Extraterrestres de la cuarta dimensión podrían estar invadiendo nuestro mundo, y ni siquiera lo sabemos
En teoría, es imposible para nosotros percibir una criatura de 4D. Es decir, a menos que irrumpa en nuestra realidad tridimensional.
Por Manasee Wagh
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El libro Flatland: A Romance of Many Dimensions de Edwin A. Abbott explora el concepto de dimensiones físicas a través de personajes que se encuentran con seres de dimensiones superiores. El protagonista, “A. Square”, vive en un mundo bidimensional llamado Flatland. Cuando la “Sphere” tridimensional lo visita, Square se da cuenta de que existe un mundo entero que nunca podría haber imaginado. Finalmente, sus interacciones con Sphere le abren la mente a la posibilidad de dimensiones aún superiores.
El libro, que sigue siendo popular después de 140 años, muestra la fascinación de la humanidad por las dimensiones superiores, así como nuestra lucha por comprender el concepto de un universo donde podrían existir seres de dimensiones superiores, como los extraterrestres. Seamos claros: en este punto, la posibilidad de que haya extraterrestres en cualquier dimensión es puramente hipotética, y mucho menos en la cuarta dimensión. Pero ese hecho no ha impedido que los científicos y filósofos exploren la idea de cómo sería una dimensión superior. Y muchos experimentos mentales ya han ampliado nuestro conocimiento matemático de las dimensiones superiores, permitiéndonos conceptualizar criaturas de cuatro dimensiones que interactúan con nuestro espacio tridimensional.
Las dimensiones superiores son una característica necesaria en matemáticas, ya que es la única manera de entender ciertos conceptos. Por ejemplo, la teoría de cuerdas (hasta ahora, nuestra mejor explicación de cómo se comportan las partículas más pequeñas del universo) requiere la existencia de dimensiones físicas superiores. De lo contrario, el comportamiento de las “cuerdas” vibrantes que los teóricos creen que componen todas las partículas no puede funcionar. Los físicos actuales aceptan la posibilidad teórica de que nuestro universo comenzó con hasta 11 dimensiones.
A lo largo de los años, los experimentos y los modelos matemáticos han proporcionado algunos indicios de las características de cuatro dimensiones. Por ejemplo, los experimentos bidimensionales realizados en Estados Unidos y Europa en 2018 demostraron evidencia de una existencia cuatridimensional, porque los científicos podían hacer inferencias lógicas basadas en cómo se comportan los electrones al experimentar un cambio específico en su carga eléctrica. Primero, los electrones se movían en una dirección a través de un material conductor de electricidad. Cuando los investigadores colocaron un campo magnético perpendicular al material, los forzaron a desviarse hacia la izquierda o hacia la derecha. Los electrones estaban esencialmente atrapados en dos dimensiones. Los físicos que participaron en el experimento extrapolaron que se produciría un efecto comparable en la cuarta dimensión, y que veríamos sus efectos en nuestra tercera dimensión familiar.
En otras palabras, podemos ver evidencia de la cuarta dimensión en nuestra propia realidad. Como seres tridimensionales, proyectamos una sombra bidimensional. El mismo principio podría ser válido para los seres cuatridimensionales que podrían dejar rastros de sí mismos en nuestro mundo. Para entender cómo, comencemos con el concepto básico de cómo se relacionan entre sí las diferentes dimensiones.
Como habitantes de un mundo tridimensional, percibimos fácilmente tres dimensiones: altura (o longitud), anchura y profundidad. Podemos viajar hacia arriba y hacia abajo, hacia la izquierda y hacia la derecha, hacia delante y hacia atrás. Y conocemos las dimensiones inferiores. La dimensión cero es un punto, que no tiene altura, anchura ni profundidad. La primera dimensión se ramifica y se convierte en una línea, con sólo longitud. Nada existiría más allá de esta línea para una criatura unidimensional. Las formas bidimensionales, como los personajes de Flatland, son lo que podemos dibujar en papel, como cuadrados y círculos. Tienen anchura y longitud, y también pueden viajar en estas direcciones. Sin embargo, una criatura bidimensional no podría escapar del trozo de papel en el que vive, porque simplemente no puede percibir nada más que dos dimensiones. Con la adición de una tercera dimensión, surge una realidad mucho más rica, porque ahora la forma puede viajar hacia arriba y hacia abajo, saltando directamente del papel. Esta es la forma del universo que conocemos y damos por sentado.
Ahora viene la parte complicada. Para pasar a dimensiones superiores, básicamente hay que hacer un ángulo recto con la forma anterior: primero hay que elevar al cuadrado la línea para la segunda dimensión y luego elevarla al cubo para llegar a la tercera dimensión. Para pasar a la cuarta dimensión, hay que hacer lo mismo: hacer un ángulo recto con el cubo, extendiéndolo hasta formar un “hipercubo” o teseracto. Cuatro líneas conectan cada punto y cada superficie es un cubo. A veces, los físicos describen la cuarta dimensión como un espacio perpendicular a un cubo. (¿Ya te sientes perdido?) Esta descripción, aunque geométricamente precisa, no es de mucha ayuda: ningún cerebro preparado para un mundo tridimensional puede entender cómo es realmente un teseracto u otro objeto de dimensiones superiores. Por lo tanto, en teoría, no seríamos capaces de percibir a un ser de cuatro dimensiones con nuestros sentidos, a menos que de alguna manera accediera físicamente a nuestra realidad tridimensional.
¿Cómo veríamos a los extraterrestres de dimensiones superiores si entraran en nuestro mundo tridimensional? “Bueno, depende de qué parte del objeto 4D esté pasando por nuestro espacio 3D”, explica la divulgadora científica Toby Hendy. En su canal de YouTube, Tibees, ofrece una visualización clara de cómo sería ver un objeto 4D en nuestra realidad tridimensional. Supongamos que hay una pelota 4D, Hendy extiende su mano y una pequeña bola roja de hilo aparece en ella. “En este momento, vemos una pequeña esfera, porque esta porción está cerca del borde de la pelota 4D”, dice. A medida que la pelota se mueve a través de nuestro mundo, parece crecer. Cuando sale de nuestro plano de existencia, se encoge de nuevo y luego desaparece. “La pelota 4D todavía existe, pero nuestra porción de espacio no la contiene”, concluye Hendy. Por otro lado, un ser 4D podría ver la pelota y saber exactamente dónde está, dice.
De la misma manera, un extraterrestre de la cuarta dimensión puede pasar prácticamente desapercibido a través de una “porción” de nuestro universo tridimensional. Solo aparecería una parte de ella, materializándose de la nada, y luego veríamos cada vez más partes de ella. Pero nunca podríamos verla toda a la vez, porque en realidad no podemos ver la cuarta dimensión con nuestros sentidos. Finalmente, se reduciría a nada de nuevo.
Si no puedes entenderlo del todo (no te culpamos), entonces piensa en ello de esta manera: el cuadrado en Flatland no puede comprender la tercera dimensión. Entonces, ¿cómo percibiría una esfera, un objeto tridimensional, invadiendo su plano de existencia bidimensional? Imagina que eres el cuadrado en la hoja de papel. A medida que la esfera desciende sobre la hoja que tienes frente a ti, comienzas a ver un pequeño círculo que aparece (de la nada). Este es el “trozo” principal de la esfera que está entrando en tus dos dimensiones. Poco a poco, a medida que la esfera continúa pasando por tu plano bidimensional, el círculo (que indica el diámetro del cuerpo de la esfera) se hace cada vez más grande, hasta que el centro de la esfera está completamente en tu plano. Luego, esta porción de esfera se encoge, hasta que no queda nada. En este punto, la esfera ha viajado completamente fuera de tu universo 2D.
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El hipercubo, o teseracto, es una forma que se da en la cuarta dimensión. Aquí se representa de una manera que podemos imaginar en nuestro mundo tridimensional. (Robert Broook/Science Photo Library//Getty Images) |
Para nosotros, eso significa que los extraterrestres pueden ser más grandes de lo que parecen, porque solo veríamos una porción tridimensional de ellos a la vez. Esto se ejemplifica en los juegos Miegakure y 4D Miner, donde puedes experimentar un mundo de cuatro dimensiones a través de nuestras percepciones tridimensionales comprensibles. Entonces, objetos como árboles y colinas aparecen y desaparecen, ya que nuestra percepción de ellos cambia a medida que nos movemos a través del espacio tridimensional. Los depredadores “hiperarañas” 4D de 3D Miner son especialmente amenazantes porque pueden moverse a través de los objetos mientras nos cazan. Esto se debe a que un objeto de cuatro dimensiones puede deslizarse a través de huecos que no podemos percibir o a los que no podemos acceder.
Una vez que alcanzamos dimensiones superiores, se vuelve aún más difícil imaginar cómo serían los seres que viven allí y cómo interactuarían con nuestras vidas tridimensionales. Matemáticamente, puedes seguir con estas iteraciones dimensionales y hacer modelos de aspecto atractivo. Al final, incluso modelos como estas formas de cuatro dimensiones son analogías demasiado simples para una realidad compleja que está fuera de nuestro alcance.
Entonces, ¿qué pensaría un extraterrestre de cuatro dimensiones de nosotros si visitara nuestra realidad tridimensional? La teoría sugiere que podría ver dentro de nosotros. Así como podemos ver una serie de objetos dispersos sobre una superficie bidimensional, todos a la vez desde nuestro punto de vista en la tercera dimensión, un ser de cuatro dimensiones podría vernos a todos a la vez. Un poco espeluznante.
Tal vez, mientras nos están estudiando, no tenemos ni idea. Basándonos en lo que sabemos sobre las dimensiones físicas, puede ser difícil detectar una nave espacial extraterrestre apareciendo en nuestro espacio. ¿Podría ser que, si algún avistamiento de OVNIs está realmente relacionado con extraterrestres, sea difícil de probar porque los extraterrestres pueden escabullirse fácilmente a una dimensión superior?
Modificado por orbitaceromendoza
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