Más grandes que la Tierra, con océanos y atmósferas ricas en hidrógeno: identifican un tipo de exoplanetas que podrían albergar vida
Son mucho más numerosos que los similares a la Tierra y en ellos los científicos esperan encontrar señales de vida en pocos años.
Exoplaneta, imagen ilustraiva. (ESA/Hubble / www.globallookpress.com) |
Es posible que exista vida en planetas que han estado ocultos a la vista, según un estudio publicado este jueves en The Astrophysical Journal, en el que un equipo de la Universidad de Cambridge identifica una nueva clase de exoplanetas habitables que han bautizado como 'Hycean'.
Su nombre se debe a la unión de dos palabras en inglés, hidrógeno ('hydrogen') y océano ('ocean'). Según el estudio, los 'Hycean' son mucho más numerosos que los planetas similares a la Tierra y en ellos confían encontrar bioseñales de vida en dos o tres años.
Estos planetas pueden ser hasta 2,6 veces más grandes que la Tierra y su temperatura atmosférica alcanzar los 200° C, pero sus condiciones oceánicas podrían ser similares a las que favorecen la vida microbiana en los océanos de la Tierra.
"Los planetas Hycean abren una vía completamente nueva en nuestra búsqueda de vida en otros lugares", dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Nikku Madhusudhan, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge.
A la caza de nuevas bioseñales
El equipo de investigadores también ha identificado una muestra considerable de posibles planetas 'Hycean': los candidatos serán estudiados en detalle con el Telescopio Espacial James Webb, cuyo lanzamiento está previsto para finales de este año.
Todos ellos orbitan alrededor de estrellas enanas rojas que se encuentran a una distancia de entre 35 y 150 años luz de la Tierra.
Otras posibilidades de encontrar vida en Titán, la luna de Saturno; y Marte, el Planeta Rojo
Dragonfly: la misión de la NASA que buscará señales de vida en Titán
La NASA ha anunciado que el próximo viaje dentro del sistema solar será con destino a Titán, una de las lunas de Saturno, rico en materia orgánica y por lo tanto sería la primera oportunidad de encontrar otras formas de vida.
por Candelaria Reinoso
La misión Dragonfly realizará múltiples viajes para explorar y examinar sitios alrededor de la luna helada de Saturno. Al encontrarse tan distante al Sol, su temperatura es extremadamente baja, exactamente 180 grados bajo cero. Es así como los gases existen en forma líquida, creando por ejemplo mares de metano. Al igual que el agua cuando se congela, los gases se condensan con el frío.
“Dentro de las lunas que conocemos, es la única que tiene una atmósfera que se asemeja a la de la Tierra” explica el mendocino Gabriel Caballero, director de The Mars Society Argentina (TMSA), organización sin fines de lucro que busca atraer al público al mundo de la astronomía y la exploración espacial.
Titan posee químicos prebióticos, elementos que se producen tanto por seres vivos como por procesos geológicos, lo que lleva a la disyuntiva de si existirá alguna forma de vida habitando la luna. “No sabemos si hay alguna forma de vida que los están creando y dejando rastros que detectan las naves. La idea es tomar muestras, recolectar y medir su superficie antes de que la nave se destruya, ya que el entorno es tan extremo que es difícil crear un equipo que sobreviva mucho tiempo” aclara el experto.
La atmósfera de Titán no es igual a la de la Tierra, por lo que se proponen formas de vida distintas. “No se ha encontrado agua en su superficie, y toda la vida que existe en la Tierra depende del agua”, explica el director. “Plantas, microrganismos, animales, todos dependen del este elemento, pero quizás existan otras formas de vida que dependan de otros compuestos químicos”, plantea Caballero.
Titán tiene este misterio y es que se parece a una época primitiva de la Tierra, hace millones de años. Por un lado, nos ayudaría a entender cómo se formó la vida en nuestro planeta, cuáles fueron los procesos geológicos, no solo en la Tierra sino en el universo.
“Titán podría convertirse en un lugar donde los humanos logren habitar en el futuro. Cuenta con una atmósfera densa y la gravedad suficiente como para desplazarse por su superficie. Si aprendemos cómo es la atmósfera y cómo adaptarnos, podríamos llegar a construir hábitats. A veces es difícil no entrar en la ciencia ficción, hace 50 años se imaginaban cosas que hoy están pasando, como estaciones espaciales y viajes al espacio”, cuenta el mendocino.
“Esto nos enseña lo valioso que es nuestro planeta al ver lo difícil encontrar un ambiente similar, pero es inevitable que la humanidad en algún momento se expanda y quiera estar en otros puntos de la galaxia, y Titán podría ser perfectamente uno de estos puntos, junto con Marte y otras lunas de Júpiter que poseen agua”, explica.
Gracias a la misión Mars 2020, que llevaba un dron y un róver, se demostró que se puede volar en otros planetas y que no necesariamente son necesarios vehículos con ruedas, sino voladores. Dragonfly aprovecha estos conocimientos y llevará un laboratorio volador, que estará en la superficie la mayor parte del tiempo, tomará muestras, sacará fotos y utilizará hélices para desplazarse. La baja gravedad de Titán hará que sea fácil levantar elementos, y su densa atmósfera favorece el vuelo.
Este concepto de misión fue recientemente aprobado por la NASA y cuentan con las inversiones necesarias para proyectar un lanzamiento en 2026 y un aterrizaje en 2034.
“Cuando se trata de la exploración espacial, si bien muchas veces solo se conoce cuántos fueron los gastos, no le dan atención a cuánto fue el retorno, que es de por lo menos un dólar y medio por cada dólar invertido. Además, estas investigaciones son de tan alta tecnología, que muchas veces terminan diseñando elementos como telas especiales para que la nave pueda estar expuesta a temperaturas muy bajas y luego las patentan y venden para crear camperas super térmicas que puedan utilizarse en la Antártida. Económicamente es eficiente, además de los beneficios científicos, sociales e históricos”, explica Caballero.
“Me entusiasma encontrar vida, es algo que siempre me ha llamado la atención. Para mí es un rotundo sí, pero todavía falta descubrirla. Es tan grande el universo que me divierte la idea de averiguar qué tan especiales somos o no. El hecho de conocer lugares tan extremos donde sería imposible vivir me da otra perspectiva de lo único que es nuestro planeta y de querer cuidarlo y mantenerlo. Por ahora es nuestro único hogar”, cuenta el experto.
La corteza de Marte podría amparar la vida de microbios gracias a la radiación
Científicos de la NASA creen que la vida podría encontrar refugio en ese planeta, a pesar de la tormentas de polvo, los rayos cósmicos y los vientos solares que asolan su superficie. Cuáles son las razones.
Elementos radiactivos que desintegran las moléculas de agua podrían haber impulsado la vida microbiana en el subsuelo marciano, según un nuevo estudio publicado en Astrobiology.
Este proceso, conocido como radiólisis, ha mantenido bacterias en grietas aisladas llenas de agua y poros de rocas en la Tierra durante millones a miles de millones de años.
Las tormentas de polvo, los rayos cósmicos y los vientos solares asolan la superficie del planeta rojo. Pero bajo tierra, algo de vida podría encontrar refugio. “El entorno con las mejores posibilidades de habitabilidad en Marte es el subsuelo”, explicó Jesse Tarnas, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y autor principal del nuevo estudio.
Examinar el subsuelo marciano podría ayudar a los científicos a saber si la vida pudo haber sobrevivido allí, y las mejores muestras del subsuelo disponibles en la actualidad son los meteoritos marcianos que se estrellaron contra la Tierra.
Examinar el subsuelo marciano podría ayudar a los científicos a saber si la vida pudo haber sobrevivido allí (NASA) |
Tarnas y sus colegas evaluaron el tamaño de los granos, la composición mineral y la abundancia de elementos radiactivos en los meteoritos marcianos y estimaron la porosidad de la corteza marciana utilizando datos de satélites y rover. Conectaron estos atributos en un modelo de computadora que simulaba la radiólisis para ver qué tan eficientemente el proceso habría generado gas hidrógeno y sulfatos: ingredientes químicos que pueden impulsar el metabolismo de las bacterias subterráneas.
Los investigadores informan que si hubiera agua, la radiólisis en el subsuelo marciano podría haber sostenido comunidades microbianas durante miles de millones de años, y tal vez todavía pueda hacerlo hoy. Los científicos han estudiado previamente la radiólisis de Marte, pero esta marca la primera estimación que utiliza rocas marcianas para cuantificar la habitabilidad del subsuelo del planeta.
Tarnas y sus colegas también evaluaron la riqueza potencial de la vida en el subsuelo marciano y encontraron que hasta un millón de microbios podrían existir en un kilogramo de roca. Las muestras de meteoritos más habitables analizadas parecían estar hechas de un tipo de roca llamada brecha de regolito. “Se cree que provienen de las tierras altas del sur de Marte, que es el terreno más antiguo de Marte”, precisó Tarnas, citado por Scientific American.
Esta imagen tomada por el la sonda espacial Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA muestra capas de hielo en el polo sur de Marte (NASA/Europa Press) |
Pequeñas tormentas de polvo son claves
Combinando observaciones de tres misiones en Marte, científicos han podido demostrar que las tormentas de polvo regionales juegan un papel muy importante en la desecación del Planeta Rojo. Las tormentas de polvo calientan altitudes más altas de la fría atmósfera marciana, evitando que el vapor de agua se congele como de costumbre y permitiendo que llegue más arriba. En los tramos superiores de Marte, donde la atmósfera es escasa, las moléculas de agua quedan vulnerables a la radiación ultravioleta, que las descompone en sus componentes más ligeros de hidrógeno y oxígeno.
El hidrógeno, que es el elemento más ligero, se pierde fácilmente en el espacio, y el oxígeno se escapa o vuelve a la superficie. “Todo lo que tienes que hacer para perder agua de forma permanente es perder un átomo de hidrógeno porque entonces el hidrógeno y el oxígeno no pueden recombinarse en agua”, dijo en un comunicado Michael S. Chaffin, investigador del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado en Boulder.
“Entonces, cuando se pierde un átomo de hidrógeno, definitivamente se pierde una molécula de agua”, añadió. Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que Marte, una vez cálido y húmedo como la Tierra, ha perdido la mayor parte de su agua en gran parte a través de este proceso, pero no se dieron cuenta del impacto significativo de las tormentas de polvo regionales, que ocurren casi todos los veranos en el hemisferio sur del planeta. Se pensaba que las tormentas de polvo que envuelven un globo y que azotan típicamente cada tres o cuatro años marcianos eran las principales culpables, junto con los calurosos meses de verano en el hemisferio sur, cuando Marte está más cerca del Sol.
Pero la atmósfera marciana también se calienta durante tormentas de polvo regionales más pequeñas, según un nuevo estudio publicado el 16 de agosto en la revista Nature Astronomy. Los investigadores, un equipo internacional dirigido por Chaffin, encontraron que Marte pierde el doble de agua durante una tormenta regional que durante una temporada de verano en el sur sin tormentas regionales.
Hace miles de millones de años, Marte tenía mucha más agua que en la actualidad. Lo que queda está congelado en los polos o encerrado en la corteza. Derretida, esta agua sobrante podría llenar un océano global de hasta 100 pies o 30 metros de profundidad, predicen algunos científicos.
Aunque científicos como Chaffin tenían muchas ideas sobre lo que le estaba sucediendo al agua en Marte, carecían de las medidas necesarias para unir la imagen completa. Luego, una rara convergencia de las órbitas de las naves espaciales durante una tormenta de polvo regional entre enero y febrero de 2019 permitió a los científicos recopilar observaciones sin precedentes.
El Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA midió la temperatura, el polvo y las concentraciones de hielo de agua desde la superficie hasta aproximadamente 62 millas, o 100 kilómetros, por encima de ella. Mirando dentro del mismo rango de altitud, el Trace Gas Orbiter de la ESA (Agencia Espacial Europea) midió la concentración de vapor de agua y hielo. Y la nave espacial Mars Atmosphere and Vollatile EvolutioN, o MAVEN, de la NASA, coronó las mediciones informando la cantidad de hidrógeno, que habría desprendido moléculas de H2O, en los tramos más altos de Marte, a más de 620 millas, o 1.000 kilómetros, sobre la superficie.
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