domingo, 22 de septiembre de 2013

Ituzaingó, Corrientes: Diálogo con extraterrestres (24 de agosto de 1985)

Ituzaingó, Corrientes: Diálogo con extraterrestres (24 de agosto de 1985)
por Dr Roberto Banchs (CEFAI)
Crédito: Visión OVNI

Zona donde se desarrollaría el incidente.
El domingo 25 de agosto de 1985, el diario El Litoral, de Corrientes, publica un extenso artículo de su corresponsal (“De nuestra agencia”) en Ituzaingó, en el cual refiere que los protagonistas de un contacto personal con seres extraterrestres lle­garon hasta su casa en la madrugada del día anterior, “fuertemente impresionados y con deseos de ocultar su identidad a la opinión pública” a fin de narrar su experien­cia.

Según el relato de la periodista, cuyo nombre es Norma Mazza, llegado a su vivien­da un matrimonio que viajaba desde Posadas en un automóvil por la ruta 12 hacia la ciudad de Corrientes, de donde son oriundos, resistió en primera instancia abrirle la puerta a hora tan intempestiva, hasta que finalmente fue persuadida al facilitarle sus documentos y cuando el hombre le manifestó que “su esposa necesitaba atención y querían poner en conocimiento de El Litoral lo ocurrido”.

Franqueado el acceso, la corresponsal Norma Mazza advierte que “la señora estaba en lamentables condiciones, con una fuerte crisis nerviosa”. Una vez repuesta, pudo participar del diálogo mantenido con el esposo. Fue así que -según la periodista-, el matrimonio señaló que venían a una velocidad crucero de 100 km por hora, cuando al pasar el acceso a Ituzaingó, a la distancia y sobre su mano, advirtió luces de dis­tintos colores en tonos transparentes, rosado y levemente amarillo, por lo que amino­ró su marcha pensando que podría tratarse de un camión. Cuando se acercaba una luz tomó mayor intensidad, razón por la cual el marido decidió detenerse, a pesar de la inquietud de su esposa pidiéndole que siguiera. Pero parece que no se halló en condiciones de hacerlo, pues no veía el camino ni la banquina, quedando el vehículo en penum­bra. Fue entonces cuando un hombre se acercó a ellos diciéndoles: “¡No se asusten!, ¡No tengan miedo! ¡No somos de la Tierra…!”. Se trataba, evidentemente, de un gesto tranquilizador.

Atónito el matrimonio contempló a un hombre de perfectas facciones humanas, que manejaba un fluido castellano, más propio del argentino que de otro ciudadano latino­americano o español. Como la esposa lloraba y se acurrucó junto a su marido, el ex­traño ser señalándola le dijo: “No tenga miedo, mujer, no hacemos nada malo, queremos conocerlos”. Hasta aquí era claro que advirtió su miedo y que estaba frente a una mu­jer, para quien no tenía malas intenciones…

No muy convencido pareció quedar el conductor -o sea, el marido-, quien le requirió dejarlos ir, pero el extraterrestre empecinado le pidió que no lo hiciera y que lo escuchara. Y dijo: “Nosotros pertenecemos a MAIT, otro mundo, en otro espacio, como la Tierra. Somos hombres y mujeres pero no tenemos esta civilización. Venimos a conocerlos. Dígale a todos que no tengan miedo”.

El visitante estaba vestido con un traje oscuro (sin alcanzar a precisar sus características, debido a la falta de luz), pero notó que en su cuello y pechera asoma­ba una especie de atavío como el que usan algunos sacerdotes, en color claro. Su ca­beza descubierta permitía ver su cabello de mediana longitud. Su rostro era de bellas facciones, ojos muy grandes, “mirada buena” y una voz muy grave. En fin, irresistible.

“En un momento dado -narra la periodista- el visitante posó su mano en la del conductor con el evidente deseo de tocarlo”, comprobando que su temperatura era igual que la de los humanos. “Luego se dirigió a la señora muy afectuosamente tratando de calmarla, y pidiéndole que contara que ellos eran buenos. En los tramos finales de la singular entrevista le solicitó a nuestro entrevistado -dice N. Mazza- que le entrega­ra algo para llevar a MAIT y el hombre tomó un frasco de perfume, un cepillo dental con su envase y una jabonera conteniendo un jabón de tocador y se lo entregó al extra­terrestre, agregando un paquete de galletitas dulces”, además de un papel billete, in­dicándole para qué era cada una de las cosas que le entregaba.

El ET, complacido por su perfume, jabón de tocador, cepillo dental, galletitas y dinero, le expresó que no pusiera en marcha el auto hasta que ellos no partieran y, sonriéndoles, se alejó hacia el OVNI donde lo aguardaban otros seres. Intensificándose una de las luces hasta enceguecerlos, se elevó rápidamente hasta desaparecer en el horizonte.

Algunas cursilerías de la presunta entrevista

Norma Mazza continúa su artículo diciendo: “Con su esposa en crisis nerviosa, nuestro visitante recordó que siempre había leído en El Litoral noticias de su Agencia en Ituzaingó y que tenía buen conocimiento de quién está al frente de ella (N. del A.: o sea, Norma Mazza) por leer artículos de quien esto escribe y se largó hacia nosotros llegando a nuestra casa a las 2,45 del sábado”.

Después de indicar que el supuesto testigo no recuerda la duración del extraño encuentro, aunque sí el haber salido de Posadas a la 1 de la madrugada y que tampoco pu­do apreciar bien al aparato, sea por la penumbra o por la fuerte luz, la corresponsal del diario nos informa que: “Dejamos descansar a la señora y fuimos con el esposo has­ta el lugar del encuentro, donde no advertimos nada y al que volvimos en la mañana de ayer, 24, sin que tampoco encontráramos rastro alguno”.

“Nos agradecieron nuestra dedicación y expresaron que él tiene 41 años y ella 36, manifestando que muchas cosas no pudieron advertir en el hecho ocurrido por el fuerte temor que sintieron…”.

La nota concluye con las emotivas palabras del marido, testigo anónimo del caso: “La seriedad de El Litoral me permite expresarme públicamente sobre todo esto, y si oculto mi nombre es por razones poderosas como las burlas, o las chanzas. Le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros, y yo también puedo decir que llegar a la agencia de El Litoral en Ituzaingó, es como llegar a la casa de uno, pero que usted me atienda a la madrugada en este medio donde la delincuencia pulula, es más sorprendente todavía. Por eso agradezco mucho que usted haya estado aquí” (sic).

Aún más

En diálogo telefónico con la agencia periodística Télam, Norma Mazza ofreció una versión más rica en detalles (1). “Solamente puedo decirles que se trata de una pareja de profesionales, docentes ambos…”. Al parecer, el asustado matrimonio llegó al domicilio particular de la periodista, luego de intentar infructuosamente denunciar el hecho a las autoridades del lugar, un poblado de 9.000 habitantes, la mayoría llegados en los últimos seis años, debido al influjo de la represa hidroeléctrica Yacyretá que se construye a pocos kilómetros de allí.

La corresponsal agrega que el vehículo en que viajaba el matrimonio era un Renault 12, y que “a la señora tuve que ayudarla a salir del auto, ya que era presa de un fuerte nerviosismo. Incluso le suministré un tranquilizante y luego pudimos conversar” sobre la inquietante experiencia. También recordó que el ser les había dicho que en su mundo “no había otro transporte que el aéreo y que, como nosotros, también tenían Sol y Luna, estrellas, vientos, lluvias, calor y frío”.

La periodista afirma que, días después, volvió a tomar contacto con el matrimonio, cuyos integrantes le comentaron que desde aquella aparición sufrían un frecuente deseo de dormir o los afectaba un agradable sopor. A raíz de esto fueron a Buenos Aires para una revisada médica completa, que no arrojó resultados significativos.

A su vez, la periodista trató de robustecer su historia procurando otros testimonios. Sin mucha suerte, apenas logró el informe de un empleado de obra, que esa madrugada afirma haber visto por algunos segundos un objeto detenido en el cenit, a gran altura.

Algunas consideraciones

La lectura atenta del artículo nos ha permitido advertir aspectos que merecen ciertas reflexiones. En primer lugar, nos resulta algo incomprensible que el matrimonio, personas cultas, profesionales, docentes -según algunas fuentes, el hombre sería médico (2)-, acudieran a la vivienda de una periodista que no conocían (tampoco se informa cómo la localizaron), en vez de dirigirse en todo caso a una clínica u hospital, dado el estado de crisis nerviosa en que se encontraba la mujer. Más sorprendente aún lo es si, efectivamente, su marido es médico.

No menos llamativa habría sido la actitud del hombre, que en avanzada hora de la madrugada deja a su esposa después de sufrir la citada crisis, para irse junto con la periodista al lugar del encuentro con los extraterrestres.

En segundo término, la excesiva y reiterada auto-adulación que hace la corresponsal del diario, no deja de ser menos sospechosa. Desde luego, puesta en palabras de un supuesto y anónimo testigo al que sólo ella dice haber conocido.

Inmediatamente de producirse el episodio y a fin de esclarecer en la medida de lo posible lo ocurrido, solicitamos al ufólogo Jesús R. Róvere, de Posadas, procediera a una indagación más detallada. En noviembre de 1986 nos hizo llegar lo re­querido, que pasamos a consignar:

1°) Después de ir en seis oportunidades a Ituzaingó y entrevistar a la periodista Norma Mazza (Maza, o Mossa, según otras fuentes), único contacto con los supuestos testigos, fue imposible lograr una entrevista con los mismos, a pesar de haberle ofrecido las siguientes alternativas, ante la insistencia de anonimato:

a) Entrevista telefónica. Nosotros instalados en un hotel de Corrientes sería­mos llamados por teléfono y no se podría localizar la llamada.

b) En un lugar separados por un biombo o pared.

c) Mediante una encuesta escrita, sin identificación alguna, la que finalmente entregó y nunca fue contestada.

2°) Averiguaciones efectuadas en el puesto policial de acceso a Ituzaingó indicaron no haber registrado el paso del vehículo de los supuestos testigos, ni avistado algún fenómeno de características inusuales.

3°) Llama la atención que los testigos en primer momento se dirijan a una periodista a la que autorizan a comentar el hecho y que, posteriormente, no quieran entrevis­tarse con investigadores dispuestos a garantizar el anonimato.

“Ante lo expuesto -concluye J .R. Róvere- considero conveniente archivar el caso y considerarlo falso hasta tanto no se pueda entrevistar a los testigos o reunir una información que permita cambiar esta impresión”.

Lo expresado hasta aquí nos exime de formular otros comentarios.

Referencias

(1) El Heraldo, Concordia (ER), El Litoral, Santa Fe (SF), 27 agosto 1985.

(2) Diario Popular, Avellaneda (BA), y Crónica Mat., Buenos Aires, 26 agosto 1985.

Otras fuentes: La Gaceta de Hoy, Buenos Aires, 26 agosto 1985; Diario Popular, Avellaneda; La Nueva Providencia, Bahía Blanca (BA), 28 agosto 1985; La Tarde, Tucumán, 27 agosto 1985; rev. Flash, Buenos Aires, 1 octubre 1985

No hay comentarios.:

Publicar un comentario