Colón, Buenos Aires: ¿Aterrizó un plato volador? (26 de julio de 1967)
por Dr Roberto Banchs (CEFAI)
Crédito: Visión OVNI
por Dr Roberto Banchs (CEFAI)
Crédito: Visión OVNI
Cerca de la ruta, en sus inmediaciones, una masa brillante se posó y de ella descendió una figura. Ante esa presencia, todo quedó inmovilizado, vehículos, personas… |
La noticia apareció en La Voz de Colón. |
La pregunta, inquietante y espectacular, encabezaba la noticia aparecida
el 29 de julio de 1967 en La Voz de Colón, sin que tuviera -por alguna
razón- la continuidad informativa que pudiera esperarse por semejante
acontecimiento. Sin embargo, esta circunstancia -lejos de soslayarla
indefinidamente-, animó buscar una respuesta que recién hoy estamos en
condiciones de ofrecer.
Pero vayamos a lo que señala la crónica periodística: “…Bueno, decimos aterrizaje porque en materia de platos voladores no conocemos el término exacto. Pero dígase como se diga, lo valedero y sensacional es que, al atardecer del miércoles, un plato volador habría aterrizado en nuestro medio, como quien dice allí cerquito de la ruta, en inmediaciones. La noticia, dicha primero en voz baja y luego un poquito más alta ha ido corriendo, y si bien hasta el momento no es posible identificar al primero que la enunció, el caso es de que lo dicho da como cierto ese aterrizaje: una masa brillante y violácea enceguecedora, que se posó unos instantes, descendió de su interior una figura más bien pequeña que de inmediato retornó a esa masa brillante y levantó vuelo. ¿Cómo, hacia donde? Misterio
Pero vayamos a lo que señala la crónica periodística: “…Bueno, decimos aterrizaje porque en materia de platos voladores no conocemos el término exacto. Pero dígase como se diga, lo valedero y sensacional es que, al atardecer del miércoles, un plato volador habría aterrizado en nuestro medio, como quien dice allí cerquito de la ruta, en inmediaciones. La noticia, dicha primero en voz baja y luego un poquito más alta ha ido corriendo, y si bien hasta el momento no es posible identificar al primero que la enunció, el caso es de que lo dicho da como cierto ese aterrizaje: una masa brillante y violácea enceguecedora, que se posó unos instantes, descendió de su interior una figura más bien pequeña que de inmediato retornó a esa masa brillante y levantó vuelo. ¿Cómo, hacia donde? Misterio
“Pero asegúrase de que ante esa presencia todo quedó inmovilizado,
vehículos, personas, imposibilitando llamar la atención de nadie. Luego,
tras la sorpresa trastornante, afrontar el pensamiento de si fue
realidad, o fue un sueño…
“El lugar muestra una quemazón de pastos en forma bastante sugestiva. Recogimos manojos de ese quemado para ser sometido a análisis. Veremos que pasa. A lo mejor todo ha sido una linda tomadura de pelo… ¿o no?”. Con este interrogante concluye la noticia de prensa.
Una aproximación ufológica
En febrero de 1990 nos dirigimos a La Voz de Colón a fin de ampliar la información sobre el presunto aterrizaje con ocupantes, a lo que su actual director Rodolfo Piraccini accedió gentilmente remitiéndonos copia del artículo y requiriendo otros datos que pudiere habernos llegado por otras vías[1]. Datos que, desde luego, no disponíamos.
“El lugar muestra una quemazón de pastos en forma bastante sugestiva. Recogimos manojos de ese quemado para ser sometido a análisis. Veremos que pasa. A lo mejor todo ha sido una linda tomadura de pelo… ¿o no?”. Con este interrogante concluye la noticia de prensa.
Una aproximación ufológica
En febrero de 1990 nos dirigimos a La Voz de Colón a fin de ampliar la información sobre el presunto aterrizaje con ocupantes, a lo que su actual director Rodolfo Piraccini accedió gentilmente remitiéndonos copia del artículo y requiriendo otros datos que pudiere habernos llegado por otras vías[1]. Datos que, desde luego, no disponíamos.
El director de La Voz de Colón y gran colaborador Rodolfo Piraccini, frente a las oficinas del diario generador del informe de OVNIs con ocupantes de julio de 1967. |
Fue así que, compartiendo la misma inquietud, decidimos iniciar la
investigación en la localidad de Colón, provincia de Buenos Aires. Una
vez allí, supimos que los probables autores de la nota, Alicia M. y
Héctor Cardosi, por entonces directores del periódico habían fallecido.
Consultamos entonces a quien ocupó luego esa dirección durante varios
años, Jaime J. Orpella, manifestando no estar al tanto sobre aquel
sensacional encuentro. La misma respuesta obtuvimos de quien le sucedió
en esas funciones, Oscar L. Viola. Ningún comentario llegó tampoco a
Rodolfo Piraccini, en los ocho años que llevaba en el diario, decano de
la prensa local. Resultaba inverosímil que un hecho de tales
características, de ser real, pasara al olvido por quienes están
habituados -a fuerza de la profesión- a conocer los acontecimientos
locales y, por añadidura, de aquellos viejos y memoriosos vecinos que
suelen tener meticuloso registro de toda cuanta rareza ocurre en la zona.
El linotipista Oscar H. Sánches, que por entonces trabajaba en el
periódico, fue consultado también sobre el extraño episodio, pero nada
sabía al respecto. En cambio, su mujer -Emilia Rochi- resultó la única
que recordaba más o menos aquel casi legendario encuentro, aunque
desestimó su posible autenticidad y conjeturó que la noticia habría
provenido de algún rumor o comentario de la población rural, del que La
Voz de Colón se habría hecho eco.
Pese a lo expuesto, emprendió algunas averiguaciones, consultando a personas que por esa época estuvieron trabajando en el diario, pero nadie pudo aportar el más mínimo dato que permitiera ahondar la investigación.
Un “OVNI”, de carne y hueso
Pese a lo expuesto, emprendió algunas averiguaciones, consultando a personas que por esa época estuvieron trabajando en el diario, pero nadie pudo aportar el más mínimo dato que permitiera ahondar la investigación.
Un “OVNI”, de carne y hueso
Avisos publicitarios en La Voz de Colón. |
No obstante la desfavorable perspectiva que arrojaron las encuestas,
procedimos a compulsar la colección de La Voz de Colón. Ninguna noticia
de similar extrañeza fue publicada por esa época. Pero con cierta
inmediatez a la publicación del presunto aterrizaje de un “plato
volador” en Colón, el diario reproduce un aviso de 9 x 17 cm. que dice:
“¡¡HOY miércoles 16 inaugura!! – OVNI (Plato Volador), carnicería, P. J.
Marchione”, acompañado de una columna de 10,5 cm. de alto en otra
página, comentando las bondades del “nuevo despacho de carnes”[2]. Estas
publicidades aparecidas 18 días después de la noticia del supuesto
aterrizaje, son reforzadas el viernes 25 de agosto con una noticia de
carácter informativo, con un titulo por demás sugerente: “OVNI: éxito
comercial”.
En ella se expresa: “Según testimonio oyente y vidente de varios vecinos, en la madrugada del miércoles -23- se registró por nuestro cielo otro paso de un ‘objeto volador no identificado’. Y decimos oyente y vidente porque, según refieren, fueron despertados por un ensordecedor ruido, y al asomarse al exterior a inquirir su origen alcanzaron a divisar una gran estela luminosa que se perdía en el espacio. Por lo visto parece que estamos justo en la ruta de los OVNIS…
“… Tan justo que hasta tenemos un comercio con ese nombre, impuesto no para significar que sus precios andan por las nubes sino -dice su dueño-, para estar a tono con los acontecimientos del día. Y parece ser que ha estado muy acertado, pues desde el 16 ppdo., día de su inauguración, la carnicería ‘OVNI’ del Sr. Pedro Marchione está marcando record de venta…”
En ella se expresa: “Según testimonio oyente y vidente de varios vecinos, en la madrugada del miércoles -23- se registró por nuestro cielo otro paso de un ‘objeto volador no identificado’. Y decimos oyente y vidente porque, según refieren, fueron despertados por un ensordecedor ruido, y al asomarse al exterior a inquirir su origen alcanzaron a divisar una gran estela luminosa que se perdía en el espacio. Por lo visto parece que estamos justo en la ruta de los OVNIS…
“… Tan justo que hasta tenemos un comercio con ese nombre, impuesto no para significar que sus precios andan por las nubes sino -dice su dueño-, para estar a tono con los acontecimientos del día. Y parece ser que ha estado muy acertado, pues desde el 16 ppdo., día de su inauguración, la carnicería ‘OVNI’ del Sr. Pedro Marchione está marcando record de venta…”
A nuestro requerimiento, Rodolfo Piraccini continuó la investigación de
este hecho constituido prácticamente en un acerbo folclórico de ribetes
tecnológicos. “En primer lugar -nos dice Piraccini[3]-, visité al
carnicero Pedro J. Marchione, quien apenas recordaba haber sido el
propietario de ‘OVNI’, pero avanzando en la conversación se encargó de
desvincularlo totalmente de ese episodio y justificó la adopción del
nombre en que los OVNIs eran un tema relativamente de moda. Otras
personas presentes en la carnicería, durante esa charla, intentaron
hacer memoria, y ante la insistencia, entre todos, creyeron recordar el
hecho, dándome algunos datos sobre el lugar del hipotético descenso”.
Siguiendo las pistas
Siguiendo las pistas
Parte de la indagación realizada por Rodolfo Piraccini. |
Transcurrido un tiempo volvió a verlo, y quien se había confesado incrédulo en esta temática, resultó un apasionado investigador, ya que consultó a cuanta persona pudo, con resultado negativo.
“Pese a las distintas puntas que intenté -concluye Piraccini-, fue absolutamente imposible conseguir un solo dato que pudiera juzgar de interés. Realmente, da la impresión que el hecho nunca ocurrió, contrariamente a la experiencia que podemos tener en otras cuestiones, donde tras las primeras frustraciones, orientando bien la pesquisa se van consiguiendo respuestas. En este caso, no pude encontrar a nadie que tuviera algo para decir”.
Consideraciones finales
El sondeo descrito no permitió obtener algún dato positivo, confirmatorio de aquella versión. En cambio, parece indicar -precisamente-, que no habría “nada” tras la noticia periodística. Agotados los recursos a nuestro alcance, la investigación imprime el final. Al menos, hasta que surjan nuevos y sólidos elementos que respalden la presunta realidad de la noticia.
Para quienes estudian desapasionadamente el problema, la posibilidad de hallarse ante un episodio extraño o novedoso, constituye una contingencia. Su búsqueda se orienta hacia la verdad, cualquiera fuere. Aún cuando se trate de un rumor. Porque despojado del encanto mágico de la ficción, se ha de hallar una respuesta -quizá menos seductora- pero genuina.
Pasando ahora a considerar ciertas facetas relacionadas al caso aquí expuesto, hemos de señalar lo siguiente:
1. Es notable la receptividad y colaboración de quienes se preocuparon por saber más de su propia historia, como pueblo y cultura, a partir de un hecho que trasciende lo cotidiano.
2. La meritoria actitud del periodismo local, al retomar la investigación de un antiguo evento de un asunto siempre actual, en contra de la tendencia generalizada de no seguir sus alternativas hasta la evaluación definitiva.
3. Refiriéndonos estrictamente al caso, no hay dudas que la inauguración de la Carnicería “OVNI” aparece signada por una proverbial casuística OVNI, de cuyos testigos nada sabemos. Del mismo modo, puede asegurarse que el “OVNI” estuvo en el comentario de todos durante varias semanas.
4. Suele ocurrir que la inmediata difusión de hechos novísimos, por el afán de la primicia y de la imperativa celeridad de información, traiga el consiguiente riesgo de un manejo poco estricto de los sucesos recientes. Así, pues, la velocidad de información parece estar reñida con la exactitud; a lo que debe añadirse el propósito de ofrecer un relato vívido y atrayente (como debiera ser toda noticia), pero vacía de información.
De acuerdo a los datos obtenidos, puede suponerse que la sucinta noticia del aterrizaje de un OVNI publicada en La Voz de Colón, el 29 de julio de 1967, bien pudo haberse originado en algún rumor o comentario -a la vista imprecisa y superficial-, alusiva a la inminente inauguración del citado local comercial. O tal vez, como señaló en esa ocasión el diario: “A lo mejor todo ha sido una linda tomadura de pelo… ¿o no?”.
Referencias
[1] Comunicación epistolar del 8 de marzo, 1990.
[2] La Voz de Colón, Colón, l6 de agosto, 1967.
[3] Comunicación epistolar del 16 de marzo, 1992. Y también, del 9 de junio, 1992
http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=878
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