El profeta del fin del mundo: la fantástica vida del ufólogo Pedro Romaniuk
Nació en Médanos en 1923. Fue aviador, pero un accidente le provocó una experiencia cercana a la muerte y a partir de allí se volvió devoto del misterio. Escribió sobre los extraterrestres que salvarán a la humanidad, y creó una fundación donde investigó sobre estos temas y curaba con energía psicotrónica.
Por Marcelo Metayer
Pedro Romaniuk nació en 1923 y falleció en 2009. (FICI, mejorada con IA) |
En los años ’70 y ’80 del siglo pasado la investigación y divulgación de los OVNIs en Argentina tuvo un nombre y un rostro: Fabio Zerpa. Pero paralelamente se destacaba otra figura que tomó vuelos intelectuales muy distintos a los del ex actor uruguayo: Pedro Romaniuk, nacido en Médanos, provincia de Buenos Aires, y luego afincado en Virrey del Pino, en el partido de La Matanza, donde operaba su Fundación Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones (FICI). El medanense escribió sobre muchos temas, siempre centrado en la “ciencia extraterrestre” y sus hipótesis apocalípticas: aseguraba que el fin del mundo estaba próximo y entonces los seres de las estrellas vendrían a rescatar a los elegidos. Siempre fue reconocido, y discutido, por los ufólogos; pero el gran público lo conoció por la difusión de la obra de su amigo Benjamín Solari Parravicini, el ”Nostradamus argentino”, en varios de sus libros.
Es muy escasa la información biográfica disponible sobre Romaniuk. Una guía de la ufología argentina escrita por Roberto Banchs y publicada en el año 2000 comenta lacónicamente sobre el investigador: “Aviador civil. Perito en la Junta investigadora de accidentes de aviación. Parapsicólogo, se considera experto dotado. Sus primeros libros son ‘Naves extraterrestres y sus incursiones en la Tierra’ (1969) y ‘La Tierra está temblando’ (1970), seguidos de otras numerosas obras de carácter cataclístico-apocalíptico. (…) Conferenciante en radio, televisión y salas públicas de todo el país, extiende sus intereses a la piramidología, bioenergética y psicotrónica, y medicinas alternativas. En 1971 sienta las bases del Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones Extraterrestres, luego Fundación (FICI)”.
Amor por el cielo y la Tierra
La cuestión es que Pedro nació, como se ha dicho, en Médanos, en el sur de la provincia de Buenos Aires, en plena “franja de Bahía Blanca”, una zona considerada muy especial por los investigadores de hechos anómalos. Era hijo de un inmigrante ruso. Una decena de años después la familia se fue a vivir a la Capital Federal.
A Pedro Romaniuk lo atrajo el cielo desde su infancia. Y a los 19 años, en 1942, egresó de la Escuela de Aviación. Pocos años más tarde tuvo una experiencia que marcó su vida. Porque el 25 de octubre de 1947 sufrió un grave accidente cuando piloteaba un avión cuatrimotor de la Fuerza Aérea Argentina. La aeronave se desplomó al estallar uno de los motores a pocos minutos de levantar vuelo desde el aeropuerto militar de El Palomar. Allí pasó unos minutos al borde de la muerte. Y relató: “Durante algunos minutos estuve en el plano astral y allí pude ver a las 24 jerarquías mayores, que me mostraron mi futuro y el de la humanidad”.
Desde ese momento comenzó a interiorizarse en los misterios del universo.
Se licenció en parapsicología, fue titular del Instituto Superior de Ciencias Técnico Humanísticas del colegio La Salle, en Vicente López, y fundador del Instituto de Biopsicosíntesis de la Universidad Argentina John F. Kennedy. Realizó estudios de física nuclear, meteorología y geología. Asistió como delegado argentino al Congreso Mundial sobre OVNIs en Alemania Federal, Mainz, en octubre de 1979. Todo esto, entre muchas otras cosas.
Y mientras tanto, escribía. A sus primeros libros siguieron una veintena, siempre centrados en la ciencia extraterrestre y el apocalipsis.
Además de los libros, la creación predilecta de Romaniuk fue la Fundación que lideró en Virrey del Pino. Allí construyó dos pirámides cubiertas de láminas de cobre que utilizaba para lo que él denominaba curación psicotrónica, y donde, según cuenta el escritor Jorge Suárez, “alivió el sufrimiento de miles de personas”. Y no solo eso: en el prefacio de “Cono Sur: faro de luz en el mundo” (1992) se afirma que en la FICI “se orienta a las personas respecto a las cuestiones más importantes del Saber, de la Conciencia, de la Solidaridad, de la Evolución y de todo lo Trascendente. Hay conferencias, charlas, debates, audiovisuales, cursos, convenciones, jornadas de solidaridad”.
Una de las pirámides de la Fundación que creó Romaniuk en La Matanza. (Facebook FICI) |
La evacuación masiva
Romaniuk escribió sobre muchos temas, pero sus preocupaciones centrales siempre fueron las mismas: la trascendencia del hombre, el fin del mundo, la nueva humanidad, los extraterrestres como guías y salvadores. En varios de sus libros, esa visión se condensa con Jesucristo compartiendo la tapa con los OVNIs.
Jesucristo rodeado de OVNIs en tres tapas de libros de Romaniuk. (DIB | Colección del autor) |
En “Apocalipsis y Nueva Era” (1987), afirmó que los discos voladores “intervendrían directamente en una evacuación masiva de seres humanos de la Tierra, en el instante previo al inicio de una guerra nuclear o de cataclismos mundiales como los que están latentes”. Y cuando en una entrevista de 2007 le preguntaron “como se definiría”, respondió: “Como un hijo de Dios que solo desea ser uno más de los 144.000 hijos ‘mansos y humildes’ que cita nuestra Biblia y que integrarán el Nuevo Reino de los Cielos”.
Esa idea milenarista del rescate desde el cielo, que para el cristianismo no católico se denomina “arrebatamiento” o “rapto”, está extendida por todas partes y muchos ufólogos actuales, tanto en Argentina como en otros rincones del mundo, la siguen difundiendo.
En Capilla del Monte, la denominada capital mística de nuestro país, se pueden ver conferencias e imágenes relativas a estas ideas por todas partes. Y es que el ovnílogo visitó mucho esa localidad cordobesa y tuvo gran predicamento allí. Guillermo Dangel afirma que Pedro “fue un asiduo visitante de Capilla del Monte, donde realizaba sus conferencias siempre reveladoras en las que manifestaba las condiciones particulares que poseía el cerro Uritorco y su zona de influencia”. Sostenía que la localidad sobreviviría a un futuro desastre universal por sus condiciones energéticas y espirituales, y se convertiría en la Nueva Jerusalén.
Profecías y profetas
Esta idea había sido tomada por Romaniuk, a su vez, de una psicografía de su amigo Benjamín Solari Parravicini. Estas imágenes que se consideran profecías, dibujadas entre los años ‘30 y ’70 por el artista, fueron difundidas sobre todo en los libros de Pedro Romaniuk. Y dos de ellas, particularmente, se hicieron muy famosas desde 2001: las que muestran a la Estatua de la Libertad neoyorquina con la frase “el monumento será atacado dos veces”. Están en el ya citado volumen “Cono Sur: faro de luz en el mundo”, publicado nueve años antes de los ataques del 11-S.
La famosa psicografía de Parravicini: “El monumento será atacado dos veces”. (DIB | Colección del autor) |
Pedro Romaniuk falleció el 21 de febrero de 2009. Pronosticó muchas veces el fin del mundo, pero él se adelantó. Hoy en día, en tanto, su Fundación todavía existe, pero opera de manera mucho más reducida. Lo que sí lo sobrevivió fue su legado. Como se ha dicho, muchas de sus ideas continúan viviendo y discutiéndose. Quién sabe si alguna vez se cumplirá lo que escribió en las páginas finales de “Apocalipsis y Nueva Era”: “Los seres superiores nos llevarán de la mano con todo su amor y respeto profundos, para integrar al nuevo mundo que será sí o sí, cuando pasen las grandes tribulaciones ya inmediatas, en la Nueva Era donde solo habrá Hombres Nuevos”.
Ahora nos queda esperar.
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