La brújula para OVNIs en Ibiza del fundador del Circo del Sol
El multimillonario Guy Laliberté manda construir una macroescultura que se sitúa frente a su mansión en Ibiza (Cala Llentía), y ya es un atractivo turístico. Su esposa reconoce que llegó 'algo cambiado' tras su viaje al espacio, en el 2009.
El multimillonario Guy Laliberté manda construir una macroescultura que se sitúa frente a su mansión en Ibiza (Cala Llentía), y ya es un atractivo turístico. Su esposa reconoce que llegó 'algo cambiado' tras su viaje al espacio, en el 2009.
por Ricardo F. Colmenero
La macroescultura frente a la casa de Guy Laliberté (der.), el séptimo turista espacial del mundo. (Crédito: Germán G. Lama | AFP |
Houston, el primer payaso espacial tiene un problema. Guy Laliberté, el multimillonario fundador del Circo del Sol, que se puso en órbita con nariz de payaso, no parece tener ningún interés en poner los pies en la tierra, a pesar de que se bajó de la Soyuz TMA-16 hace ya casi cinco años.
Este verano le ha dado por pegarle un buen susto a los turistas que pasaron cerca de su mansión en Cala Llentía, en la isla de Ibiza, cuando al más puro estilo de la serie 'Perdidos', se toparon en medio de la nada con un círculo de 13 gigantescos monolitos de basalto. El más grande, en el centro de la obra, tiene nada menos que 20 metros de altura y ha recibido en su cima un baño de oro de 23 quilates.
A Laliberté se le ha ocurrido montar esta instalación pública entre su espectacular mansión y el islote de Es Vedrá que, como comentaba su esposa, la ex modelo y diseñadora Claudia Barila, a ambos les encanta contemplar desde casa porque posee "vibraciones magnéticas muy fuertes", que les transmiten mucha energía.
La aparición escultural no ha hecho más que alimentar las leyendas sobre un islote que ya tenía bastante con su historial de avistamientos OVNIs. En 1979, de hecho, el tema estuvo en el Congreso de los Diputados por culpa del desvío de un avión a Manises, tras avistar el piloto extrañas luces rojas. Además, los apuntes del padre carmelita Francisco Palau, que decidió hacerse ermitaño en las grutas de Es Vedrá, y dejó escritos sobre su relación con extraños seres de luz.
Barila ya decía que su marido llegó "algo cambiado" tras su experiencia como turista espacial, pero quizá no tanto como para contratar al artista australiano Andrew Rogers, y ponerse a hacer esta especie de Stonehenge en sus tierras ibicencas.
Representa a los planetas
"Veo estrellas, veo oscuridad y vacío, pero el planeta Tierra se ve maravilloso y también muy frágil", dijo Laliberté desde la Estación Espacial Internacional. El canadiense había utilizado su viaje para promocionar su Fundación One Drop, que trata de combatir la pobreza mundial a través del acceso al agua potable. Inspirado en su programa internacional para niños de la calle, Cirque du Monde, One Drop hace uso del circo para promover la conciencia pública acerca del agua, y financiar proyectos que la hagan accesible en el tercer mundo. "He decidido utilizar este privilegio para llamar la atención sobre el problema del agua. Creo sinceramente que a través del arte y la emoción podremos enviar un mensaje", explicó desde el espacio.
Aunque parece un reloj solar, Rogers dice que la escultura de Laliberté pretende representar el movimiento de los planetas alrededor del sol, alineando el conjunto con la puesta de sol del solsticio de invierno. Aunque no es solo eso. Cada una de las columnas de basalto debía pesar y estar alineada siguiendo la sucesión Fibonacci, en la que cada número resulta de la suma de los dos anteriores.
Una secuencia que se repite no sólo en la naturaleza, ya sean margaritas, girasoles o poblaciones de conejos, sino en la propia vida de un multimillonario que un día se echó a la calle como músico callejero, apagafuegos y zanco-caminante, para acabar considerado por la revista Time como uno de los más influyentes del mundo.
Medio centenar de monumentos
Quizá las matemáticas también hayan tenido algo que ver en su éxito como aficionado al póker. Dos años y medio antes de viajar al espacio ganó 700.000 dólares en un torneo en Las Vegas, una miseria comparado con los 24 millones que tuvo que pagar por convertirse en el séptimo turista espacial de la historia.
La obra de Cala Llentía apareció tan de sorpresa en los terrenos de Laliberté que hasta el Ayuntamiento de San José le abrió un expediente de infracción urbanística, ante el temor de que el excéntrico artista hubiera decidido iniciar una obra sin licencia, además, a escasos metros del mar. Rogers había labrado las piezas en Cala Llentía y luego las fue anclando en una especie de macetas de basalto con una grúa, haciéndola de este modo desmontable y legal, pero con un movimiento de estructuras que puso los pelos de punta a los grupos ecologistas.
Bautizada como 'Time and Space' (Tiempo y Espacio), la obra se integra en el proyecto 'Rhytms of life' (Ritmos de vida) con el que Rogers ha esparcido más de medio centenar de monumentos por medio mundo, con cierta querencia a los desiertos, como en el Gobi, donde puso a mover piedras a un millar de soldados del Ejército Popular de China.
Un atractivo turístico
No sabemos cuál es realmente el objetivo de Laliberté, ni si recibió algún mensaje del más allá en la Estación Espacial pero, de momento, aquello se está llenando de meditadores y yogistas, mientras la administración aún no sabe cómo tomarse que de repente y sin gastarse ni un duro, la isla disponga de la que posiblemente sea en estos momentos una de las obras de arte moderno al aire libre más espectaculares del mundo. De hecho, algunos turoperadores incluyen entre sus búsquedas los hoteles que estén cerca de alguna de las obras de Rogers.
Tampoco sabemos qué opinarán los ilustres invitados que cada verano se alojan en la mansión Can Soleil, de la que ya han disfrutado VIP como Matthew McConaughey y Bono con sus respectivas, Camila Alves y Al Hewson.
Laliberté se ha apuntado ahora en la isla a un nuevo proyecto que pretende unir la cocina de los hermanos Adrià (los chefs Albert y Ferran), el Casino de Ibiza, y el espectáculo del Circo del Sol. Aunque el proyecto de remodelación del Casino de Ibiza ya ha sido presentado ante la Conselleria insular de Turismo, y los hermanos Adrià anunciaron la apertura para mayo de 2015, lo cierto es que en estos momentos importantes diferencias económicas entre las partes están dificultando el acuerdo.
http://www.elmundo.es/loc/2014/09/03/5405cf3722601ddb528b4582.html
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