Falta poco para encontrarnos en el 77mo Café Ufológico de Mendoza
por Luis Emilio Annino
El miércoles 27 de junio es la fecha acordada para encontrarnos en el 77mo Café Ufológico de Mendoza, que tendrá lugar en el conocido Café Five Stars, ubicado en la calle Lavalle 45 de la Ciudad de Mendoza, al final de la tradicional Galería Independencia. La invitación es una propuesta para que todos los participantes podamos compartir ideas, reflexiones, conocimientos y experiencias sobre el fenómeno OVNI y la posibilidad de vida extraterrestre.
El Café Ufológico de Mendoza es un ámbito dedicado al amigable debate sobre las experiencias y los conocimientos que los asistentes tienen asociados con el fascinante tema OVNI, en un contexto determinado por la participación en amenas charlas y conversaciones, en donde impera el buen trato, respeto y tolerancia que son característicos de nuestros encuentros. No se permite el uso de grabadores o filmadoras por parte de otras personas ajenas a la organización para no afectar la libre expresión de los presentes. Sólo los coordinadores toman fotografías para registrar visualmente el encuentro como complemento del reporte que se hace del mismo. La asistencia es libre y gratuita, sólo se establece el compromiso de pagar lo que se consume en el lugar.
El Café Ufológico de Mendoza promueve y acompaña la creación de este tipo de reuniones ovnilógicas en otras partes del país y del mundo, tales como los existentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Morón y Villa Crespo (Buenos Aires), Capilla del Monte (Córdoba), Rosario (Santa Fe), que conforman la Red Argentina de Cafés Ufológicos, junto a los cafés organizados en Quito (Ecuador), Valencia (España), Santiago de Chile y Valparaíso (Chile), y Rio Grande do Sul (Brasil).
Así fue el impactante III Congreso Internacional de Ovnilogía en Victoria
De forma inédita, el evento organizado en Victoria por las investigadoras Silvia y Andrea Simondini logró congregar durante dos días a representantes de las fuerzas aéreas de Uruguay, Chile y Perú, quienes expusieron sin tapujos y con documentación en mano los casos OVNI registrados oficialmente en sus países. La presencia estelar del ex capitán Robert Salas; del piloto argentino Jorge Polanco, y de Héctor Flores -protagonista del único caso desclasificado oficialmente en la Argentina- le dieron todavía mayor impacto testimonial al congreso.
Trabajos, metodologías, protocolos, análisis y procedimientos científicos. Luego de la cálida bienvenida de Silvia y Andrea Simondini, los representantes de las fuerzas aéreas de Uruguay, Perú y Chile, realizaron sin dilaciones y con abundante material fotográfico y audiovisual, incisivas exposiciones de casos relevantes, documentados e investigados por sus organismos de manera oficial.
Seguidos con atención por un expectante auditorio reunido en el salón del Cine Teatro Victoria, los congresistas explicaron en profundidad los procedimientos y metodologías empleadas para abordar sus investigaciones.
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El comandante Julio Chamorro, de la Fuerza Aérea de Perú, relató el enfrentamiento de un piloto de combate con un OVNI en cielo peruano. Su certera descarga de 67 obuses no logró derribarlo. |
No existen en el mundo muchos países que tengan comisiones oficiales sobre la investigación del fenómeno OVNI. No obstante, en Latinoamérica, la Fuerza Aérea de dichos países se interesa en los OVNIs debido a que trasvasan sus fronteras soberanas, lo que significa una violación de su espacio aéreo. Estas extrañas e intempestivas irrupciones se convierten en un riesgo potencial para las operaciones aéreas civiles y militares, que comprometen su seguridad nacional, y la Fuerza Aérea es responsable de la seguridad y soberanía del espacio aéreo.
El comandante Julio Chamorro, de Perú, explicó por qué los Estados de la región deben investigar los fenómenos aéreos anómalos: “Existen evidencias suficientes para iniciar acciones en cada país que permitan establecer instituciones que de alguna forma registren e investiguen los fenómenos aéreos anómalos que se susciten en sus respectivos territorios”.
Explicó que el llamado Objeto Volador No Identificado se refiere a la “observación de un objeto volador, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación realizada por personas idóneas con autoridad académica y reconocimiento oficial”.
Por su parte el Coronel Ariel Sánchez Ríos, de la Fuerza Aérea de Uruguay, explicó que el organismo CRIDOVNI tiene como misión recibir, estudiar y evaluar todas las denuncias de avistamientos OVNI en el espacio aéreo uruguayo, en apoyo a las actividades de control del espacio aéreo y la seguridad aeronáutica, con 1450 casos investigados, desde 1979 a 2017; registrándose un total de 43 casos sin explicación y “con alto nivel de extrañeza”.
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En Uruguay, CRIDOVNI tiene 7 miembros permanentes y cuenta con colaboradores en todo el país y en el extranjero. |
“Desde un primer momento se integran a CRIDOVNI los grupos civiles de investigación ovni, manteniéndose hasta el presente dicha participación. Actualmente la CRIDOVNI tiene 7 miembros permanentes y cuenta con asesores y colaboradores en todo el país y en el extranjero”.
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Mauricio Blanco Espinoza representante de Chile, especialista en el tránsito aéreo, del CEFAA, mostró imágenes de radar y grabaciones de pilotos que tomaron contacto con el fenómeno OVNI. |
También tuvieron activa participación en el congreso varios miembros de la Comisión de Estudios del Fenómeno OVNI de la República Argentina (CEFORA), entidad que pugna por la desclasificación de los expedientes OVNI argentinos.
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Piloto de Gendarmería Nacional, Héctor Flores, único caso desclasificado de encuentro en vuelo con un OVNI en la República Argentina, en el año 1972. |
El caso Bariloche
Jorge Polanco, el piloto del famoso “Caso Bariloche” que fue seguido en vuelo por un OVNI en 1995, estuvo presente en el congreso y habló en exclusiva con Será Noticia: “Que me hayan reconocido e invitado es para mí un gusto, por la gente de Victoria y por Andrea y Silvia Simondini. Yo no soy una persona que se haya dedicado a la comunicación de este fenómeno, pero no tengo que convencerme de nada ni convencer a nadie. A mí me pasó, lo viví, y la única reflexión que le puedo pedir a la gente es que abra la cabeza, que no somos los únicos que estamos en este universo. No podemos ser tan egoístas”.
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El investigador de campo Chicky Escalada junto al reconocido piloto Jorge Polanco. |
¿Cambió su visión de las cosas luego de ese acontecimiento?
Sí, porque me hizo ver que somos muy pequeños y que hay mucha diferencia, no solamente tecnológica sino en cuanto a nuestra evolución como seres humanos. Me generó cambios importantes.
¿Fue esa la única vez que vio un OVNI?
No. Yo lo voy a comentar acá porque Andrea lo merece. Yo en realidad tuve 3 encuentros: el 6 de febrero en Córdoba y el 31 de julio en Bariloche en 1995, y otro el 11 de agosto de 1996, que con toda la gente que estábamos les pedí que no lo comentásemos, porque hace más de 25 años atrás esto se miraba de otra manera.
¿Tenía referencia de Victoria como un punto caliente del fenómeno OVNI en la Argentina?
No, empecé a enterarme a través de un medio que hablaba que había cierta actividad en algunas lagunas. Luego conocí a Andrea que me confirmó que efectivamente en en esta zona había actividad de ese tipo y también lo pude comprobar a través de gente en Estados Unidos que son estudiosos del tema y que sabían de esta referencia. Estoy muy contento de estar acá.
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Jorge Luis Sucksdorf, productor argentino de documentales y de la serie televisiva “Contacto Extraterrestre”, emitida por The History Channel. |
El testimonio “nuclear” de Robert Salas
Robert Salas, quien trabajó como oficial de lanzamiento de misiles nucleares, fue una de las presencias estelares del congreso, protagonista del incidente OVNI desclasificado por las fuerzas aéreas de los EE.UU., ocurrido en la base nuclear de Montana, en 1967.
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Robert Salas posa gentilmente para la cámara de Será Noticia. |
Durante la primera hora de la mañana del 16 de Marzo del 67 cuando Salas estaba de guardia en una de las instalaciones de lanzamiento de control y seguimiento de 10 misiles nucleares, recibió una llamada de un guardia de seguridad, quien le aseguró estar viendo un OVNI que sobrevolaba la base a baja altura.
El objeto era de color rojo y resplandecía. La tensión de todos los guardias de seguridad fue en aumento cuando el objeto comenzó a descender hasta situarse a pocos metros sobre sus cabezas.
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Momento único: Por primera vez en su vida, Robert Salas realizó su conferencia en idioma español, y fue escuchado por los espectadores con absoluta atención. |
Salas informó a su comandante de lo que acababa de ocurrir y su comandante le comentó que un incidente similar había ocurrido en otra base cercana, también con misiles nucleares almacenados a 35 metros bajo tierra. Durante aquella llamada, Salas confirmó algo perturbador: los 10 misiles de la base estaban desactivados e inoperativos. De hecho hasta que los guardias de seguridad no informaron de que el OVNI había desaparecido, los misiles no volvieron a su funcionamiento habitual.
‘Alerta OVNI’ en Sevilla: buscando en el cielo las huellas de lo imposible
El fenómeno OVNI siempre está generando noticias e informaciones, y lejos de ‘desaparecer’ es un fenómeno que siempre está vivo, con mayor o menor incidencia.
por José Manuel García Bautista
Cuando se dice objeto volador no identificado simplemente se está haciendo referencia a todo aquello que vemos en el cielo y que inicialmente no sabemos lo que es, una posterior investigación determinará su origen o no, pero se huye mucho de relacionar ese fenómeno OVNI captado con hombrecillos verdes o naves inteligente tripuladas venidas desde puntos lejanos del Universo para visitar a estos belicosos terrícolas.
El fenómeno OVNI parece, por días, obsoleto, sin embargo siempre está generando noticias e informaciones, y lejos de desaparecer es un fenómeno que siempre está vivo, con mayor o menor incidencia de los avistamientos.
El nombre de Alerta OVNI lo dio por primera vez de forma popular el periodista Antonio José Alés en su mítico programa radiofónico Medianoche (Cadena SER) fue, posteriormente, Miguel Blanco en Espacio en Blanco (RNE) quien siguió esa línea y que tenía como misión congregar a cientos, o miles, de personas en un punto para observar el cielo y tratar de captar lo imposible, los no identificados.
Hay zonas muy importantes en España donde los OVNIs (sean lo que sean) parecen manifestarse, en Cádiz tenemos la Bahía o el Campo de Gibraltar (tan susceptible a ser identificados finalmente con vuelos no autorizados), en Sevilla la zona de la Cornisa del Aljarafe, en Madrid su Sierra, uno de esos puntos en Madrid es el embalse de La Jarosa, en la sierra de Guadarrama, allí el grupo de investigación y contacto Daguian lleva a cabo algunas de sus experiencias en materia ufológica, se trata de «un grupo de amigos amantes del misterio, parapsicología y fenómenos ovnis», se formaron como tal tras una experiencia de avistamiento y en 2013 tres de ellos fundaron el grupo después del avistamiento de tres puntos luminosos «blancos y en formación» en el cielo de Madrid, estaban junto a Enrique de Vicente, conocido divulgador y director de la revista Año/Cero.
Con la llegada del verano proliferarán las alertas OVNI, muchas de ellas surgen de forma espontánea tras la huella de los OVNIs, como la surgida en Sevilla por el investigador Javier Lobato; en otras serán convocadas por espacios radiofónicos como Milenio 3 de Iker Jiménez (en Andalucía fue multitudinaria la realizada en Olivares siendo el que esto escribe –Jose Manuel García Bautista– corresponsal y coordinador de la misma en la provincia) o el citado Espacio en Blanco; las menos serán de forma anónimas y personales pero, en cualquiera de los casos todos irán armados con muchas ganas, ropa de abrigo, sus móviles y aparatos para observar el cielo y saber diferenciar lo que es un OVNI de los satélites, la ISS y otros objetos en órbita con nuestro planeta.
Este año ha sido este pasado 16 de junio (2018) en el Parque Berrocal de Sevilla, cuando se ha organizado, por Javier Lobato, la Alerta OVNI... Tiempo de verano, tiempo de mirar al cielo y buscar OVNIs, otra cosa será encontrarlos.
Las impresionantes fotografías de OVNIs de José Manuel Mora
José Manuel Mora vivía en Sanlúcar la Mayor y fue testigo de un suceso que quedaría registrado en las páginas de la ufología nacional saltando a los informes del GEU (Grupo de Estudios Ufológicos) y a las páginas del diario Abc. «Era como una gran sopera de un rojo intenso. Desapareció unos instantes, pero al darme la vuelta lo vi inmediatamente».
Sucedió un 13 de Marzo de 1975, nuestro testigo era estudiante de delineación de la Escuela Profesional Marcelo Spínola de Umbrete. Vivía entre las localidades de Sanlúcar la Mayor y Benacazón, su padre era el casero de la finca y él era un aficionado del tema OVNI. Aquel día, sobre las 18.00 h., llegaron a la puerta de la finca, aún estaba el terreno mojado por las recientes lluvias y de repente: «Ya estaba dentro de la finca, del chalet, cuando vi pasar por detrás de la vivienda y en el ángulo de la azotea un objeto de color anaranjado. No dije nada a nadie, pero enseguida se me vino a la mente la idea de que aquello que yo había visto pudiera ser un OVNI».
José Manuel Mora prosigue: «Cuando mi padre abrió la cancela nos dirigimos hacia la casa. Lo primero que se me ocurrió fue fotografiarlo y tuve que esperar a que mi padre abriera a puerta de la casa para coger la cámara. Dentro de unos días iban a venir unos primos míos y tenía preparada la cámara –mi pequeña Kodak Instamatic c/25– para tirarle algunas fotos. Por fin pude entrar en la casa y tomar la cámara para dirigirme inmediatamente al chalet y subir a la azotea. Ya en la azotea miré a mí alrededor para ver si lo veía de nuevo, pero no fue así. El objeto se había marchado, había desaparecido... Estuve intentando divisarlo y ya me disponía a abandonar la azotea cuando, entrando por la puerta del ascensor, vi un reflejo a mis espaldas: era el objeto. Venía muy deprisa, pero fue aminorando velocidad hasta que se situó en frente de la azotea, en el lado que da al sur y encima de un pino mediterráneo que hay unos mil o mil quinientos metros de donde yo estaba. Cuando le vi de nuevo no pude fotografiarlo tampoco, ya que no tenía cargada la máquina y tuve que pasar la película. Por fin tuve preparada la máquina y pude tirar la primera foto. Por entonces el objeto se había colocado encima del pino y había disminuido bastante su velocidad, por lo que pude asegurar mejor la fotografía y el encuadre. A partir de entonces el objeto empezó a aumentar de nuevo la velocidad y le tomé la tercera fotografía. Esa foto después, en el revelado que efectué, aparece como un fuerte destello luminoso. A partir de ese momento dejé de ver el objeto. Bajé precipitadamente de la azotea y me dirigí a mi casa. Allí tomé una bicicleta y me dirigí al lugar donde vi desaparecer al objeto pues me parecía que había aterrizado. Como lo vi desaparecer por donde estaba el pino, me dirigí hacía él. Ya en sus inmediaciones percibí un olor desagradable y fui hacia donde creí que procedía. Tras unos momentos de búsqueda vi un pequeño naranjal y en él unos agujeros en el suelo. Tomé algunas fotografías porque creí que aquellos agujeros debían ser huellas dejadas por el objeto al aterrizar».
Impactado por su vivencia continuaba relatando: «Mientras estaba tomando las fotografías presentí que algo estaba volando y, sin saber por qué, tiré una foto al cielo. No sé ni por qué la tiré, pero parecía que algo me decía que allí había algo, y sin embargo, aparentemente, no veía nada. Después cogí de nuevo la bicicleta, volví a casa, desmonté el carrete y lo llevé a que me lo revelaran a la casa de fotos de Sanlúcar y esperé los resultados. Cuando los tuve en mi mano no podía resistir la tentación de decírselo a alguien y decidí contárselo a dos amigos míos. Al principio no daban crédito a mis palabras, pero tuvieron que rendirse a la evidencia cuando les mostré las fotografías. Uno de ellos y yo conocíamos a Manuel Osuna, ufólogo de conocida fama, y me aconsejó que fuera a verle y hablar con él. Días más tarde fui a casa de Manuel Osuna y este me dijo que le dejara los negativos para poderlos estudiar. Envió los negativos a Madrid para que los revisara un equipo de expertos. Al cabo de unos meses recibí una llamada telefónica de Manuel Osuna. Volví a su casa. Allí estaban las fotos ampliadas y un informe de los técnicos».
Manuel Osuna, pionero en la investigación ufológica en Andalucía, había mandado hacer un estudio de aquellas fotografías del joven José Manuel Mora, el informe decía: «Tanto el aspecto general como el formato del mismo, claramente amateur, nada hace sospechar que el cliché se haya destinado desde un principio al trucaje. Estos son procesos fotográficos que, aunque sencillos, requieren una limpieza de ejecución que se ve grandemente dificultada en el caso de negativos del formato comúnmente llamado miniatura, como el de este caso. El examen, a simple vista, del negativo, no hace pensar en ningún momento que haya sido sometido a ulteriores manipulaciones; de una sensibilidad media (21 DIN) aproximadamente, de marca y fabricación estándar, ha sido expuesto con cámara tipo amateur (Instamatic), cuyo objetivo fijo no permite trucajes del tipo de doble exposición y cuya velocidad de obturación, aún más estándar y también fija, no permite tampoco fijar imágenes en movimiento demasiado rápido, lo que explicaría, al menos en parte, la trepidación de las imágenes. El grano del negativo, medio, hace pensar, una vez más, en proceso amateur totalmente inofensivo. No se parecía, asimismo, ni reticulaciones del grano, ni irregularidades del mismo (a nivel macroscópico), ni tornasoles que hagan pensar en trucajes de tipo químico. En consecuencia, las imágenes obtenidas son reales y sin trucajes anteriores o posteriores al revelado».
En las ampliaciones además compruebas cómo aparece un objeto ovalado que en las fotografías originales (sin ampliar) no parecía estar, el acto de la ampliación y retoque de valores hizo que surgiera.
El objeto ovalado, el OVNI, parecía estar ascendiendo o en posición de despegue. Los técnicos calcularon sus dimensiones en unos treinta metros de diámetro.
Así fue como José Manuel Mora, de 17 años, captó lo imposible –un OVNI– un 13 de marzo de 1975, en Sanlúcar la Mayor.
El OVNI de Osuna
Sucedió un 22 de diciembre de 1971 en la localidad sevillana de Osuna. Una pareja de abogados, Alfonso del Castillo y Purificación González, viajaban en su vehículo por aquella carretera. De repente se vieron sorprendidos por una misteriosa luz de color violeta, aquella luz se elevó y desapareció para volver a aparecer justo tras el vehículo de la ya intranquila pareja.
Cuando el automóvil se acercaba a algún pueblo o lugar habitado se elevaba para volver a situarse tras ellos una vez pasada la misma... Aquella luz parecía acercarse más y más a ellos, la luz crecía en tamaño, la radio comenzó a sufrir anomalías...
Comenzaron a sentir un zumbido de tono agudo... En los sillones traseros del vehículo llevaban a un cachorro que despertó y comenzó a mostrar intranquilidad y aladrar hacia el techo...
Decidieron parar en un establecimiento de carretera, pero al regresar a la misma la luz surgía tras ellos... Les acompañó hasta que en una curva aquel misterioso objeto –de notable tamaño– les sobrepasó... Los sorprendidos testigos lo describieron como una especie de elipse que calculó que tendría unos siete metros de longitud con una serie de luces o focos en su estructura. Los focos centrales tenía un tamaño mayor y su intensidad era más potente.
Mientras aquel artefacto les pasaba Alfonso del Castillo pisó el acelerador pero el automóvil manifestaba unos claros síntomas de perdida de potencia, ¡apenas cogía los 40 kms/h!
La luz, tras muchos kilómetros de persecución se perdió en el cielo para llevar la tranquilidad a aquella asustada pareja.
Más allá de los OVNIs
La península ibérica parece uno de esos lugares elegidos preferiblemente por estos singulares visitantes para manifestarse y particularmente en Andalucía, la comunidad autónoma de España que más avistamientos y encuentros ufológicos registra estadísticamente. La diversidad es inaudita, y sus casuística realmente sorprendente. Las oleadas OVNI se manifiestan con numerosos avistamientos en los cuatro puntos cardinales de nuestro país. Desde los extraños avistamientos en la región gallega, pasando por los no menos curiosos de la región levantina o la inusual y sorprendente oleada andaluza con especial relevancia en la zona sevillana del entorno denominado como Triángulo Magnético en cuyos vértices se encuentran las localidades de Aznalcóllar, Gerena o El Castillo de las Guardas, por destacara alguna zona de mayor incidencia.
El fenómeno OVNI, sin lugar a dudas, es uno de esos cuyas derivaciones lo convierten en un tema de investigación casi infinito. Desde el fenómeno OVNI como tal y atendiendo a un criterio literal de su definición como lo es o son los objetos volantes no identificados, atravesando los controvertidos temas como el contactismo, visitantes de dormitorio, abducciones, encuentros cercanos con naves y seres de aspecto humanoide de procedencia desconocida, la trans-ufología y muchas otras derivaciones.
A diario se producen, en todas partes del mundo, un gran número de avistamientos, contactos, abducciones y todo tipo de fenómenos relacionados con el tema OVNI, fenómenos que nos hacen meditar en la posibilidad de la existencia de vida inteligente en otros lugares de nuestro infinito Universo y de las posibles visitas a este remoto punto ubicado en algún lugar de una perdida galaxia...
John Mooner, el ufólogo británico que fue abducido por los extraterrestres: "Google Earth captó mi secuestro"
por Sandra González
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Un OVNI tipo "Adamski" captado por el ufólogo. JOHN MOONER |
La vida en otros planetas es esa incógnita que no terminamos de resolver. Hay quien cree en ella, a quien le parece una auténtica locura y hay quien, directamente, se dedica a investigar sobre alienígenas y otros fenómenos paranormales de la galaxia. Ellos son los ufólogos, esas personas que vigilan los cielos e, incluso, llegan a afirmar que estos seres del espacio están entre nosotros. ¿Verdaderamente existen los extraterrestres? ¿Cómo son? ¿Cuál es su forma de comunicación? Son muchas las preguntas que suscita el universo, pero FCINCO ha tenido la oportunidad de hablar con uno de los hombres que más sabe sobre la vida extraterrestre.
Su nombre es
John Mooner, de origen británico y de profesión ufólogo. Actualmente es el investigador jefe de
World Ufo Photos, una web que recibe fotos misteriosas de todo el mundo para investigarlas, y también trabaja para la
Sociedad Británica de Misterios Terréstres y Aéreos (BEAMS, por sus siglas en inglés). Pero como toda historia, la de Mooner también tiene un comienzo.
Newton Abott, Devon, Inglaterra. Corría el año 1993 y Mooner paseaba por las calles del pueblo británico a plena luz del día. Lo que no esperaba era que, de pronto, se plantara frente a él una criatura con alas y unos enormes ojos rojos. Mooner asegura que todavía se estremece cuando lo recuerda. Era Mothman, el hombre polilla. Este ser lanzó una enorme sombra negra sobre Mooner y desapareció en la distancia, sobrevolando la ciudad. Según cuenta el británico, se quedo en estado de shock, temblando y paralizado por el miedo. No fue capaz de reaccionar. Desde entonces, su vida cambiaría por completo.
Una vida en torno a los extraterrestres
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Un círculo de luces captado por el ufólogo. JOHN MOONER |
John Mooner comenzó a llevar su rutina diaria de forma completamente diferente a los demás. "Experimentaba fenómenos paranormales casi a diario", recuerda. Dice haber visto más OVNIs de los que puede recordar.
Cuenta Mooner que existen más especies de extraterrestres de las que podemos imaginar. Diferentes rasgos físicos, diferente apariencias...
"Algunos son como insectos, otros se parecen a los grises clásicos de las películas e incluso algunos tienen apariencia humana", asegura el experto, y clasifica las "especies" más habituales:
- Los Pleyadianos: según el británico, son los que se asemejan a la especie humana. Provienen de otra constelación y son considerados "seres iluminados" que buscan el bien del planeta Tierra.
- Los Reptilianos: cuentan con un gran tamaño y, tal y como indica su nombre, sus características son muy similares a las de los reptiles.
- Los Grises: son los seres a los que se refiere el ufólogo como a los "clásicos". Se trata de seres delgados con la cabeza grande y alargada y unos enormes ojos negros. Según cuentan en el sector de la ufología, podrían ser los responsables de misteriosas desapariciones de muchas personas en el planeta.
- Los Nibiruanos: se dice que provienen del planeta Nibiru, cuya denominación significa "los que bajaron del cielo a la tierra". Son seres gigantes, similares a los dioses egipcios. Según afirman los ufólogos, estos seres podrían regresar al planeta en cualquier momento.
Una vez definidos los pasajeros, toca preguntar por la nave.
"Algunos OVNIs son físicos, mientras otros no. He llegado a la conclusión de que algunas naves alienígenas pueden adoptar cualquier forma", explica Mooner. Por tanto, y según asegura, existirían
infinitos tipos de ovnis: con forma de platillo, de bellota, de yunque, acampanados, sin forma, sólo simples destellos en forma de órbita de colores, cilíndricos y alargados... Y Mooner, que vigila los cielos, ha podido capturar a muchos de ellos en fotografías.
"Me secuestraron y Google Earth lo captó"
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La zona rodeada en rojo mostraría el supuesto combate entre Mooner y un alien. GOOGLE EARTH |
Sin embargo, la vigilancia de los seres del espacio exterior no está exenta de peligros. Mooner asegura que lo secuestraron los extraterrestres, e incluso afirma que Google Earth captó el momento.
"La aplicación me estaba dando problemas, así que busqué una opción on line y encontré el mapa de satélite de Google (Satdrops). Cuando descargué las imágenes de la web, pensé en buscar el área donde estuve el año pasado detectando OVNIs. Lo que vi me dejó sin palabras...", cuenta.
"Me secuestraron y esta imagen de satélite es la prueba. En ella se ve cómo yo mismo luchaba contra un alienígena gris, golpeándolo en la cara", afirma.
"Recuerdo que llevaba una gorra de béisbol negra y una camisa", dice,
"definitivamente, era yo, y creo que los OVNIs venían a llevarme con ellos. Aunque no recuerdo este episodio en mi vida, he sufrido momentos esporádicos de saltos en el tiempo en los que me remontaba a años anteriores".
La anécdota siembra la duda sobre las intenciones de los alienígenas en la Tierra.
"Creo que los Pleyadianos tienen buenas intenciones, pero hay otras fuerzas alienígenas que simplemente son malas. Algunos buscan controlarnos y cambiar la forma en que actuamos y pensamos. Quieren controlar nuestra tecnología y nuestro nivel de avance... y lo consiguen asesinando animales y humanos", asegura Mooner.
Además, según él los extraterrestres habrían establecido bases en la parte posterior de la Luna, por lo que les resultaría más sencillo visitar nuestro planeta en busca de material genético. Al parecer, estarían en posesión de tecnología de camuflaje, por lo que podrían estar entre nosotros. Si Mooner tiene razón, no estamos solos en el universo.
Hace 60 años comenzaban los archivos X en Uruguay
La fundación del Ciovi, un grupo pionero de investigación en Sudamérica.
por Andrés López Reilly
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El 29 de abril de 1958 el Ciovi se reunió por primera vez. Foto: archivo El País |
Hace 60 años un grupo de veinteañeros uruguayos formó una institución pionera en América del Sur en el estudio del fenómeno ovni. El Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados (Ciovi) se mantuvo activo durante prácticamente medio siglo. Y de hecho los dos sobrevivientes del grupo fundacional, Milton Hourcade (quien vive desde hace muchos años en EE.UU.) y Germán Vázquez, con 80 años en promedio, continúan atentos a lo que ocurre en el mundo con el fenómeno, que todavía es muy taquillero para Hollywood.
"Teníamos un interés juvenil de explorar algo que aparentemente estaba ocurriendo en el Norte y en otros lugares del mundo, y que era un gran misterio. En definitiva, después pudimos determinar que estaba un poco inflado y que en cierto modo se estaba usando para ocultar alguna que otra cosa que se estaba haciendo por ahí, como para distraer la atención. Además, estábamos incentivados por el cine de la época, que era nuestro hobby", comenta Vázquez a El País.
El 29 de abril de 1958, el Ciovi se reunió por primera vez. Lo que para muchos era una utopía, fue abordado de forma seria y metódica por este grupo de muchachos que más de una vez fueron tildados de "locos". Tan en serio se lo tomaron, que el sistema de investigación del Ciovi sería adaptado, años después, por la Fuerza Aérea Uruguaya, donde funciona, desde fines de la década de 1970, la Comisión Receptora Investigadora de Denuncias Ovni (Cridovni), que todavía hoy estudia casos de avistamientos y cada tanto emite comunicados explicando los fenómenos.
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Hoy quedan dos sobrevivientes de aquel grupo fundacional: Milton Hourcade y Germán Vázquez. Foto: archivo El País |
"Prendimos la mecha de algo que después se iría expandiendo y que se nos fue un poco de las manos, porque la cosa se hizo demasiado grande y nos vimos comprometidos a cumplir. Nos habíamos metido en un campo que poca gente conocía, tuvimos que partir prácticamente de cero. En esas épocas la mayoría de los grupos o de la gente que se dedicaba a eso lo hacían buscando trascendencia o algún tipo de beneficio personal. Desde el primer momento, cuando salimos por primera vez en la prensa, nos comprometimos a tener un enfoque serio. Tuvimos que elaborar métodos de investigación, formularios de registro y prepararnos en alguna que otra disciplina", recordó Vázquez.
El grupo original hizo después una convocatoria por radio para que ingresaran otras personas. Se fijó una reunión que se llevó a cabo en la Asociación Cristiana de Jóvenes, a la que concurrieron más de 40 personas. Al final, el Ciovi quedó constituido por un Consejo Directivo (que integraban los fundadores) y otro conjunto de interesados en el tema.
Primeros pasos
El grupo fue muy numeroso al inicio, pero al poco tiempo se decantó. A fines de los 50 y comienzos de los 60, era todo mucho más difícil.
"Si teníamos que ir a Artigas por un caso, había que hacerlo en tren o en algún avión que consiguiéramos, o en ómnibus que era más lento todavía. Todo eso nos demandaba muchísimo esfuerzo; hoy día, con lo que se ha avanzado en las comunicaciones, sería todo mucho más fácil", reflexiona Vázquez.
"Quedamos poco más de diez personas, que estuvimos trabajando en el tema por más de 20 años. Nos complementábamos muy bien, porque cada uno de nosotros tenía una especialización distinta. Fuimos a todos los lugares que había que ir, entrevistamos a toda la gente que veía cosas, y arrancamos de cero, porque no había criterios de investigación en Uruguay y prácticamente en América tampoco. Creamos nuestros propios sistemas de investigaciones, nuestras fichas, e hicimos contactos dentro y fuera del país", recuerda.
"También creamos un Consejo Consultivo en el que participaban técnicos de distintas áreas. Por ejemplo, si el caso ameritaba consultar a un especialista en aviación, lo hacíamos. Si encuadraba dentro de lo que podía ser un fenómeno meteorológico, recurríamos a un técnico específico. Si había marcas o huellas, consultábamos a la Facultad de Agronomía", añade. Y recuerda que
"de cada 100 casos que investigábamos en Uruguay, 99% eran explicables. Y el restante 1% quedaba con el rótulo provisorio de Ovni, es decir, Objeto Volador No Identificado".
La seriedad en el abordaje del tema, a diferencia de algunos "cuentamusas" que vivieron explotando el fenómeno, fue una característica del Ciovi durante toda su existencia. Milton Hourcade publicó 50 años después, como resumen de toda una vida de dedicación al tema, el libro Ovnis, la agenda secreta, una investigación que según la opinión de Vázquez
"no se vende porque es seria y no habla de imaginaciones".
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Imagen fraudulenta, un ovni ingresando a los bañados de Rocha (“armada” con un tapón de goma, un alambre y algo de arena mojada). Foto: archivo El País |
La euforia y el negocio en torno a los "marcianos"
Cuando se le pregunta al exintegrante del Ciovi Germán Vázquez si existen los alienígenas, no duda al responder: "Es muy probable que existan, eso para mí es un hecho casi innegable. Pero sobre contactos y abducciones, por ejemplo, no hay nada probado".
El mito de los "platillos voladores" comenzó en Estados Unidos el 24 de junio de 1947, cuando el piloto civil Kenneth Arnold avistó desde su avioneta nueve objetos reverberantes que, velozmente, "picaban" y subían entre los picos de Mount Rainier, en el estado de Washington.
Un mes después del avistamiento de Arnold, el llamado "incidente Roswell" sacudió al mundo. En las cercanías de Roswell, en Corona, estado de Nuevo México, el 3 de julio de 1947 un objeto desconocido explota produciendo extraños escombros en una finca rural. La prensa publicó que había caído un plato volador, aunque después el gobierno salió a desmentirlo. Se han escrito muchos libros y rodado películas sobre los presuntos sucesos, tanto novelas de ficción como informes serios y elaborados. Y en Roswell todo gira en torno a los ovnis y los extraterrestres, como en Orlando ocurre con Mickey Mouse.
El mito de la estancia La Aurora de Paysandú
Una noche a mediados de la década de 1970 un estanciero de Paysandú salió de su casa creyendo que el gallinero se estaba incendiando. Se dirigió con sus hijos hacia el lugar y vio que las aves estaban a salvo, pero alborotadas porque un viejo ombú estaba en llamas. Aparentemente, había un perro muerto y otras señas curiosas en el terreno, como un generador de electricidad quemado y un conjunto de cables retorcidos. Todo hacía suponer que la caída de un rayo había causado tal desorden. Pero según narraron el hombre y sus hijos después, algo absolutamente fuera de lo normal había ocurrido: una fuerte luz pendular de unos tres metros de diámetro descendió del cielo para, segundos después, ascender verticalmente e introducirse en otra de mayores dimensiones con forma de triángulo isósceles. Se dice que mientras la luz se alejaba, ocurrió un apagón en la ciudad de Salto, ubicada a diez kilómetros de distancia.
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El mito de la estancia La Aurora, ubicada entre Salto y Paysandú. Foto: archivo El País |
El estanciero en cuestión era Ángel María Tonna y su estancia La Aurora, una propiedad que se transformaría pronto en una auténtica romería extraterrestre.
Según los exintegrantes del Ciovi, este hecho que durante décadas se asoció a los extraterrestres y a los platillos voladores nada tiene que ver con el fenómeno y la posibilidad de vida inteligente en otros planetas.
https://www.elpais.com.uy/informacion/sociedad/anos-comenzaban-archivos-uruguay.html