, la «supermáquina OVNI» como la denomina el rotativo madrileño, fuera propulsado por energía nuclear. No obstante, no se terminaba de dar explicación a porqué y cómo se habían producido las marcas que tan bien encajaban con el relato del contacto cósmico protagonizado por esta familia de la Ribera.
Este suceso cobró notoriedad y, como en otros casos, la inexistencia de indicios o pruebas inexpugnables de que el OVNI fuera real o imaginario derivaron en una pugna dialéctica en intelectual entre partidarios y detractores de la historia que había vivido la familia de Luis Domínguez, vecino de Fuentecén. Pura España del sí o el no.
El diario Pueblo puso las pruebas a disposición de la opinión pública, describió las marcas quemadas en la era, de forma superficial, con algo de ceniza e irregulares, más quemadas en unos puntos que en otros. Lo mismo con las huellas del robot. Dice Pueblo que las marcas formaban un triángulo equilátero de dos metros de lado, «como si una vez posado el OVNI a poca distancia del suelo salieran del mismo las tres patas para sustentarse en el suelo».
Lo mismo que hubo partidarios salieron detractores con sus propios estudios. El más dedicado fue Juan Marcos Gascón que acabó por pichar el globo del misterio. Que ni OVNI ni niño muerto, que todo había sido un cuento del señor Domínguez para promocionar su bar y, suponemos, para tener una buena anécdota que contar una y otra vez detrás de la barra.
Pero a esa conclusión se llega con tantas suposiciones como al convencimiento de que sí, que en Fuentecén hubo un encuentro en la tercera fase. Así que, el misterio queda sin resolver y se une a la larga lista de avistamientos burgaleses. Eso sí, nunca más se supo del robot.
Los OVNIs vigilan Burgos. Expedientes X de la provincia
La provincia de Burgos es uno de los lugares de España con más avistamientos OVNI. En puridad, OVNI es el acrónimo de objeto volante no identificado. La paraciencia de la Ufología (el mismo acrónimo es UFO en inglés) estudia cada caso. Y el ejército. En los años 90 se desclasificaron centenares de casos, algunos de Burgos. Mientras tanto, en el ámbito mundial Estado Unidos, el Pentágono y la CIA mantienen el secreto sobre la llegada de OVNIs a la Tierra. Hoy presentamos 16 casos ocurridos en la provincia.
por Julio Cesar Rico
Una carta enviada por un sacerdote burgalés al programa de Antonio José Alés, que queda reproducida en este reportaje, fue una de las experiencias más espectaculares de las presentadas en la Alerta OVNI del 14 de agosto de 1979. El testimonio de este cura es impresionante. Es testigo del terror, del miedo al fenómeno y también a «qué pensará la gente», en especial de la institución a la que representaba. Así decía el sacerdote:
«Dada mi condición de sacerdote reservo mi nombre, ya que ello pudiera originarme trastornos serios entre mis feligreses, espero que usted sabrá comprenderlo. Le expongo a continuación lo que sucedió hace hoy 26 días. Acudía a un pueblo de la provincia de Burgos a las 11:20 aproximadamente de la noche, donde debía de celebrar al día siguiente la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles.En el camino que conduce al pueblo, generalmente, sin tránsito, sentí una luz enorme y una esplendorosa por encima de mi auto e instantáneamente, paso justo por encima un aparato gigantesco con forma de plaza de toros, ya que su tamaño sería aprox. de unos 200 mts. de diámetro, estaba lleno de ventanas y despedía rayos violetas y anaranjados, desapareció instantes después. Era impresionante.Yo en mis 57 años de edad no había imaginado nada igual; aunque estoy delicado de salud, no vi visiones, se lo expongo a usted por si le sirve en sus investigaciones. Le adjunto un dibujo que le orientará mejor. Atentamente en Cristo Jesús».
El cura no detalla a qué localidad se dirigía, pero por los datos recabados, también está en el norte de Burgos.
Pero hay más avistamientos de los que hay testigos directos en la provincia. El pasado verano tuve ocasión de conversar en una comida con un agente de la Guardia Civil. Relataba con absoluto realismo un episodio vivido por compañeros del Cuerpo hace unos años en un puesto de mando de la Benemérita en el norte de la provincia. Omito el cuartel por discreción del informante, así como los nombres de las personas.
«Todas esas cosas no son visiones de la gente», dice el agente de la Benemérita. Apunta que en la localidad de V. «estaba L. de guardia de puerta» y a las 2:00 de la madrugada oye unos golpes «muy fuertes que aporrean la puerta». Al otro lado había un camionero que aterrorizado le gritaba: «¡¡Guardia, guardia, ábrame la puerta que vienen persiguiéndome!!Y ¿quien le persigue?. Y le señala con la mano al cielo unas luces. Me siguen –decía—desde Burgos».
Quién relata esta historia lo hace con la misma vehemencia de quien creía a pies juntillas lo que su suegro le relataba: «L. llamó a mi suegro, que era sargento, destinado en V. Llamó a todos los guardias» y allí pudieron ver todos el fenómeno, mientras el camionero aún estaba asustado por lo contemplado. «Poco después, la luz desapareció en el cielo».
El relato del cura y del guardia civil son sólo dos ejemplos. Pero en la provincia hay decenas de ellos. Los casos del norte son espectaculares. Los testigos declaran incluso que ellos mismos vieron a humanoides salir de las naves. Relatan con minuciosa precisión como son los aparatos; los seres que les interpelan; qué trazados dibujan en el cielo; sus formas y colores.
Quintanaortuño y Cogullos
Casi todos los casos son impactantes. Pero hay dos, uno en Quintanaortuño el 1 de enero de 1975 y otro en Cogullos, en Las Merindades, cerca de Ojo Guareña, que son especialmente significativos.
Publiqué en este mismo periódico hace unos años el fenómeno de Quintanaortuño, que después en la nueva etapa y edición se recordaba con precisión. Para no extenderme demasiado, pueden consultar ambos enlaces. Los soldados Aguera, Laso, Iglesias y Sánchez regresaban a Burgos, desde Torrelavega, para incorporarse a sus quehaceres militares el 1 de enero.
Esquema de la aparición del OVNI de Quintanaortuño / JCR |
A pocos kilómetros de la capital vieron algo que les estremeció. Un extraño objeto tronco cónico de cuatro metros levitaba sobre la tierra. El caso quedó clasificado por el Ministerio de Defensa; en 1993 los papeles vieron parcialmente la luz y hoy podemos conocer un poco más de ese caso.
Y apenas unas horas después, el 2 de enero el vecino de Solarana Carlos Izquierdo alertaba a la Guardia Civil que durante unos minutos sufrió la persecución por parte de un objeto volador de tres metros de altura y de forma tronco cónica; aparentemente el mismo que el de Quintanaortuño.
El avistamiento de Cogullos es aún más espectacular. El 28 de abril de 1991, Ermitas y Talí acudieron a cortar leña en los montes del pueblo, en una zona conocida como 'la mata' muy cerca de 'los roblones'. Vieron una luz refulgente a varios metros.
Las publicaciones de la época, incluido el Diario de Burgos que realizó una visita al lugar, decían que de la nave salía gente «con brazos largos, pelo rubio por todo el cuerpo y con la cara roja. Además andaban a brincos… Los días siguientes no podíamos ni con la piel».
Montes de Cogullos donde se apareció un objeto a Talí y Ermitas / JCR |
En 1997 tuve ocasión de hablar con Blas Martínez, el cura de Brizuela y su hermana Emilia. Ellos, ya fallecidos, conocían muy bien a esa pareja gallega que se había instalado en Cogullos, a unos pocos kilómetros de Brizuela, Puentedey y Quintanilla Valdebodres.
Visitaron el lugar con Ricardo Blanco, periodista y técnico por entonces de Radio Popular de Burgos, y con el investigador y escritor Javier Sierra. Su palabra es testimonio de la verdad. Ermitas y Talí, con su cultura, sin acceso a medios de comunicación ni a libros de esta temática «es imposible que se inventen semejante historia», «por lo tanto, tiene que ser verdad».
Más expedientes X
En Burgos existen registros de avistamientos desde un lejano 1952. El decano de la prensa de la provincia es una fuente inagotable de estas informaciones. Por ejemplo, el Diario de Burgos informaba de un suceso ocurrido el día 5 de diciembre. «...dos formas difusas que dejaban una estela blanca atravesaron la ciudad. Desde la redacción se llamó al aeródromo de Villafría, donde nos afirman que no tienen registrado el paso de ningún avión».
Desde aquella primitiva, hay muchas más experiencias y testigos. En todas ellas, los sucesos son similares; hay, por ejemplo, persecuciones de naves con forma troncocónicas, como el de Villatomil, a las 2.00 horas del 25 de marzo de 1981, observado por dos vecinos de la comarca.
En Portugal, a una hora similar a la que se produjo el avistamiento del Páramo de Masa, se produjo otro de características similares. Juan José Benitez realizó una memorable entrevista en el bar de Montorio a los testigos que se emitió en Más Allá.
El 6 de marzo de 1968 un extraño objeto fue visto en los cielos de la capital. Según testimonios de la época cambiaba de color y desprendía luces muy intensas. En el Diario de Burgos del día siguiente se informaba de que «las luces no eran propias de un avión, ni tampoco el objeto aludido se desplazaba con la velocidad que es consustancial a los mismos». Como llegó, se fue.
El 16 de junio de 1970, sobre la ciudad de Burgos se pudo ver otro OVNI. Y queda atestiguado por un piloto civil de la compañía de fotografía aérea FOAT -acompañado por un fotógrafo de la misma empresa y procedente de la Base de Cuatro Vientos de Madrid. Observó un objeto lenticular, con brillo, de un diámetro mayor de 15 a 20 metros que permanecía estático de 30.000 a 40.000 pies.
El 29 de abril de 1975, tres vecinos de la granja Pinilla, en Peral de Arlanza, Gregorio de Juana, Manuel Maté y Julián García viajaban en un Simca 1200 hacia su residencia; de repente, un fortísimo foco de luz acabó por deslumbrarles. Era un extraño objeto esférico en el cielo que descendió a los suelos. Allí vieron una silueta enorme de un humanoide que tal como llegó, se fue en la bola de luz.
El Páramo de Masa es un lugar de poder, espacio telúrico, lugar de concentración de fuerzas internas de la Tierra. Allí cinco miembros de una familia de Montorio, en septiembre de 1977 vieron algo extraño. Y dato muy curioso, a las 2.00 de la mañana como tantos casos. Vieron un objeto circular muy luminoso, que confundieron con la Luna llena. Pero no era la luna porque de repente a muchísima velocidad descendió hasta donde estaban ellos, agazapados en el interior de un Land Rover.
El 16 de enero de 1979, entre las las 10 de noche y las 10.30 horas, varios testigos observan y fotografían las evoluciones de varios objetos no identificados en Vilviestre del Pinar.
Curioso es el caso de Víctor Bartolomé, aficionado al aeromodelismo, en 1981. A plena luz del día toma una fotografía con sus aviones. Y al revelar el carrete observa, con estupor, que detrás de él aparece un objeto volante no identificado sobre el cielo de Burgos.
El 13 de febrero de 1981, en Fuentecén, en la Ribera del Duero, el miedo se instaló en la comarca. Aterrizó un OVNI. El reportaje del Diario Pueblo, con testimonios y entrevistas fue espectacular. En la Ribera no es el único, el 18 de enero de 1975, hubo otro avistamiento en Olmedillo de Roa.
Y quizá el más mediático de todos los avistamientos es el de Pruden Muguruza en Ochate el 24 de julio de 1981, Este empleado de banca de Vitoria fotografía lo que él mismo denominó como un OVNI. Una fotografía que fue portada de la revista Mundo Desconocido y que dio la vuelta al planeta.
El Diario 16 de Burgos informaba el 7 de noviembre de 1989 de avistamientos en Barcina de los Montes y Oña , al parecer «dos focos blancos grandes con uno en medio muy rojo de gran intensidad». Varios testimonios fijan la verosimilitud de este hecho.
La edad dorada de los OVNIs
El lector ha podido reparar en que la mayor parte de los avistamientos se corresponden a los años 70. Aquel fue un momento espléndido para el avistamiento; varios programas de radio, el de Antonio José Alés en la Cadena SER, Medianoche, el primero y más reconocido; y otro de RTVE, Más allá, del doctor Fernando Jiménez del Oso, divulgaban un fenómeno a mitad de camino entre temido, misterioso y de máxima curiosidad.
Parte de la culpa de la extensión del interés por el fenómeno, la tuvieron H.G y Orson Welles y su narración de la 'Guerra de los Mundos', un 30 de octubre de 1938. Una retransmisión radiofónica en la que se representa una invasión alienígena y que se considera como gran engaño de la historia de la radio.
Y películas como Encuentros en la Tercera Fase y otros títulos que encandilaron al espectador y le sumergieron en un mundo hasta entonces desconocido. Aunque lo cierto, como en todo el universo paranormal, es que un avistamiento se puede explicar con razones alejadas de los extraterrestres, la existencia de un solo caso de alienígenas que sea verdadero validaría todos.
Los encuentros con OVNIs son de varios tipos. Un encuentro en la primera fase es un avistamiento en el que se manifiesta uno o más OVNIs; de la segunda fase son los que han dejado rastro; y los que han entrado en contacto personal con extraterrestres son los encuentros en la tercera fase.
Los expedientes OVNI de Burgos
La Biblioteca Central del Ejército del Aire permite consultar completos todos los informes sobre avistamientos de fenómenos extraños que fueron secretos durante décadas y más tarde desclasificados. Hay dos casos de Burgos.
por R. Pérez Barredo
La Biblioteca Central del Ejército del Aire dispone ya para la consulta de quien lo desee los archivos en su día desclasificados sobre avistamientos de fenómenos extraños en España. Son un total de doscientos informes, dos de los cuales aluden a episodios sucedidos en la provincia de Burgos. Son los Expedientes OVNI que tan celosamente fueron ocultados durante años y sobre los que, recientemente, se ha levantado el secreto oficial. Los dos casos investigados en Burgos datan de 1970 y 1975. Sus informes revelan el interés y el celo que las autoridades volcaban en estos asuntos. El más llamativo, por cuanto hizo correr ríos de tinta, es el registrado en la madrugada del 1 de enero de 1975, en Quintanaortuño.
Es el Expediente 750101, que viene encabezado de la siguiente manera:
Mando Operativo Aéreo.
Estado Mayor.
Sección de Inteligencia.
Avistamiento de fenómenos extraños en Burgos.
Día 1 de enero. 1975.
Resumen: Los testigos son cuatro soldados trasladándose en coche a su destino, Burgos, en la incorporación de un permiso. El conductor observa una luz intensa, de color blanco amarillento y de un tamaño de dos a tres metros de altura y anchura, que caía hacia el suelo (Km. 14 de la carretera Burgos-Santander); detiene el coche llamando la atención de sus compañeros; al bajarse del vehículo observan la luz parada en el suelo o muy próximo a él. Emprenden la marcha nuevamente y un kilómetro más tarde vuelven a apearse, observando en la misma dirección tres o cuatro luces mucho menos intensas, pero paradas también a la misma altura. En ningún momento apreciaron objeto alguno sino solamente resplandor. No se tomaron fotografías ni se hizo dibujo alguno. Con posterioridad, ya en la toma de declaración, los testigos realizaron unos trazos (no vienen adjuntados al Expediente), en los que aparece algo parecido, según el Juez Informador, a un globo; otro trazó algo que se parece a una campana, parecido al anterior, pero en sentido invertido. Únicamente el conductor del vehículo pudo observar el movimiento de la luz.