Tandil, Buenos Aires: Relato de un escolar (primavera de 1958)
por Dr Roberto Banchs (CEFAI)
Crédito: Visión OVNI
por Dr Roberto Banchs (CEFAI)
Crédito: Visión OVNI
Paisaje típico tandilense. |
Pleno auge de la oleada de 1965, en circunstancias de producirse el
acercamiento del Mariner IV a la superficie de Marte, cuando éste se
encontraba en un período de máxima cercanía a la Tierra, y de ocurrir
los recordados avistamientos en bases antárticas[1].
En ese contexto, nuevamente el diario La Razón, de Buenos Aires, a través de su agencia corresponsal en Bahía Blanca, publica en la primera página del 11 de julio de 1965 los recientes avistamientos, incluyendo el siguiente comentario:
“También señalan los que han comenzado a revolver archivos periodísticos, un singular fenómeno ocurrido en Tandil, en la primavera de 1958. Un escolar había afirmado que, pasando un pequeño puente en las sierras, vio un cuerpo cilíndrico de gran tamaño, del cual había descendido un extraño ser, de un metro de estatura, que examinaba los alrededores”.
Nuestra indagación comenzó precisamente de ese modo: revolviendo nuestros archivos periodísticos, sin hallar ninguna referencia sobre el inédito episodio.
Ello nos exigió ir a la ciudad serrana de Tandil tras la fuente original. Varios días nos demandó efectuar una minuciosa búsqueda, en particular, entre 1958 y 1965, en las colecciones de los diarios locales editados en aquella época (2): El Eco de Tandil (decano de la Pcia. de Buenos Aires), Nueva Era (Colección Biblioteca Rivadavia), y Actividades (conservados por el Dr. Mario Vistalli), además de diversos suplementos referidos a los acontecimientos de Tandil en el último cuarto de siglo. Lamentablemente nuestra finalidad resultó infructuosa.
Curiosamente, dos días después de publicada la noticia de La Razón, el diario El Eco de Tandil señala que los diarios locales registraron más de una vez informaciones que afirmaban haber visto OVNIs, pero hasta la fecha no hubo un registro serio, o por lo menos documentado de tal aserto.
El periódico menciona que sólo en dos oportunidades “se creyó ver un objeto suspendido sobre la ciudad, en pleno día y no fue otra cosa que el planeta Venus, que en esa fecha había alcanzado excepcional brillo. Se habló también de cierta fantasmagórica aparición sobre el lago, y muchas noches cronistas de El Eco tuvieron que revisar pacientemente los datos suministrados y consultar a diversas fuentes -base aérea, astrónomos aficionados, etc.- para descartar los fenómenos percibidos y quedar con la conclusión de que por lo menos, esta vez, no eran los tan apetecidos platos voladores”.
Ninguna referencia hallamos sobre el suceso que motivó nuestra encuesta.
Decidimos entonces consultar a algunos memoriones, como el periodista Carlos Alfaro, al historiador de Tandil Antonino Pellitero, a ufófilos y a cuanta persona pudiera orientamos en nuestro propósito. Nadie recuerda el supuesto incidente. Inclusive, el periodista Honorio Laxalt que se ocupaba en el diario Actividades de este tipo de noticias, asegura que “nada de eso ocurrió”, sugiriendo que pudiera ser un invento periodístico.
Con la sucinta información disponible, intentamos ingenuamente localizar al “pequeño puente en las sierras”, en lo posible, próximo a una escuela (al menos, el supuesto testigo era un escolar). Fue así como nos informamos que Tandil está asentada en las sierras pertenecientes al antiguo sistema de (3) Tandilia y que la superficie del Partido es de 4.880 km2. Posee a la fecha 72 escuelas primarias y, contribuyendo a la imprecisión, está atravesada por numerosos puentes que sortean, sólo en el núcleo urbano, los Arroyos Blanco, Langueyú y del Fuerte, y en los alrededores, los Arroyos Chapalleofú, de los Huesos y Tandileofú.
Con todo, en 1958, cinco eran las escuelas que tenían un puente en sus proximidades (son ellas las nº 4, 5, 9, 12 y otra más retirada, sobre la ruta 74), cuyas actuales autoridades parecen desconocer aquel presunto acontecimiento. Asimismo, señalemos que en la primavera de 1958, exactamente entre el l8 al 20 de octubre, se declara una huelga de maestros en Tandil, por lo que presumimos que -al menos durante ese período- los establecimientos escolares no dictaron clases.
Agotando nuestras posibilidades, el sábado 20 de febrero de 1988, publicamos en El Eco de Tandil un aviso de 20 cm2 solicitando datos sobre un OVNI observado en Tandil, en la primavera (21 septiembre al 21 noviembre) de 1958, por un escolar, sin obtener respuesta alguna.
Digamos al paso que la descripción del OVNI, como “un cuerpo cilíndrico de gran tamaño”, guarda relación con el modelo de cohete (del tipo Júpiter), que sirvió para el lanzamiento de satélites artificiales y que bajo los fundamentos de su construcción se aspiraba -en 1958- llegar a la Luna (3). Sea ésta quizá la fuente de algún soñador platillista, que imaginó un OVNI como lo serían nuestros prototipos espaciales.
En conclusión, la investigación documental y de campo que realizamos arroja un resultado negativo, por cuanto los datos proporcionados no permiten -por su vaguedad e imprecisión- identificar al testigo ni localizar el presunto lugar de observación
Si pasamos a considerar la ausencia de noticias periodísticas -especialmente locales- que confirmen la existencia del caso, cabría sospechar de acuerdo a lo descrito en este breve informe, que nos hallaríamos ante un vulgar fraude periodístico.
Referencias
(1) Conocer y Saber, Buenos Aires, n° 14, diciembre 1989, p.18.
(2) Barrientos, José P. Historia del Periodismo de Tandil. Ed. autor, Tandil, 1975. (Introducción, notas, ampliatorias y actualización -1956-1974- de Daniel E. Pérez).
(3) Actividades, Tandil, Septiembre 16, 1958, y Noviembre 10, 1958 (con foto).
En ese contexto, nuevamente el diario La Razón, de Buenos Aires, a través de su agencia corresponsal en Bahía Blanca, publica en la primera página del 11 de julio de 1965 los recientes avistamientos, incluyendo el siguiente comentario:
“También señalan los que han comenzado a revolver archivos periodísticos, un singular fenómeno ocurrido en Tandil, en la primavera de 1958. Un escolar había afirmado que, pasando un pequeño puente en las sierras, vio un cuerpo cilíndrico de gran tamaño, del cual había descendido un extraño ser, de un metro de estatura, que examinaba los alrededores”.
Nuestra indagación comenzó precisamente de ese modo: revolviendo nuestros archivos periodísticos, sin hallar ninguna referencia sobre el inédito episodio.
Ello nos exigió ir a la ciudad serrana de Tandil tras la fuente original. Varios días nos demandó efectuar una minuciosa búsqueda, en particular, entre 1958 y 1965, en las colecciones de los diarios locales editados en aquella época (2): El Eco de Tandil (decano de la Pcia. de Buenos Aires), Nueva Era (Colección Biblioteca Rivadavia), y Actividades (conservados por el Dr. Mario Vistalli), además de diversos suplementos referidos a los acontecimientos de Tandil en el último cuarto de siglo. Lamentablemente nuestra finalidad resultó infructuosa.
Curiosamente, dos días después de publicada la noticia de La Razón, el diario El Eco de Tandil señala que los diarios locales registraron más de una vez informaciones que afirmaban haber visto OVNIs, pero hasta la fecha no hubo un registro serio, o por lo menos documentado de tal aserto.
El periódico menciona que sólo en dos oportunidades “se creyó ver un objeto suspendido sobre la ciudad, en pleno día y no fue otra cosa que el planeta Venus, que en esa fecha había alcanzado excepcional brillo. Se habló también de cierta fantasmagórica aparición sobre el lago, y muchas noches cronistas de El Eco tuvieron que revisar pacientemente los datos suministrados y consultar a diversas fuentes -base aérea, astrónomos aficionados, etc.- para descartar los fenómenos percibidos y quedar con la conclusión de que por lo menos, esta vez, no eran los tan apetecidos platos voladores”.
Ninguna referencia hallamos sobre el suceso que motivó nuestra encuesta.
Decidimos entonces consultar a algunos memoriones, como el periodista Carlos Alfaro, al historiador de Tandil Antonino Pellitero, a ufófilos y a cuanta persona pudiera orientamos en nuestro propósito. Nadie recuerda el supuesto incidente. Inclusive, el periodista Honorio Laxalt que se ocupaba en el diario Actividades de este tipo de noticias, asegura que “nada de eso ocurrió”, sugiriendo que pudiera ser un invento periodístico.
Con la sucinta información disponible, intentamos ingenuamente localizar al “pequeño puente en las sierras”, en lo posible, próximo a una escuela (al menos, el supuesto testigo era un escolar). Fue así como nos informamos que Tandil está asentada en las sierras pertenecientes al antiguo sistema de (3) Tandilia y que la superficie del Partido es de 4.880 km2. Posee a la fecha 72 escuelas primarias y, contribuyendo a la imprecisión, está atravesada por numerosos puentes que sortean, sólo en el núcleo urbano, los Arroyos Blanco, Langueyú y del Fuerte, y en los alrededores, los Arroyos Chapalleofú, de los Huesos y Tandileofú.
Con todo, en 1958, cinco eran las escuelas que tenían un puente en sus proximidades (son ellas las nº 4, 5, 9, 12 y otra más retirada, sobre la ruta 74), cuyas actuales autoridades parecen desconocer aquel presunto acontecimiento. Asimismo, señalemos que en la primavera de 1958, exactamente entre el l8 al 20 de octubre, se declara una huelga de maestros en Tandil, por lo que presumimos que -al menos durante ese período- los establecimientos escolares no dictaron clases.
Agotando nuestras posibilidades, el sábado 20 de febrero de 1988, publicamos en El Eco de Tandil un aviso de 20 cm2 solicitando datos sobre un OVNI observado en Tandil, en la primavera (21 septiembre al 21 noviembre) de 1958, por un escolar, sin obtener respuesta alguna.
Digamos al paso que la descripción del OVNI, como “un cuerpo cilíndrico de gran tamaño”, guarda relación con el modelo de cohete (del tipo Júpiter), que sirvió para el lanzamiento de satélites artificiales y que bajo los fundamentos de su construcción se aspiraba -en 1958- llegar a la Luna (3). Sea ésta quizá la fuente de algún soñador platillista, que imaginó un OVNI como lo serían nuestros prototipos espaciales.
En conclusión, la investigación documental y de campo que realizamos arroja un resultado negativo, por cuanto los datos proporcionados no permiten -por su vaguedad e imprecisión- identificar al testigo ni localizar el presunto lugar de observación
Si pasamos a considerar la ausencia de noticias periodísticas -especialmente locales- que confirmen la existencia del caso, cabría sospechar de acuerdo a lo descrito en este breve informe, que nos hallaríamos ante un vulgar fraude periodístico.
Referencias
(1) Conocer y Saber, Buenos Aires, n° 14, diciembre 1989, p.18.
(2) Barrientos, José P. Historia del Periodismo de Tandil. Ed. autor, Tandil, 1975. (Introducción, notas, ampliatorias y actualización -1956-1974- de Daniel E. Pérez).
(3) Actividades, Tandil, Septiembre 16, 1958, y Noviembre 10, 1958 (con foto).
[1] “La Argentina se convirtió, después de eso, en una suerte de astródromo -como dice el periodista Federico Kirbus-, por el cual increíbles marcianos iban y venían” (1)
http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=925
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