Una estrella con agua para llenar siete océanos podría explicar el origen del universo
El descubrimiento sugiere que el sistema solar esconde una enorme reserva de hielo oculta y que puede haber vida más allá de nuestro planeta. Los planetas cubiertos de agua como la Tierra pueden ser más comunes de lo que pensamos.
Hydrae tiene tanta agua que podría llenar océanos enteros. Fotos: NASA
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Astrónomos detectaron por primera vez grandes
cantidades de vapor de agua fría alrededor de los discos de polvo que
envuelven una estrella joven, el material que da origen a los planetas.
El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista Science, sugiere que el sistema solar esconde una enorme reserva de hielo oculta con la que se podrían llenar miles de veces los océanos de la Tierra.
Por eso los científicos creen que los planetas cubiertos de agua como la Tierra pueden ser más comunes de lo que pensamos y la posibilidad de encontrar vida es menos remota.
El equipo de astrónomos utilizó el telescopio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA) para observar TW Hydrae, una estrella de entre 5 y 10 millones de años, a solo 176 años luz de distancia de la Tierra, que se encuentra en la etapa final de su formación.
La estrella está rodeada por un disco de polvo y gas que puede condensarse para formar un completo sistema planetario.
Los científicos habían encontrado con anterioridad vapor de agua caliente en discos de formación planetaria cercanos a su estrella central.
Pero hasta ahora, la evidencia de grandes cantidades de agua en los límites más fríos del disco nunca había podido demostrarse. Esta detección, que podría suponer una rica fuente de agua para los planetas que se forman en torno a esta joven estrella, es la primera de su clase y ha sido posible realizarla gracias al instrumento HIFI de Herschel.
¿Un proceso igual al que formó nuestro planeta?
“El proceso sería similar a los acontecimientos en la evolución de nuestro propio Sistema Solar, donde durante millones de años granos de polvo similares a los hallados junto a TW Hydrae se agruparon para formar cometas”, dice Michiel Hogerheijde, responsable del estudio e investigador de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.
Muchos científicos defienden que una gran proporción de agua de la Tierra pudo haber llegado en cometas y asteroides cargados de hielo que bombardearon nuestro mundo durante y después de su formación, lo que facilitó la aparición de la vida.
Estudios recientes del cometa Hartley 2 sostienen esa teoría. Esta investigación abre nuevos caminos en la comprensión del papel del agua en la formación planetaria y proporciona a los científicos un nuevo campo de pruebas para conocer cómo el agua llegó a nuestro propio planeta.
El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista Science, sugiere que el sistema solar esconde una enorme reserva de hielo oculta con la que se podrían llenar miles de veces los océanos de la Tierra.
Por eso los científicos creen que los planetas cubiertos de agua como la Tierra pueden ser más comunes de lo que pensamos y la posibilidad de encontrar vida es menos remota.
El equipo de astrónomos utilizó el telescopio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA) para observar TW Hydrae, una estrella de entre 5 y 10 millones de años, a solo 176 años luz de distancia de la Tierra, que se encuentra en la etapa final de su formación.
La estrella está rodeada por un disco de polvo y gas que puede condensarse para formar un completo sistema planetario.
Los científicos habían encontrado con anterioridad vapor de agua caliente en discos de formación planetaria cercanos a su estrella central.
Pero hasta ahora, la evidencia de grandes cantidades de agua en los límites más fríos del disco nunca había podido demostrarse. Esta detección, que podría suponer una rica fuente de agua para los planetas que se forman en torno a esta joven estrella, es la primera de su clase y ha sido posible realizarla gracias al instrumento HIFI de Herschel.
¿Un proceso igual al que formó nuestro planeta?
“El proceso sería similar a los acontecimientos en la evolución de nuestro propio Sistema Solar, donde durante millones de años granos de polvo similares a los hallados junto a TW Hydrae se agruparon para formar cometas”, dice Michiel Hogerheijde, responsable del estudio e investigador de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.
Muchos científicos defienden que una gran proporción de agua de la Tierra pudo haber llegado en cometas y asteroides cargados de hielo que bombardearon nuestro mundo durante y después de su formación, lo que facilitó la aparición de la vida.
Estudios recientes del cometa Hartley 2 sostienen esa teoría. Esta investigación abre nuevos caminos en la comprensión del papel del agua en la formación planetaria y proporciona a los científicos un nuevo campo de pruebas para conocer cómo el agua llegó a nuestro propio planeta.
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